26. Terminar
- ok, solo hay una manera de entrar a su guarida. Pero necesitamos una carnada para distraerlo— hablo Elsa.
- uno de tus guardias puede servir— Sugirió Norte.
- de ninguna manera, Aniceto y Basilio son solo para protección de Elsa en caso de que yo no esté— impuso un sobreprotector Jack. Elsa se rio de su ahora esposo y lo tomo de las mejillas sonriendo.
- relájate— comenzó— nada nos va a pasar— dijo refiriéndose a su ya un poco abultado vientre. — pero si insistes, necesitaremos otra carnada.
- yo sé cual carnada utilizaremos— indicó Tooth— Elsa.
- Exacto— respondió la pareja distraída— espera, ¿Qué?
- ¡claro! ¿Quién mejor que tú? — Sonrió el hada de los dientes— Pitch siempre ha mostrado su loca obsesión por ti, utilizarte de carnada nos daría el tiempo suficiente para entrar a su guarida y destruir sus planes y—
- ¡de ninguna manera! — Rechisto el peliblanco— ¿acaso no te das cuenta de su estado? ¿Y si le hace algo? Y... si te asustas— dijo lo ultimo refiriéndose al miedo de Elsa. Miedo que no la había atormentado desde hace ya mucho.
La chica palideció al instante.
- es un riesgo que debo correr... además – trago seco— Aniceto y Basilio estarán para cuidarnos.
Los ojos de Jack reflejaban angustia en su más pura expresión.
- si algo les pasa yo— fue interrumpido por los labios de su amada. Seguidamente ambos escucharon al resto de los guardianes vitorearlos con un "Awww".
- bien— los guardianes tomaron posición de ataque detrás de la entrada a la guarida de Pitch y Elsa les indico a los guardias posicionarse a los costados de la misma. Luego hizo una bola de nieve y la lanzo.
- oh, Pitch... — canturreo juguetona. Cuando el aludido salió se sorprendió un poco por la presencia de ella.
- con que por fin te dignas a aparecer... felicidades por tu embarazo.
- no estoy para tus halagos querido Pitch— advirtió. — Ambos sabemos que estas débil desde tu último ataque, pero por el bien de mi pueblo y del resto del mundo, te pediré algo muy tranquilamente— sonrió de lado y continúo: — déjanos en paz.
Su discurso fue lo suficiente para hacer enojar a Pitch y que este intentara atacarla. Pero el escudo de uno de sus guardias se interpuso.
- ya decía yo que era raro verte sola.
- acompañada si, sola jamás. — se burlo. — algo que tu no pareces comprender es la palabra "modales", ¿Cómo osas no invitarme a pasar?
- estoy acostumbrado a que entres a mi guarida por las malas.
- basta de charla, Pitch... adelante, dime porque te apareciste ese día en la torre.
- con que todavía te acuerdas... - el coco le sonrió— ya sabrás que Meme es mi hermano, más claro que eso el agua, bueno. ¿No ha sido divertido tu juego? Haciéndote la débil y asustadiza, ese papel esta gastado pequeña Elsa.
- no entiendo.
- ah, las rubias y su capacidad de aprendizaje.
- ¡hey! – reclamo Elsa ofendida.
- en fin, cuando mueras lo entenderás...
- ¿morir? ¿No crees que eso sea postergar mucho tus planes?
- ay, ¡me lleva el coco! – La platinada frunció el ceño. — ¡vas a morir, Elsa! Morirás al dar a luz.
Eso la dejo estática, lo suficiente para que Basilio se le acercara preocupado.
- majestad...
- no le digan de esto a Jack, el no debe enterarse. Pitch... - hablo furiosa. — eso se termina ya.
La platinada llena de cólera ataco a su némesis como nunca lo había hecho. Sonrió satisfecha cuando este cayó al suelo y se arrastro, ¿asustado?
Entonces algo se le ocurrió. Congelarlo.
- mala idea— ella abrió los ojos sorprendida. — ¿Crees que no me di cuenta de que tu y los guardianes me tenían una trampa? — se escucho un estruendo.
Elsa volteo hacia sus guardias, estaban en el suelo inconscientes.
Pitch comenzó a acercarse a ella lentamente, de una manera amenazadora. Haciéndola retroceder y tocarse el vientre asustada. Lanzo un grito al aire cuando la arena de Pitch la rodeo.
Entonces un rayo de hielo se cruzo delante de ella y ahí supo que Jack la iba a defender. Pitch fue impactado por el rayo y cayó a unos metros de ellos dos.
El peli blanco la abrazo preocupado.
- ¿estás bien? — ella asintió y se apretó a él. — por poco y me da un infarto, demonios, ¡Elsa! ¿Cómo se te ocurre? ¿Acaso estás loca? Te dije que era mala idea.
- ¡ya! No me hagas sentir peor. — Comenzó a sollozar y metió la cabeza en sus rodillas, ahora algo difícil de alcanzar — estúpido embarazo que me hace vulnerable— chillo.
- oh, ya mi amor, no era mi intención hacerte llorar, yo— soy un tonto.
- y que lo digas— se burlo Norte— gracias Elsa, mira lo que tenemos— señalo a Pitch que portaba un raro tipo de esposas de color dorado. — esto anulara su poder. Y por si acaso, estará encerrado.
Elsa se sintió aliviada ante la noticia, lo suficiente para dejar de llorar.
- y esto, es para ti— Santa Claus saco de su bolsa un dije. Tenía una corona en la base superior, mas seguido un diamante en forma de lágrima y a los costados de este un par de alas. Y al final un adorno igual en forma de lagrima para sostenerlo todo.
- ¡Es adorable! — grito Elsa entusiasmada.
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