¿Acaso quieres guerra?
— ¿Acaso quieres guerra?
— ¿Contigo? Por supuesto que no Seren, además sería algo interminable porque somos igual de cabeza dura.
La omega de ojos verdes no tuvo un argumento en contra, su amiga tenía razón y ella tampoco quería pelearse con Kiara. Ray las observaba a ambas en silencio, ella ya había dado su voto a neutral respecto al tema, además no quería tener que elegir un lado.
— Aunque de todos modos sería algo completamente al azar de 50 - 50.
— Es verdad, pero que fuera una niña sería tan lindo… quiero imaginar que sería algo más decente y educada que Yusaku, algo así como tu hijo Kiara.
— Muy elegante para mi gusto —Kiara se acomodó en la camilla sin dejar de ver a su amiga—. Prefiero un niño, así como Ryoken pero tal vez más sádico… parecido a tu sociópata hijo, Seren.
— ¡Mi hijo no es sociópata! —Serena se encogió avergonzada ante los rostros incrédulos de las contrarias— Al menos… no está confirmado…
— Al menos lo aceptas…
— Callate Ray, de todos modos ¿Qué quieres tú con tu nieto?
— ¿Ah?
— Es cierto… ¿Tu y Homura que esperan para su nieto? —La alfa volteó a ver a su amiga de cabellos rojizos que parecía meditar bastante su respuesta.
— Yo... mantengo también mi neutralidad… no me importa realmente eso…
Y era cierto, a Ray no le importaba, a diferencia de su esposo que deseaba tan fervientemente una niña… desde que ella perdió a sus dos hijas... aunque Takeru era la adoración de su alfa esposo, la ilusión de una niña estaba grabada en su mente y corazón; ella sólo deseaba que su hijo estuviera bien y completará su embarazo.
Mientras que su hermana y amiga ya pasaron la depresión del miedo al próximo anticristo que podría llegar a ser su nieto o nieta y terminaron en un debate por quien tenía la razón.
Kiara quería otro niño porque estaba harta de tanta niña caprichosa a su alrededor, además sabía que su esposo malcriaria demasiado a la pequeña damita que resultaría su nieta, así como lo hace con sus hermanas, hija y sobrinas… así que un niño, como Ryoken, sería lo mejor para ella; por el otro lado, Serena quería una niña porque estaba harta de tantos hombres rodeándola, en especial el imbécil de su esposo, así que otro toque femenino en su vida, más allá de las usuales escapadas que hacía para estar con el otro par de féminas, le haría demasiado bien.
Así que ambas estaban divididas, una quería un tierno niño y la otra quería una dulce niña, aunque la posibilidad de que sea un sociópata manipulador con tendencias homicidas.
— ¿Y los chicos como planean ponerle?
— ¿Eh? —Las dos mayores observaron sorprendidas a la omega menor.
— Si… porque, bueno, si Yusaku-kun reconoce al bebé… llevaría su apellido ¿No?
— Oh… pues...
— Ryoken no estaría de acuerdo, y Kiyoshi tampoco… —Kiara interrumpió a su amiga con la misma duda que ella.
— Yusaku pelearía por eso… igual que Ai…
Ray suspiró cansada, les mostró a las dos futuras abuelas una nueva disputa… el apellido de su futuro nieto o nieta.
(...)
Serena llegó a casa agotada física y mentalmente, discutió tantas probabilidades con su hermana y amiga que simplemente quería llegar a su hogar para recostarse un rato en el sofá… no esperó encontrar a su esposo discutiendo con los vecinos y a su hijo sentado en el techo, de nuevo, fumando… de nuevo.
— Ai…
— ¡Serena! Cariño… yo puedo-
— ¿Realmente tienes una explicación sobre por qué nuestro hijo está en el techo… fumando… de nuevo? —La omega estaba cansada, se demostraba en el tono de su voz y rostro— Y antes de que respondas, por favor… sé creativo está vez.
— Creo que sí, si la tengo… y tal vez tenga que ver con Nymph-chan.
— ¿Nymph-chan?
— Nuestra sobrina —Un beta de cabellos negros y ojos castaños hizo una reverencia ante la omega junto a su esposa de cabello rosa y cortó con ojos azules y voluptuoso pecho—. Verá, Fujiki-san, mi sobrina es gran amante de las aves y ella al ver a los cuervos caer muertos por… ya sabe… se molestó bastante...
— Ah… correcto… ¿Y eso que tiene que-...? Un momento… ¡Yusaku baja del techo, maldita sea! —Serena, por un momento, estaba olvidando a su hijo que aún se encontraba sentado en el techo— ¡Y deja de fumar o vas a verte-!
— ¡Ya cállate, maldita bruja! ¡Estoy en medio de una crisis, quiero pensar en paz, castígame luego ¿Quieres?! —El adolescente apagó su cigarro antes de sacar otro de una cajetilla que tenía a su lado, en ese momento no le interesaba exponerse al frío, caerse al vacío o que su madre lo fuera a asesinar luego… sólo quería recuperar un poco de su control emocional.
Ai sostuvo a su esposa para impedir que fuera a asesinar directamente a su único hijo por faltarle el respeto de ese modo, cuando Serena se calmó entendió que no podía asesinar ahora a Yusaku… pero ya le daría hambre al adolescente y bajaría por cuenta propia para aceptar su sentencia.
El otro matrimonio procedió a explicar, junto a Ai, la posible razón de porque el adolescente andaba de tan mal humor, más allá de que debía ir a recoger cadáveres de cuervo en el jardín, era tal vez la pelea que tuvo con el otro omega, que aparentemente se sintió amenazado y celoso por la presencia y el olor de “Nymph-chan”.
— No sabiamos que habia otro omega en su casa, Fujiki-san…
— Lo mismo digo… No sabíamos que su sobrina se había mudado con ustedes, Sakurai-san.
— Si, jejeje… de todos modos lo lamentó en serio, en nombre de ella, ahora si nos disculpa… Vamos, Ikaros —El beta dio otra reverencia junto a su esposa—. En serio, lo lamentamos.
— Está bien… nosotros igual, por los pobres cuer-
Serena no pudo ni terminar la oración cuando otro cuervo cayó muerto en la entrada de la residencia, sus vecinos se fueron rápidamente sin mirar atrás.
— Yusaku…
— Lo recogeré cuando se me dé la gana, vieja bruja.
(...)
Apenas había salido vivo de esa. Su madre realmente estaba cabreada, el ardor por el agua caliente y sus heridas era horrible, pero ahora tenía un problema aún mayor… y era que Ryoken seguía llorando en su habitación mientras liberaba feromonas, que aunque le agradaban, él sabía que el hecho de que estuvieran en exceso es que el omega estaba muy mal.
Yusaku suspiró antes de golpear la puerta del cuarto para invitados, no consiguió otra respuesta que no fuera que se fuera al demonio… bueno, al menos esta vez le respondió con un sólo insulto.
— Oye… Kogami…
— ¡Lárgate, déjame sólo!
— Sólo quiero hablar ¿Si? —Yusaku volvió a insistir lo más calmado que podía, entendía que si se alteraba sería peor— Ni siquiera abras la puerta si quieres… sólo escúchame…
Silencio… sólo eso consiguió y en ese momento lo tomaría como una afirmación.
— Esa omega, que más allá del apellido no tengo nombre, sólo vino por los malditos cuervos… que estuviera soltando tantas feromonas, remarcando su asqueroso olor, es algo que hasta a mi me desagrado… de hecho casi vomito antes de venir a hablarte… —Yusaku se apoyó en la puerta, ya no olfateaba tan fuertemente el olor del agua salada de las lágrimas— Tú olor a sal marina mezclado con la menta de nuestro cachorro es el único que me agrada… eres el único omega, que no es de mi familia directa, cuyo olor no me provoca asco… lamentó haber dejado a esa omega invadir tu territorio, junto al de mi madre, pero ella ya lo arreglará… ¿Podrías salir ahora?
De nuevo silencio, Yusaku soltó un sonoro suspiro antes de acariciar su muñeca izquierda…
— ¿Al menos me darías a Sa-? —Repentinamente el omega abrió la puerta, la muñeca no estaba entre sus brazos, si no que estaba en la cama tapada con las frazadas.
El alfa no negaría su sorpresa, pero la preocupación ganó al ver el estado del menor, sus ojos irritados por el continuo llanto, su rostro hinchado por la misma razón junto a las notorias marcas de las lágrimas.
Los omegas son tan, o incluso más, territoriales que un alfa ante un desconocido, en especial si estaban encinta o su cría aún era un lactante, Yusaku sabía que su madre aceptaba compartir su territorio con Ryoken porque ella lo conocía desde hacía mucho, era hijo de su mejor amiga, obviamente no sería una amenaza e incluso aceptó compartirlo con el menor… en cambio esa tipa era una desconocida para todos.
Esa tal Nymph esparció sus feromonas, tal vez a propósito o quien sabe, en el territorio que su madre y Ryoken compartían; mientras que a la mayor le dio un ataque de rabia por el olor, que sólo contuvo para usarlo en su intento de homicidio en su contra por faltarle el respeto hace un rato, a Ryoken, que estuvo presente cuando esa tipa comenzó a esparcir feromonas, le dio un ataque de pánico e histeria, en especial porque habiendo tantos alfas todos permitieron que esa chica invadiera su terreno.
En otras palabras, no echar a esa omega, en un intento por ser cortés, su madre estaba hecha una furia y el menor estaba destruido emocionalmente hablando.
— Aceptó que lo arruine… pero-
— Callate… —El de ojos azules limpio con su muñeca las nuevas lágrimas que amenazaban con escapar— … y abrázame… ¿Puedes hacerlo?
Yusaku no espero mucho antes de abrazar con fuerza al omega, el cual volvió a llorar esta vez en su hombro… sabía que éste se sentía desprotegido y amenazado por aquella invasión (como si preocuparse de que tal vez su abuelo lo descubra y venga a matarlo sea suficiente), no está demás decir que eso no le gustaba al alfa de ojos verdes.
El mayor se acercó al cuello del de cabellos blancos para aspirar profundamente antes de suspirar complacido mientras acariciaba la espalda ajena.
— Definitivamente… hueles, por mucho, mejor que la tipa esa…
— Gracias… supongo…
— No hay de que, axolote —Yusaku dejó escapar una suave risa mientras se adentraba junto al menor a su cuarto...
— No arruines el momento, wisteria… —Ryoken sonrió del mismo modo, por alguna razón se sentía tan a gusto con el mayor que no deseaba soltarle nunca.
(Hace 4 años…)
La primera vez que Yusaku se subió al techo fue poco después de iniciar la secundaria y descubrir su jerarquía.
Había llegado a casa con una horrible herida en la cabeza, un montón de hematomas y la ropa sucia; Serena se puso histérica al verlo así de herido.
Después de tratar sus heridas el nuevo alfa menor se había subido al techo usando la ventana del cuarto de costura que tenía su madre, necesitaba pensar un rato en silencio… tenía demasiadas cosas rondando en su cabeza… entre ellas la discusión y pelea que tuvo con el axolote junto a sus propias acciones…
¿Por qué había hecho aquello? ¿Por qué…?
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