[13]
Jungkook logró ver a ese chico de Kim Taehyung solo, el cual cortaba un mango con un cuchillo, el menor suspiró y se acercó al tipo, viendo a Jin que también acompañaba al delta, se sentía un poco celoso por el hecho que su mayor le estaba prestando demasiada atención a ese pelinegro.
El nuevo de la manada que apenas llevaba 6 meses, alzó el rostro, viendo aquel bonito rostro, curioso por esos ojos grandes de venado, sabía que ese joven no era un alfa en sí; pero parecía más una presa. Jin subió su rostro ya que no se encontraba tan lejos de Taehyung y tallaba un objeto en madera, le daría un regalo a su madre que en unas semanas cumpliría años.
Se acercó; pero prefirió quedarse a dos metros de ambos, hizo una mueca, mejor no iba interrumpir por el momento la conversación de esos sujetos.
—¿Quieres mango?—preguntó Taehyung a Seokjin, levantando un mango ya pelado, cortó una parte y se lo ofreció a Jin que se encontraba a su derecha.
—Gracias—dijo el líder de la manada tomando aquella fruta y le dio una mordisqueada—respecto a tu mordida...¿Quieres contarme qué pasó con tu marca?
Taehyung dejó de cortar aquella fruta, para enfocar su mirada en el alfa, haciendo una media sonrisa que se notó más forzada.
—Era muy joven...me enamoré de alguien y quería que fuera mi pareja, así que reté a uno de sus pretendientes y...su primer ataque fue contra mi cuello. En ese momento se burlaron de mí y no me quedó de otra que huir al bosque,el lazo se rompió muy rápido; pero...mi lado animal, había desaparecido. No pude...no pude volver a transformarme en lobo.
—¿No...no has tratado de encontrar de nuevo tu lado animal?—interrogó preocupado Jungkook ante aquella amarga historia. Taehyung se giró y al ver al hermano del lider, se sorprendió, no lo había escuchado llegar y eso que tenía una buena audición, o eso consideraba.
Taehyung rió con pesar.
—Ya pasaron siete años desde ese accidente...está muerto, así como mi existencia. No podré a ser alfa y si lo llegara a ser, no creo que me pocisione en lo alto de la manada. Ni siquiera tengo el valor para tener la persona que amo.
—Esa persona que amas...¿Era de tu manada anterior?—Jungkook se sentía muy curioso ahora, hace ratos que escuchaba la conversación de su hermano y ese tipo.
—Si...era la persona más dulce, tímida y honesta que podrías encontrar. Cuando lo vi por primera vez, es como si...ya hubiéramos vivido nuestro amor mucho tiempo, la sensación de verlo, era familiar, su aroma, era dulce...—el Delta dio una mordisqueada al mango y contempló sus pies, aunque después se concentró en las hormigas que pasaban debajo de él, llevando pequeños pedazos de hojas y ramitas.
—Puedes hacer surgir de nuevo a tu lobo—Jin le comentó, y presionó con su dedo índice el pecho del chico, donde se encontraba su corazón—solo debes...perdonarte a tí mismo, no culparte más.
—No lo logré hacer en estos siete años ¿Qué hace que lo pueda hacer en esos tiempos? ya me dí por vencido.
—Dices que buscas a ese omega ¿No? ¿Creés que podrás mostrar tú cara así como te encuentras, o no eres lo suficiente para un chico como él? No importa lo que hagas, si te acobardas...no tendrás honor–comentó con tono serio.
—No importa, solo regresaré por él y nos iremos, huiremos.
—¿Quieres tomar al chico y huir,y seguir así toda tu vida, huyendo? ¿En vez de enfrentarte a la manada, a ese hombre que te quitó al hombre que amas?—Jungkook miró con sorpresa a Jin ya que lo sintió algo molesto—realmente...eres un cobarde ¿No? ¿qué clase de vida le quieres dar a tu chico y cachorro?
Jin sintió una punzada en su interior, alzó el rostro viendo a Jungkook, apretó los labios, se levantó, salió en silencio algo molesto, no sabía si estaba regañando a ese joven o a sí mismo por ser un cobarde total..
Taehyung ya no quiso comer su mango, dejando a un lado en una pequeña mesita de madera. A pesar que no le gustó lo que había escuchado, el alfa tenía razón ¿Pasar huyendo toda su vida? Si...eso no era vida, no era felicidad. Pero...¿Cómo un chico como él, iba enfrentarse a ese tipo que era el líder? A quien...le temía. Ese hombre que lo humilló frente a muchos y al hombre que había robado su corazón en milisegundos.
Subió su rostro y contempló el horizonte, se levantó con lentitud para empezar a dirigirse a una pequeña colina.
Al llegar sus ojos se iluminaron ante el bello paisaje, las montañas restantes visualizaban a lo lejos y parecían ser bañadas de un hermoso dorado, como si fueran bendecidas en ese preciso momento. Sonrió y se sentó. Era solo una bella vista que deseaba mantener en sus recuerdos.
—Yoongi...¿Estás viendo esto? es hermoso—susurró empezando a llorar, limpiando sus lágrimas en el proceso—yoongi...ojalá el destino nos hubiese favorecido y coincidir antes en nuestras vidas—susurró—tal vez así...de seguro, hayamos tenido una oportunidad...duele...mucho.
Jungkook se sentó al lado del Delta e hizo un puchero. Se sentía apenado por ese tipo, sentía lo mismo que él, no estar nunca al lado de la persona que amaba, por una u otra situación. Jungkook sabía que él y Jin, jamás lograrían tener algo.
—Dicen que si pides un deseo en el amanecer, se te puede cumplir, pero debes pedirlo con mucha fuerza, con tu alma—comentó el más joven.
Taehyung se limpió rápido las lágrimas y contempló con extrañeza al joven que ahora se encontraba a su lado: ¿Qué hacía él allí? ¿Por qué no se iba aún?
—Ya no creo en esas cosas—comentó el pelinegro con leve mal humor.
—Ni yo; pero a veces trato—comentó mordiendo el interior de su mejilla.
—Pensé que te caía mal.
—No me caes mal, solo te tengo celos—dijo restando importancia a la situación.
—¿No es lo mismo...
—No, si me cayeras mal, no te hablaría, solo tengo celos de que...Jin te preste mucha atención.
—Oh—dijo sorprendido, miró al frente y suspiró haciendo una leve sonrisa—Si te consuela, no tengo ningún interes romantico en él.
—¿¡Qué te hace pensar que tengo un interés romántico en él?—dijo quejoso sin poder ocultar su sonrojo—¡Estas loco! ¡Loco, eso jamás ha sido a-así!
Taehyung frunció el ceño al ver al chico darse aire con la mano y levantarse sin decir más, alejándose mientras murmuraba algo. El Delta se extrañó ¿Qué, acaso había dicho algo malo?
Jungkook llegó al centro de la aldea, contemplando a Jin que parecía educar a unos cachorros que rodaban entre los cinco años. Enseñando a dar mordidas, aunque practicaban en unos peluches hechos de paja. El alfa dirigió su mirada a la derecha, sus brazos estaban cruzados. Notó que Jungkook pasó de largo sin molestarlo, siempre que se veían el menor se ponía a fingir que luchaba con él o lo usaba como bolsa de arena para boxear; pero por alguna extraña razón, el chico solo pasó de largo, en silencio.
—Sigan practicando—ordenó a los pequeños—Jungkook—alzó la voz para llamar al menor; pero este pareció ignorarlo—¿Qué demonios, qué está mal con ese chiquillo?
Jin siguió al menor, hasta abrir la cabaña de su madre, dado que el más joven ingresó allí,su madre que se mantenía en la cocina haciendo el almuerzo, se giró con la cuchara de madera, dado que probaba la sopa, aquella entrada le sobresaltó. Jungkook se fue al cuarto en el que ambos solían vivir juntos, se tiró en su cama, a pesar que se había ido hace un tiempo, su madre siempre dejaba el lugar así, solo limpiaba y cambiaba las sabanas por si uno se sintiera solo y quisieran compañía.
Jin ingresó.
—¿Qué haces aquí?—preguntó Jungkook frunciendo el ceño.
—Me ignoraste hace un rato.
—¿ah, sí? tal vez no te vi...—dijo un poco malhumorado.
—¿Qué sucede contigo? no eres así.
—Solo...estaba pensando en algo—contempló a Jin con rostro serio para luego sentarse en la cama—¿Te acuerdas aquel día que encontramos al Delta?—el ajeno afirmó sin comprender lo que el menor deseaba decirle—.Sus ojos...cuando despertó, pasaron de un color rojo, Jin.
—Lo recuerdo.
—El lobo que él mató...también era uno de ojos rojos ¿Sabes qué significa eso? que es un lobo de luna roja. Ese chico...es un rey lobo Jin. La leyenda cuenta que no pueden haber dos reyes en estas tierras y cuando uno muere, los dioses eligen otro.
Jin rio un poco incrédulo.
—Jungkook, ese chico ni siquiera puede transformarse en su lado animal ¿Qué te hace pensar que es un rey licantropo? solo fue esa vez y...
—¡Jin!—alzó el tono un poco molesto—¿Sabes qué significa eso? Si ha vuelto, ya no tendremos que escondernos de otras manadas...podremos tener una vida normal. El equilibrio volvería. Ya no tendremos que ocultarnos en lo alto de las montañas.—el menor se acercó al ajeno y se acercó lo suficiente —.Podrás encontrar una o un omega para...aparearte y seguir con-...
—No estoy interesado en algo así.—dijo con tono seco.
—Eres el líder de esta manada...¿No puedes hacer algo, para despertar el lobo del chico? Pregunta a ls chamán, el debe saber algo.
Jin suspiró, viendo el rostro de ilusión que el menor mantenía en su rostro, a pesar que era poco probable que Kim Taehyung despertara de nuevo a su lobo, no perdía nada en intentar, además, estaba cansado de esa vida, de mantenerse oculto entre las montañas. Afirmó con un leve movimiento de cabeza y salió de aquel cuarto, su madre lo siguió con la mirada, sin comprender que aconteció hace unos minutos, viendo al tipo salir de la cabaña. Dio otro sorbo a su prueba de sopa, frunciendo el ceño.
Siendo un poco más tarde, Jungkook había terminado de almorzar y conversar con su madre, ella lo notaba bastante distraído en esos días y se preocupaba por él; pero a pesar que le preguntaba si todo estaba bien o había sucedido algo, Jeon Jungkook respondería: "No te preocupes, todo está bien" para sonreír.
—Jungkook, hijo—llamó la atención su madre—. Se que si te pregunto si te preocupa algo, me dirás que no me preocupe; pero no puedo más. Debes decirle a tu madre que es lo que te tiene así.
—Madre...¿Cómo era papá?—Jeon Sunmi al escuchar aquella pregunta, bajó su mirada con sumo dolor, recordando que desde que huyó con su hijo, nunca más supo de su alfa, de seguro lo habrían matado o lo dejaron vivir y ahora formaba una familia con otra mujer.
—Tu padre, era el hombre más generoso que podía existir, era distinto a los demás alfas. A él no le interesaba eso de la caza, pero le gustaba mucho ayudar, siempre extendía su mano a cualquiera que se lo pidiera, era bueno en el arte de la orfebrería. Sus manos hacían belleza con las joyas, el oro, la plata entre otras cosas. Me recuerdas mucho a él.
—Si algún dia tuvieras la oportunidad de verlo...¿Crees que regresarías con él?
—Han pasado más de 20 años Jungkook—rió con un poco de amargura tratando de no romper a llorar—. A estas alturas, no se si está vivo o se casó con alguien más, pude sobrevivir por tí...porque eres lo que mas amo en este mundo.
—¿Aún lo sigues amando?—Sunmi admitió en silencio—. Era mi alfa al final de cuentas—ella al recordar el rostro de su esposo, suspiró con lástima.
—¿Nunca te arrepientes de que yo haya nacido?
—¡Jeon Jungkook!—exclamó molesta al escuchar aquello—. No permitiré que vuelvas a decir algo así, desde que te formaste en mi interior, eres lo que mas esperaba en este mundo, tu padre dio su vida para salvarte.
—Yo...creo que amo a alguien de esa misma forma, daría mi vida por esa persona.
Jeon Sumi desvió la mirada y al darse cuenta de la situación, solo afirmó con lentitud.
—¿Es Jin, cierto hijo?—los ojos del menor se abrieron en par y contemplaron a su madre, su cara era de sorpresa—. No puedes ocultar tus sentimientos hacía tu madre, te creaste en mi interior y te traje a este mundo, sería un pecado que no conociera a mi propio hijo.
Jungkook se levantó de su asiento, se acercó a su madre y se hincó frente a ella, recostó su rostro sobre el regazo de la mujer, rompiendo a llorar al sentir que había liberado un poco el peso de su corazón, Jeon Sumi acarició los cabellos oscuros del joven.
—Lo siento madre...se que nos criaste como hermanos ¡Pero traté de que no me gustara! ¡No puedo ir en contra de mi corazón, perdoname, madre!—suplicó apretando la tela de la falda de su madre.
—¿Por qué te estás disculpando, Jungkook? no podemos dictar a nuestro corazón sobre quien amar y no. Solo me preguntaba cuando ibas tener el valor para decirlo...desde que eras un cachorro lo noté—ella tomó con delicadeza el rostro de su hijo y lo alzó—. La forma en que lo contemplabas, era distinta, es como si vieras una enorme luz en esta fria montaña.
—Madre...¿No estás enojada conmigo?—ella negó con una dulce sonrisa.
—Me duele madre, duele amar así.
Jin abrió la puerta de la casa con una gran sonrisa sin saber que acontece.
—¡Miren lo que me regalaron un conejo!—el alfa sonrió espléndido.
Jungkook soltó un gruñido, tomando una manzana que estaba sobre el plato de frutas que se mantenía sobre la mesa.
—¡Vete, vete!—gritó el menor tirando la fruta, Jin abrió los ojos en par y protegió al pequeño conejo, al no irse, incomprensible, el menor corrió y le dio un empujón hasta sacarlo de la puerta y cerrar de un golpe, dejando bajo llave.
Kim Seokjin se quedó estupefacto, había ido a buscar un conejo para regalarselo al menor como regalo; no entendía porque había sido tratado de esa forma, se giró viendo a su alrededor y suspiró, dejando en libertad al pequeño animal, que salió corriendo como sus patas lo permitieron ya que fue secuestrado cuando estaba comiendo.
Se acercó a Ken y rascó su cuero cabelludo, aunque procesando todo, su amigo ingresó un cigarro a su boca.
—¿Sucede algo con Jungkook? lo acabo de encontrar llorando y me echó de la casa.
—No lo sé, es tu hermano. Me preguntas como si yo fuera su amigo más personal...pero si lo dices así, en estas semanas ha estado extraño. No ha querido formar parte de la caza.
—Yo...no sabía que Jungkook se sentía mal, ni siquiera que es lo que le perturba, que es lo que mas le gusta o aborrece—Jin se giró viendo a la cabaña de su madre—. Prepara a los chicos para mañana, iremos a las bajas montañas a cazar ciervos...¿Podrías decirle a Jungkook por mí? no creo que me desee ver.
Ken vio a su amigo que se dirigió a su cabaña, soltó un suspiro, exhalando el humo del cigarro, en serio. Esos dos, era difícil lidiar con los Jeon.
Taehyung se encontraba afilando su nueva hacha, la había comprado en un pueblo abajo donde permanecía una manada que se encargaba de vender madera y armas de defensa o para la caza. Estaba sentado afuera de la cabaña, sobre un tronco grande. Escuchó unos pasos, así que subió su cabeza, notando al alfa y líder, Kim Seokjin.
Este soltó un bostezo, había terminado de arreglarse y era el dia que irian de caza bajo las montañas, había escuchado que algunos ciervos de buen ejemplar bajaron para comer un poco de pasto y frutos.
—Estábamos pensando ir a cazar con los chicos ¿Quieres venir?
El Delta bajó su mirada y desvió la mirada.
—Hace mucho tiempo que no cazo, además, llevo seis meses aquí, así que he perdido un poco mi fuerza física.
Jin le sonrió, tomó la silla de lado y sentó al lado del tipo.
—Puedes tratar por lo menos, vamos a ir siete de los chicos, puede ayudarte a retomar tu fuerza física. Pensamos ir montaña abajo, hay venados allí y de paso podemos pelear con algunos osos—comentó sonriendo.
—Solo seré un estorbo—musitó apenado.
—Hay una forma—comentó. Taehyung le miró sin comprender—De que despiertes de nuevo tu lado animal.
El Delta le miró con los ojos cargados de sorpresa: "¿Cómo, era posible? pensaba que no, si hace años no logró algo así ¿Cómo se suponía que lo haría en ese tiempo?"
—No es posible.
—Deberías dejar tu negatividad a un lado y tratar ¿Has tratado con toda tus fuerzas?
Taehyung bajó la mirada para luego apretar los labios. Claro que sí trató, por un año completo pero no hubo mejoras, nada. Solo quedaba un vacío. Jin le acarició la espalda, tratando de confortar al chico.
—Aunque sea, acompañanos en la caza,
—Está bien—admitió con leve pena.
—Saldremos hoy en la tarde, mete lo necesario en una maleta.
Taehyung afirmó, el ajeno se fue a pasos silenciosos dejando al menor en lo suyo. El Delta dejó el hacha a un lado, pensativo ante las palabras anteriores de su compañero de manada. Seokjin se acercó a Jungkook que conversaba con Ken, el menor se giró a ver a Seokjin, sintiendo un poco de culpa por lo del dia anterior, había reaccionado mal, dado que el se sentía triste y ese alfa llegó tirando brillos y felicidad.
—Jin yo-...respecto a lo de ayer.
—¿Si vendrás a la caza?—trató de evadir aquel tema el mayor—. Nos viene un buen lobo agil como tú, habrán venados, ciervos.
—¿No estás enojado conmigo por lo de ayer?
—No se que pasó contigo ayer, pero...supongo que todos tenemos esos dias. No se que te moleste pero esto ayudará a despejar tu mente.
Jungkook miró con cierta dulzura al mayor queriendo decirle sus sentimientos, si tan solo supiera que era por él que se sentía así, sonrió forzando un poco su rostro y ocultando ese sentimiento de no obtener a Kim Seokjin de la forma en que lo deseaba.
—Bien, iré...¡Además que harían sin mí!—trató de animarse y rascó la punta de su nariz.
Jin rió, sacudiendo la cabeza del menor, quien quiso frotar su mejilla sobre la palma del ajeno, pero se contuvo. En esos últimos días, se sentía más melancólico y con deseos de ser tocado por el líder. Trataba de no verse tan obvio al respecto.
Una hora después, una manada de lobos negros soltaron aullidos, empezando a ingresar al bosque, como el jefe iba Seokjin con sus ojos naranja intenso, a su lado Jeon Jungkook, que se giró viendo a los demás lobos para asesorarse que todo estuvieran bien. Más lejos pudo contemplar a Kim Taehyung, el cual caminaba con tranquilidad, llevando un hacha sobre su espalda, con su estuche de protección. Jin se giró en dirección del delta, ofreciendo una noble sonrisa, la cual fue correspondida por Kim Taehyung.
Sería una cacería un poco más larga de la que acostumbraban.
Mar-20-septiembre-2022:
Lamento la tardanza, estaba ocupada con mis estudios pero aquí está el capítulo. Gracias por su larga espera.
¡Recuerden el lema de la familia: Somos Sol que calienta; pero no quema!
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