26: Destruir una tumba

Troyen

—Y los declaro marido y mujer.

Miro el anillo en la mano de Anette, luego observo su cara y me sonríe. Ella es tan pálida. El largo de su cabello es hasta debajo de sus orejas, tiene un hermoso cabello negro con bucles y el tul la hace ver más bella e inocente.

La silla se inclina, entonces despierto, vuelvo a la maldita realidad en mi despacho. ¿Para qué me casé de todos modos? Hice esa horrenda boda a escondidas, no sirvió para nada. Ella era tan frágil, se rompió en pedacitos y no lo vi venir. Se quitó la vida y nunca pude comprenderlo. ¿Pude haber hecho algo para evitarlo? No, pero mi orgullo de demonio no me dejó traerla de regreso y ahora ya es demasiado tarde. Sería imposible recuperar su alma ahora, seguro ya se perdió en alguno de los infiernos. Aunque era como un angelito, quizás le dieron alguna oportunidad de ir a un lugar mejor.

Alzo la vista cuando Macdrell entra a mi oficina.

—Mi señor. —Hace una reverencia.

—¿Qué quieres? —gruño.

Estoy lamentando mi desdicha, no quiero que me molesten.

—¿Puedo preguntar qué pasó con la señorita Roxellane?

—¿Qué pasó con qué? —cuestiono sin importancia.

—No ha salido de su cuarto, he oído el revuelo de que se comió su brazo, ¿la ha castigado por ello?

—Roxellane... —Hago una pausa, pensativo—. No, no la he castigado, solo atiendo mis fetiches —aclaro y enarca una ceja, así que me río—. Me acuerdo cuando cuestionaste sobre que esto se veía muy sexualizado al dejarla en el cuarto, ¿y qué sí lo es? —Frunzo el ceño—. Es mi mujer.

—No me malinterprete, solo intento ayudar.

—Roxellane saldrá del cuarto cuando se me dé la gana, pero si el mundo quiere saber, no, no me la he follado. Mis fetiches son menos sexuales de lo que imaginas, Macdrell. Aunque sí me excita encerrarla en un cuarto y que los demás piensen cosas morbosas de mí.

—No pretendía ofenderlo. —Traga saliva.

—No me ofendo, solo te corrijo, tus sugerencias son muy falsas.

—Sus seguidores lo admiran y temen, pero cuando se trata de comida podrida su reputación baja muy rápido, entiéndame. —Hace una pausa cuando gruño, luego prosigue—. Todos sabemos que Kireya Larsh está obsesionada con un demonio que se murió, Royal Cardeneil no está interesado en nada más que en sus sombras y usted...

—¿Yo qué? Dilo —exijo.

—A usted le gustan las humanas y eso se ve muy mal.

Me carcajeo, luego mi mandíbula se tensa, pero mantengo la sonrisa.

—Las humanas son comida, no digas bobadas. Si es por Roxy, sabes que se está convirtiendo en demonio, todos la vieron, así que no me vengas con asquerosidades. Eso sí, es una ofensa para un demonio, debería cortarte la lengua.

Estoy nervioso, mierda, maldito recuerdo de Anette.

—Mis disculpas, pero hablaba de la otra.

Me quedo tenso mirando un punto fijo en la oficina.

—¿Qué otra?

—Usted sabe de quién hablo.

—Sergius Macdrell. —Hago una pausa—. Esos son rumores inventados por Kireya, olvídalos.

—Kireya Larsh puede estar loca, pero sus seguidores son tan fieles que pueden descubrir una verdad asquerosa.

Mi garra se clava en la madera de mi escritorio.

—¿Y?

—¿Le hago una sugerencia? Destruya su tumba.

—Tengo cosas más importantes que andar profanando tumbas de una supuesta humana con la que forniqué, y si existe ese falso sepulcro, no voy a destruírselo a una pobre alma de una desconocida, hasta me daría lástima su familia.

—El único familiar que tiene está en la cárcel y ni siquiera se conocían —dice, serio.

—Me estás molestando, Macdrell —gruño.

—Es solo una sugerencia.

—Y para tu información, nunca he visitado esa supuesta tumba, así que deja de inventar disparates.

—Lo dejo pensar tranquilo. —Hace una reverencia y se retira.

Rompo la madera de la mesa, entonces se la tiro, directo a la puerta. Mi mandíbula se tensa y rujo, molesto. Quiero arrancarle la lengua, pero si lo hago, voy a generar más sospechas. Necesito que los seguidores de Kireya dejen de investigarme, pero son demasiados. Será mejor que empiecen a encargarse de la salud mental de su amada pelirroja y a mí me dejen en paz, porque empezaré una terrible masacre, solo para que desistan de molestar.

Este capítulo está auspiciado por el libro de Máster 🤭

La protagonista ha sido mencionada muy sutilmente, ¿puedes descubrir dónde?

Saludos, Vivi.

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