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¿Hay algo peor que quedarse a solas en un lugar completamente blanco? Si, lo hay. Estar bajo la presión en un cuarto complemente a oscuras es peor que un cuarto en blanco.

No puedes ver absolutamente nada, no puedes hacer nada más que escuchar con mucha atención a tu alrededor.

Luk parecía estar en ese tipo de lugar, según sus sentidos había mucho espacio y él estaba parado en todo el medio de la habitación. Esperaba paciente a que sus ojos se acostumbraran a la poca luz, pero el efecto estaba tardando demasiado, tuvo que pensar en algo más.

Una vez, en Island Of Sound hubo un apagón de luz en la zona. Fue fácil cuando él sol todavía estaba en su mayor esplendor, pero cuando llegó la noche fue un completo reto, además de estar a oscuras esa noche la luna no se asomó para poder darles una mano con su brillo. Él y todos sus demás conocidos tuvieron que arreglárselas para volver a sus casas en medio de la penumbra, por suerte él pudo llegar a casa, tuvo cuidado con sus pisadas y de a poco fue llegando a su hogar.

Está ocasión era lo mismo ¿No?.

Trató de seguir lo pasos que siguió aquella vez, avanzando despacio y de vez en cuando tocaba la nada para saber que no había ningún obstáculo frente. Luego de unos minutos, se cansó de tratar de esperar una pared y siguió caminando solamente, lo más que le podría pasar era que impactara con algo.

Aún sin ver, se talló los ojos esperando a que avanzaran los resultados, pero nada paso. Hay algo que hay que saber cuándo estás en situaciones como estás a solitario, lo primordial es mantener la mente ocupada y no dejar que caiga en mala manos. Trató de hacerlo, pensando en alguna canción o imaginarse que estaba en una situación en la que trataba de robarle un costoso reloj a un turista.

El sonido de alguien raspando algo lo sacó de su intento de mantenerse ocupado, rápidamente volteó hacia la dirección del sonido, sin poder ver absolutamente nada. Esperó, mantuvo la respiración para comprobar que había escuchado algo, pero en esos segundos no escuchó nada más que su propio corazón latente.

Siguió con su camino, deseando poder conseguir algo para poder alumbrar. ¿En dónde estaba su bolígrafo mágico? Estaba seguro que lo tenía colgando de su cadera.

Volvió a escuchar los raspados, no quería perder la compostura pero si seguían así iban colmar su paciencia. Nuevamente volvió a voltear, nada todavía, sus ojos no estaban colaborando en este momento.

Cuando era pequeño, una señora anciana le había advertido que no forzara la vista en la oscuridad, entendía el por qué, pero en este momento requería mucho de su visión. Forzó su vista, esperando ver algo tras de él, pero de nuevo no alcanzó a ver el causante del sonido.

Trató de prestar más atención al ruido, cerrando los ojos está vez.

El raspado era persistente sin duda alguna pero, quien era el causante. Pronto lo averiguaría, luego de que 2 fuertes golpes lo sacarán de quicio.

Abrió sus ojos a la par, encontrándose con la oscuridad y algo mucho más allá de dónde el se encontraba, la silueta de algo observándolo ahora en silencio... Era de un metro y algo, como el tamaño de un niño, estaba sonriendo mostrando sus afilados dientes que resaltaban entre la penumbra, algo muy perturbador.

Habían pequeñas cosas saliendo de sus dientes como... palillos, espera- eso no era un niño, por sus ojos saltones y la cantidad absurda de dientes ese era el conejo extraño, Plushie-Trap. ¿De verdad era de ese tamaño? No podía creerlo.

Por instinto, retrocedió unos pasos manteniendo aún su mirada en el Plushie-Trap frente a él. El conejo ladeó un poco la cabeza y avanzo con lentitud, obviamente Luk retrocedió aun más, ya no podía mantener la calma. Pronto, el conejo Plushie-Trap estaba avanzando con más rapidez de forma amenazante, sin dudar más Luk comenzó a correr.

¿Que demonios estaba pasando? ¿Por qué tenía al conejo inquietante persiguiendolo? Ahora no importaba la oscuridad, lo que importaba era que en este preciso instante no se topara o cayera con algo, porque sabía que él Plushie-Trap aprovecharía el momento para clavar sus dientes sobre él.

Podía escuchar los pequeños pasos rápidos del conejo acercarse más y más, si no fuera por su larga experiencia escapando de la gente cuando robaba, seguramente estaría perdido. Se había tropezado, pero en vez de caer dió una pirueta con ayuda de sus manos y siguió corriendo, forzó más la vista para tratar de encontrar algo para defenderse pero en vez de eso pudo notar entre la oscuridad que había como un tipo de cerca obstruyendo su camino.

Usó nuevamente sus habilidades, llegando hasta la cima de la cerca de un salto y llegando rápido al otro lado. No quiso ni siquiera detenerse a mirar, simplemente siguió corriendo, lo hizo aproximadamente por 10 minutos hasta que dejó de escuchar a Plushie-Trap. Su respiración estaba agitada y su corazón latía un poco más rápido de lo normal.

Aún podía aguantar la carrera si llegaba a verlo otra vez, pero necesitaba guardar las fuerzas que tenía. Comenzó a revisar todo su uniforme en busca de su bolígrafo, pero estaba completamente vacío como las billeteras de los turistas en Tropical Storm.

Entró en pánico, agarrándose de su cabello y jalando de él un poco. Necesitaba pensar, necesitaba actuar rápido, alguna idea se le debía de ocurrir. Sin querer retrocedió unos cuantos pasos, impactando su espalda suavemente contra una pared.

Más vale que no.

Su corazón ahora parecía que se le iba a salir del pecho, por alguna extraña razón tenía una pared detrás suya, obligándolo avanzar. Estiró su mano hacia adelante para comprobar que no era un Plushie-Trap de 4 metros, pero el tacto dió con algo plano, confirmando que era una pared. ¿Ya dije que estar en un cuarto a oscuras era peor que un cuarto en blanco?

No tuvo más remedio que avanzar, y a los poco pasos volvió a encontrarse con el conejo, ahora él era obstáculo en su camino. Sus ojos saltones estaban puestos en Luk y sus dientes como sierras hacían un movimiento leve de arriba a abajo, simulando masticar algo.

Volvió a retroceder, pero su espalda impacto contra la pared de antes, sin salida. Luk no podía dejar de mirar a Plushie-Trap, lo tenía espantado y ahora con todo lo que ocurría tenía una aterradora imagen del muñeco.

Finalmente, el conejo se abalanzó contra Luk, abriendo su inmensa boca para devorar las entrañas del chico mono.

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Sobresaltado, Luk se levantó de su cama, chorros de sudor frio se deslizaban por su mejilla y terminaban en su barbilla, y la brisa fría de la mañana que entraba del balcón hizo que las gotas finalmente cayeran sobre las sábanas a un lado de él.

Observó su entorno por unos largo segundos, miró el reloj que tenía en la mesita de noche y se dió cuenta de que había despertado 5 minutos antes que su alarma. Tratando de volver a estar tranquilo, pasó la manga de su uniforme por su frente para limpiar el sudor, se quitó todo el peso que tenía dejando únicamente la camisa ajustada que complementaba el uniforme del dormitorio.

Luego se tomaría el tiempo de lavarlo.

Se preguntó por un momento como fue que tuvo una pesadilla de esa magnitud, tan real... Quizás haya sido todo el cansancio que traía desde la mañana, y lo último que vió antes de quedarse dormido era la luna tomando su puesto. Ahora un poco más calmado, tenía que dejar de lado ese sueño y seguir adelante.

Y pensar que su hermana quería uno de esos.

Espero los minutos que le faltaba a la alarma, y cuando sonó, él lo apagó y comenzó su día como si nada hubiera pasado. Se duchó, se preparó y por fin salió de su habitación sin antes haber cerrado la persiana del balcón.

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*Aula de clases 1B - Instalaciones dentro del AU.*
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Alene: Luces peor que nunca.

Luk: ¿Ah sí? Gracias por notarlo.

Alene: ¿Que fue lo que te paso? Pareces uno de mis estudiantes locos en Silentrees.

Luk: Larga historia que no pienso contarla ni a tí, ni a nadie.

Alene era uno de sus tantos compañeros de primer año, era callado mayormente y siempre traía en su rostro un ceño fruncido, algo casi igual a Vogel pero más joven y con un poco de manchas negras bajo sus ojos. A pesar de eso, pudo hacerce amigo de Alene, Luk se quejaba todo lo que podía de los estudiantes en su dormitorio y Alene escuchaba sus quejas en silencio, asintiendo con su cabeza de vez en cuando.

¿Que tan mal debió verse como para ser comparado con un estudiante de Silentrees? Espero no que haya sido mucho.

Las clases transcurriendo de forma lenta, muy lenta y aunque Luk pareciera que su atención estaba puesta en los temas, en realidad su mente divagaba o más bien pensaba en el Plushie-Trap turbio. Ahora mismo estaba dudando mucho en comprarle ese conejo a su hermana, tampoco es que iba a dejar que un sueño lo perturbara tan fácil, más bien, ya lo estaba olvidando pero no quería pensar en que el perturbador personaje se devorara a su hermana mientras estaba ausente, pero le había prometido el muñeco y tenía que cumplir.

Por más que le acechara en sueños.

Gracias a los dioses divinos, ese día Luk estaba libre de trabajos para el dormitorio, no tendría que limpiar nada ni aguantar las caras amargadas de compañeros alados. De todas formas aprovechó para lavar el uniforme que usó el día anterior y avanzar en varios trabajos pendientes, luego de eso no dudó en marcharse a Silentrees, a desahogar toda la rabia que había juntado está semana gracias a Vogel.

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*Cocina - Dormitorio al Oeste de Silentrees.*
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Mientras que Alene limpiaba trastes de almuerzos pasados, Luk le hacía compañía a distancia, se quejaba de la vida en el dormitorio y por supuesto se quejaba de Vogel y su forma de tratar a los demás estudiantes.

Luk: ¡Es obvio que se está haciendo el loco, Holzfaller! Se está aprovechando del poder que le brinda ser el líder.

Alene: Todos los estudiantes se aprovechan de ese poder, no es él único. Se le pasará con el tiempo, ya lo verás.

Luk bufó, estirando su cuerpo hasta escuchar varios crujidos de sus huesos, sintiendo algo de alivio. Luego volvió a reposar su torso en la mesa de la cocina, llegando a tocar con sus dedos el salero que tenía un poco más adelante.

Luk: ...Va a picotear los huesos de cada estudiante hasta que se cansé de ellos seguramente.

Alene: Me parece extraño que alguien como tú se queje del alguien o algo, eres una esfera de energía y básicamente te adaptas muy bien a tu entorno.

Luk: ¿Comparado contigo y los demás locos de este dormido? Obviamente lo soy, pero como sabrás, soy una persona como todos en este lugar. Hay cosas que me gustan y hay cosas que no.

Alene: Entiendo...

Luk: Y la cosa es que, si tanto quiere respeto- ¿¡Estás limpiando mal los platos para que yo lo haga?!

Alene: No...

Luk: .......... ¡Quítate, Zorpilo! Vas a dejar mal lavado los platos.

Luk se levantó de dónde estaba y empujó lejos a Alene tomando su puesto. Agarró uno de los tantos platos que había y paso su dedo por éste, sintiendo que estaba grasoso aunque ya estaba lavado, él demostró su desagrado con una mueca pero aguantó las ganas de tener que regañar a Alene por un mal trabajo.

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Alene: ¿Entonces cuando vas a ocupar el puesto de sublider?

Luk: ¿Huh?

Alene: Haz estado quejándote estas últimas 2 horas sobre tu líder y los trabajos en tu dormitorio. Si tanto te quejas ¿Por qué no mejor tomas el puesto?

Luk: ¿Disculpa? No me interesa para nada el puesto de sublider, es más, sería peor el asunto. Ten por seguro que todos sus trabajos me los dejaría a mi.

Con un trapo Luk se secó cuidadosamente sus manos sin dejar parte que secar, luego acomodó varios platos ya bien lavados para que por último tomara una silla y se sentara al lado de Alene.

Su lado perezoso salió a resaltar cuando dejó caer su torso en la mesa de madera dejándolo tronar.

Luk: Agh... Tan solo espero que esté libre para cuando salga ese conejo...

Alene: ¿Conejo?

Luk: Ah, si... Va a salir a la venta un conejo que mastica y camina solo en la oscuridad.

Alene: Ah ese, si, he escuchado a varios en mi dormitorio hablar de ese muñeco... ¿Quien querría un muñeco que tan solo se mueva en la oscuridad?

Luk: ¡Eso mismo dije yo!

Alene: Hmm, ya veo... ¿No estás muy mayor para juguetes?

Que deja vu acaba de tener, al parecer no era el único que pensaba clara y lógicamente. A pesar de que Alene era del dormitorio Silentrees en dónde abundan los estudiantes que están totalmente locos de la cabeza y que por esa razón no la usaban... Quizás el dormitorio dé un giro a bien con Holzfaller de sublider, pensó Luk en esos pequeños segundos.

Para no seguir con el tema del conejo, recordando el aterrador sueño que tuvo, Luk gruñó por lo bajo e insulto de forma moderada a Alene, quien poco tiempo después se retiró para rehacer sus deberes.

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