El sol brillaba levemente en el horizonte, mientras que los pensamientos invadian el corazón de Jisoo.

"Jisoo, ¿te sientes bien?" pregunto Jennie, estaba casi segura de la respuesta, pero quería preocuparse por su amiga.

"Sabes, Nini se siente vacío estos días, como si el cielo estuviera triste" Se acomodo en su silla, y empujo sus lentes contra el puente de su nariz.

"Entiendo, no es facil, tu era-" se vio interrumpida debido a el grito del maestro Kim.

"¡Jisoo y Jennie, fuera de mi clase!" Las dos se asustaron, pero fue facil irse, a nadie le gustaba la clase de matemáticas.

Jisoo intento preocuparse por sus clases, pero ella seguia en su mente, Jisoo extrañaba tanto a Rosé como las estrellas extrañan el sol por la mañana.

Se retiraron, aun con Rosé en su mente, decidió ir al baño a lavarse la cara.

Como era de esperar, el baño estaba casi vacío, solamente un cubículo estaba ocupado. Era raro, pues, esa persona parecía apunto de salir, y aun así, nunca escucho la puerta abrirse , se lavo la cara, y espero un poco, se notaba descaradente que solo quería mirar quien salia.

Cuando estaba apunto de rendirse y retirarse, cuando una risita le llamo la atención, era la misma que solo Rosé podia emitir, podría reconocer esa voz a miles de kilómetros.

Tal vez estaba desesperada, ella realmente lo estaba, necesitaba a Rosé a su lado. Hizo lo posible para que no se notara el hecho de que estaba esperando.

"Boba, ¿porque esperas tanto? toca la puerta" Esa voz, la voz de sus sueños estaba presente, la voz de Rosé estaba frente a ella, guiándola hacia esa puerta, miro alrededor, no había nadie ella no estaba demente, o eso esperaba.

En pasos temblorosos, se acerco a la puerta, y tímidamente, sus dedos tocaron la puerta, no obtuvo respuesta, por lo tanto estaba a punto de voltarse, pero unas pequeñas manos tomaron su brazo y la empujaron dentro del baño.

"Hey" susurro Jisoo antes de voltear la mirada, no sabia como reaccionar, porque de todas las personas no imagino verla a ella.

Era Rosé, su preciosa niña de ojos dorados estaba frente a ella, ella no la había abandonado.

"¿Que haces ahí parada? ¿Porque no vienes a abrazarme?" fingió estar indignada, porque que penso en que la primera reacción de Jisoo seria abrazarla, pero ella se quedo paralizada, por lo tanto decidió dar la iniciativa, igual cuando beso sus rojos labios.

"Tu... T-tu te habias ido." las lágrimas salían de sus ojos. "Lo se, pero volvía por un tiempo." Se fundieron en un abrazo, uno que Jisoo desearía marcar en sus manos.

"Siento mucho haberme ido, Soo, no quería hacerlo." Volvió a decir con una expresión triste. "Entonces me quedarse contigo, espero que no estés enojada conmigo.

Jisoo negó. "¿Como estaría enojada contigo? te busque en mis sueños repetidas veces." Hablo mirando a Rosé, con sus ojos diciendo que no la dejara ir otra vez.

Ella no quería dejarla ir, porque no pudo superarlo en el momento en el que debes hacerlo, entonces ahora que Rosé volvió, no lograría hacerlo.

Sus manos temblaron al momento de soltar su abrazo, temiendo que se vaya otra vez, aunque eso no sucedio.

"No vuelvas a irte, Rosie." Miro sus ojos, como si estuviera regañando a su contraria, quien solamente sonrio.

Salieron del cubículo, encontrándose con Jennie. "Soo, estaba Buscándote." Dijo Jennie, confirmando que solamente Jisoo podía ver a Rosé.

"Tenia que ir al baño." dijo en un tono suave. "¿Te sientes bien?" Pregunto Jennie.

"Lo estoy, solamente necesito tiempo." Rosé miro a Jisoo algo extrañada, entonces miro a Jennie sus ojos parecian estar rojos, como si hubiera llorado antes de encontrarse con Jisoo.

"Entiendo Jis, estaré para ti en lo que necesites." Dijo antes de despedirse e irse a cualquier lugar.

"Rosie, ¿deberia decirle a Jennie?" Los ojos de Rosé se abrieron un poco antes de hablar. "No pasaría nada, pero tampoco es seguro que te crea."

Hizo una expresión incomoda ante la idea de ocultarle algo a Jennie, ya que era su mejor amiga desde pequeña y nunca le oculto nada.

"Si te sientes cómoda diciéndolo, dicelo, no ocultes lo que sientes." Hablo Rosé.

Una y mil palabras pasaban por su mente, maldiciendose internamente por no saber decidirse.

"Lo haré, mañana, por el momento, ¿donde te quedaras?" Rosé pensó que la pregunta era obvia, pensó que Jisoo sabría que se quedaría con ella. "Contigo."

"Entonces, debemos ir a casa." Le presto poca atención a las clases antes de irse, nada especial, solamente dibujar un cráneo humano.

Al llegar a casa, se dio cuenta del brillo literal que producia Rosé, su piel brillaba ligeramente, posiblemente es debido a que no es una persona viva.

Unos minutos después, Rosé decidió dibujar en un lienzo, empezó dibujando una flor, y termino dibujando a Jisoo, siempre a sido buena para dibujar.

El dibujo de una Jisoo sentada y rodeada de flores, no tardo en aparecer en el lienzo.

Aunque Jisoo solamente le sonreía a Rosé, porque le importaba mas su presencia que lo que hacia.