Capítulo 46
Hace cinco meses MinKi comenzó el último año de instituto, había sido bastante intenso ya que después de clases debía que estar tres horas con los diferentes tutores que contrataron sus padres para que estuviese al día en los contenidos, fue de gran ayuda cuando alcanzó el mismo nivel de sus compañeros.
En esta ocasión MinKi tomó otra actitud, cuando en una clase le pidieron hacer un resumen de su vida para leerlo frente a todos, incluyó el cáncer, no tenía de qué avergonzarse, todos se sorprendieron, hasta el profesor, explicó rápidamente la patología para informarlos y pidió que lo siguieran tratando de la misma manera que siempre.
Ese día fue el único que recibió fuertes aplausos en todo el salón.
Después de clases fue hasta la universidad de DoYeon, se veía todo tan asombroso que aumentaban sus deseos de terminar el instituto para estar estudiando en ese lugar, era la primera vez que pasaría por el mayor, quería invitarle un helado antes de volver a casa, no le había dicho nada, esperaba sorprenderlo.
Buscó la facultad de medicina y fue revisando en los salones abiertos, buscando a DoYeon.
Reconoció su ancha espalda, hablaba con dos chicos que sonrieron y murmuraron algo apenas se percataron de su presencia.
Caminó lentamente hacia el pelinegro, con los brazos estirados, sacando y apretando la lengua entre sus dientes, cuando estuvo lo suficientemente cerca lo abrazó por la cintura sobresaltándolo.
DoYeon se volteó dándole la espalda a sus amigos y sonrió cuando vio a MinKi, sus manos acunaron las mejillas del castaño, encorvándose para besarlo —¿Qué haces aquí, bonito?
—Quería darte una sorpresa —Respondió el menor achicando los ojos cuando le devolvió la sonrisa.
Una tos falsa hizo que DoYeon se girara y pasara el brazo por los hombros de MinKi.
—Ellos son MingSoon y HanKwan —Los presentó DoYeon —Y él es...
—MinKi —Interrumpió el rubio.
—Tu prometido —Agregó HanKwan golpeando el brazo de DoYeon, sin duda, el pequeño novio de su amigo se veía mucho más lindo en persona que en fotografías y no era que DoYeon se los hubiera enseñado, sino que por casualidad pudieron conocerlo gracias al fondo de pantalla de su móvil donde salía el castaño lanzando un beso hacia la cámara.
—¿P-Prometido? —Preguntó MinKi confundido.
—Novio —Habló DoYeon apretando los dientes mirando a sus amigos —¿Recuerdan que dije que MinKi era mi novio?
—¿Recuerdas que haya dicho la palabra novio? —MingSoon miró a su amigo.
—No, para nada —Rió HanKwan —Un gusto conocerte finalmente, prometido de DoYeon —Estiró su mano hacia MinKi —Hemos escuchado mucho sobre ti.
—¿Es cierto que lo conquistaste con un adorable movimiento de pie? —Preguntó emocionado el de cabellos rubios haciendo que DoYeon abriera los ojos a tope.
—¡Queremos verlo! —Chilló HanKwan.
—¿Mi pie? —MinKi se sonrojó.
—Creo que es hora de irnos —Volteó a MinKi y se alejaron lo más rápido posible, se giró unos segundos y simuló pasar un cuchillo por su cuello, mataría a sus amigos.
Una vez a la semana almorzaban en familia, ya sea en la casa de DoYeon o MinKi, compartían entre todos, colocándose al día con sus vidas, los abuelitos del pelinegro siempre preguntaban sobre dolores o nuevos fármacos que les habían recetado, SeungCheol y JiHoon no tenían ningún problema en ayudarles.
Después del almuerzo de ese día MinKi entró a la habitación de DoYeon, se sentó en la cama y revisó el libro de la mesita de noche, seguramente su novio lo estaba leyendo, hablaba sobre las diferentes patologías de los pulmones, parecía interesante.
—¿Sigues con la idea de estudiar medicina el próximo año? —Apareció DoYeon mascando una manzana, que dejó en el escritorio, y se sentó junto al menor —Porque si es así te puedo pasar mis apuntes.
—Sí, aún quiero —Dejó el libro en su lugar y dejó caer su cuerpo sobre la cama, DoYeon lo siguió y ambos miraron el techo de la habitación —Siento que me falta tanto por hacer.
El pelinegro se colocó de lado y apoyó la cabeza en su mano mirando a MinKi —Ve con calma, tienes mucho tiempo.
MinKi asintió con una sonrisa y deslizó las manos hasta la nuca de DoYeon para atraerlo a sus labios, el pelinegro acarició su cintura y lentamente fue subiendo parte de su cuerpo en él mientras el beso subía de intensidad.
DoYeon bajó el ritmo, separándose para recuperar el aire y bajando sus labios por la barbilla del menor, escuchando los suspiros de MinKi y sus manos acariciando su cabello.
El castaño mordió su labio inferior levantando una de sus piernas para atrapar a DoYeon con ella, acercándolo a él, escuchaba la respiración pesada del mayor mientras besaba su cuello y no quería que se detuviera por nada del mundo porque era la primera vez que experimentaba una sensación tan grande y placentera en su cuerpo.
—¿Dónde están los chicos?
Escucharon la voz del abuelito Jeon y se separaron rápidamente, MinKi bajó su camisa preguntándose en qué momento DoYeon la había levantado.
No hablaron sobre lo qué pasó pero no pudieron sacarlo de su cabeza.
El viernes en la noche luego de que MinKi estudiara física y DoYeon repasara los contenidos de farmacología para el siguiente examen quedaron en reunirse en la casa del menor, SeungCheol y JiHoon volverían a la mañana siguiente y ellos estaba al tanto de que DoYeon solía ir a acompañar a MinKi.
Confiaban en ellos.
📩 Para: MinKi 🐻
Ya voy saliendo, llevo la película y las palomitas de maíz.
A diferencia de otras parejas donde uno de los dos debía necesariamente asustarse en una película de miedo y debía buscar refugio en los brazos de su acompañante, MinKi y DoYeon eran la excepción, se reían a carcajadas por lo poco creíble de las escenas.
—Creo que he ganado la apuesta del final, si murieron todos —MinKi se recostó en el sofá y dobló las piernas.
—Estoy seguro que antes viste la película.
—No —Intentó verse serio pero falló en el intento cuando DoYeon arqueó una ceja.
—¡La viste! —Acusó el pelinegro haciéndole cosquillas a MinKi —¡Tramposo!
Sujetó las muñecas del menor, acercándose a él, escuchando su agitada respiración.
—Tramposo.
—Dame un beso —Pidió MinKi sintiendo como su cuerpo se estremecía.
—¿Qué? —Aflojó el agarre en las muñecas ajenas.
—Dame un beso.
Desde hace días existía una tensión entre ellos que querían romper, ya no bastaban los besos o abrazos, se sentían atraídos hacia el otro y querían dar el siguiente paso en su relación.
Aunque estuviesen muertos de miedo.
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