29: La furia de ZirRejon

Zijo

Roxy vuelve y es evidente que no está bien. Una vez que ingresan al edificio del clan, Máster se va para un lado y ella, como ordena él, se va para la habitación, así que la sigo. En cuanto estamos allí, decido interrogarla, pero se queda tan quieta, mirando el suelo, que cambio de opinión, permanezco parado en frente de ella. El silencio no es incómodo, se siente tranquilo. Despacio, nuestros dedos se tocan, nos observamos las manos. Aproximamos nuestros rostros y hasta que casi parece un beso. Todo se detiene, es como magia, pero ella frunce el ceño, entonces me insulta.

—Eres un imbécil.

Me río.

—Y tú una tonta. —Mantengo la sonrisa—. Ya me estaba preocupando.

Enarca una ceja.

—¿De qué?

—De que te hubieran convertido en una muñeca real.

Rueda los ojos.

—No te soporto.

—¿Y qué quieres que haga con eso? —Alzo una ceja—. ¿Me voy?

No responde, así que me giro, pero me detengo cuando me agarra de la mano. La observo, entonces sus mejillas se ven rojas.

—Te extrañé —confiesa.

Me sonrojo también.

—¿Qué?

—Nada. —Me suelta y mira para un costado—. Yo... Máster asesinó a alguien delante de mí, no puedo olvidar sus ojos y además... tuve que comérmelo, fue tan grotesco.

—Oh, lo siento.

—Cómo detesto esa palabra —gruñe—. Me he tenido que disculpar con él miles de veces y me arrodillo más que un monje, mis rodillas escuecen. En vez de disculparte, ¿por qué no te burlaste? —se queja.

—Eh... no lo pensé.

—Estás raro, aunque no lo discuto, yo también me encuentro así. —Me sobresalto cuando levanta su falda y me muestra que no tiene ropa interior—. Su cobro por llevarme a la maldita cita, la cual, siquiera pude aprovechar para conseguir información, así que deberemos ir nosotros.

Me tomo el atrevimiento de bajar su tela, despacio, luego me aparto, dando un paso hacia atrás.

—Pronto saldrás del cuarto, recuerda que Máster me pidió que le diga a Macdrell que volveré a ser tu escolta.

—Estoy furiosa. —Baja la vista, se aguanta las ganas de llorar y presiona los puños—. Quiero matarlo.

Observo su desesperación. No necesito percibir sus pensamientos para notar que siente impotencia. En otra circunstancia, me hubiera burlado, pero todas sus palabras, provocan que crezca algo muy dentro de mí.

Si ella no va a hacer algo, lo haré yo.

Me giro, mientras ella está llorando, entonces me retiro de la habitación. Determinado, avanzo por los pasillos y me dirijo al piso en el que se encuentra Máster. La sala enorme de reuniones. Lo hallo en el centro con otros de rango alto, incluso Macdrell está allí. Se ven tan tranquilos, sentados en sus sillas, conversando. Me aproximo con prepotencia y los presentes me observan extrañados, pues un demonio de rango bajo, nunca se acerca a esta zona si no se lo piden.

—ZirRejon. —Alza la vista Máster—. ¿Ocurre algo con Roxellane?

Golpeo y clavo mis garras sobre su mesa.

—Quiero que te disculpes con Roxy —gruño.

Enarca una ceja y Macdrell se ríe, contesta por él:

—¿Qué le pasa a este?

El pelinegro, de cabello largo, responde a su pregunta:

—Se cree mi cuñado, por eso se da tanta libertad. —Sonríe—. Te tomaste muy en serio lo de hermano sobreprotector, baja la energía, ZirRejon, te vas a enfermar.

—Ah, los de clase baja son tan raros.

—Y divertidos —agrega Máster.

No me están tomando en serio, así que me aviento un valor más, entonces regreso a la conversación de la que fui echado sin permiso y aclaro:

—No te parecerá tan divertido cuando sepas que este demonio de rango bajo es el amante de tu mujer. ¿Qué se siente ser humillado, Máster? ¿Puedes sentir lo que la haces padecer a Roxy todos los días? ¡DIME! —grito, furioso.

Todos los presentes se sorprenden y se asustan, hasta hacen un sonido de asombro al mismo tiempo. El jefe del clan se me queda observando quieto y en silencio, pero luego comienza a reír. Cree que es un chiste.

—Qué broma de mal gusto, ZirRejon. Te olvidas de tu lugar, vienes aquí a desafiarme y a hablar de un asqueroso enamoramiento. Necesitas mejorar tu sentido del humor, estás fallando, sobre todo como cuñado.

—Máster... —aclara Macdrell—. No creo que esté bromeando.

El jefe del clan vuelve a reír, así que todos hacen lo mismo.

—¿Me estás diciendo que esta porquería se acostó con mi mujer? —Me mira de arriba abajo—. Un ser inferior como este, al que le di trabajo y se hacía el buenito, hasta parecía gracioso y podría jurar que parecía una mascota y payaso... —Su garra, más grande que la mía, golpea con fuerza la mesa y toda se resquebraja. Visualizamos que varios ojos en su cara se abren—. ¡¿SE BURLÓ DE MÍ?! —Se oye su voz gruesa en un eco.

Aunque da miedito, mi enojo es más grande, así que no retrocedo.

—¡¡TE CREES TAN IMPORTANTE!! —grito también y puedo escuchar mi voz de demonio explotar de odio—. ¡¡ROXY NO ES TU MUÑECA!!, Y PARA TU INFORMACIÓN, ¡¡ES DELICIOSA!!

Me observa, indignado, ya que sé esa información. He pasado tanto tiempo con Roxellane y hablamos bastante, que, a diferencia de él, hay más confianza. Cada vez está más furioso, pero no me retracto. Salta sobre la mesa y termina de cambiar. Por primera vez, veo la forma completa de Máster. No la muestra nunca, prefiere que sus subordinados hagan su trabajo, pero está tan enfadado que no lo pudo evitar.

La forma bestial de Máster es de piel negra, es enorme, tiene ojos por todos lados y brazos incontables. Los colmillos están en cada extensión de su cuerpo, al final de cada tentáculo. Es espantoso, digno de una película de terror. Sus tres ojos rojos de la cara, los que más miran, me observan fijo, mientras yo olvido todos mis prejuicios sobre mí y no lo pienso mucho cuando me ataca. Cambio, también poseo una trompa abominable con millones de dientes, pero mi color es algo que nunca me ayudará a causar miedo. Creo que lo único que me gusta de mí son mis garras, parecen navajas en vez de tener forma de animal.

Estas me ayudan a ser más rápido que los demás.

Los miles de brazos me atacan, pero los esquivo. Máster rompe el suelo mientras salto una y otra vez. Brinco, por eso le doy en uno de los ojos de su cara, así que gruñe. Enfadado, se aproxima a otro demonio, por lo tanto, le roba su habilidad, entonces al estar lejos, me lanza un ultrasonido y caigo. De esta manera, logra pegarme y ese es mi fin.

Choco con fuerza en el piso, entonces siento el dolor agonizante. Puede que fuera una mala idea enfrentarlo, pero al menos me quité la ira con su ojo. Se aproxima a terminar el trabajo, sin embargo, todo se vuelve silencioso. Visualizo sombras y el enfadado máster, se calma. Regresa a su forma humana y uno de sus subordinados le da su capa. Muy práctica para cubrir a un demonio cuando cambia de forma, esas no se rompen.

Un escalofrío llega hasta mí, mientras intento pararme, aunque me cuesta, así que no me esfuerzo mucho. Hay un sonido aterrador, como un silbido. Mi vista se alza cuando veo esas largas piernas y creo que me bajó todo el azúcar.

Royal es tan alto en su forma humana y su sonrisa le da miedo hasta al mismísimo Máster.

—Jugando tan tarde, qué divertido —opina el rubio, observando la sala destruida con aquellos ojos heterocromáticos.

—Royal —comenta Máster—. Creí que estabas en el bosque.

Contorsiona el cuello de una manera y hacia un lado, tanto, pero tanto, que, aunque sea un demonio, no siento que sea normal.

—Sí, me gusta el bosque. —Me observa y luego pregunta—. ¿A ti te gusta?

—Eh... sí —expreso, nervioso.

De hecho, todos lo están.

—Sí, es lindo.

—El bosque es hermoso —aclara Máster, enfadado—. Regresa ahí.

—Interrumpo algo, ¿verdad?

—¡¡NOO!! —gritan todos, menos el que me dio una paliza.

—Ah, ¿sí? —Hace puchero—. No me invitaron a la fiesta, estoy triste. —Vuelve a mirarme—. Tú estás triste, ¿no? Sombrita dice que a ti tampoco te invitan, ¿no es indignante?

¡¿Por qué me está prestando tanta atención?! O sea, todos me ignoran siempre, y uno quisiera tener aliados, pero no el loco sádico de Royal Cardeneil. Es un demonio de rango alto, no le importa el status y todos lo veneran, además de tenerle respeto, pero, que te sonría o te preste atención, también significa tu muerte. Es mejor que Royal te ignore a cualquier cosa. De hecho, es mejor que Máster te mate, porque tu alma no sabes dónde quedará con Royal. Al menos si el otro te asesina, solo te vas al infiernito y ya.

—Estoy bien. —Me levanto, despacio.

—¿Quieres mi chaqueta? Vas a estar desnudo, aunque a Sombrita le gustaría verlo, dice que eres guapísimo.

—Gracias, Sombrita, supongo... pero no voy a cambiar por ahora.

—Sombrita dice que te quedaste sin trabajo, ¿quieres trabajo?

—Oye, Royal... —se queja Máster, ya que es el ignorado—. Ese tipo tiene los días contados, lo quiero muerto.

—Se quedó sin trabajo, ¡lo sabía! —Sonríe, mostrando sus dientes de demonio en su forma de humano, luego se los relame y se lastima la lengua—. Miam, miam, qué hambre. Los buques se van y no pescan, pobrecitos.

¡¿De qué está hablando?!

—Royal, ¿me estás escuchando? Ese escolta ya está muerto —aclara.

—¿Saben quién necesita un escolta?

Estoy asustado.

—¿Quién? —pregunto, nervioso.

—Ella... —Señala la puerta, entonces visualizo a Kireya Larsh entrar—. Ella me llamó.

—Escuché el alboroto y sabía que ibas a detenerte con la presencia de Royal. —Sonríe la pelirroja y frunce el ceño—. Me voy a cobrar que mataste a mis perros falderos. —Creo que habla de los demonios que se burlaron de Máster. Me asusto cuando se aproxima, clava sus uñas en mi piel azul fluorescente y entonces me hace caminar—. Muévete, Lucecitas.

—Ay, ay, ay —expreso, adolorido, mientras la demonia me secuestra.

Bueno, no sé si es mejor, pero al menos me quedé con la opción que no va a eliminarme. Kireya Larsh es una depresiva que anda todo el día en su habitación. He de suponer que no va a matarme, o eso espero. También es evidente, que, si escuchó, le sirvo, pues soy el amante de Roxy.

Bueno, supuesto amante, solo tuvimos sexo una vez y nos odiamos, o eso creo. Mejor dicho, pensaba que era así, ya que todavía me sorprende que, aunque haya salido todo bien para mi vida, me enfrenté a Máster por ella. Definitivamente, eso es para analizar o aceptar que en realidad hay algo entre nosotros. Quiero decir, que quizás, siento algo fuerte de lo que no me había percatado hasta ahora.

Este es uno de mis capítulos favoritos, tiene de todo y esta es mi representación grafica durante todo el capítulo:

Al inicio del capi: Zijo 😍

Luego: Zijo 😭

Ya llegando al final: Zijo 😂

Y por último: Zijo otra vez 😍 

Zijo se llevó casi todas mis reacciones (sin contar a Royal 🤭)

Saludos, Vivi.

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