Capítulo 28
—Aquí están las llaves del departamento —Dijo un señor de edad entregándole las llaves al papá de SeungCheol.
Todos habían viajado para dejarlos instalados y conocer la ciudad en familia.
Pero también se querían asegurar de que conocieran lo básico de vivir solos y no se perdieran en el primer día, él cómo llegar a la universidad, los supermercados que se encontraban cerca, las reglas del edificio y comprar los muebles más grandes que tendrían que tener en el departamento.
—Me gusta que estés al final del pasillo —Dijo SeokMin entrando a la habitación que sería de SeungCheol, hasta el momento tenía la cama y las cajas con sus cosas, en un rato llegarían todos los muebles.
—Quiero pensar que lo dices porque tengo buena vista desde aquí —Se cruzó de brazos mirando a su cuñado.
—Piensa eso —Dijo SeokMin con una sonrisa burlona pasando por su lado para salir de allí —Miéntete.
SeungCheol soltó una risita negando con la cabeza y se volteó mirando a JiHoon entrar.
—Tú habitación es muy grande —Comentó el pequeño.
—¿La tuya no lo es?
—También pero ésta tiene más luz, se ve mucho más clara.
—Podemos cambiarlas si quieres.
—No, está bien así —JiHoon se acercó al mayor tomando sus manos —Además dijiste que puedo buscar mi almohada personal.
—Así es, precioso —Lo abrazó besando su frente.
—¿Qué tan seguido puedo venir aquí? —Murmuró en el pecho del mayor.
—Tanto como tú lo quieras —Colocó sus manos a los lados de la cabeza de JiHoon y se inclinó hacia él dejando pequeños besos en su rostro.
SeokMin se asomó por la puerta tosiendo intencionalmente para que lo miraran —Par de tórtolos, vayan a despedirse.
Antes de irse, sus padres le dejaron todas las indicaciones para recibir los muebles de las habitaciones, de la cocina y de la sala. El vivir solos traía también muchas responsabilidades que jamás tuvieron antes pero JiHoon se sentía seguro junto a SeungCheol.
Y SeungCheol mostraba una confianza que no existía en absoluto, solo para que JiHoon estuviese tranquilo pero en realidad también estaba algo asustado.
—Muchas gracias —SeungCheol despidió al hombre encargado de llevar todo.
Cerró la puerta, caminó hasta la sala y vio todo cubierto con plástico y en cajas, JiHoon estaba en medio con la mirada un poco perdida.
—¿Comenzamos a ordenar? —Dijo SeungCheol animado.
Pasaron el resto del día acomodando todo en su lugar, comenzando desde la sala para luego pasar a la cocina y terminar con las habitaciones de ambos, faltaba una semana para que comenzaran las clases así que ocuparían esos días en salir y conocer los lugares cercanos.
SeungCheol entró a la habitación del menor con la última caja, la cual estaba demasiado liviana, la dejó sobre la cama y la abrió. Comenzó a sacar los peluches acomodándolos y vio todas las libretas y notas que JiHoon aún conservaba.
Se encargó de pegar la estrellitas luminosas en el techo de la habitación mientras que JiHoon se las iba pasando.
—¿Deberíamos pegar también en mi habitación para cuando me visites? —Preguntó SeungCheol peleando con los adhesivos de las estrellas.
—¿No te molesta? —Preguntó JiHoon afirmando la silla donde SeungCheol estaba parado —Sé que son un poco infantiles.
—Todo sea para que me visites y estés tranquilo ahí.
—Estoy tranquilo cuando duermo contigo, no creo necesitar las estrellitas allá.
—¿Seguro? —SeungCheol bajó con extremo cuidado para luego mirar a JiHoon.
—Sí —Contestó con una sonrisa tímida.
Después de todo el trabajo ordenando y limpiando, sus estómagos pedían con urgencia algo de comer, a ambos chicos les asustaba usar la cocina nueva así que decidieron que solo por hoy comprarían algo afuera para comer antes de dormir.
SeungCheol paseaba con el carrito de supermercado mientras JiHoon iba colocando los alimentos en él, no tenía la mayor idea de cómo cocinarían los tallarines o el arroz, esperaba que SeungCheol supiera o la compra sería en vano y todos los alimentos estarían de adorno en las encimeras.
—¿Podemos comprar helado para la noche? —Preguntó JiHoon acercándose al lugar más frío de todo el supermercado —Hay de frutilla.
SeungCheol asintió y el pequeño tomó el helado colocándolo en el carro. Cuando llegaron a la caja registradora se dieron cuenta de que no les alcanzaba el dinero para todo lo que habían sacado, sus padres se lo dejaron para que compraran lo necesario para el mes y se sintió horrible al ver a JiHoon sacando su helado favorito para no pasarse en la cuenta.
—Está bien —Le dijo JiHoon sonriéndole —Tampoco lo quería.
SeungCheol sacó el dinero de su bolsillo y pagó. Tendría que buscar un empleo de medio tiempo o siempre pasaría lo mismo, quería darle gustos a su novio.
Y no solo con el helado que no pudieron pagar, sino con citas, chocolates, cuando cumplieran meses, ir a ferias para ver su carita feliz cuando por fin ganaba algún premio.
Definitivamente tendría que trabajar.
JiHoon pensaba lo mismo y lo quería desde mucho antes, la idea de tener un trabajo y ganarse su propio dinero le fascinaba, además podría aportar en algunas cosas del departamento y hacerle pequeños regalos a SeungCheol.
Cuando se oscureció cenaron y vieron una película, al terminar ambos fueron al baño para lavarse los dientes y muy posiblemente fue la parte favorita del día para los dos chicos.
Cuando sacaron sus cepillos de dientes del mismo vaso, recién ahí cayeron en qué ya estaban viviendo juntos, solos, que tendrían que compartir y aprender muchas cosas.
Aprenderían a conocerse mejor, a despertar y salir de la habitación cuando probablemente el otro también lo haga, conocerían sus mañas, se verían con sueño, cansados, enojados, felices, tristes, todo.
SeungCheol comenzó a cepillarse los dientes mirando a JiHoon junto a él a través del espejo, llevó el cepillo hacia sus dientes delanteros y lo deslizó ensuciando el espejo. JiHoon hizo un sonido regañándolo y él rió.
—¡No hagas eso! —Exclamó JiHoon limpiando el espejo sujetando el cepillo con sus dientes.
Pero SeungCheol repitió la acción y JiHoon le pellizcó el estómago antes de volver a limpiar.
El mayor terminó primero enjuagándose la boca y limpiándosela luego, se recargó en el lavamanos mirando a JiHoon. El castaño mantenía su ceño fruncido por la travesura que hizo hace algunos segundos atrás.
—Precioso —Lo llamó SeungCheol con los brazos cruzados, aún mirándolo —Precioso.
JiHoon lo miró mientras cepillaba sus dientes.
—Me gustas —Dijo SeungCheol lanzándole un beso.
El menor no pudo evitar sonreír, se enjuagó la boca y ordenó todo en su lugar.
Se fueron a la habitación de cada uno para cambiarse de ropa y dormir.
JiHoon terminó primero y caminó hasta el final del pasillo, la puerta de SeungCheol estaba cerrada y dudó en girar la perilla. Alejó su mano y comenzó a pasearse allí afuera.
De pronto la puerta se abrió y JiHoon lo miró rápidamente abriendo sus ojos a tope.
—Me asustaste —SeungCheol llevó la mano hacia su pecho —¿Pasó algo?
—No, es solo que... —Se quedó callado mirando al pelinegro, llevaba una camisa y un short de dormir —Te venía a desear las buenas noches.
No le mentía pero también quería verlo y si es que era posible dormir con él, aún tenía en mente las palabras de SeokMin sobre no dormir juntos, al menos la primera semana pero odiaba estar en su cuarto sabiendo que SeungCheol estaba tan cerca y que no había nadie allí mas que ellos dos.
Lo necesitaba para dormir, las estrellitas luminosas ya no tenían ningún efecto sobre él para conciliar el sueño.
Sino que era SeungCheol, con su aroma, sus brazos, la calidez de su pecho y sus caricias, eso le ayudaría a dormir hoy.
—¿Quieres que te acompañe un momento a tu habitación? —Preguntó SeungCheol mirándolo con ternura.
—Sí —Respondió sin dudarlo, SeungCheol tomó su mano y llegaron a su habitación, se acostó en su cama esperando a que SeungCheol también lo hiciera pero terminó sentándose cerca de él.
—Me gusta cómo ha quedado tu habitación —Comentó SeungCheol mirando a su alrededor —Está muy bonita.
JiHoon asintió, no tenía nada de malo la nueva habitación pero prefería la de SeungCheol, no por la vista, sino por quien dormiría ahí.
SeungCheol se inclinó hacia abajo dejando sonoros besos en su mejilla, JiHoon amaba cuando hacía eso.
—Buenas noches, precioso —Murmuró dejando un beso cerca de su oído y JiHoon se encogió de hombros, estremeciéndose.
Cuando apagó la luz y se fue, se sintió más solo que nunca pero trató de dormir, no sabía si no le había pedido dormir con él por SeokMin o simplemente porque no quería.
Lo malo de todo es que SeungCheol le había dicho que podía buscarlo cuando lo deseara pero el que quisiera buscarlo la primera noche podría verse extraño, más bien, desesperado.
No lo quería así.
Eran las tres de la madrugada y ambos chicos estaban despiertos mirando el techo de sus habitaciones, pensando en el otro y preguntándose el por qué no podían dormir juntos desde la primera noche.
Las palabras de SeokMin retumbaban en sus mentes.
—¿Y si voy a su habitación? —SeungCheol rodó por la cama para colocarse de pie.
Abrió lentamente la puerta y llegó hasta JiHoon, el menor estaba profundamente dormido pero fruncía el ceño cada ciertos segundos arrugando también su nariz, estaba teniendo un mal sueño.
—Precioso, ¿Te puedo secuestrar por hoy? —Le susurró acariciando su mejilla pero JiHoon siguió durmiendo.
El menor soltó un quejido cuando SeungCheol lo tomó en brazos para llevárselo a su cama.
—Cheol —Murmuró adormilado JiHoon cuando sintió las frías sábanas.
—Shh, duerme, precioso —SeungCheol lo cubrió con las mantas acostándose a su lado. Dejó un beso en su frente y JiHoon lo abrazó pasando sus manos por debajo de la camisa llegando hasta su espalda baja.
Necesitaba tanto sentirlo cerca, ahora se sentía aliviado.
SeungCheol acomodó sus piernas cruzándolas con las delgadas piernas del menor y le acomodó la cabeza en su pecho, JiHoon tenía su rostro relajado a comparación de cuando dormía en su cama.
Ahora sí podían dormir tranquilos.
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