Capítulo 10

Media hora antes de lo acordado estaba saliendo de la casa, según él, JiHoon no sabía que se encargaría de llevarlo a la escuela y luego de regreso a casa.

Tan solo de pensar que cara podría JiHoon sonreía como bobo enamorado.

Quedaba una semana para terminar las clases y durante esos cinco días pasaría más tiempo a su lado, ni siquiera había podido dormir bien la noche anterior y el sueño se fue repentinamente de su cuerpo al escuchar la alarma, aunque fuera un día lunes.

Llegó a la casa de JiHoon y cuando tocó el timbre dos veces, salió una señora de cabello castaño y algo bajita, con una tierna y amigable sonrisa, supo de inmediato que era la madre de JiHoon.

—Buenos días señor Lee, soy Choi SeungCheol —Habló tan rápido que ni siquiera él mismo se entendió, esperaba que ella lo hiciera.

—Adelante, pasa. SeokMin me habló de ti y del favor que nos estarás haciendo estos días —Se hizo a un lado de la puerta dejando entrar al pelinegro —JiHoon está lavando sus dientes.

Una vez dentro, observó todo a su al rededor, la casa era sencilla pero acogedora y familiar, vio la mochila del pequeño en uno de los sillones marrones de la sala junto a unos libros.

—Toma asiento —Ofreció la madre del menor —¿Ya has desayunado?

—Sí, gracias —Mintió, estaba tan ansioso y nervioso que su estómago no fue capaz de recibir ningún alimento. Su única salvación iban a ser las papas en bolsa que vendían en la escuela.

Sus ojos se desviaron hacia la señora, la cual estaba recogiendo la mesa del desayuno, vio como quitaba unos bordes de un pan que habían dejado en un plato.

—JiHoon come el pan sin los bordes, lo ha hecho desde siempre —Le dijo la señora Lee soltando una risa.

—Eso es un poco extraño —Su mente trabajo al instante imaginándose a JiHoon quitandole los bordes al pan para comerlo. Sería demasiado tierno verlo.

—¿Verdad que sí? jamás he entendido por qué lo hace.

Hubo un silencio luego de aquello, SeungCheol pasó la lengua por sus labios en un acto nervioso, juntó las manos entre sus piernas y miró a todos lados.

—¿Cómo conociste a SeokMin? ¿eres su amigo?

—No —Respondió algo aturdido por la pregunta —Bueno, lo conocí el otro día que vine a dejar a JiHoon a casa, el día del baile.

—¡Oh! Espera, ¿tú eres el chico que invitó a JiHoon al baile —La señora parecía sorprendida, SeungCheol asintió —Entonces eres amigo de JiHoon, no de SeokMin, no me comentó esto antes de irse al viaje. Mencionó que alguien ayudaría a JiHoon en ir a la escuela y volver pero pensé que se lo había encargado a algún amigo de confianza. Debes haberle caído bien.

Eso le hizo ganas más confianza a SeungCheol, estaba comenzando con el pie derecho y eso era algo bueno.

Su boca se estaba abriendo para responder pero el sonido de la escalera lo hizo callar. JiHoon apareció en la sala sin mirar hacia dónde estaba él, llevaba el suéter de la escuela en el brazo mientras luchaba por colocarse bien la corbata. Cuando vio a SeungCheol sentado ahí, en la sala de su casa, se paralizó.

—Cariño no seas tan desordenado —La señora Lee se acercó terminando de arreglar la corbata junto al cuello de la camisa.

JiHoon miraba por encima del hombro de su mama a SeungCheol aunque había escuchado la conversación que tuvo con SeokMin, no pensó que hablaba enserio y el verlo ahí, cumpliendo su palabra, había alegrado su mañana.

—Tu amigo SeungCheol ya vino a buscarte, al parecer SeokMin te ha dejado en buenas manos —Dijo terminando de arreglar al pequeño.

—Bueno días JiHoon —Saludó el pelinegro al ver como el menor se acercaba a dónde estaba él.

JiHoon le dio una tímida sonrisa y asintió levemente con la cabeza tomando su mochila y los libros que estaban junto a ella.

—Estudien mucho chicos —La señora Lee los despidió en la puerta —SeungCheol —Llamó al pelinegro haciendo que se volteara —Cuida mucho a JiHoon.

No era que ella encontrara que fuera un mal chico, todo lo contrario, si SeokMin había confiado en él era por algo.

Aunque su corazón de madre estaba un poco inquieto después de todo lo qué pasó con JiHoon.

No podía evitarlo.

—Tu mamá es muy amable —Comentó el mayor mientras caminaban, JiHoon se detuvo quitando la mochila de sus hombros para sacar algo de ella. SeungCheol se quedó esperándolo a su lado hasta que vio la libreta en las manos del pequeño.

SeungCheol rió nervioso —Cómo no iba a venir... Espera ¿tú lo sabías ya?

—Eres un tramposo —Bromeó el pelinegro.

El camino a la escuela, a pesar de ser corto, sirvió para conocerse un poquito más, entre bromas y malos chistes de SeungCheol que decía tan solo para ver la hermosa sonrisa de JiHoon, aunque quedara como un tonto.

—Tú curso es el A ¿verdad? —Preguntó y JiHoon asintió apretando sus labios y marcando así, sus hoyuelos —Estudia mucho —Repitió el mensaje de la señora Lee cuando estaba en el marco de la puerta.

—Tú también ¿nos vemos más tarde en la biblioteca? —Preguntó y JiHoon asintió.

SeungCheol se inclinó hacia delante con su corazón latiendo rápidamente, no debía pensarlo demasiado porque sabía que la cobardía nuevamente se apoderaría de él, como ya había ocurrido y antes de que eso pasara, plantó un beso de despedida en la mejilla de JiHoon.

Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, su rostro estaba tan cerca de JiHoon que no quería alejarse, el beso ya estaba dado y él seguía ahí, invadiendo el espacio personal del castaño sintiendo como su dulce aroma entraba por sus fosas nasales atontandolo un poco.

Se alejó con lentitud temiendo a la reacción del bajito, pero lo que se encontró fue totalmente diferente a lo que pensaba.

JiHoon mantenía los ojos cerrados, sus labios ligeramente abiertos y un color rojizo adornando sus mejillas adorablemente. Cuando abrió los ojos elevó la comisura de sus labios algo avergonzado y feliz por aquel beso.

El mayor guardó esa imagen en su memoria preguntándose una y otra vez en cuántos encantos más de JiHoon debía caer.

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