ú n i c o ♡

Apenas entraron a la suite del conocido y lujoso hotel SeungCheol acercó bruscamente a JiHoon contra su cuerpo obligándolo a colocar las manos en su pecho, llevó su mano libre en la nuca del menor, se encorvó hacia él y unió sus labios en un apasionado y demandante beso que hubiera desestabilizado a JiHoon si no hubiese sido por el firme agarre que mantenía alrededor de su estrecha cintura. Entre besos y caricias el menor dejó caer el abrigo de SeungCheol por sus hombros y deshizo el nudo de la corbata mientras el pelinegro lo hacía caminar hacia atrás, guiándolo a la habitación y cuidando que no tropezara en lo que lo iba desvistiendo. JiHoon desabotonó camisa del hombre mayor y deslizó sus manos sintiendo su firme y caliente piel y trabajados músculos de su torso y espalda.

Mmgh... —Jadeó JiHoon echando la cabeza hacia atrás permitiendo que SeungCheol abusara de aquella erógena zona; su cuello, lamiendo, mordiendo y besando su pálida piel, desabrochó el cinturón y lo deslizó por su cadera, SeungCheol volvió a los labios de JiHoon pero al rozarlos éste lo alejó empujándolo a la cama, cayó de rodillas frente a él y miró su abultada entrepierna.

Completamente desnudo y con una mirada que desbordada deseo JiHoon se inclinó hacia adelante besando a SeungCheol, mordió ligeramente su barbilla y enseñó una traviesa sonrisa antes de dejar un camino de besos, pasando por los pectorales del mayor hasta llegar a su abdomen a la vez que sin pudor masajeaba su pene por encima de la tela sintiendo como se iba endureciendo ante su tacto, desabrochó el pantalón y bajó la cremallera, por su parte SeungCheol se apoyó en sus codos y levantó la cadera permitiendo que JiHoon terminara de desvestirlo, quedando frente a un apetitoso pedazo de carne que lo hizo relamer sus labios.

Ansioso de devorarlo.

JiHoon rodeó el miembro con una de sus manos y se acercó a él, abultó sus labios dejando un beso en el glande y deslizó su lengua en forma circular al alejarse, lo suficiente para volver a dejar otro beso, y otra lamida, esta vez recorriendo la extensión del pene como si se tratara de un lollipop, iniciando en la base del venoso tronco y acabando en la punta, torturando a SeungCheol quien fue incapaz apartar la mirada del rubio, JiHoon cerró los ojos y separó los labios para introducir el glande en su boca, lo succionó y terminó por engullir hábilmente el pene en su cavidad bucal llegando hasta su garganta y obteniendo un fuerte y excitante gruñido del hombre mayor.

Dios —Gimió SeungCheol viendo como su entrepierna era devorada por JiHoon.

—¿Le agrada lo que estoy haciendo, señor Choi? —Preguntó con inocencia.

—S-Sí, sí bebé, me agrada —Respondió esbozando una temblorosa sonrisa de satisfacción, empuñó una mano en el cabello del menor y se mordió el labio inferior, no quería establecer un ritmo, JiHoon no lo necesitaba, sabía perfectamente cómo hacerlo enloquecer.

Y lo estaba logrando.

Especialmente con los bajos y agudos jadeos que hacia al tragar su pene, una y otra vez, de la forma más erótica que había conocido. Sin poder resistirlo más SeungCheol dejó caer su cuerpo hacia atrás y cerró los ojos dejándose sumergir en el placer que JiHoon le hacía sentir.

El universitario colocó las manos en los tonificados muslos de SeungCheol, hundió sus dedos y se impulsó esforzándose arduamente en su labor, lo masturbó y degustó descaradamente el líquido pre-seminal que escurrió por el glande para volver a engullirlo en su boca.

JiHoon no podía negarlo.

El pene de SeungCheol era absurdamente adictivo.

Una vez que comenzaba le dificultaba detenerse.

Y SeungCheol lo sabía, en muchas ocasiones había acabado en su boca y aunque no le desagradaba la imagen de su semen escurriendo por las comisuras de la boca de JiHoon quería algo más, mucho más, por lo que antes de que perdiera el control decidió detenerlo levantándolo y recostándolo en la cama, se posicionó entre sus piernas y JiHoon colocó las manos en sus mejillas guiándolo hacia sus labios mientras las manos de SeungCheol exploraban su cuerpo recordando con exactitud dónde y cómo tocar para que se retorciera bajo de él, terminando en su sensible entrada y centrándose en ella, haciendo presión con sus dedos, preparándolo y extendiéndolo lo suficiente para que pudiera recibirlo.

Y no fue hasta que los labios de SeungCheol descendieron dejando húmedos besos en su tersa piel que se encontró con un lindo y brillante piercing en el ombligo de JiHoon que lo hizo sonreír, lo rodeó y siguió bajando desde su pronunciada cintura hasta sus esbeltas y pálidas piernas, besó sus muslos estremeciéndolo y en un rápido movimiento lo hizo girar desatando el lado sumiso del menor, colocó las manos en la cadera de JiHoon y lo levantó dejándolo a la altura de su entrepierna deleitándose con la curva que se había formado en su espalda baja, tomó su miembro alineándolo en la entrada del pequeño y se deslizó por sus húmedas y estrechas paredes anales, disfrutando de la indescriptible sensación de estar en su interior.

Con los ojos cerrados y soltando un sonoro gemido JiHoon se movió hacia atrás deseoso por sentir hasta el último milímetro del caliente y erecto miembro dentro de él, dejando a SeungCheol maravillado al ver como su pene era exquisitamente absorbido entre las prominentes nalgas del rubio, animándolo a arremeter nuevamente con más fuerza, iniciando un enérgico y dominante vaivén que llenó de gemidos la habitación.

Sus respiraciones se volvieron irregulares y una delgada capa de sudor los cubrió, SeungCheol miró la espalda sudada de JiHoon, tomó un puñado de su sedoso cabello y lo hizo levantarse, el menor llevó una de sus manos a la nuca del empresario, buscó sus labios y hundió su lengua en la boca de SeungCheol mientras éste lo sujetaba de la cadera, volviendo sus embestidas lentas y profundas.

—¿Te gusta así? —Preguntó SeungCheol con voz ronca dejando un beso detrás de la oreja del menor, lo penetró y movió su cadera en círculos, JiHoon echó la cabeza hacia atrás, recargándola en su hombro y él besó su cuello —¿Hmm?

El menor gimió con los ojos cerrados y enredó sus dedos en el cabello de SeungCheol siendo incapaz de responder adecuadamente. Solo podía pensar en las calientes y sensuales estocadas que estaba recibiendo y en los labios de SeungCheol recorriendo su cuello.

Porque también podría romper la cama contigo —Susurró el mayor en el oído de JiHoon.

El estudiante universitario se inclinó hacia adelante y sus brazos cedieron cayendo en la cama, empuñó sus manos en las sábanas, giró la cabeza hacia un lado y permitió que el hombre que estaba detrás de él viera la placentera expresión en su rostro; sus ojos cerrados, sus mejillas sonrojadas, su cabello rubio alborotado y sus labios entreabiertos, haciéndole saber a través de escandalosos y agudos gemidos lo mucho que disfrutaba cada vez que sus testículos colisionaban con fuerza contra sus nalgas, dejándolo sin aliento.

Todo pensamiento racional se esfumó de ellos cuando JiHoon recibió a SeungCheol entre sus piernas y el empresario buscó llegar al punto dulce del menor moviendo su cadera salvajemente, golpeando la cama contra la pared, JiHoon gimió alto y hundió la punta de sus dedos en la espalda del mayor al alcanzar el ansiado orgasmo. SeungCheol soltó un fuerte jadeo sintiendo como sus músculos se tensaban, cerró los ojos y el menor colocó las manos en sus mejillas, acercándolo a él, sus labios entreabiertos se rozaron mezclando sus aceleradas respiraciones y JiHoon se estremeció viendo la satisfactoria y erótica expresión de SeungCheol al eyacular en su interior y la cansada sonrisa que esbozó al abrir los ojos.

SeungCheol tomó el labio inferior del chico que tenía bajo él entre los suyos en un suave beso y tomó una mínima distancia —¿Estás bien? —Preguntó en voz baja.

—Sí —Respondió y SeungCheol lo abrazó, JiHoon escondió el rostro en su cuello envolviéndose en la masculina fragancia que llevaba en la piel y acarició su espalda —Estoy bien.

Cerca de las diez de la noche SeungCheol despertó escuchando el sonido de la lluvia, soltó un quejido y abrió los ojos encontrándose a JiHoon profundamente dormido a su lado, abrazándolo, escondiendo el rostro en su cuello, dejando que su tranquila respiración golpeara aquella zona que se había encargado de marcar con sus besos. Soltó un suspiro y en la oscuridad contempló la hermosa y curvilínea silueta de su cuerpo desnudo enredado en las sábanas.

Cuando inconscientemente JiHoon deshizo el abrazo, SeungCheol se colocó el pantalón que estaba en el suelo y salió de la habitación por algo para beber, unos pocos minutos más tarde JiHoon apareció en la sala frotando sus ojos, descalzo y llevando la camisa que le pertenecía al mayor, SeungCheol se detuvo cerca de lámpara junto al sofá y lo miró de pies a cabeza.

—No sé dónde está mi ropa —Habló JiHoon mirándose a sí con una sonrisa nerviosa y coqueta que aceleró el corazón de SeungCheol —Por eso tomé...

Los labios de SeungCheol lo interrumpieron, el mayor rodeó su cintura, se inclinó hacia adelante y lo besó, un lento y dulce beso que hizo suspirar a JiHoon cuando se distanciaron unos pocos centímetros —Descuida, me gusta más como se ve en ti que en mí —JiHoon sonrió ampliamente y levantó los talones dejando un corto y sonoro beso en los labios de SeungCheol —¿Quieres un poco de chocolate caliente? —Preguntó el pelinegro y el menor asintió, al regresar a la sala vio a JiHoon sentado en el borde de uno de los ventanales, viendo la lluvia caer y después de mucho tiempo sintió la comodidad, confianza y calidez derramándose en su corazón.

Era como estar en casa.

Solo que inesperadamente su casa la había encontrado en JiHoon.

Se acercó al menor y le ofreció la taza que tenía en sus manos —Aquí tienes.

—Gracias —JiHoon la recibió y bebió un sorbo del delicioso contenido, SeungCheol se sentó frente a él y lo miró a los ojos —SeungCheol.

—¿Si?

—Te extrañé —Dijo en un tono suave.

—Yo también te extrañé, más de lo hubiera pensado.

—¿No planeabas extrañarme tanto? —Preguntó divertido.

—No planeaba acabar enamorándome perdidamente de ti —Confesó SeungCheol sorprendiendo al chico frente a él pero al parecer no lo suficiente porque JiHoon desvió la mirada hacia la calle y elevó tímidamente las comisuras de sus labios —No sé en qué momento sucedió, no sé si fueron tus besos, tus caricias, tu cuerpo, tu personalidad tan alegre y atrevida, tu forma de caminar, de mirarme, de hablarme, de sonreírme —Las palabras salieron de su boca con fluidez —La manera tan adorable en la que duermes o como abultas tus labios cuando estás enojado... Pero ya no logro imaginarme con otra persona que no seas tú.

JiHoon volvió a posar sus ojos en los de SeungCheol —Ni yo con otra persona que no seas tú.

No necesitaron de nada más.

JiHoon dejó el chocolate caliente a un lado y se levantó para sentarse en los muslos de SeungCheol, colocó las manos en sus mejillas y lo besó, el pelinegro deslizó las manos por la cintura del menor y ladeó la cabeza para profundizar el beso.

—Entonces... —Musitó JiHoon sobre los labios de SeungCheol —¿Tendremos románticas citas y tomaremos nuestras manos al caminar? —Preguntó e inmediatamente sintió la sonrisa del mayor quien asintió haciéndolo sonreír —¿También celebraremos nuestro primer aniversario?

SeungCheol se alejó mirándolo directamente a los ojos y levantó las cejas —¿Solo el primero?

Al día siguiente JiHoon dio un giro sobre uno de sus pies viendo su reflejo en el espejo de la habitación, movió sus dedos acomodando su flequillo rubio bajo la boina de color beige que llevaba y tomó la bufanda de la cama al escuchar el timbre, abrió la puerta principal del departamento encontrándose con un enorme ramo de tulipanes rojos, elevó las comisuras de sus labios y SeungCheol bajó las flores en sus manos permitiendo que el menor viera su rostro.

—¿Eso es todo? —Preguntó el mesero anotando la orden de la comida.

—Sí —Respondió SeungCheol devolviendo la carta.

—Puede llamarme si se le ofrece algo más —El trabajador del restaurante coqueteó descaradamente mirando al atractivo hombre mayor —Lo que sea.

JiHoon arqueó una ceja y sonrió al tomar la copa de cristal, bebió un sorbo de agua ignorando el hecho de que su novio tenía absolutamente toda su atención en él.

En la cena SeungCheol pudo darse cuenta que la actitud del menor había cambiado, la manera de desenvolverse, de expresarse y de moverse era diferente, evidentemente había madurado y esa madurez le resultaba atrayente.

Para JiHoon la situación no fue distinta, sabía que SeungCheol era un hombre con experiencia y una auténtica bestia en la cama pero fuera de ella conoció a alguien asombrosamente atento, gentil y romántico, más de lo que él mismo pudiese llegar a creer.

—¿Ya no eres el rector del instituto? —Preguntó JiHoon cortando un trozo de carne en el plato para luego llevárselo a la boca.

—No —Respondió SeungCheol tranquilamente limpiando las comisuras de sus labios —Renuncié hace tres años.

JiHoon se quedó en silencio por algunos segundos —Hace tres años fue mi graduación.

SeungCheol asintió mirándolo a los ojos y JiHoon esbozó una traviesa sonrisa —No, no es lo que estás pensando, no he renunciado por ti.

—¿No?

—No —Aseguró el hombre de largas y oscuras pestañas —Quería dedicar mi tiempo a los negocios que había iniciado junto a tu padre.

—Mi papá —Murmuró JiHoon —¿Qué crees que dirá al respecto?

—¿Te preocupa lo que pueda decir?

—Me da curiosidad la reacción que tendrá —Contestó JiHoon con sinceridad —Sé que mi mamá estará encantada porque te adora —Agregó con una sonrisa y SeungCheol rió —Pero mi papá...

—Él ya lo sabe —Dijo el mayor.

—¿Se lo has dicho? —Preguntó el rubio alzando las cejas, sorprendido por sus palabras.

SeungCheol negó —Pero aun así me gustaría que se lo dijéramos formalmente.

—No planeo viajar a casa pronto, debo aprobar mis exámenes finales y terminar mi tesis.

—Entiendo.

—No será en los próximos días —Continuó el pequeño —Ni la siguiente semana.

SeungCheol dejó los cubiertos en el plato y se inclinó hacia JiHoon, colocó la mano en su barbilla y levantó su cabeza manteniendo el contacto visual —¿Qué intentas decirme?

—Que tardaré... —Respondió el universitario —Probablemente cuatro meses o un poco más en regresar a casa.

—¿Y eso es un problema?

—No lo sé —Soltó un suspiro y desvió la mirada —Es...

—El tiempo que necesitas para graduarte —Interrumpió SeungCheol y JiHoon volvió su mirada a él.

El empresario acarició la mejilla ajena y sus labios se separaron cuando JiHoon cerró los ojos y ladeó la cabeza apoyándose suavemente en su mano fascinado con el agradable y cálido tacto.

—Nunca había visto a alguien ser tan feliz al comer —Comentó SeungCheol saliendo del restante dando lentos pasos junto a su cita.

—En mi defensa debo decir que los churros estaban deliciosos —Habló JiHoon acomodándose la bufanda alrededor de su cuello.

—Me hubiera encantado dar mi opinión al respecto —Dijo SeungCheol rozando la mano de JiHoon al balancear su brazo.

—Te ofrecí uno.

—Sí —Aceptó el mayor —Pero solo dejaste un poco de chocolate en mis labios y te lo llevaste a la boca.

—Quería que fuera más dulce.

—Más dulce —Repitió tomando tímidamente los dedos de JiHoon —¿Piensas que soy dulce?

—Cuando te lo propones eres un bombón —Respondió el menor, miró a SeungCheol a su lado quien tenía la mirada en sus manos unidas, el mayor terminó de entrelazar sus dedos y las comisuras de sus labios temblaron al posar sus ojos en los de JiHoon —¿Lo ves?

Después de una semana de amor e intensa pasión SeungCheol arrastró su equipaje en el aeropuerto y, sin soltar la mano de JiHoon, se giró hacia él.

Pasajeros del vuelo 127 por favor dirigirse a la brevedad a la puerta 4 para abordar el avión —Anunció una voz femenina a través de los altavoces.

—Ese es mi vuelo —Habló SeungCheol.

—Entonces... —Con dificultad soltó la mano de su novio, dio un paso hacia atrás y levantó la cabeza mirándolo a los ojos para forzar una débil y triste sonrisa, hasta ese momento no se había dado cuenta de lo mucho que se había acostumbrado a su presencia —Ve.

—Estaré esperando por ti —Aseguró el mayor.

JiHoon asintió y SeungCheol se dio la media vuelta pero bastó con que diera unos pocos pasos para que se volteara nuevamente y regresara hacia él para unir sus labios.

—¿Quieres que te llame cuando haya llegado? —Preguntó SeungCheol sin alejar sus manos de las mejillas de su novio, JiHoon sonrió marcando sus hoyuelos y asintió sintiendo un agradable cosquilleo en su estómago, el mismo que sentía SeungCheol en ese momento al experimentar los románticos detalles de una relación amorosa.

Durante los siguientes meses se mantuvieron en comunicación sin dejar a un lado sus respectivos compromisos y obligaciones, las llamadas podían ser eternas llegando hasta las cinco horas, y cuando ocurrió fue una madrugada inolvidable para JiHoon quien se durmió escuchando un dulce tarareo por parte de SeungCheol, como también podían ser de cinco minutos pero nada de esto afectó el interés que tenían por volver a verse y estar juntos demostrándolo el día en el que una mañana SeungCheol entró a su oficina y se encontró a JiHoon sentado en el borde de su escritorio, con las piernas cruzadas.

Él solo pudo apresurarse y abrazarlo asegurándose de que no fuera un sueño.

Pero solo lo comprobó besándolo porque al abrir los ojos JiHoon seguía ahí; siendo rodeado por sus brazos.

—¿He tardado demasiado? —Preguntó el menor con las manos empuñadas en la chaqueta de su novio. El pelinegro negó y JiHoon le sonrió.

Esa semana SeungCheol apartó la terraza del restaurante favorito de JiHoon e invitó a la familia Lee a comer.

Había pensado.

Corregido.

Y memorizado cada una de las palabras que diría en la cena pero éstas quedaron en el olvido cuando vio a JiHoon, se veía radiante, con algunos mechones rubios cubriendo su frente y otros acomodados perfectamente detrás de sus orejas, vestía una holgada camisa con un estampado de tonos oscuros con la cual resaltaban sus pálidas clavículas, pantalón negro que se ajustaba a sus piernas y brillantes zapatos del mismo color.

—Buenas noches —SeungCheol los saludó esperándolos a un lado de la mesa.

—Hola cariño —Habló la señora Lee acercándose a SeungCheol para dejar un sonoro beso en su mejilla.

—Has hecho una excelente reservación —Comentó YongHyu mirando a su alrededor, habían hileras de flores y algunas velas que se reflejaban en los cristales de los ventanales —Este lugar es tranquilo e íntimo.

—Gracias —Dijo SeungCheol fallando miserablemente en el intento de quitar su mirada del menor, no podía evitarlo, se veía precioso —Por favor tomen asiento.

A la vez que el señor Lee acomodaba la silla para su esposa SeungCheol se acercó a JiHoon y colocó las manos a los costados de su asiento, el pequeño posó sus ojos en él y al elevar las comisuras de sus labios como agradecimiento por el caballeroso gesto las manos del mayor resbalaron de la madera haciéndolo sonreír ampliamente, SeungCheol estaba nervioso pero trataba mantener una actitud seria y relajada, como la que tenía habitualmente.

Ordenaron la comida y compartieron una agradable velada, conversaron y rieron en un ambiente cómodo y de confianza que animó a SeungCheol a hablar.

—Señor y señora Lee —Llamó SeungCheol mirando a los mencionados —Primero que nada quisiera agradecerles por haberme recibido en su hogar y por hacerme sentir parte de su familia —Hizo una pausa y respiró profundo —También me gustaría decirles que... —Sus ojos se posaron en JiHoon, el menor tenía los codos en la mesa y el mentón apoyado en sus manos, ladeó la cabeza y le enseñó sus hoyuelos.

—Se enamoró de mí —Continuó el menor con facilidad —Y yo de él.

La señora Lee fue la primera en levantarse e ir a abrazar a SeungCheol dándole oficialmente la bienvenida a la familia y el señor Lee confirmó que SeungCheol era el hombre indicado para su hijo cuando estrechó su mano y le aseguró que lo amaría y cuidaría con su vida.

Al poco tiempo de su llegada, JiHoon se incorporó al negocio familiar trabajando en las torres principales donde conoció a SeungKwan, su asistente, un chico risueño, amable y muy eficiente que lo acompañó hasta su oficina, el lugar había sido cuidadosamente elegido pensando en él y en sus necesidades, tenía un estilo moderno y una decoración que se centraba en una paleta de grises, era amplio e iluminado con la luz natural que entraba a través de los cristales brindándole una asombrosa vista hacia la ciudad, a la derecha había una sala y dos esculturas a los costados, también algunas macetas y obras de arte colgadas en las paredes, a la izquierda habían cuatro estanterías y un escritorio con una placa dorada que tenía su nombre grabado en ella.

—Adelante —Habló JiHoon después de escuchar dos suaves golpes en la puerta. SeungKwan abrió y entró sosteniendo un hermoso arreglo floral de tulipanes de tres diferentes colores; rojos, rosas y blancos.

—Ha llegado esto para usted —Dijo el menor acercándose a la mesita de la sala para dejar las flores, JiHoon se levantó, rodeó el escritorio y caminó hacia SeungKwan.

—Gracias.

—Permiso —El asistente se retiró de la oficina y JiHoon tomó la nota que se encontraba entre las flores.

"Que tengas un asombroso primer día de trabajo.
Choi SeungCheol "

Las comisuras de sus labios se elevaron y miró una vez más el arreglo floral, soltó un suspiro desbordando amor por el romántico detalle que había tenido el mayor y volvió al trabajo con una amplia sonrisa que se mantuvo durante el resto de la jornada laboral.

A las nueve de la noche JiHoon entró al edificio donde vivía SeungCheol con una bolsa de papel en las manos donde llevaba la cena que había pedido en el restaurante al que solían ir, subió en el elevador y caminó por el pasillo, colocó el código en la cerradura electrónica de la puerta principal y abrió, dejó la comida en la mesa y se dirigió a la habitación de SeungCheol cuando escuchó la regadera, empujó suavemente la puerta del cuarto de baño y sus ojos recorrieron de abajo hacia arriba la silueta del mayor a través del cristal empañado de la ducha.

Por su parte SeungCheol cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás terminando de lavar su cabello cuando unas conocidas manos se deslizaron por sus hombros haciéndolo abrir los ojos para encontrarse a JiHoon completamente desnudo frente a él, el menor le sonrió y continuó el recorrido de sus manos por sus pectorales, se inclinó hacia adelante dejando dos besos en su cuello y otro en su clavícula mientras acariciaba su abdomen, SeungCheol se acercó un poco más, llevó una de sus manos a la espalda baja de JiHoon y otra a su mentón, levantó su cabeza y lo miró a los ojos.

—He traído la cena —Susurró JiHoon con sus manos en los pectorales de SeungCheol.

Eso veo —Dijo el pelinegro encorvándose hacia su novio para tomar sus labios entre los suyos, el menor ladeó la cabeza y él hundió la lengua en su boca, sus manos descendieron hasta los muslos ajenos levantándolo y JiHoon envolvió su cadera con las piernas. Sin dejar de besarse el rubio apoyó la espalda en el mármol de la ducha y SeungCheol hizo rozar reiteradamente su glande en la estrecha y sensible entrada del pequeño en falsas embestidas que inundaron el cuarto de suaves jadeos, los cuales se transformaron en escandalosos y agudos gemidos al penetrarlo. JiHoon apoyó los antebrazos en los hombros de SeungCheol y separó los labios mientras el mayor tomaba el control de la situación sujetando su cadera con fuerza y embistiéndolo a un ritmo exigente y posesivo que lo hizo delirar.

Ah, ah, sí, así —JiHoon cerró los ojos y se aferró al cuerpo del pelinegro.

Poco a poco el ritmo disminuyó, SeungCheol bajó a JiHoon y lo giró hacia la puerta corrediza de la ducha, colocó sus manos sobre las suyas en el cristal y entrelazó sus dedos al deslizar su pene entre las nalgas del pequeño moviendo su cadera lenta y sensualmente hacia adelante y arriba a la vez que JiHoon lo hacía simultáneamente hacia atrás, empinándose y buscando más profundidad.

Completamente cegados por la excitación se perdieron en el cuerpo ajeno.

En sus gemidos.

En el sonido del agua.

Y de sus pieles chocando constantemente deseosos de más alcanzando el codiciado orgasmo, JiHoon apoyó la frente en el cristal y SeungCheol dejó un beso en su nuca al acabar dentro de él.

Esa noche JiHoon durmió allí y lo hubiera hecho la siguiente también si no hubieran tenido que asistir a una cena con algunos socios y conocidos del ámbito empresarial.

—Hace seis meses SeungCheol me convenció de entrar al mercado de los automóviles —Comentó YongHyu tomando un trozo de carne de cerdo.

—Es un negocio rentable pero solo si sabes manejarlo —Habló uno de los presentes.

—Lo estuve estudiando durante semanas —Dijo SeungCheol —Los porcentajes de inversión y... —Su cuerpo se tensó repentinamente al sentir una mano sobre su muslo, cerca de su entrepierna, intentando mantener la compostura aclaró su garganta y continuó —Los porcentajes de ganancias.

Miró de reojo a JiHoon sentado a su lado, éste conversaba animadamente a la vez que masajeaba su pene por encima del pantalón.

—La última vez que los vi estaban en un 24%.

—Para nosotros cumple un 45% —Sus pestañas de agitaron con rapidez sintiendo como su temperatura corporal se elevaba y como su miembro se endurecía dolorosamente. Contuvo el aire en sus pulmones y acomodó su corbata con nerviosismo.

—Eso es imposible —Atacó el hombre de anteojos.

JiHoon alzó una ceja y retiró su mano animándolo a responder correctamente —Usted mismo lo acaba de decir, es un negocio rentable pero solo si sabes manejarlo —Habló SeungCheol, YongHyu esbozó una sonrisa de orgullo y levantó la copa de cristal entre los dedos para beber un trago del contenido.

Antes de que el mesero volviera con la carta de postres JiHoon se excusó al levantarse de la mesa y SeungCheol no tardó en ir tras él, caminó por los pasillos buscándolo, caliente y con la adrenalina adueñándose su cuerpo, empujó la puerta de los baños del restaurante abriéndola y lo vio allí, apoyado en el lavado, esperándolo con un plug de diamante en forma de corazón en su mano.

—¿Qué piensas que estás haciendo? —Preguntó SeungCheol asegurando la puerta detrás de él —¿Crees que es correcto tocar mi entrepierna mientras estamos en una noche organizada por tu padre? —Se acercó con cautela hacia el menor recorriendo su cuerpo con la mirada, comenzó por los zapatos de charol y por las oscuras pantimedias que cubrían sus pálidas y cortas piernas llegando hasta sus muslos, siguió con la falda de tablas que hacía resaltar su diminuta cintura y con la camisa de color negro con sutiles detalles de brillantina en la fina y delgada tela.

—No —Respondió JiHoon sumiso, en voz baja.

—¿Disculpa? —SeungCheol alzó la voz deteniéndose frente a JiHoon con una presencia dominante. Tenía el cabello peinado hacia atrás entregándole un aspecto insoportablemente atractivo y una mirada depredadora.

—No señor Choi —Corrigió.

—Es una cena importante y...

—Si fuera tan importante no estaría aquí —Interrumpió JiHoon.

SeungCheol se quedó en silencio —Insolente.

—¿Le duele que le diga la verdad, señor Choi? —Sonrió JiHoon dando un paso hacia adelante para susurrarle al oído —¿Le cuesta trabajo admitir que follarme es más importante que cualquier noche organizada por mi padre?

JiHoon se alejó lo suficiente para mantener sus manos en el pecho de SeungCheol y poder mirarlo a los ojos, el pelinegro miró sus labios entreabiertos y no pudo resistir más, sus manos se cerraron en la cintura de su novio y lo alzó sentándolo en el borde del lavado, JiHoon lo recibió entre sus piernas y sin dejar espacio entre ellos se tocaron y besaron con apuro, como si el tiempo estuviera en su contra, SeungCheol acarició la espalda del menor y bajó sus manos hasta su trasero, levantó la falda y apretó sus nalgas, les dio una fuerte palmada escuchando el excitante gemido que obtuvo por parte del rubio quien estaba ocupado besando su cuello. Sus labios se volvieron a encontrar y sin dejar de besarse SeungCheol se bajó la cremallera del pantalón y liberó su miembro, se masturbó en la dilatada entrada de JiHoon, rozando su glande y esparciendo el líquido pre-seminal a lo largo del venoso y duro tronco. Cubrió la boca de su novio con una de sus manos y la otra la empuñó tomando la falda del menor, lo arrastró hacia él y se deslizó en su interior. Comenzó a moverse dentro de JiHoon penetrándolo y ahogando sus gemidos con su mano, el menor cerró los ojos soltando suaves jadeos y SeungCheol aprovechó para acariciar sus rosados labios con su dedo índice, lo introdujo en su boca y JiHoon lo recibió, lamiéndolo y succionándolo como si se tratara de su miembro.

Sin salir de su interior SeungCheol lo levantó tomándolo firmemente de los muslos, el rubio rodeó su cadera con las piernas y el pelinegro caminó hacia la puerta, apoyó a JiHoon en la madera y movió su pelvis a un ritmo más acelerado, el menor se aferró a la espalda de SeungCheol y su cuerpo tembló cuando su glande golpeó su próstata, dejó escapar un sonoro gemido y SeungCheol unió sus labios, callándolo en un desordenado beso, era difícil mantener una sincronización cuando ambos estaban al límite del orgasmo.

—Señor Choi —Logró hablar JiHoon después de haberse corrido —Por favor termine en mí, empápeme de usted.

Los músculos de SeungCheol se tensaron y fue incapaz de controlar los graves gruñidos que salieron de su boca, separó a su novio de la puerta y colocó las manos en sus nalgas para levantarlo y bajarlo sobre su pene dándole las últimas embestidas antes de expulsar el semen en su interior, empapándolo de él.

—Me temo que no podrá regresar a la importante cena —Habló JiHoon regularizando su respiración, SeungCheol lo llevó hasta el lavado y salió cuidadosamente de su interior.

—Si fuera tan importante no estaría aquí —Dijo con una sonrisa, sacó el pañuelo del bolsillo de su chaqueta y limpió el semen que había escurrido por las piernas del menor.

El viernes después de entrenar SeungCheol salió del cuarto de baño con una toalla alrededor de su cadera y otra en su mano, secando su cabello, la colocó en sus hombros y entró al vestidor, abrió el cajón donde tenía la ropa para dormir y sacó un pantalón de cuadros con tonos azules y una camiseta blanca, planeaba preparar algo sencillo para cenar y adelantar trabajo, tal vez también miraría alguna serie en la televisión y después iría a dormir, terminó de vestirse y salió al pasillo en dirección a la cocina pero el timbre lo alertó. Caminó hacia la puerta principal del departamento, escuchó un sollozo que lo hizo fruncir el ceño y apenas abrió JiHoon se lanzó hacia él, haciendo su llanto más fuerte y paralizando repentinamente los latidos de su corazón.

—¿Bebé? —SeungCheol reaccionó alejando al menor y asegurándose de que no estuviera lastimado, JiHoon vestía formalmente, con una bonita camisa de seda color rosa pastel, estrecha en las muñecas y un ajustado pantalón de tela color negro al igual que sus zapatos indicándole que venía de la oficina, sin embargo, apenas lo alejó JiHoon no tardó en volver a abrazarlo —¿Qué sucede? —Al no recibir una respuesta no volvió a insistir, solo lo estrechó entre sus brazos brindándole seguridad y protección que buscaba —Está bien, si necesitas llorar puedes hacerlo.

Fueron cinco minutos o tal vez un poco más en los que SeungCheol contuvo a JiHoon y con caricias en su espalda esperó a que el llanto disminuyera dejando débiles sollozos que calmó repartiendo besos en su rostro.

—No creí que fuera a ser tan ineficiente —Dijo JiHoon con tristeza, sentado junto a SeungCheol en el sofá de la sala.

—No eres ineficiente —Corrigió el mayor —Cometiste un error como todos lo hemos hecho.

—Pero... —Sus ojos se humedecieron, miró hacia arriba e hizo un puchero cuando sus ojos miraron nuevamente al pelinegro —El proyecto se retrasará.

—¿Alguno de los socios fue grosero contigo? —Habló con voz suave y comprensiva, acariciando las mejillas del pequeño —¿O te hizo sentir mal?

—No —Contestó JiHoon cabizbajo.

—¿Qué puedo hacer por ti? —Preguntó el mayor y JiHoon guardó silencio —Espera, sé que te hará sonreír, siempre lo hace —Dijo con emoción, se levantó y fue a la cocina, tardó menos de dos minutos y regresó a la sala con un bowl en las manos, se sentó junto a JiHoon y enseñó el contenido, sorprendiéndolo.

—¿Por qué tienes cereal de estrellitas?

—Porque son tus favoritos —Contestó y JiHoon alzó sus cejas—Deja de mirarme así y come —Dijo con las orejas enrojecidas y una sonrisa nerviosa.

JiHoon se encogió en su lugar y ladeó la cabeza —¿Me das? —Preguntó con ternura.

SeungCheol rió y por un breve instante JiHoon pensó que no lo haría pero el mayor tomó la cuchara con un poco de leche y cereal y cuidadosamente la llevó hacia su boca, él separó los labios y la recibió, el pelinegro estuvo expectante a las expresiones de su novio y su corazón volvió a latir con fuerza cuando vio que elevó las comisuras de sus labios, JiHoon marcó los hoyuelos en sus mejillas a la vez que masticaba el cereal posando sus irritados y llorosos ojos en él.

Esa noche, sin importar nada más que la tranquilidad y la felicidad de JiHoon SeungCheol cambió sus planes, priorizándolo, quería que olvidara lo que había sucedido en el trabajo, al menos por lo que quedaba del día porque al despertar tendría que hacerse cargo de su error.

SeungCheol propuso pedir comida a domicilio y JiHoon no dudó en seleccionar cinco diferentes platillos, en lo que llegaba el repartidor el menor se dio una ducha con agua caliente y se vistió con la ropa deportiva que el pelinegro había dejado para él, salió de la habitación arrastrando el pantalón y buscando sus manos en las largas y anchas mangas de la sudadera, SeungCheol terminó de acomodar la comida en la mesa de la sala y JiHoon fue hasta donde estaba él, sentándose a su lado para comenzar a cenar.

—Me estresa que obliguen al chico a beber esa exagerada cantidad de leche —Comentó JiHoon mirando la película en la pantalla de la televisión, sentado cómodamente en el sofá, de costado y entre las piernas de su novio —Y también me estresa que los ancianos se enfaden cuando les preguntan por el agujero en la pared.

—Tal vez ellos no pueden verlo —Habló SeungCheol.

—No se enfadarían con esa facilidad si no pudieran verlo, los detesto —Dijo JiHoon con el ceño fruncido, SeungCheol lo miró y colocó el dedo pulgar en su entrecejo.

Cerca de las diez SeungCheol se recostó en el sofá y JiHoon se acomodó sobre él, estuvieron riendo y comentando la película pero el cansancio los consumió y sus parpadeos cedieron, una hora después SeungCheol despertó e intentó moverse hasta que vio a su novio, todo indicaba que él había sido el primero en quedarse dormido y que JiHoon lo había hecho mientras lo miraba dormir. Apagó la televisión y se sentó evitando los movimientos bruscos, colocó los brazos del menor en sus hombros y se levantó con él pasando un brazo por debajo de sus piernas, JiHoon soltó un quejido y rodeó el cuello de SeungCheol en lo que lo llevaba hacia la habitación, allí el pelinegro lo dejó en la cama y tomó su móvil, JiHoon era mayor de edad pero seguía viviendo en casa de sus padres por lo que le envió un mensaje a la señora Lee para que no se preocupara.

Amor —El somnoliento tono de voz de JiHoon se escuchó en la habitación obteniendo la atención del mencionado.

—Estoy aquí —SeungCheol dejó el móvil en la mesita de noche y se giró acostándose junto al rubio, acomodó las cobijas y JiHoon soltó un suspiro al acercarse a él, colocó una de sus piernas entre las suyas y apoyó la cabeza en su pecho llevando su mano derecha hasta el hombro ajeno.

—SeungCheol —Habló JiHoon en voz baja.

—¿Si?

—Gracias.

—¿Por qué?

—Porque no te gusta comer cereal —Contestó el menor —Pero compraste uno solo por mí.

SeungCheol sonrió en medio de la oscuridad, rodeó la cintura de JiHoon con un brazo y dejó un beso en su frente antes de cerrar los ojos quedándose profundamente dormido junto al menor.

En tres años lograron construir una estable relación a base de amor, comunicación y respeto, sin olvidar la pasión desenfrenada que sentían por el otro, JiHoon continuaba hablándole formalmente a SeungCheol en la intimidad y era algo que a ambos les gustaba, al igual que el sutil coqueteo en público y las ausencias de los eventos sociales para satisfacer sus más oscuros deseos pero así como sus nombres salían de sus labios entre gemidos también lo hacían con el ceño fruncido en las discusiones que eran parte de la relación.

Y esa noche JiHoon no dudó en azotar la puerta del departamento de SeungCheol al irse.

Pero una incómoda y desagradable sensación lo inundó cuando subió al elevador, bajó hasta la recepción del edificio y las puertas metálicas se abrieron, JiHoon levantó la cabeza y vio a SeungCheol frente a él con la respiración agitada.

—Por favor no te vayas enojado —Logró hablar SeungCheol antes de que JiHoon diera dos pasos hacia adelante saliendo del elevador y lo obligara a encorvarse para unir sus labios, el mayor cerró los ojos y sus brazos envolvieron la cintura del pequeño, aún después de que tomara distancia —Fui un idiota —Susurró mirándolo a los ojos.

—Sí —Confirmó JiHoon dando un paso hacia atrás, deslizó las manos por los brazos de SeungCheol y tomó sus dedos.

—No debí intervenir con ChanYeol cuando no solicitaste mi ayuda —Admitió el mayor —Lo siento.

—No sé si podré perdonarte.

—Pero... —SeungCheol no pestañeó —Me besaste.

—Solo lo hice porque estabas hablando —Mintió JiHoon —Y porque detesto discutir contigo.

Bastó una mirada para que SeungCheol acercara a JiHoon a él rodeando sus hombros en un abrazo, el menor envolvió su cintura y cerró los ojos apoyándose en su pecho —¿Pasarás la noche aquí?

—Me encantaría —JiHoon deshizo el abrazo y levantó la cabeza manteniendo sus ojos en los de SeungCheol —Pero me reuniré con ChanYeol en diez minutos y probablemente tardaremos.

—¿Quieres que te acompañe? —Preguntó con preocupación, JiHoon colocó las manos en sus hombros y levantó los talones dejando un corto y sonoro beso en sus labios —Así podré explicar lo que sucedió y... —Un segundo beso lo interrumpió, el menor se alejó y le sonrió —Entiendo, tú sabrás solucionarlo.

—Así es —Tomó el labio inferior de SeungCheol entre los suyos y el mayor hundió ligeramente los dedos en su cintura —Si se presenta algún problema te lo haré saber —Volvió a unir sus labios con la misma sensualidad que antes —¿Está bien?

—Si me sigues besando de esta manera... —Habló SeungCheol con los ojos cerrados y JiHoon rozó sus labios —Te cargaré en mi hombro, regresaremos al departamento, aseguraré la puerta y te haré el amor toda la noche.

—No te atreverías —Provocó JiHoon.

—Al parecer no quieres llegar al encuentro con ChanYeol.

—No, no —JiHoon rió a carcajadas impidiendo que lo tomara —¿Estás loco? No puedo faltar —El rubio dejó un último beso en los labios de su novio y se alejó de él enviándole tres besos por el aire —Nos vemos mañana —Dijo sonriente pero su sonrisa se desvaneció al no ver la acción que esperaba —Nos vemos mañana —Repitió enviando tres besos más, SeungCheol rodó los ojos y levantó su mano derecha, recibió los besos y simuló guardarlos en el bolsillo de su pantalón. El menor volvió a sonreír y se dio la media vuelta para salir del edifico.

Con el transcurso del tiempo comenzaron experimentar especial momento de despertar diariamente junto al otro por lo que esa mañana SeungCheol extendió su brazo en la cama buscando a JiHoon y abrió lentamente los ojos al no encontrarlo, se sentó en el borde de la cama y bostezó al levantarse, desordenó su cabello y caminó descalzo hacia el cuarto de baño, frente al lavado levantó su mano pero se detuvo al ver el cepillo de dientes de JiHoon cerca del vaso donde estaba el suyo. Apretó los labios porque no quiso sonreír bobamente por aquel simple detalle, sacó un vaso adicional que tenía en el mueble y colocó el cepillo de su novio dentro, tomó el suyo, le colocó pasta dental y levantó la cabeza hacia el espejo viendo la boba sonrisa que tenía en su rostro.

Había caído profundamente.

Y le encantaba el hecho que hubiera sido por alguien como JiHoon.

Una persona que lo complementaba en todos los sentidos posibles.

Después de lavarse los dientes y la cara salió de la habitación y se dirigió hacia la cocina, ahí estaba JiHoon, frente a una encimera, llevando una de sus camisas, se acercó por detrás y rodeó su cintura apoyando el mentón en su hombro.

—Buenos días —Sonrió JiHoon girando su cabeza hacia SeungCheol.

—Buenos días bebé —El pelinegro unió sus labios con los del menor en un corto beso.

—Pensé que dormirías un poco más.

—Lo hubiera hecho pero me hacías falta en la cama —Dijo SeungCheol mirando lo que hacía el menor —¿Estás preparando el desayuno?

—Sí —Contestó emocionado —Ya casi termino así que ve a sentarte.

SeungCheol caminó hacia la isla, la rodeó y se sentó en el taburete mirando a JiHoon ir de un lado hacia otro, el menor acomodó las servilletas y dos pequeños recipientes, uno con mermelada y otro con miel, rápidamente fue por un bowl junto a la caja de cereal y sacó un cartón de leche de la nevera que llevó hacia la isla, preparó el café y SeungCheol frunció ligeramente el ceño cuando el pequeño chasqueó la lengua al colocar las tostadas en el plato, claramente JiHoon no tenía habilidades culinarias y SeungCheol lo supo cuando vio las tostadas quemadas y el huevo reventado.

JiHoon se sentó frente a SeungCheol y lo miró —Quedaron un poco...

—Crujientes, me gustan así —Habló SeungCheol tomando una de las tostadas, comió un bocado y el sabor amargo se esparció en su boca, masticó y bebió un sorbo de la taza de café.

JiHoon tomó la caja a su lado y la agitó suavemente dejando caer el colorido y redondo cereal en el bowl ignorando al único cereal que cayó en la isla, y que SeungCheol tomó entre sus dedos, echó la leche y el pelinegro buscó su mano izquierda, jugando con el cereal terminó deslizándolo por su dedo anular, solo un poco, pero lo suficiente para detener los latidos del corazón del menor.

JiHoon nunca había imaginado llevar un anillo de compromiso.

Y SeungCheol nunca había considerado la idea de proponerle matrimonio.

Hasta ese momento.

La noche de aniversario el menor salió del edifico donde se había mudado encontrándose a SeungCheol junto a su reluciente vehículo, vistiendo un traje formal hecho a medida, el menor elevó las comisuras de sus labios y caminó hacia los escalones de la entrada donde el pelinegro ofreció su mano provocándole cosquillas en su estómago al aceptarla.

—Te ves precioso —Elogió SeungCheol sin soltar la mano de JiHoon, se acercó a él y lo besó con dulzura.

—Gracias —El menor sonrió y levantó los talones moviendo la punta de su nariz con la de SeungCheol.

—¿Vamos?

—¿Me dirás a dónde iremos? —Preguntó JiHoon y SeungCheol abrió la puerta para él.

—Es una sorpresa.

Con miradas cómplices y una agradable conversación SeungCheol condujo por veinte minutos llegando al punto más alto de la ciudad donde había una privada y moderna mansión rodeada de naturaleza, con una arquitectura perfectamente simétrica, pilares con luces verticales en las dos plantas y muros y pisos con acabado de porcelana. SeungCheol se bajó y le abrió la puerta a JiHoon, el rubio miró al hombre que los esperaba con las manos detrás de él mientras que SeungCheol entregaba las llaves del automóvil para que lo aparcaran en el estacionamiento subterráneo del lugar.

—Bienvenidos —Habló el amable desconocido dirigiéndose a la pareja —Por favor acompáñenme.

Tomando la mano de SeungCheol los ojos de JiHoon recorrieron el deslumbrante interior de la mansión, comenzando por las dos escaleras imperiales a cada lado de la entrada y con el candelabro que caía desde arriba, había una fuente de agua en una de las paredes de la sala y una maceta con tulipanes. El hombre los guió hasta el área de la alberca, ahí había una mesa para ellos, con copas y cubiertos siendo rodeada por velas y pétalos de rosa repartidos en el césped, SeungCheol acomodó la silla para JiHoon y se sentó frente a él.

—Enseguida les traeré la comida.

El mesero los dejó solos y JiHoon miró a SeungCheol —¿Ya hemos ordenado? —Preguntó acomodándose el cabello detrás de su oreja.

—Les pedí que prepararan tus platillos favoritos —Respondió el pelinegro tomando la mano de su novio por encima de la mesa —Es el método que el restaurante ha adquirido para sus clientes.

—¿Restaurante? —Dijo JiHoon —¿Un restaurante que solo tiene una mesa?

—No fue sencillo conseguir una reservación.

El rubio esbozó una sonrisa que SeungCheol le devolvió al instante —Puedo imaginarlo.

El hombre regresó con una bandeja, acomodó los platos y sirvió un poco de vino en las copas —¿Se les ofrece algo más?

—¿Mi vida? —SeungCheol miró a JiHoon y éste negó —No, gracias.

—Espero que disfruten la cena —Dio un paso hacia atrás y les obsequió una ligera sonrisa —Permiso.

La romántica velada avanzó sin prisas entre sonrisas y coqueteos que continuaron al caminar rodeando la alberca, de pronto SeungCheol soltó la mano de JiHoon y dio tres pasos más dándole la espalda al menor.

—¿SeungCheol? —Preguntó confundido.

—Sé que casarse no es necesario para planificar una vida juntos —Habló con nerviosismo y sonrió al percatarse de ello —Pero quiero ser sincero contigo... —Hizo una pausa y se dio la media vuelta hacia JiHoon, el menor estaba en silencio, mirándolo con atención y con las manos unidas frente a él viéndose asombrosamente adorable —Y decirte que no he podido borrar de mi mente la expresión de tu rostro cuando tome ese cereal y lo coloqué en tu dedo... Tu mirada se iluminó y tus ojitos se veían tan sorprendidos que solo he podido pensar en cómo se verían si tuvieran frente a ellos un anillo de compromiso —Con la mirada fija en su novio se acercó a él y sacó una cajita de terciopelo del bolsillo de su chaqueta, la abrió y enseñó una argolla de plata en el centro, con una brillante piedra en forma de corazón.

—¿No me harás la pregunta?

SeungCheol le sonrió y se apoyó en una de sus rodillas —Lee JiHoon.

—¿Si?

—¿Te casarías conmigo?

Esa velada la acabaron en el estacionamiento, dentro del automóvil, con uno de los asiento delanteros reclinado hacia atrás y JiHoon saltando energéticamente sobre la pelvis de SeungCheol, con las piernas acomodadas a los costados y las manos en sus pectorales, lo había convertido en un excitante desastre del cual se sentía orgulloso, tenía su oscuro cabello alborotado, sus labios entreabiertos soltando roncos gemidos, la corbata aflojada y la camisa abierta enseñando las notorias marcas en su piel.

Las manos de SeungCheol recorrieron el desnudo cuerpo de JiHoon, acarició su cadera y hundió los dedos en sus nalgas, haciéndolo caer con más fuerza sobre su miembro, el menor cerró los ojos y se movió en círculos cuando SeungCheol se inclinó hacia él para rodear su cintura abrazándolo y besar su cuello.

Ay, SeungCheol —Gimió JiHoon colocando las manos en los hombros del mencionado quien sonrió al escuchar su nombre. El rubio lo hizo caer hacia atrás y se recostó sobre él, tomó la corbata enrollándola en su mano y se enderezó.

JiHoon era insaciable.

Especialmente cuando se trataba de SeungCheol.

Con las manos en los muslos de JiHoon el mayor lo miró cabalgarlo, con la espalda arqueada y la cabeza ligeramente hacia atrás, soltando sonoros gemidos que se fueron haciendo más altos a medida que el orgasmo se aproximaba hasta que no resistió más, sentir el líquido caliente y viscoso de SeungCheol en su interior fue el punto culmine para correrse desplomándose en el pecho del mayor donde fue rodeado por sus brazos.

Estuvieron unos largos minutos así, en silencio, recuperándose del orgasmo, JiHoon se escondió en el cuello del mayor y SeungCheol deslizó la punta de sus dedos a lo largo de la espalda de JiHoon, relajándolo.

—¿Crees que sea el momento adecuado para elegir la fecha de nuestra boda? —Preguntó SeungCheol, escuchó la contagiosa risa del menor y sonrió cuando se acomodó quedándose cerca de él, mirándolo a los ojos —¿Qué te parece en cinco meses?

—Es demasiado tiempo —Respondió JiHoon.

—¿Y en cuatro meses? —Habló acariciando con ternura la cadera del menor.

—Sigue siendo demasiado tiempo.

—¿Olvidas que debemos ver todos los preparativos de la ceremonia? —Preguntó en un tono divertido —¿Qué te parece en tres meses? —JiHoon se quedó en silencio —¿Dos? —Alzó las cejas pero el rubio no contestó —¿Quieres que nos casemos el próximo mes?

—Me gusta el clima de esta época del año.

—En un mes más será exactamente... —Pensó en voz alta.

—Diecinueve de octubre —Interrumpió JiHoon con una amplia sonrisa —Es el tiempo suficiente para organizar la boda y mudarnos al restaurante.

SeungCheol rió y JiHoon se inclinó hacia él acorralando su sonrisa en su boca, atrapó sus labios entre los suyos en un apasionado beso que fue correspondido con la misma intensidad.

Y con el mismo amor que cuidaron durante cinco años.

En ese tiempo habían aprendido a convivir, a hacer acuerdos y trabajar en equipo, a conversar lo que les incomodaba o molestaba, a discutir sanamente sin cruzar el límite donde acababa el respeto y el amor a pesar de que éste pareciera interminable, sin importar cual fuese el problema no olvidaban que a quien tenían frente a ellos era la persona que amaban y atesoraban y la necesidad de continuar haciéndolo era suficiente para hallar una solución.

JiHoon se encargó de crecer profesionalmente adquiriendo conocimientos nuevos y haciendo uso de los que su padre le había entregado, SeungCheol estuvo a su lado, apoyándolo y sosteniendo su mano, viendo como se desenvolvía con la misma inteligencia y seguridad que poseía el señor YongHyu pero con un toque encantador que lo volvía increíblemente atractivo.

Era sencillo enamorarse diariamente de JiHoon.

Tan sencillo como despertar y abrir los ojos.

Tan sencillo como era para JiHoon enamorarse diariamente de SeungCheol.

Era todo, su forma de pensar, de hablar, de mirar y de moverse, SeungCheol era un hombre estratégico y despiadado en el ámbito laboral, habían trabajado juntos y JiHoon sabía que lo serio y estricto que era en los negocios, sin embargo, esa fortaleza que enseñaba ante los demás se desvanecía cuando se trataba de él.

—Bebé enseguida voy a... —Habló SeungCheol sentado detrás del escritorio al escuchar dos golpes en la puerta del despacho, levantó la mirada y se quedó en silencio al ver a su esposo, JiHoon llevaba un sensual conjunto de lencería, bragas de encaje color rojo que combinaban con el arnés que rodeaba su diminuta cintura del que caía con elegancia una traslúcida tela cubriendo su cadera dejando a la vista la liga en su muslo derecho.

—¿Lo molesto, señor Choi? —Preguntó JiHoon en un tono coqueto e inocente llevándose un lollipop hacia sus labios.

—No —Contestó SeungCheol dejando el bolígrafo sobre la carpeta con documentos —Por supuesto que no, adelante por favor.

JiHoon cerró la puerta detrás de él y sin quitar los ojos del curvilíneo cuerpo de su esposo SeungCheol rodeó el escritorio y se apoyó en el borde.

—¿Cuántas horas lleva aquí? —JiHoon caminó hacia el mayor y descansó los antebrazos en sus hombros —¿Cuatro? —SeungCheol llevó una mano a su espalda baja y lo acercó un poco más a él —¿Cinco? —Continuó hablando sintiendo las caricias de SeungCheol en su cadera —¿No cree que es demasiado?

—Sí —Respondió SeungCheol —Han sido muchas horas —Su mirada se concentró en JiHoon llevando el lollipop hacia sus labios, le dio una lamida y lo introdujo en su boca, provocándolo —¿Qué hemos hablado de los dulces?

—Que me los puede quitar pero solo si me da algo más para lamer —Le recordó JiHoon.

—¿Y qué estás esperando?

El ronco tono de voz de SeungCheol hizo temblar las piernas de JiHoon, dio un paso hacia atrás y arrodilló frente al mayor quedando a la altura de su entrepierna, desabrochó su pantalón y lo bajó junto a su ropa interior liberando su miembro, prosiguió a inclinarse hacia adelante y deslizar la lengua por sus testículos para después acercar el lollipop al glande y reemplazarlo en su boca, succionándolo y lamiéndolo como si se tratase del dulce que había dejado olvidado en el suelo.

Mantuvo los ojos cerrados al succionar el glande y los abrió solo para mirar hacia arriba, a SeungCheol y deslizar su lengua desde la base del pene hasta la punta, el mayor posó sus ojos en él y JiHoon lo masturbó antes de recibir el pedazo de carne en su boca haciéndolo soltar el aire que tenía retenido en sus pulmones, ejerció presión con sus labios alrededor del miembro y SeungCheol enredó los dedos en su cabello embistiendo su boca y alcanzando más profundidad.

—Ven aquí —SeungCheol ayudó a su esposo a levantarse, rodeó su cintura y lo besó apasionadamente mientras JiHoon desabotonaba torpemente su camisa, sus labios bajaron hasta el cuello ajeno y JiHoon se deshizo en sus brazos.

—Por favor señor Choi —Susurró el menor —Por favor azóteme.

Con la respiración agitada SeungCheol se reincorporó, bajó la mirada y elevó ligeramente las comisuras de sus labios, se quitó los zapatos junto al pantalón y en un brusco movimiento cambió de posición con JiHoon, girándolo hacia el escritorio, deslizó la sedosa tela de la corbata por su cuello y unió las manos del menor detrás de él, atando sus muñecas, se quitó la camisa, buscó el cinturón y arrojó el pantalón al sofá.

SeungCheol se acercó a JiHoon por detrás y se encorvó hacia él pasando el cinturón por sus nalgas —¿Cómo quieres que sea contigo? —Le preguntó —¿Suave o duro?

—Sea duro por favor —Suplicó el menor.

SeungCheol acató la petición y colocó una mano en la nuca de JiHoon, lo hizo inclinarse hacia adelante apoyando el torso en la fina madera del escritorio y le dio el primer azote en las nalgas, el menor gritó de dolor y en el segundo levantó los talones y alzó el trasero esperando recibir el siguiente, SeungCheol repitió la acción con un poco más de fuerza, JiHoon gimió y él volvió a azotarlo.

Existía un límite.

Y JiHoon solo debía decir su apellido para que se detuviera.

Sin importar lo excitado que estuviera.

El placer debía ser mutuo y SeungCheol no estaba dispuesto a que aquello cambiara.

En el décimo azote las rodillas del mayor cayeron al suelo, levantó la tela traslúcida que caía del arnés y separó las enrojecidas nalgas de JiHoon, bajó sus bragas y hundió la lengua en su rosada y sensible entrada, el rubio se empujó hacia atrás y SeungCheol apretó su trasero con las manos, devorándolo con hambre.

Mmgh... —Jadeó JiHoon —S-Señor Choi, por favor.

SeungCheol escupió en su entrada e introdujo un dedo en su interior, le dio pequeños mordiscos a sus nalgas y agregó dos más, extendiéndolo, los sacó y volvió a hundir su lengua, penetrándolo, lamiéndolo y penetrándolo nuevamente, se levantó y tomó su miembro, lo alineó en el dilatado agujero y lo embistió de golpe, llevó una de sus manos a la espalda baja del menor, sometiéndolo y manteniéndolo ahí mientras aumentaba el ritmo de sus penetraciones.

Haber sido atado y acorralado en el escritorio del mayor cegó a JiHoon y SeungCheol lo pudo notar a través de sus constantes y agudos gemidos rogando por más haciendo que levantara su torso y afirmando sus brazos empujara agresivamente la pelvis contra sus nalgas. SeungCheol deshizo el nudo de la corbata, tomó el muslo derecho de su esposo, donde tenía la liga y lo colocó sobre la madera, JiHoon miró hacia atrás por encima de su hombro y llevó una mano en la nuca de SeungCheol, guiándolo hacia sus labios.

Gimió en su boca.

Y con voz baja y entrecortada le dijo lo bien que se sentía tenerlo en su interior.

SeungCheol giró a JiHoon hacia él y lo sentó en el borde del escritorio, volvieron a besarse mezclando sus agitadas respiraciones y se sonrieron con complicidad. El menor se echó hacia atrás recostándose sobre los documentos y SeungCheol rodeó sus tobillos con las manos llevándolos hacia su hombro izquierdo, JiHoon cruzó sus pies y su esposo afirmó su cadera al deslizarse entre sus cálidas y húmedas paredes anales que aprisionaron exquisitamente a su miembro.

A-Ah, sí, siga así —JiHoon se removió dejando caer algunos papeles pero SeungCheol no se detuvo, afirmó las nalgas del menor con sus manos y lo arrastró hacia él.

Hacia su pene.

Llenando el despacho de los excitantes gemidos del rubio, llevándolo a empujar las carpetas restantes al suelo para subirse al escritorio con JiHoon y liberar con él la tensión acumulada en su cuerpo que se había ido formando en cada embestida, JiHoon acarició la espalda ajena y envolvió la cadera del mayor con las piernas sintiendo como SeungCheol gemía en su oído.

Cada vez más fuerte.

Y más ronco.

JiHoon se corrió y SeungCheol lo imitó eyaculando dentro de él, el mayor apoyó la frente en el hombro de su esposo y JiHoon suspiró al cerrar los ojos.

—¿Quieres ir a tomar un baño? —Preguntó SeungCheol después de unos minutos, acabando con el silencio.

—Solo si es contigo —Respondió JiHoon.

SeungCheol salió cuidadosamente del interior de JiHoon y se bajó del escritorio viendo el desastre que habían ocasionado, se colocó el pantalón y buscó su camisa, se acercó a JiHoon y pasó un brazo por debajo de sus piernas, el otro lo llevó hasta su espalda y lo cargó, lo cubrió con la camisa y salieron del despacho, caminó por la sala y subió la escalera en dirección a la habitación principal donde probablemente se volverían a amar.

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