Dio Brando: ¡Te amaré como si no hubiera un mañana!
Nota:
(T/N)= Tu nombre
(T/A)= Tu apellido
(C/O)= Color de Ojos
Tipo de One-shot: Fluff, Angst
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"¡¿Cómo quieres que confíe en tí si ya me has mentido muchas veces?!" (T/N) gritó, sus manos haciendo gestos rápidos mientras fulminaba con la mirada al rubio de orbes rojos; Dio Brando.
48 horas antes...
Dio Brando, el chico del que todos hablan. Tiene un ego sumamente grande y a pesar de ser frío con los chicos, y "cariñoso" con las chicas, este solo pensaba en una persona que siempre le derretía el corazón como si fuese un chocolate; (T/N) (T/A).
"Oi (T/N), no querías ir al pueblo a disfrutar del día?" Este de cruza de brazos, viendo cómo el/la chico/a se levanta de donde antes se sentaba para negar con la cabeza divertido/a. "Claro que si, Dio. Pero descansaba un poco para poder estar un buen rato afuera." El/la chico/a toma la mano del de orbes rojos, saliendo fuera de la mansión.
Si, ellos estaban juntos como pareja. Los chicos celebraban y las chicas se ponían celosas ante esto, pues no se puede negar que es un chico guapísimo. Pero a (T/N) no le importaba, pues sabía que Dio solo se fijaría en el/ella.
"¡Oh mira, unos cisnes!"
(T/A) señaló el pequeño lago alejado del pueblo, viendo unos cisnes flotando libremente en el agua. "Hm. No me interesa." Dio giró su cabeza hacia adelante, haciendo que el de orbes (C/O) frunciera el ceño. "¡Eres malo! ¿Qué es lo que te interesa tanto? ¡Esos cisnes son muy lindos, míralos que elegantes son!" Ante este comentario, el rubio sonrió divertido. "No más que tú querido/a."
(T/N) se sonrojó de un tono carmín, pues no se esperaba eso. Usualmente hacía comentarios como ese, pero estaba tan distraído/a que no se percató que podía hacerle cumplidos como ese en cualquier momento. Es Dio Brando, ¿qué esperaban, que le diera un beso cálido en los labios? Podría suceder, pero el molestar al de orbes (C/O) era un pasatiempo que al rubio le encantaba hacer a diario.
De pronto cayó la noche y tuvieron que volver a la mansión. De ahí (T/N) se despidió de la familia Joestar y del mismo Brando para poder irse a su casa. Sin embargo, Jonathan se embarcó a otro estado y Dio se aprovecha para tomar la máscara de piedra e idear un plan para que su hermano adoptivo se lo colocara para al fin poder terminar con el.
Pero para comprobar si funcionaba, se fue por la noche a buscar una víctima para poder usar la máscara, pues era algo que debía saber para que su plan no fallase. Encontró a un señor ebrio y el rubio se la colocó, ya con la sangre del de orbes rubíes; gritos y llantos resonaban por el lugar, y el de orbes rubíes esperaba con ansias la muerte lenta de la persona, cuando la máscara se desató del rostro del señor y Dio la atrapó. Quedó en el suelo, no se movía. "Funciona..."
Pero este notó la piel pálida, los colmillos que sobresalían de los labios fríos del señor y las uñas le crecieron hasta quedar afiladas y largas. "No puede ser..." Este se va a caminar, pensativo y sorprendido. En su mano se encontraba una botella expensa de vino, bebiéndola mientras se encaminaba hacia la mansión, mientras el señor, que ya era vampíro, se levantó y chupó sangre de otro que pasaba por ahí cuando amaneció y este se convirtió en cenizas llevadas al aire por el viento.
Quedan 24 horas, tic toc, el tiempo se acaba.
Dio Brando se frustra, sacando todo de su escritorio con furia. "Odio a Jonathan, odio a los Joestars...tengo que terminar con ellos...usaré esto..." Tomó la máscara con sus manos, y la miró con detenimiento y se la acercaba al rostro cuando la puerta principal se abrió y se escuchó una voz alegre pero potente. "Jojo..." Dejó la máscara en su escritorio, un plan en mente.
"¡Padre, he vuelto!" Pero nadie fue a verlo. "Oh, debería de estar en cama entonces." Este se fue al cuarto de su padre, el de orbes (C/O) entrando a la mansión en busca de su amado. "Dio~ Ya estoy aquí, ¿me necesitabas?" "Ah, llegas justo a tiempo querido/a."
Dio bajaba de las escaleras, tomando a (T/N) de la mano y llevándolo/a afuera. Después de caminar por unos minutos, el rubio suspira algo agotado. "¿Ocurre algo Dio? ¿Quieres volver a la mansión?" El mencionado niega con la cabeza, pasando una mano por su cabello perfecto. "No, no...es solo..." Este carraspea, viendo al de orbes (C/O) de una manera indescifrable. "¿Tú estarías conmigo por el resto de la vida?"
"Que pregunta tonta Dio, ¡Claro que sí, te amo demasiado y no quiero perderte!"
El rubio suspira aliviado, asintiendo con una sonrisa en su rostro. El resto del día lo pasaron juntos, y llegó la noche, por lo que (T/A) tuvo que irse a su hogar. Dio se fue a su habitación y rápidamente tomó la máscara en sus manos, dispuesto a ponérselo. Derramó unas gotas de sangre de su padre, George Joestar, en la máscara y se la colocó en el rostro, la misma enterrandose en el cráneo del rubio.
Un dolor intenso. Era mucho peor de lo que había imaginado. Intentaba no gritar, pero era inevitable, pues arañaba el escritorio con fuerzas, de a poco transformándose en la criatura inmortal de la noche. La máscara cayó y se rompió en pedazos, el de orbes rubíes respirando profundo y lento. "Kkkhhhh..." De repente se fue fuera de la mansión en busca de sangre. Varios cuerpos adornaban el suelo, disecados y con una expresión de horror plasmado en sus rostros.
"Ahh...se siente tan bien, ¡Me siento libre!"
Como ya iba a amanecer, este volvió a la mansión, refugiándose en la oscuridad de la misma.
9 horas restantes. El destino espera. No queda mucho, estará a favor de la justicia o en manos de la maldad?
Dio actuaba extraño, y (T/N) lo había notado. Le preguntaba muchas veces si le pasaba algo, si quería salir a pasear, si quería siquiera comer algo pues estaba pálido como un muerto, y cada vez Diego Brando le mentía.
"Estoy bien, no he dormido mucho."
"No tengo hambre, había comido hace horas atrás."
"Hace mucha calor, mejor nos quedamos aquí y leemos algo o jugamos algo, ¿si?"
Se le hacía raro pero le siguió el juego.
Caía la noche y Jonathan apareció en el cuarto de su padre, quién estaba mejor pues había descubierto que Dio le brindaba pastillas falsas. De ahí apareciéron policías y Speedwagon junto a sus compañeros. Dio se encontraba en el techo, respirando hondo. "Kkhhh..." "¿Qu-que-que fué eso?"
Uno de los policías se elevó al techo y cayó al suelo fuertemente. Crack. No tenía vida, pues parecía una fruta seca ya que le quitaron toda su sangre. "...Jo...jo..."
Dio apareció en el balcón y los policías enpezaron a dispararle, solo para fallar ya que las balas no le atravesaban el cuerpo. "¡Jaja! ¡Eso es inútil!"
(T/N) apareció y quedó horrorizado ante la escena, cuerpos sin vida en el suelo, hielo esparcido por todo el suelo que parecía ser alguien congelado, y George Joestar falleció en los brazos de su hijo, Jonathan. "¡¿Dio...que hicistes?! ¿¡Acaso hicistes todo esto!?"
Lágrimas caían de sus orbes (C/O), temblando de miedo. "Oh, (T/N)...no te preocupes, estaremos juntos por toda la vida."
"¿¡Cómo quieres que confíe en tí si ya me has mentido muchas veces!?" (T/N) gritó, sus manos haciendo gestos rápidos mientras fulminaba con la mirada a al rubio de orbes rojos; Dio Brando.
Este intentó acercarse, pero (T/N) se apartó bruscamente, lléndose de la mansión. "¡Dio! ¡Pagarás por todo esto!" Jonathan se abalanzó hacia el rubio, empezando una batalla épica.
0 horas restantes. El camino estuvo difícil, obstáculos permanecían en el camino, pero al final el héroe prosperó y acabó con la maldad.
La mansión brillaba con intensidad, el fuego se alzaba y llegaba a alturas que podrían llegar a las nubes. "Se terminó, Sr. Joestar...Dio Brando está acabado. "Si...adiós, padre." Con esto, los dos amigos se encaminaron lejos de la mansión en llamas, cuando uno de los sirvientes de Dio salió con un objeto en sus manos de la mansión Joestar.
(T/N), que lloraba ante la pérdida de su amado, sollozaba sin parar en su habitación; estaba frustrado y enojado con el, pero aún lo amaba, y si tuviera la oportunidad de verlo una vez más, lo haría.
Una sombra capturó la atención del de orbes (C/O), levantándose de su cama e investigando el celaje. "...(T/N)..." El mencionado jadeó de sorpresa, reconocía esa voz. "¿D...Dio?"
"Mi querido/a (T/N)...pensé que nunca te volvería a ver..."
El sirviente salió de su escondite, colocándose frente a (T/N) con un frasco elegante en sus manos; la cabeza de Dio estaba adentro. "¡AHH! ¿¡Que!?" Se asustó, por lo que el/la chico/a se alejó con rapidéz.
"(T/N), no te asustes. Pronto conseguiré un cuerpo digno, pero te necesito. Quiero que estés a mi lado, para gobernar al mundo. Te haré inmortal si así deseas, pero te suplico, ven conmigo."
(T/N) lo pensó, y después de un rato asintió, acercándose lo suficiente para quedar cerca del sirviente, por lo que el mismo estrecha sus manos para que Dio estuviese a centímetros del/ de la chico/a de orbes (C/O). "Si, acepto Dio. Jamás en la vida podría vivir sin tí."
"Entonces está decidido, te amaré como nunca antes lo había hecho con mi apariencia. Te amaré como si no hubiera un mañana. Te amo mucho (T/N) (T/A) y nunca mo olvides."
"Yo también te amo demasiado, Dio Brando."
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