Capítulo 35

SeungCheol y JiHoon estaban haciendo de todo para controlar y sobrellevar lo mejor posible las complicaciones de MinKi, tanto las hemorragias como las infecciones pero sabían que aquellas eran a corto plazo y las más difíciles de enfrentar eran las que iban de la mano con la quimioterapia, como las cataratas, cánceres nuevos, daño al hígado, a los riñones, pulmones o al corazón.

Y como doctores tenían presente que no todo era tratamientos farmacológicos y exámenes.

No podían preocuparse netamente del bienestar físico de su hijo, también debían ver la parte psicológica. Su estado de ánimo cada día, sus ganas de mejorarse y no dejarlo caer en una depresión porque sería otro grave problema más a la lista.

Afortunadamente tenían a DoYeon, quien siendo Mushu se encargó de sacarle sonrisas de sobra a MinKi y que su ánimo lentamente fuera subiendo.

—¿Cuándo le dirás la verdad? —Preguntó JiHoon revisando los últimos exámenes de MinKi. Se encontraban en la oficina de SeungCheol.

—Aún no lo sé —Respondió DoYeon quitándose la peluca roja, su cabello ya había comenzado a crecer de nuevo.

—Deberías hacerlo —Opinó SeungCheol girando en la silla de escritorio —No creo que se enoje contigo.

—Pienso que lo hará —Habló preocupado —Deje pasar mucho tiempo haciéndome pasar por Mushu.

—Pero estás dejando pasar más tiempo ahora —JiHoon estiró su brazo y antes de que SeungCheol tomara impulso para otra vuelta, cogió su muñeca deteniéndolo —Vas a romper la silla igual que la otra vez y terminarás en el suelo.

—No me dejas ser yo —SeungCheol formó un puchero y apoyó los brazos en el escritorio haciendo sonreír a DoYeon.

El castaño negó con la cabeza y volvió a mirar al adolescente frente a él —Es mejor que se lo digas pronto, se la pasa preguntando si estás afuera de su habitación, estoy seguro que quiere que entres a verlo.

DoYeon asintió en silencio.

—Por cierto, tú abuelita el otro día me comentó que están organizando la fiesta de fin de año en el instituto —Habló SeungCheol mirando a DoYeon —Con la graduación y todo eso.

—Sí, quedan cuatro meses aún pero mis compañeros ya lo están viendo.

—Estaremos esperando nuestras invitaciones para ir a verte —Sonrió JiHoon.

—Sí, las traeré.

—Y el baile de graduación... —Dijo SeungCheol.

—No, no iré a eso —DoYeon negó rápidamente con la cabeza.

—¿Por MinKi?

—No, no es solo por MinKi, no me gustan las fiestas en general.

—Pero es tu graduación, no volverás a tener otro baile de instituto —SeungCheol se levantó de la silla y del mueble de su oficina sacó una caja de zapatos que se la ofreció a DoYeon —Tú abuela me dijo que estuviste mirándolos esta semana en una revista.

El menor se levantó y tomó la caja, la abrió y cerró con rapidez —Son muy costosos.

—Por lo mismo más te vale usarlos —Le guiñó un ojo a JiHoon quien estaba igual de impresionado que DoYeon.

—No puedo aceptarlos.

—Puedes y debes hacerlo o me sentiré fatal.

DoYeon miró a JiHoon buscando ayuda.

—Cuando dice que se sentirá fatal es capaz de fingir que se le nubla la vista e incluso llegar a un desmayo —Sonrió divertido.

—Sobre el traje formal... —SeungCheol metió las manos en los bolsillos de su pantalón oscuro.

—No, no —DoYeon lo interrumpió —Ya hizo suficiente con esto, yo tengo un traje de mi abuelo que me queda bien, no es necesario comprar otro. Muchas gracias por esto, de verdad.

—Te lo mereces —Habló JiHoon —Incluso estando pendiente de MinKi no has descuidado tus estudios.

—Hasta subiste tus calificaciones —Agregó el pelinegro y DoYeon posó su mirada en él, preguntándose cómo es que sabía sobre eso —Tú abuelita nos enseñó la última cartola.

Ese día había sido tranquilo pero no todos eran iguales y nada les aseguraba que continuaría siendo igual. Al día siguiente MinKi se despertó en la madrugada vomitando sangre.

SeungCheol y JiHoon habían ido a dormir a su casa pero no tardaron en llegar al hospital apenas recibieron la llamada de SeYong haciéndoles saber del estado de su hijo.

Actuaron con rapidez, cambiaron la ropa de cama y el pijama de MinKi quien ya estaba profundamente dormido.

—Aumenta la dosis por tres días y ve cómo reacciona ante las hemorragias —Dijo SeungCheol mirando a su esposo en el pasillo, aún estaban temblando y sus corazones latiendo con fuerza —Envíame los exámenes que le tomes para revisarlos también.

—Lo haré —JiHoon asintió y sus ojos se humedecieron, antes de decir algo, SeungCheol lo estrechó entre sus brazos, susurrándole al oído que todo estaría bien y que se tranquilizara.

Pero el abrazo se deshizo cuando el sonido de unos zapatos corriendo cada vez era más fuerte.

—¿Cómo está? —Preguntó DoYeon con la respiración agitada, estaba sudando, no encontró un bus a las cuatro de la madrugada y no tuvo otra opción que ir corriendo al hospital cuando recibió un mensaje del doctor SeungCheol.

—¿Tú le has avisado? —JiHoon se volteó al mayor.

—Sentí la necesidad de hacerlo por si la situación se agravaba —Respondió SeungCheol —MinKi ya está bien, se quedó dormido.

—Necesito verlo —Pidió DoYeon —Por favor.

Al entrar a la habitación no le importó no estar con el disfraz de payaso y estaba consciente de lo que podría pasar, sus ganas de verlo eran más grandes.

MinKi estaba profundamente dormido, habían sumado otro matraz de suero, dejando un nuevo hematoma en su brazo izquierdo para cambiarlo de lugar, sin embargo, su rostro angelical le hizo sonreír y calmó a su corazón, estaba bien y era lo único que le importaba.

Se acercó lentamente, haciendo el menor ruido posible, cuando ya estuvo a su lado, tomó su mano y acarició su mejilla con delicadeza.

Su cuerpo actuó por sí solo, se inclinó hacia abajo y lo besó, movió sus labios y atrapó el labio inferior de MinKi entre los suyos.

De pronto sintió que le estaban correspondiendo su beso, se alejó unos pocos centímetros y abrió los ojos encontrándose con la mirada de MinKi.

—DoYeon —Susurró el menor.

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