Capítulo 38

SeungCheol fue muy insistente en realizar todo lo que tenían planeado hacer en vacaciones de invierno y JiHoon no se negó a ninguna de las actividades porque disfrutaba en tiempo que pasaba a su lado y no quería seguir mintiéndose con lo que sentía.

Decidieron ir lento de nuevo, comenzar de a poco hasta llegar a la relación que tenían antes, al menos por parte de JiHoon faltaba algo y quería buscarlo.

Pensó que la mejor manera de encontrarlo era viéndolo todos los días y teniendo citas como antes.

Fueron a zoológicos, hicieron caminatas nocturnas por la ciudad, comieron los pasteles de su primera cita. Incluso visitaron su antigua escuela, no pudieron entrar pero bastó con verla para recordar todo lo que vivieron allí.

—Me dejas sin palabras cada vez que te veo —Elogió SeungCheol apenas JiHoon salió de su casa.

—Estás exagerando —Se sonrojó JiHoon y el mayor tomó su mano para luego besarla.

—Estás hermoso, sé que no debería extrañarme ya que siempre es así, desde el primer día que te vi has sido precioso, incluso de bebé...

—Cheol —Lo llamó JiHoon interrumpiéndolo —Estás exagerando ahora, ¿Dónde iremos?

—Pensé que como es viernes podríamos ir a la feria para divertirnos un poco.

Ahora JiHoon entendía por qué quiso que se reunieran a las seis de la tarde, faltaba poco para el anochecer y SeungCheol amaba cuando las luces se encendían en la rueda de la fortuna y en cada caseta de juego.

—¿Te parece o prefieres ir a otro sitio? —Preguntó SeungCheol metiendo su mano junto a la del pequeño en el bolsillo de la sudadera para calentarla.

—No, hace tiempo no vamos —Dijo JiHoon animado jalando a SeungCheol para caminar —Además recordaremos todo lo qué pasó ahí.

—¿Sí lo recuerdas?

—Claro, fue una de las mejores noches de mi vida.

Cuando llegaron a la feria JiHoon confirmó que en todo este tiempo SeungCheol no mejoró en los juegos de las casetas, aunque se concentrara sólo en el juego, los vales que ganaba eran mínimos por lo que comenzó a ayudarle.

En un momento se quedó esperándolo en una banca mientras SeungCheol compraba los algodones de azúcar. Miró el pequeño peluche de gato que el mayor ganó para él y sonrió.

—Sigues siendo tan lindo como antes, Cheol —Susurró mirando al gatito, el cual formaría parte de su colección de regalos en su habitación.

—Aquí están —SeungCheol llegó con los algodones de azúcar, le pasó el rosa a JiHoon y se quedó con el celeste.

—Gracias —JiHoon comenzó a comer mientras miraba cómo las luces del lugar se encendían. Tenía los mejores recuerdos de ese lugar y no había nada mejor que volver con la misma persona con quien los creo.

—Me faltan quince tickets para poder canjear algo —Comentó SeungCheol terminando de comer y sacando los tickets de su bolsillo.

—¿Quieres que los gane por ti?

—Lo haré yo.

—No quiero que te coloques triste como hace un momento —Rió al recordar cómo SeungCheol formó el puchero más largo de su vida porque no pudo tirar todas las botellas en un juego.

—No estaba triste —Chilló SeungCheol moviendo sus pies en la banca.

—Lo estabas.

—Ganaré esos tickets en una sola oportunidad —Se levantó y estiró su mano hacia JiHoon, quien dudoso de sus palabras, la aceptó.

Después de más de treinta intentos y de pasar por cuatro casetas diferentes, SeungCheol consiguió los quince tickets que le faltaban.

Se acercaron para cambiarlos por un premio y JiHoon sonrió de inmediato cuando vio la misma caja de su cita con SeungCheol en las repisas.

—¿Esto estaba planeado? —Murmuró el pequeño.

SeungCheol sonrió al notar que la recordaba y lo abrazó por los hombros mirando los premios —¿Cuál te gusta, precioso?

—Quiero esa caja —JiHoon apuntó con su dedo la caja rosa con un moño.

—¿Seguro que no quieres el oso? —Preguntó divertido.

—Seguro —Le quitó los tickets de la mano a SeungCheol y pidió la caja. Tenerla en sus manos era revivir aquel día en el que estaba enojado por no tener ese oso.

Ahora estaba feliz con la caja porque sabía que había una sorpresa esperándolo.

Y como si fuera la primera vez, tomó la caja entre sus brazos y miró al mayor esperando que lo invitara a la rueda de la fortuna.

—¿Quieres subir a la rueda de la fortuna? —Ofreció su mano y el pequeño la tomó.

—Quiero.

Subieron juntos y JiHoon acomodó la caja en sus piernas mientras miraba lo linda que se veía la feria con las luces encendidas.

—¿No tienes curiosidad por saber qué hay en la caja? —Preguntó SeungCheol y JiHoon lo miró con una sonrisa.

—Sí.

—Ábrela entonces, precioso —Animó SeungCheol y JiHoon sacó el moño de encima para abrirla. Se encontró con un papel volteado y lo sacó para leerlo.

—¿Cuál es el premio mayor? —Ya sabía de lo que se trataba pero quería seguirle el juego.

—Debes canjearlo para averiguarlo —Dijo SeungCheol guiñándole un ojo y JiHoon le entregó el vale —Voltéate un segundo.

JiHoon obedeció escuchando cómo SeungCheol preparaba su sorpresa, al darse vuelta encontró al mayor con un listón en su cabeza y una rosa en sus manos.

—¿Por qué eres tan lindo? —Podía morir de dulzura en ese momento.

—Soy tú premio —Dijo SeungCheol acercándose al menor —Tengo incluido un error que quisiera borrar pero también hay muchos besitos y amor para darte a ti y solo a ti.

—También quisiera borrar ese error —Acomodó el listón en la cabeza del pelinegro y SeungCheol rozó su nariz con la suya.

—¿Podemos hacerlo juntos?

JiHoon asintió y subió su mano hacia la nuca del mayor para besarlo. Dejaría todo en el pasado, amaba a SeungCheol y eso era lo único importante porque SeungCheol sentía lo mismo por él.

—Tenías esto planeado al igual que la primera vez que lo hiciste —Dijo JiHoon caminando por la feria hacia la salida.

—Tengo que reconquistarte de alguna forma.

—No debes hacer eso —Se detuvo en medio de la feria haciendo que SeungCheol se volteara a verlo —Tú no te has equivocado en nada, ni yo he dejado de amarte en ningún momento.

—¿Me amas? —Tomó la otra mano del menor y lo acercó a él, tironeándolo suavemente.

—Ya te lo he dicho.

—Hoy no.

—Te adoro —Sonrió burlón.

—Me gustó pero no era lo que esperaba oír.

—Me encantas con ese listón en su cabeza —SeungCheol había dicho que no se lo quitaría hasta llegar a casa para que todos vieran que JiHoon caminaba con su regalo de la mano.

—Gracias precioso pero necesito oír otra cosa de tus besables labios.

—Te quiero.

—Auch, eso me dolió —Dramatizó haciendo un puchero.

—Me gustas.

—Vas mejorando.

—¿Ya dije que me gusta tu listón?

—Sí.

—Eres mi mejor regalo —Miró los brillantes y preciosos ojos de SeungCheol, esa noche era tan mágica como la primera vez que fueron allí.

—Me alegra saber que piensas eso.

—Mi amor.

—Dios, me estás matando, precioso.

—Te amo —Dijo con una sonrisa y levantó sus talones para besar la mejilla del pelinegro.

—Yo te amo más.

—¿Mucho más?

—Mucho, mucho más —SeungCheol posó sus manos en la cintura del pequeño y lo movió de un lado para otro mirando al frente.

—Quiero beso —JiHoon alzó el mentón y estiró sus labios, a la vez que inflaba sus mejillas.

En medio del camino, SeungCheol le comentó que sus padres no estaban en casa, habían salido con Chan de viaje por las vacaciones y no regresarían hasta el fin de semana.

JiHoon con una sonrisa traviesa le pregunto si podía pasar la noche allí, junto a él.

Hablaron sobre ver una película, JiHoon haría las palomitas de maíz y SeungCheol ordenaría todo en la sala. Bajarían las mantas y se quedarían toda la noche ahí.

Pero al llegar a casa fue al diferente.

Entraron a la habitación del mayor besándose, se separaron unos segundos cuando SeungCheol levantó los brazos y JiHoon le quitó la camisa.

SeungCheol sujetó la cintura del pequeño mientras JiHoon jugaba con su cabello, al llegar a la orilla de la cama, SeungCheol le quitó la camisa y bajó sus pantalones junto a la ropa interior.

El castaño no tuvo vergüenza al desabrocharle el cinturón a su novio para luego bajar sus bóxers, se conocían tan bien que no necesitaban hacer uso de palabras para saber lo que el otro necesitaba, o cuál era el siguiente paso.

JiHoon rebotó en la cama cuando cayó en ella y SeungCheol acarició sus piernas, subiendo por ellas y dejando un camino de besos hasta llegar a sus labios.

Le separó las piernas y comenzó a frotar sus erecciones, en medio de besos y caricias.

Metió sus dedos en el orificio de JiHoon comenzando a dilatarlo sin prisas, tenían todo el tiempo del mundo y quería que lo disfrutara tanto como él lo haría.

Tomó un preservativo y lo abrió con las manos, lo deslizó por su miembro mirando atentamente la entrada de JiHoon, la cual sólo lo conocía a él, sólo él podía saber lo bien que se sentía estar allí dentro.

—¿Estás listo, precioso? —Susurró en el cuello de JiHoon y éste asintió cerrando los ojos, bajó sus caderas y lentamente su miembro comenzó a perderse en la entrada del castaño.

Lo sacó al mismo ritmo y volvió a adentrarse en JiHoon, llegando aún más profundo, comenzó a hacer movimientos circulares y lentos, acostumbrando a JiHoon de a poco.

—Más rápido por favor —Dijo en voz baja JiHoon y SeungCheol se levantó sujetándolo de las caderas, a la vez que aumentó el ritmo.

Después de unos minutos, la delgada capa de sudor apareció en ambos cuerpos, SeungCheol con los labios entreabiertos y sin dejar de moverse, miraba a JiHoon con los ojos cerrados y las mejillas coloradas, soltando pequeños gemidos que lograban aumentar su excitación.

SeungCheol gimió ronco cuando las paredes anales de JiHoon lo apretaron deliciosamente. Echó su cabeza hacia atrás y apretó sus manos en las piernas del menor, hundiéndose en él lo que más podía.

JiHoon acarició los muslos de SeungCheol cuando éste se acostó encima de él, besando su cuello con la intención de llenarlo de marcas.

De pronto SeungCheol lo hizo voltearse sin salirse en su interior, JiHoon acomodó sus piernas a los costados y lo tomó de las manos entrelazando los dedos, comenzó a saltar cuando vio a SeungCheol cerrar los ojos.

Todo estaba caliente y húmedo, la habitación se llenó de gemidos. SeungCheol levantó sus caderas a la vez que JiHoon bajó y su cuerpo se desplomó encima de él cuando llegó a su orgasmo, SeungCheol se dejó llevar cuando agarró las nalgas de JiHoon, apretándolas y metiendo su miembro una vez más en él, duro, haciendo que JiHoon gritara de placer.

—¿Te he hecho daño? —Preguntó preocupado luego de recuperarse del orgasmo.

—No, estuviste genial —Respondió JiHoon levantando su rostro y besando sus labios —Cuidadoso y amoroso conmigo, como siempre.

—Me encantas —Susurró SeungCheol despejando la frente del pequeño —Demasiado.

JiHoon le sonrió y volvió a hundir su cabeza en el hombro del mayor.

—¿Esto significa que hemos regresado? —Preguntó SeungCheol cuando JiHoon se levantó para ir al baño y limpiarse.

—No.

—¿Cómo que no? —Abrió sus ojos a tope y se afirmó en los codos mirando a JiHoon.

—Es una broma —Rió el pequeño —Hemos regresado —Aseguró feliz.

Desde hace semanas se estaba sintiendo mal, subió de peso de una manera impresionante y aún no sabía cómo es que SeungCheol no le había comentado nada en la noche anterior.

Cuando llegó a la ciudad fue al hospital para realizarse un examen de sangre, se lo sugirió el doctor cuando le dijo que estaba vomitando casi todos los días, que se mareaba y que su cuerpo le pedía dormir más de lo normal.

Salió de la habitación de SeungCheol en silencio, al cerrar la puerta lo vio una vez más, profundamente dormido abrazando una almohada que lo reemplazó.

—Venía a buscar unos exámenes —Le dijo JiHoon a la secretaria del hospital.

—¿Su nombre? —Preguntó ella.

—Lee JiHoon, me los tomaron hace una semana.

La señora revisó los archivos en la pantalla del computador y luego se levantó para sacar unas hojas y ponerlas en un sobre —Aquí están.

—Muchas gracias.

JiHoon se alejó unos cuantos pasos, sacó todos los papeles y comenzó a leer aunque no entendiera nada de lo que salía en las hojas, tantos números y nombres extraños lo confundían pero no era primera vez que veía unos exámenes, había aprendido gracias a sus padres que cualquier cosa alterada, solían marcarla.

No encontraba nada fuera de lo normal, nada que indicara el por qué de sus vómitos y mareos.

Llegó a la última hoja y sus labios se separaron a la vez que sintió como todo su mundo giraba.

Prueba de embarazo.
(+) POSITIVO.

Semanas de gestación: 12 semanas.

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