Capítulo 7
—¿Por qué quisiera darle celos a tu primo? —SeungCheol se separó de Hansol mirándolo con su ceño fruncido.
—¡Bebé! —SeungKwan apareció de pronto besando y abrazando a su novio haciendo que se diera término a la conversación.
SeungCheol suspiró al verlos tan acaramelados por lo que se dio la media vuelta y se fue a la cancha de fútbol para practicar un rato.
Estuvo más de una hora pateando el balón hacia el arco con rabia, se estaba desquitando, lo necesitaba, terminó con gotitas de sudor cayendo por su frente.
En ese mismo momento JiHoon iba junto a SeokMin a su casa, el mayor no dudó en coger su mano para caminar juntos.
—Es una casa impresionante —Dijo JiHoon mirando a su alrededor, desde fuera lo era, se notaba que la familia de SeokMin tenía dinero.
Su casa era tan humilde a comparación de ésta, qué esperaba que cuando SeokMin fuera a conocer a sus padres no pensara que estaba con él por dinero, no era así, no tenía la mayor idea de su posición social hasta hace diez minutos.
—Mis papás trabajan bien —Habló SeokMin dejando su mochila en el suelo —¿Vamos arriba?
JiHoon lo miró confundido —¿A tu habitación?
—Sí, tengo televisión ahí —Ofreció su mano desde las escaleras y JiHoon la tomó subiendo con él.
La habitación era increíble, juegos, libros y figuras de acción en los muebles, un plasma que JiHoon no quiso preguntar de cuántas pulgadas era, una cama de dos plazas y frente a él dos pequeños sofás.
—Siéntate, iré por algo de beber —Avisó SeokMin bajando a la cocina.
JiHoon dejó la mochila sobre la cama y se sentó frente a la televisión esperando a que volviera SeokMin.
Pasaron la tarde mirando una película y comiendo chucherías, JiHoon sonrió cuando SeokMin le tomó la mano afirmándola sobre su muslo.
—Me habían dicho que esta película era buena pero no pensé que tanto —Dijo JiHoon cuando finalmente salieron los créditos en la televisión.
—Te ha quedado la lengua roja —SeokMin rió al verlo.
—¿Sí?
—Por el chupete de fresa —Dijo SeokMin acercándose al pequeño —Yo no alcance a probarlo.
—Eso no es muy justo —Habló coquetamente subiendo sus manos a las mejillas del mayor.
SeokMin unió sus labios y JiHoon permitió que sintiera el dulce sabor de su lengua, tuvo que afirmarse bien cuando SeokMin se inclinó aún más hacia su cuerpo acostándolo un poco en el sofá.
Jamás había besado tanto rato, ni tan apasionadamente a SeokMin y no podía negar que era un excelente besador.
Las manos del mayor bajaron a la cintura del bajito y lo sujetó bruscamente pegándolo a su cuerpo, JiHoon soltó un gemido cuando mordió su labio inferior pero mantuvo sus ojos cerrados.
Era la primera vez que estaba llegando tan lejos con un chico, porque la única vez que un chico colocó una mano en su cintura cuando tenia dieciséis años SeungCheol se encargó de alejarlo y golpearlo.
Y era cierto, JiHoon era completamente nuevo en esto por lo que no sabía muy bien qué hacer, ni que decir.
Pero en ese momento estaba dejando su cuerpo y boca a la disposición de SeokMin porque los besos se sentían bien, sus caricias aunque eran bruscas lo excitaban y jamás le habían mordido el labio de esa forma, le gustó.
Mucho menos besado el cuello, no entendía porque SeokMin demoraba tanto besando su cuello, en el mismo lugar pero él estaba entretenido jugando con su cabello.
Cuando el mayor comenzó a desabrocharle el pantalón abrió los ojos de golpe y trató de separarse.
—S-SeokMin esp-espera —JiHoon lo alejó sujetándolo de los hombros.
—¿Qué pasa?
—¿No nos estamos apresurando? —Llevaban apenas una semana saliendo.
—Pensé que te estaba gustando.
—Me gustó, demasiado —Se enrojeció solo al decirlo —Pero podríamos ir con más calma.
—¿Seguro?
—Sí, si no te molesta —Le dio una sonrisa tímida.
SeokMin se levantó de pronto dándole la espalda al pequeño —Supongo que no me molesta.
JiHoon le sonrió cuando se volteó a verlo —¿Tienes libros de poesía o amor aquí?
—¿Qué? —Lo miró colocando las manos en su cintura.
El castaño se levantó mirando los libros de las repisas, pero no encontró lo que buscaba —Libros románticos, no creo que lo que me escribas lo saques de tu imaginación aunque si fuera así me encantaría.
—¿De qué hablas?
—De las notas —Se dio la media vuelta mirando a SeokMin —Las que dejas en mi casillero cada mañana.
El mayor guardó silencio, no sabía a qué notas se refería.
—Aunque no entendí la de ayer —Buscó una vez más libros románticos pero no encontró ninguno, solo de acción y de terror.
—¿Por qué?
—Decía que te dolía verme con otra persona —Dijo JiHoon frunciendo levemente el ceño —Y solo ando con mis amigos en la universidad.
—Es complicado —Comentó moviendo sus ojos rápidamente hacia los lados.
—Eres muy romántico y me ha encantado que aunque estemos juntos las sigas dejando —Se acercó a SeokMin apoyando sus brazos en los hombros del mayor —Alegras mis mañanas.
—¿Entonces te gusto por las notas? —Alzó ambas cejas sorprendido.
—No solo por eso, me gustaste desde que te vi comenzando el año pero sí admito que las notas te ayudaron bastante —Se encogió de hombros —Me gustan esas cosas cursis.
—Ya casi nadie hace eso —Hizo una mueca con sus labios y JiHoon se encargó de borrarla con su dedo índice.
—Por lo mismo, es lindo y romántico.
SeokMin le sonrió a pesar de que no tenía la mayor idea de lo que hablaba JiHoon, él no escribía cosas cursis, ni le dejaba notas en el casillero, llegaba justo a la hora para las clases de la mañana, a veces atrasado, no tenía tiempo para hacer algo así.
Algo tan ridículo.
Pero si JiHoon no sabía quién dejaba las notas y seguía pensando que era él, podría sacarle ventaja al trabajo de esa anónima persona.
—Sí te gusta esta bien para mí —Dijo SeokMin abrazando a JiHoon de la cintura.
—Me encantan.
—Me alegra escucharlo —Besó los labios del bajito —Seguiré escribiéndolas solo por ti, bebé.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top