15: No puedo perderte
Zijo
Huyo de Traber. Lo conozco desde hace tiempo, no es un demonio de rango alto, pero eso no significa que no pueda agarrarme a palazos. El estatus tiene que ver con la habilidad. Puede servir para pelear o no. Incluso aunque unos demonios sean más fuertes que otros, pueden ser de menor rango y viceversa, como le ocurre a Roxy, siendo ella de mayor clase, pero menos poderosa. Aunque estos no son mis casos, yo sigo siendo más débil y con escasez de categoría.
No debí provocarlo, pero le pegó a mis inseguridades. Odio que se metan con mi forma bestial, ya tengo suficiente con que yo mismo la critico para que vengan otros a hacerlo también. Ser de un color brillante no sirve para camuflarse en la oscuridad ni para cazar. ¡¡Lo sé!! ¡¿Pero por qué me lo tienen que refregar en la cara?! Es detestable.
Me escondo detrás de una plataforma, entonces espero a mi inminente fin. Oigo que me llaman, pero ni idea por dónde viene el sonido. Alzo la cabeza, entonces vislumbro a la culpable. Ah, pero si es la estúpida. ¿Cómo llegó Roxy hasta ahí? Veo que hay una escalerita, entonces, en vez de saltar, voy por ahí en modo sigilo y me arrastro con ella.
—Por aquí —me dice, así que la sigo.
Cruzamos sin saltos estrepitosos, solo vamos por los peldaños, luego bajamos al otro lado, como si fuéramos débiles humanos. Aunque gracias a esto podemos escabullirnos. Llegamos al final del camino y nos sobresaltamos al ver a Macdrell en su forma humana.
—¡¡Ay, mierda!! —chillamos por el susto.
Traber salta con todo el peso del cuerpo de una bestia, así que estamos rodeados por dos demonios.
—¡¡Casi me matas de un síncope!! —le grito al demonio de alto rango que tenemos en frente.
También vocero del grupo de Máster.
Los ojos marrones del canoso se giran a observar al enorme monstruo, luego me mira a mí. Se mantiene tranquilo, sosteniendo su libro. Después mueve su vista al único ser que le interesa. Sonríe y declara:
—Roxellane, al fin te conozco.
La chica, de cabellos negros muy largos y lacios, ajusta su coleta, entonces tarda en contestarle, sin saber de qué van sus intenciones.
—¿Y usted es...? —Ella enarca una ceja.
Toma su mano y la besa.
—Sergius Macdrell.
Ella se suelta, despacio, sospecho que por cortesía.
—Un placer —expresa, confundida—. ¿Y a qué debo tantas ganas de conocerme? Aunque lo imagino —murmura lo último a regañadientes, observando hacia un costado, molesta.
Supongo que está pesando en Máster.
—Sugerí que saliera, me alegra que me hayan escuchado.
—Qué amable, pero sigue sin responder mi pregunta. —Entrecierra los ojos.
—Solo me gustaría recordarle su rango. Vi el espectáculo y noté la preocupación por su siervo. Hay algo que Máster no le ha explicado, así que me gustaría ser su aliado y me encantaría contárselo.
Observo como Traber, empieza a retroceder para retirarse, parece que ya entendió que está en zona de peligro. Bien, qué se vaya, uno menos. No lo puedo llamar cobarde, pues yo también escapé antes.
Un segundo, ¿me acaban de llamar siervo?
—No soy su siervo —me defiendo.
Macdrell sonríe, pero no me contesta, continúa con la atención en Roxy.
—Señorita Roxellane, no olvide que es la mujer del máster, por lo tanto, puede ordenar, detener acciones e incluso pedir que se maten por usted. Lo único que no debe hacer es ir en contra de los deseos de su pareja, mientras obedezca las directrices que él le ha dado, ninguno la desafiará. Una mísera equivocación como intentar escapar le daría un problema, no obstante, todo lo demás lo tiene permitido. Es la reina, camine como una por el clan, le será muy útil sentirse así, recuérdelo.
Acá notando como le sube el ego a Roxy para tomar ventaja de ella. Aunque sea del grupo de Máster, sigue siendo un demonio, fiarse de su manipulación no es bueno. Nada más espero que ella se dé cuenta, ya que yo no puedo decir nada. No tengo voz ni voto en esta conversación, en realidad, en ninguna charla de dos demonios de alto rango.
—Gracias por su sugerencia. —La pelinegra me agarra de la mano—. Nos vamos a ir a entrenar.
Avanzamos lejos de él, entonces observo como ella me sigue sosteniendo.
—Ni creas que ahora voy a bajar la cabeza por todo eso que te dijo —le aclaro, luego me suelto—. Y no me toques, humana asquerosa y estúpida.
Roxellane sigue avanzando en silencio, tarda en contestarme.
—Nos salvamos, tuvimos suerte de encontrarnos con Macdrell. —Se detiene, entonces se gira a mirarme, frustrada. Lo veo en sus ojos humedecidos, entonces se queja—. ¿Puedes preocuparte un poco por ti? Pensé que morirías.
Freno y alzo las manos a modo de defensa.
—Nadie te pidió que lo hicieras.
—¿Puedes entender que no hay otro demonio en quien confíe aquí? No puedo perderte, no puedo quedarme sola. Necesito mantener mi cordura y aunque seas un indeseable, eres mi único aliado, así que deja de buscar problemas. —Su mandíbula se tensa—. ¿Entendido?
Bajo las manos y las pongo en la cintura.
—Si no tuviera que ser tu escolta, no me pasarían estas cosas. Este lugar está lleno de imbéciles que me envidian y me odian. Tarde o temprano iba a pasar algo.
—¿Qué dices? —Se indigna.
Paso mi mano por mis cabellos rubios y hago una gran sonrisa.
—¿Lo olvidas? Soy hermoso.
—Más bien inseguro —me corrige, así que frunzo el ceño—. Estuve en la conversación con Traber, no me mires así.
—Como sea. —Agito la mano—. Busquemos esa bolsa de box.
La ignoro, entonces sigo caminando, por lo tanto, va detrás de mí. Continúa con esa mirada de desaprobación, aun así, no agrega más nada al asunto.
Llegamos a la parte mencionada, por consiguiente, Roxellane empieza a golpear el objeto con mucha frustración. Una y otra vez sin detenerse. Veo la sangre en sus dedos, así que la detengo.
—¡¿Qué?! —me grita.
Agarro unas vendas, entonces tomo sus manos y empiezo a enrollárselas. Se queda quieta, así que sus mejillas se ruborizan. Observa como la vendo en silencio.
—Deja de comportarte como una presa. —Refunfuño.
Frunce el ceño y se aleja.
—¿Quién se está comportando como qué cosa? Tú eres el amable, cuidando mis manos.
—Me comporto como con cualquier comida, antes de alimentarme. Me sale natural, ya te dije, soy bueno conquistando chicas.
—¡¿Me tratas de comida?! —chilla.
—Al menos no es podrida. —Bufo—. Además, no lo grites tan fuerte que nos meterás en problemas.
Gruñe y me empuja.
—¡¡Te odio!!
—¡¿Qué te pasa?!
Se gira y se cruza de brazos.
—¡¡No me pasa nada, déjame sola!!
—No me puedo ir, yo soy tu escolta —digo con desgano.
—¡¡Vete para un costado, no sé!! —Agita las manos y sigue de espaldas hacia mí.
—Bien. —Bufo otra vez.
Me dirijo a una esquina, entonces me apoyo en la pared, cruzado de brazos. ¿Qué le pasa? ¡Está loca! Además, qué molesto es no poder percibir sus pensamientos. Todo sería más fácil de esa manera. Lo único bueno es que estamos a solas en esta zona, así que nadie escuchó nuestra conversación. Eso sería una catástrofe. Vigilo para cerciorarme, entonces suspiro de alivio al estar en lo correcto. No necesito más problemas de los que ya tengo, gracias.
11/11/2024 ¡¡Llegamos al 1K!! 🥳
¿Podemos notar que Roxy ya está muy enganchada por Zijo? 😂
Y él ni mu 😭. Bueno, no lo sé, siento que leer a Zijo entre líneas es más complicado xD
¿Ustedes creen que Zijo está interesado?
Saludos, Vivi.
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