Las primeras semanas siempre servían para adaptarse al ambiente universitario, el cuál era muy diferente al funcionamiento de una escuela.

Diferentes formas de calificar un examen dependiendo de cada profesor, más exigencia, más responsabilidades y más independencia.

Pero JiHoon pensaba y sentía que lo podía controlar, ya que de esto dependía su futuro. Y no es que la pasara mal allí, estaba con sus amigos y hasta el momento no tenía ningún problema con sus profesores o compañeros.

Todos los chicos de su curso eran amables con él, ya había conversado con la mayoría pero desde el primer día hubo alguien que llamó su atención.

Lee SeokMin, un chico alto y un poco moreno, con una hermosa sonrisa que podía iluminar sus días de alegría, hasta el momento así lo era. Tenía una personalidad que no pudo pasar desapercibida, nadie podía hacerlo. Un alumno destacado y que casi siempre respondía a las preguntas de los profesores.

Inteligente, caballero y guapo, pensó JiHoon cuando cruzaron palabras en uno de los pasillos.

El pequeño no podía solo con los libros que había sacado de la biblioteca para su primer examen, ahí apareció SeokMin, quien a pesar de llevar una pelota de fútbol en sus manos e ir con los chicos de su equipo, sin dudar fue a ayudarlo, lo acompañó hasta el casillero y se aseguró de que JiHoon guardara todos los libros.

—Tu novio debería ayudarte en estás cosas, tendría ser más atento contigo —Dijo SeokMin cuando JiHoon cerró el casillero.

El castaño se sonrojó de inmediato, sabía que era un comentario para saber si es que tenía novio —No, no tengo novio.

—¿En serio? —Le sonrío enseñando sus relucientes dientes, JiHoon lo imitó.

—¡SeokMin! —Gritó uno de los chicos que iba en short y camiseta hacia la cancha de fútbol —¡Llegaremos tarde a la práctica!

—Debo irme —Habló SeokMin pasándose la mano por su cabello, acto que JiHoon encontró irresistiblemente sexy.

—S-Sí.

—¿Nos vemos en clases? —Preguntó SeokMin para luego darse cuenta de lo estúpido que había sonado, obviamente JiHoon estaría en su salón de clases.

—Claro —Respondió el pequeño sonriéndole.

SeokMin retrocedió algunos pasos de espalda, con sus ojos fijos en JiHoon.

—Lee SeokMin —Se presentó con una sonrisa nerviosa. JiHoon le pareció adorable desde el primer día que lo vio.

—JiHoon, Lee JiHoon —Dijo el menor.

—Lo sé —Movió nervioso sus manos —He visto tu nombre en la lista del curso.

JiHoon soltó una risita y se despidió de él, SeokMin se volteó comenzando a correr hacia su práctica de fútbol, perdiéndose por el pasillo.

—¿Sabes lo atrasados que vamos a anatomía? —SeungKwan pasó corriendo a su lado deteniéndose unos metros más adelante que JiHoon.

El castaño sacó el celular de su bolsillo fijándose en la hora, si en cinco minutos más no estaba en la sala su profesor lo dejaría afuera.

Y está era una de las cosas que JiHoon odiaba un poco de la universidad, si se perdía una clase de anatomía era como si se hubiera perdido una semana de clases.

Además de no poder ver a SeokMin en las clases teóricas de anatomía, ni en los laboratorios. El más alto pertenecía al equipo de fútbol de la universidad, electivo que tomó desde la primera semana de clases, mientras JiHoon aún seguía revisando la lista para saber en cuál entrar. No le quedaba mucho tiempo.

—¡Vamos! —SeungKwan lo tomó de la muñeca para correr juntos, en la puerta del salón de clases JiHoon recordó su libro de anatomía.

—Espera, espera, deje mi libro en el casillero —Dijo con la respiración entrecortada.

—Usamos el mío —Ofreció el pelirrojo.

—¿Estás loco? Si el profesor nos pilla con un solo libro nos castigará con una interrogación de la clase pasada —El terror de los alumnos.

—¡Ve, apúrate!

JiHoon corrió por los pasillos llegando hasta su casillero, al abrirlo una nota cayó de éste, sacó el libro de anatomía y levantó la hoja del suelo.

"Eres el responsable de mi sonrisa para venir a clases, es que tienes ese no sé que que me encanta.

Me gustaría gustarte pero solo soy un admirador más de tu larga lista"

JiHoon se fijó en la hoja preguntándose quién podría usar un cuaderno de líneas en la universidad, cuando él los había usado en primaria.

Leyó la nota tres veces para luego mirar a los lados del pasillo, buscando al dueño de la nota pero no había nadie, todos a esa hora estaban en clases.

—¡Mierda, anatomía! —Cerró el casillero de un golpe para después colocar el candado, arrugó la hoja de papel lanzándola a uno de los basureros.

No tenía tiempo para tonterías de admiradores secretos.

A pesar de correr lo más rápido posible cuando llegó a su salón de clases, estaba cerrado. Miró hacia adentro por la pequeña ventana rectangular que estaba en la puerta.

El profesor se percató de JiHoon y negó con la cabeza dándole a entender que ya no podría entrar.

El castaño suspiró frustrado volteándose con el libro en sus manos.

Estuvo las dos horas sentado fuera de la sala de clases, apoyando su espalda en la puerta tratando de escuchar a su profesor a la vez que seguía la lectura del segundo capítulo del libro.

El profesor de anatomía era el más estricto, solía darles castigos con interrogaciones a cada alumno que no llevara su libro, que usara su celular o que hablara en la sala.

Aparte de eso, al final de cada clase hacía preguntas al azar con calificaciones que a final de semestre se promediarían.

Cuando terminó la clase JiHoon se levantó del suelo, se asomó nuevamente por la ventana tratando de ver a los chicos, Joshua fue el que lo vio avisándole a los demás, JiHoon agitó su mano despidiéndose.

Comenzaría la interrogación y lo que menos quería escuchar eran los regaños del señor porque los alumnos no respondían correctamente.

Cuando camino a guardar el libro en el casillero recordó la nota, se acercó al basurero donde recordó que la había tirado, nervioso miró a su alrededor para sacarla.

Bajó su mano mientras estaba pendiente de que nadie lo viera.

—¿Qué se te perdió en la basura? —SeungCheol lo asustó provocando que JiHoon perdiera el equilibrio y terminará en el suelo junto a un montón de papeles, botellas de agua y sobras de comida.