«Friends»
—Traje el postre.
SeungCheol apareció sonriente en la puerta de la casa del castaño con un plato en sus manos.
—No tenías por qué hacerlo —JiHoon se hizo a un lado haciéndolo pasar a la casa pero el aroma de lo que traía el mayor en aquella fuente llamó su atención —¿Qué es?
—Tarta de manzana.
No alcanzo a decir una sola palabra y sus padres aparecieron en la sala saludando a SeungCheol y se lo llevaron a la cocina. Parecían más felices de tenerlo ahí que él mismo.
—¿Puedo probar un poco? —Preguntó la señora —Huele muy bien.
—Claro —Dijo mientras vio a JiHoon llegar a la cocina, parándose a su lado.
La señora Lee cogió un trozo y se lo llevó a la boca —Está delicioso, me tendrás que decir luego dónde lo puedo comprar.
—Yo lo hice —Respondió SeungCheol.
—Un chico guapo, amable y que cocina. Que buen partido, JiHoon mira mejor a tu al rededor, el chico perfecto está justo ahí al lado tuyo.
Los chicos se miraron sonriendo tímidos y cómplices.
Era un grato almuerzo en el jardín, JiHoon rogaba para que sus papás no comenzarán el interrogatorio que acostumbraban a hacer con cada chico que iba a la casa, incluso si eran sus amigos.
SeungCheol les contó sobre su tratamiento, sobre cómo era y los pasos que debía seguir, hablaba emocionado de lo que estaba haciendo y el tiempo que llevaba, JiHoon lo miraba atento con cierto orgullo en su interior, sabía que este almuerzo con personas que lo apoyaban sería una buena idea.
Se sentía cada segundo más orgulloso y más enamorado.
SeungCheol también les pidió disculpas por hacerle llamadas tan tarde a JiHoon cuando tenía sus crisis aunque para los mayores no fue necesario.
—¿Y tienes novio SeungCheol? —Preguntó la mamá del menor.
—No, no tengo —Deseaba poder decir que si y que ese novio era JiHoon pero aún no tenían nada concreto entre ellos.
—¿Enserio? ¿Y no hay nadie por ahí?
—Hay un chico que me interesa, mucho.
Su mirada se desvió con disimulo hacia JiHoon, quién parecía estar más concentrado en poder cortar el pedazo de carne sobre su plato que en la conversación.
—Oh me alegro por ti, pero es una lástima, JiHonnie terminó hace poco con su novio.
Ahí es cuando el castaño se dio cuenta de que la tortura había comenzado.
—A ninguno de los dos nos caía bien —Agregó el papá de JiHoon.
—¿Cuántas relaciones has tenido?
Miró a JiHoon quién se colocó serio al escuchar la pregunta —He tenido un par de relaciones... fugaces.
Las palabras "celoso con hoyuelos" pasaron por su mente y sonrió.
—¿Fugaces? ¿Te refieres a estar poco tiempo con ellos?
—Si, algo así.
Miró a JiHoon, el pequeño ahora masticaba seriamente su comida.
Estaba hablando de más.
—Oh... eres un rompecorazones entonces.
—No, no, si puedo estar en una relación estable es sólo que no he...
—¿Conocido a la persona correcta?
—Sí aunque creo que mi búsqueda está llegando a su fin.
—Oh, eso es algo que diría un chico enamorado —Comentó divertido el señor Lee.
—¿Y qué buscas en un chico? —Preguntó interesada.
JiHoon miró a su mamá con el ceño fruncido diciéndole que se detuviera con las preguntas.
—Alguien dulce —Se detuvo solo en eso, si seguía con su descripción terminaría diciendo que su tipo ideal siempre fue JiHoon y que lo seguía siendo.
—¿Solo dulce? —La señora lo miró sonriente.
—Sí, con bonita sonrisa —Ambos padres estaban atentos a lo que decía —Quizás bajito... ¡auch!
JiHoon subió su pie debajo de la mesa golpeando su tobillo.
Los padres de JiHoon sonrieron y se levantaron de la mesa para buscar el postre, el pequeño se cambió de asiento, sentándose al lado de SeungCheol. El mayor sonrió.
Sus dedos se movieron nervioso sobre la mesa y también sus pies —SeungCheol ¿Qué somos?
—Amigos —Respondió sin vacilar.
—Amigos —Repitió desanimado.
—Sí, pero cualquier que me viera sabría que estoy enamorado de ti.
Las mejillas de JiHoon se tiñeron ligeramente de rojo.
—Yo también...
—¡Comeremos está delicia! —La mamá del castaño llegó con el postre y los utensilios.
JiHoon se fue a su asiento con el sonrojo que SeungCheol no dejó de mirar.
—SeungCheol ¿de verdad tú lo hiciste? —Preguntó el señor Lee.
—Sí, no recordaba mucho pero hay libros de cocina en mi casa. Los había comprado hace mucho y los deje olvidados, hasta hoy.
—Eso es un gesto muy amable de tu parte.
Y durante el resto del almuerzo cada vez que veían la oportunidad cruzaban miradas y sonrisas coquetas de enamorados.
—Mamá, papá debemos salir con SeungCheol un momento —Se levantó de la silla acercándose al pelinegro —SeungCheol vamos.
—¿Dónde? —Preguntó confundido.
—Vamos, los chicos nos esperan —Tironeó un poco de su brazo.
—Gracias por la invitación, la comida está deliciosa señora Lee, muchas gracias señor Lee —JiHoon tiraba de él llevándoselo mientras se despedía.
—Es un gran chico, lo sigue siendo —Comentó el señor cuando los chicos desaparecieron del lugar.
—Creo que le gusta JiHoon.
—¿Cómo lo sabes, JiHoon te dijo algo?
—Basta con mirarlos, estuvieron mirándose entre ellos y sonriendo como bobos todo el tiempo.
—¿Cómo no me fijé?
—Nunca te fijas en nada —Dijo la señora Lee —Espero que nos diga pronto que son novios.
—También lo espero, SeungCheol es para él.
SeungCheol salió de la casa, los chicos estaban afuera, los saludó, era bueno verlos de nuevo pero no entendía bien qué ocurría.
—Ustedes dos se ven muy bien juntos —Hansol apuntó las manos unidas.
SeungCheol esperaba que con ese comentario JiHoon soltara el agarre, pero fue todo lo contrario, solo apretó su mano sonriendo.
—SeungKwan vas tú —Dijo JiHoon, el pelirrojo asintió. Y de la nada SeungCheol estaba siendo arrastrando por JiHoon corriendo a quién sabía dónde.
Llegaron a un escondite.
—¿Estamos jugando? —SeungCheol trataba de recuperar su respiración, no recordaba que JiHoon corriera tan rápido.
O que él fuera tan lento.
—Sí —Contestó emocionado —Esperemos que termine de contar.
—¡Cinco, cuatro, tres, dos, uno, salí! —Anunció SeungKwan para ponerlos en alerta.
JiHoon se agachó y se acercó al pelinegro —¿Recuerdas que de pequeños me decías que parecía un ángel?
SeungCheol asintió —Lo sigues siendo, solo te faltan las alitas.
—Tú me las diste, ¿no lo recuerdas? —SeungCheol lo miraba confundido —Y quiero devolvértelas —Sacó de su bolsillo la cadena que el mayor le había dado hace años.
SeungCheol se quedó quieto mientras JiHoon se acercaba lentamente a él colocando la cadena en su cuello, en una distancia tan corta podía sentir su aroma y su rostro tan cerca.
Su corazón latía a mil por hora, estaba seguro de eso.
—Sé que ahora es más especial que antes —Le dio una cálida sonrisa.
SeungCheol la tomó en sus manos, tenía razón, había un valor mayor en ella, en ese momento, cuando la regalo solo era una cadena que sus papás le dieron y que le quiso dar a una persona especial e importante para él.
JiHoon.
Pero ahora, era un recuerdo de su mamá y un regalo de JiHoon.
—Lo estás haciendo muy bien SeungCheol, todo este tiempo con el tratamiento tendrá sus frutos.
SeungCheol tomó las manos del pequeño —Gracias, sin ti no podría estar haciéndolo, ni podría sentir esto —Llevó una mano a la mejilla de JiHoon, acariciándola, el menor cerró sus ojos por un segundo sintiendo su cariño —Quiero entregarte todo lo que me estás haciendo sentir.
—¡Chicos, salgan! —Escucharon el grito de SeungKwan que los hizo despertar del momento romántico.
Ambos sonrieron y se levantaron.
—Espera —JiHoon tiró de su mano hacia atrás haciendo voltear a SeungCheol —Hace años me robaste mi primer beso.
SeungCheol iba a decir algo cuando lo interrumpió —Y lo quiero de vuelta —Sin más espera tomó las mejillas del mayor entre sus manos, levantó un poco sus pies y lo besó.
Esta vez, fue a la vista de los chicos que no tardaron en comenzar a hacer ruidos extraños molestándolos a la adorable pareja.
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