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—¿El señor Choi ha confesado estar enamorado de ti? —Preguntó SeungKwan a través de la línea telefónica, intentando contener su emoción.

—Sí —Respondió JiHoon con una tímida sonrisa, se acomodó sentándose entre las almohadas de su cama, acercó las rodillas hacia su pecho y se cubrió con las mantas.

—¿Y tú? —Esta vez habló JeongHan —¿Qué sientes por él?

JiHoon se quedó en silencio y apretó sus labios haciendo resaltar los hoyuelos en sus mejillas porque hasta ese momento no lo había pensado con detenimiento. No podía negar que SeungCheol era un hombre atractivo pero más allá de su apariencia física era interesante, respetuoso, trabajador y sorprendentemente romántico.

Sin embargo, aún no comprendía todo lo que provocaba en él cuando se acercaba mirándolo a los ojos, buscando tomar sus manos o rodear su cintura con sus fuertes y cálidos brazos, embriagándolo con el aroma que emanaba de su cuerpo, brindándole un refugio lleno de amor y protección.

—No lo sé con exactitud —Contestó con sinceridad —Nunca creí que mi corazón se pudiera acelerar en un beso, al menos así fue hasta que los labios de SeungCheol tocaron los míos y me estrechó en sus brazos, como si hubieran estado esperando por mí —Agregó con voz suave y dulce —Y yo... como si hubiera estado esperando llegar a ellos.

Kwannie, ¿Hueles eso?

Sí, huele a amor, ¿No? —Dijo SeungKwan haciendo que JiHoon se encogiera en su lugar cubriéndose el rostro con las manos.

A la mañana siguiente el llamativo y lujoso vehículo del arquitecto aparcó frente al edificio de la compañía, a la vista de los trabajadores quienes inmediatamente posaron las miradas en él, se bajó acomodándose el abrigo que llevaba arriba del elegante traje formal y abrió la puerta de su adorable novio a quien le ofreció la mano después de tomar su bolso de color café para colgarlo en su hombro derecho. JiHoon bajó del automóvil sin soltar la mano del alfa y SeungCheol sonrió cuando el menor levantó la cabeza permitiéndole ver el lindo rubor de sus mejillas.

SeungCheol cerró la puerta y JiHoon entrelazó sus dedos al caminar hacia la entrada principal de la empresa.

Habían acordado no ocultar su relación amorosa y que esta no afectaría su relación laboral, el omega seguiría dirigiéndose hacia SeungCheol de manera formal cuando lo estimara conveniente y el alfa no excluiría a JiHoon de las normas establecidas en la compañía.

—Tendré que acostumbrarme a esto —Comentó el alfa en el ascensor.

—¿A qué? —Preguntó JiHoon con curiosidad, girando su rostro hacia SeungCheol.

—A las cosquillas en mi estómago por llegar al trabajo tomando tu mano —Respondió el empresario mirando al omega —Son las mismas que sentí el día que mi padre me acompañó para que me hiciera cargo de la compañía.

JiHoon le sonrió y colocó su mano libre en la barbilla del alfa, rozándola delicadamente con sus dedos, SeungCheol se encorvó hacia él dejando un suave toque en sus labios mientras que el omega mantuvo acariciando la mejilla del arquitecto.

Exactamente a las ocho de la mañana SeungCheol abrió la puerta de la sala de reuniones permitiendo que JiHoon entrara primero, saludó a la señora Jong y a sus socios estrechando cordialmente su mano con la de ellos, acomodó la silla para JiHoon y se sentó en su lugar.

—¿Comenzamos? —El alfa abrió la carpeta frente a él y se encontró con una nota en su interior y un corazón dibujado con tinta rosa.

Inmediatamente esbozó una sonrisa que intentó ocultar aclarando su garganta, despegó la nota y la guardó cuidadosamente en el bolsillo de su camisa.

Al término de la reunión SeungCheol guió a la señora Jong hacia su oficina, por petición de la mujer, pero antes de entrar el alfa se dio la media vuelta, colocó sus dedos en el mentón de JiHoon y lo levantó robándole un beso, el omega sonrió y lo empujó juguetonamente hacia la oficina.

—¿La señora Jong sabe que hay un departamento encargado de esa área? —Preguntó JiHoon cuando SeungCheol abrió la puerta del vehículo y entró del otro extremo.

—Sí, lo sabe —Respondió colocándose el cinturón de seguridad, se aseguró que JiHoon también lo tuviera y echó a andar el automóvil —Pero quiere que seas tú quien decore el hotel y las cabañas.

—¿Por qué?

—Le gustaron tus ideas, cree que tienes potencial —Contestó mirando de reojo la mano del menor —Y sinceramente yo también lo creo.

La emoción y a la vez el inevitable miedo inundaron la mente de JiHoon pero sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando SeungCheol acercó sus manos unidas a sus labios para dejar tres cortos besos en el dorso acelerando los latidos de su tranquilo corazón —¿Dejaría de trabajar como tu asistente?

—No necesariamente pero tendrías más responsabilidades.

—¿En las oficinas de la señora Jong?

—No —Respondió el alfa, sin mirarlo, haciendo girar lentamente el volante —Trabajarás directamente con quien tiene el proyecto.

Y fue hasta que el pelinegro colocó los planos en la mesa, para que JiHoon comenzara a preparar la propuesta que tendría que presentarle a la clienta y sus socios, que el omega logró dimensionar que trabajaría con el talentoso, exigente e increíblemente detallista arquitecto Choi SeungCheol.

En más de una ocasión le resultó atractivo verlo realizando trazos en el papel, con la camisa arremangada y la corbata suelta, hablándole con seriedad.

JiHoon debía considerar las medidas, función y cualidades de los espacios, complementándolo con la estética que deseaba entregarles a través de la decoración, eligiendo el material adecuado de pisos, paredes, ventanas y puertas, sin olvidar las instalaciones de agua y electricidad, y los muebles de cada lugar.

Durante los siguientes días el lindo omega trabajó arduamente quedándose hasta tarde en la compañía y SeungCheol no tardó en darse cuenta por qué la señora Jong lo había considerado para aquel importante y millonario proyecto, a pesar de la carencia de conocimientos profesionales JiHoon poseía una creatividad inigualable, era organizado y tenía deseos de aprender.

—Sé que a la señora Jong no le gusta el papel tapiz pero pienso que se vería muy lindo en la recepción del hotel —Comentó JiHoon con el diseño digital en la tableta que tenía en sus manos —Especialmente con los detalles de cristal.

El alfa rodeó la cintura del menor y lo levantó sentándolo en el borde de su escritorio —Entonces deberías arriesgarte —Dijo sentándose en la silla, viendo a JiHoon cómodamente cruzar las piernas —Tal vez le agrade.

—O tal vez me deteste.

—Si confías en tu trabajo siempre habrá alguien más que logre ver el amor que has colocado en él —Habló SeungCheol cerrando la última carpeta con documentos que había revisado y firmado.

JiHoon abultó sus labios y posó sus ojos en el diseño digital, presionó sobre la paleta de colores y continuó trabajando en silencio, una hora y quizás fueron dos, viendo tonos y contrastes, sin percatarse del momento exacto en el que el alfa rodeó con los brazos su diminuta cintura para arrastrarlo un poco hacia él, hasta que finalizó la recepción del hotel y se encontró a SeungCheol profundamente dormido con la cabeza apoyada en su regazo.

—¿SeungCheol? —Lo llamó JiHoon en voz baja moviendo el cabello que cubría el rostro del mayor quien mantenía una expresión tranquila y una respiración pausada —Dormir en esta posición lastimará tu espalda —Formó un puchero en sus labios y deslizó sus manos por los hombros del alfa —SeungCheol.

El empresario despertó y levantó la cabeza, con los ojos entrecerrados, somnolientos —¿Hmm?

JiHoon sonrió, colocó sus manos en las mejillas del arquitecto y las acarició con la yema de sus dedos —Ya casi es medianoche, podemos continuar mañana.

SeungCheol asintió con pereza y cerró los ojos, el menor se inclinó hacia adelante dejando un suave beso en sus párpados y en la punta de su nariz, continuó con sus mejillas y acabó en sus labios, besándolo con ternura. JiHoon tomó distancia y soltó una risita al ver la sonrisa del alfa.

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