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Esa mañana en la sala de reuniones las miradas de los importantes empresarios se posaron en el encantador omega que llevaba una boina blanca con un listón alrededor de color beige, combinándolo con su pantalón de tela, una camisa blanca con detalles de encaje en el cuello y zapatos negros, especialmente el alfa que se encontraba al final de la larga mesa, mientras presentaba el diseño que había preparado para el proyecto.

—En las carpetas frente a ustedes está el presupuesto del hotel y las cabañas —Dijo JiHoon y SeungCheol esbozó una sonrisa al ver las hojas de color rosa.

Los presentes revisaron los papeles excepto la señora Jong, la mujer con los dedos rozando su barbilla miró al lindo omega y luego la taza de té que el pelirosa había servido al iniciar la reunión, también las adorables galletas en forma de corazón que estaban a un costado en el platillo de porcelana. Tal vez JiHoon aún no lo sabía pero tenía potencial en el área de diseño, era creativo, organizado y dedicado.

—Sabía que no me decepcionarías —Habló la clienta del complejo de esquí y el corazón de JiHoon se detuvo, solo por un segundo quedándose expectante a sus palabras —Estaré ansiosa por ver el resultado.

SeungCheol esperó a que estuvieran solos y miró a JiHoon antes de ir hasta donde estaba, rodeó su cintura y lo alzó en el aire envolviéndose con su floral aroma, dio una vuelta con él escuchando la risa del omega y lo dejó en el suelo, colocó las manos en sus mejillas y unió sus labios en un corto y sonoro beso —Estuviste asombroso.

—Al comienzo tartamudeé un poquito —Le recordó JiHoon, el arquitecto bajó las manos hacia su diminuta cintura haciéndolo dar un paso hacia él y el omega colocó las manos en sus hombros.

—¿Si? —El alfa se hizo el desentendido —No lo noté —Mintió y JiHoon alzó sus cejas haciéndolo sonreír al ser descubierto, SeungCheol se encorvó hacia adelante y rozó la punta de su nariz con la del omega —Felicidades —Dijo en voz baja.

—Gracias —El pequeño cerró los ojos con una sonrisa y tomó el labio inferior del alfa, SeungCheol ladeó la cabeza y JiHoon enredó sus dedos en el oscuro y sedoso cabello del mayor cuando éste profundizó el beso.

Al volver a la oficina SeungCheol se detuvo en el pasillo cuando el omega vio a sus amigos y con la emoción desbordando de él corrió hacia ellos para abrazarlos y contarles lo sucedido tropezándose con sus propias palabras, SeungKwan y JeongHan lo escucharon con atención siendo incapaces de ignorar sus gestos, su manera de hablar, su mirada y su sonrisa.

JiHoon irradiaba felicidad.

Una felicidad que era contagiosa y que se mantuvo durante las siguientes semanas a pesar del estrés laboral descansando adecuadamente y comprando algunos productos de cuidado y belleza para tener una noche de relajación en casa mientras veía una película en el sofá de la sala.

—Mañana tendré una cita con un boxeador —Comentó de pronto SeungKwan tomando un puñado de palomitas de maíz —Su nombre es SeokMin.

—¿Qué pasó con el piloto de avión? —Preguntó JiHoon sentado en un pequeño sofá, con una manta sobre sus piernas y una mascarilla en el rostro.

—¿Piloto de avión? —El omega de mejillas abultadas frunció el ceño ante la confusión —Oh, eso fue el mes pasado.

—Pensábamos que te gustaba.

—Sí, era agradable y atractivo —Habló SeungKwan —Pero se le escapó la palabra prohibida.

JeongHan soltó una carcajada —¿Dijo que te amaba?

—No me lo recuerdes.

—¿Qué pasará cuando salga de tus labios y no del alfa con el que estés saliendo? —Preguntó JeongHan en un tono divertido.

—Eso no sucederá —Aseguró SeungKwan sin titubear, no tenía planeado enamorarse o estar en una relación, por lo mismo prefería las citas casuales e informales con alfas que solo buscaban diversión.

Porque él buscaba exactamente lo mismo.

Como cada viernes en la noche las manos de SeungCheol se ajustaron a la cintura de JiHoon para levantarlo y sentarlo en la isla de su cocina, el alfa arremangó su camisa, aflojó el nudo de su corbata moviéndola bruscamente hacia un lado pero el omega la tomó antes de que se alejara llevándolo hacia él para unir sus labios en un corto y sonoro beso que hizo sonreír al arquitecto. Preparar la cena se había convertido en un íntimo momento entre ellos, donde conversaban animadamente entre risas y coqueteos.

—¿Siempre te ha gustado cocinar? —Preguntó JiHoon.

—Sí, de pequeño le ayudaba a mi abuelita —Respondió el alfa abriendo la nevera, sacó un trozo de carne y algunos vegetales —Me pedía los ingredientes e iba a buscarlos, lo más rápido que podía, al menos así fue hasta el incidente de los huevos —Continuó SeungCheol volviendo a la isla, tomó un cuchillo y comenzó a cortar los pimentones —Los llevaba en mi suéter, me caí sobre ellos e hice un desastre.

—¿Te regañó?

El alfa negó con la cabeza —Me ayudó a levantarme e intentó que me calmara pero no podía dejar de llorar mientras le pedía que me llevara con la madre de los huevos para disculparme con ella por romperlos —Dijo SeungCheol y JiHoon elevó las comisuras de sus labios en una amplia sonrisa.

—¿Querías disculparte con una gallina? —Lo miró enternecido.

—Al día siguiente mis papás me llevaron a una granja, ahí había una —Habló SeungCheol con las orejas enrojecidas —Claramente no era la madre de los huevos pero en ese momento no lo sabía así que le pedí que me perdonara.

—¿Te perdonó?

SeungCheol soltó un suspiro, dejó el cuchillo en la tabla de picar y se acercó al omega, colocó los brazos a sus costados y se inclinó hacia adelante —¿Te estás divirtiendo, verdad?

—Sí —Confesó tímidamente, marcando los hoyuelos en sus mejillas.

SeungCheol lo contempló en silencio, mirándolo con amor y sin saber que JiHoon lo miraba de la misma manera que él lo hacía —¿Quieres saber un secreto? —El menor asintió —Me encanta verte sonreír.

—Es imposible no hacerlo cuando estoy con la persona que...

El escandaloso ruido de la comida en la sartén los interrumpió, SeungCheol se encargó de la situación y JiHoon terminó de preparar la cena y servirla en lo que el alfa acomodaba los dos sitios en la sala, volvió a la cocina y vio a JiHoon lavándose las manos, llevó los platos servidos y regresó por su novio.

—¿Hay un problema con la electricidad? —Preguntó JiHoon confundido por la poca iluminación, sin soltar la mano de SeungCheol rodeó su brazo con los suyos buscando su protección.

Bastaron unos pasos más para que una tenue luz iluminaran los ojos de JiHoon y sus labios se separaran ligeramente al ver los platos en la mesa de la sala junto a los cubiertos y copas de cristal, cojines en el suelo y una manta, todo rodeado con pequeñas velas blancas.

—Creí que así sería más romántico —Habló SeungCheol y JiHoon posó sus ojos en él.

—Lo es.

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