XV

Te dije que te amaba.

Niki lloraba silenciosamente en su habitación vacía.

Yo sé que no eres solo una ilusión, porque tu ropa sigue aquí...

Todo fue tan inesperado.

Como prueba dejé marcas en todo tu cuerpo... y aún así...

Ese día cuando despertó y no habían señales de Sunoo, lo buscó por todos lados y sabía que no estaba loco porque todos lo recordaban.

Aún después de todas esas promesas, te fuiste.

Y aunque ya hayan pasado ya trece días de su desaparición tan repentina, recordaba a la perfección su aroma, su risa, sus ojos, sus labios.

Lo único que tenía con él era ese anillo en su dedo, recordaba el "mientras lo tengas puesto siempre estaré contigo" y su corazón dolía tanto.

¿Dónde estás?

Lo había buscado por todos lados, por todos los lugares que frecuentaba, por su propia casa, lo llamó por teléfono incontables veces hasta darse cuenta que su teléfono estaba en la mesita de noche.

¿Podré verte de nuevo?

Sus esperanzas eran cada vez más bajas, podría haberse derretido, podría haber sido raptado al salir a la calle un momento, tantas cosas que pasaban por su mente, pero cada vez lo extrañaba más.

Recordaba su voz y su siempre presente "¡Me gustas!" que se lo decía todos los días.

Justo cuando éramos tan felices, ¿Por qué tuviste que irte?

En las noches no podía dormir con el pensamiento de que Sunoo estaba en algún lado, quería volver a abrazarlo, besarlo y decirle lo mucho que lo ama.

Eras mi paraíso... y simplemente me dejaste.

No salía de su habitación desde hace cinco días, no podía comer porque todo lo vomitaba y siempre algo le hacía recuerdo a Sunoo.

La simple luz del día le recordaba a su sonrisa, su cama le recordaba cuando despertaba con sus besos, su teléfono le recordaba las notificaciones que siempre le llegaban cada que salía.

¿Habrá alguna noche en la que no te recuerde?

Siempre esperaba despertar de sus cortos sueños y tenerlo a su lado, como debía ser, como quiere que sea.

¿Estás en algún lado escuchándome?

Podría volverse loco a ese ritmo.

Solo quiero tenerte de vuelta.

Se levantó con las pocas fuerzas que tenía y pidió algo de comida, al menos debía ingerir algo.

Las lágrimas simplemente no paraban, sus manos temblaban, su cabello era un desastre al igual que su ropa y toda su habitación.

Quiero que me abraces...

Sus rodillas se guiaron a su pecho intentando sentirse cálido, desde que Sunoo se fue, todos los días eran fríos.

Contigo, la palabra "amor" nunca fue suficiente.

Y quería encontrarlo, quería abrazarlo.

¿Estás muerto?

Toda clase de pensamientos recorrían su mente.

Puedo morir... y así tener una vida a tu lado en otra realidad...

Su comida había llegado, pero eso ya no le importaba, ahora ese último pensamiento estaba rondando su cabeza.

Si muero estaré contigo.

Lo necesitaba con él, su calor, sus labios, su luz.

Reencontrémonos en otra realidad.

Tomó un cuchillo de la cocina y sin pensarlo lo apuntó hacia él mismo, podrá ser algo tan tétrico de ver, pero en su rostro estaba dibujada una sonrisa con la esperanza de poder verlo en esa otra realidad, en esa otra vida.

-Te amo.

Susurró esperando que Sunoo lo escuche y clavó el cuchillo en su estómago aún con una sonrisa en su rostro, la pérdida de sangre le hizo acostarse en el suelo y esperar su muerte.

Cerró sus ojos esperando el final, porque si no era a su lado, no tenía propósito en ese mundo, no estaba listo para dejarlo ir.

Pronto todo se volvió negro y ahí lo vio, solo una luz apuntándolo, Sunoo parecía estar tan cerca y era lo único que brillaba en medio de toda esa profunda obscuridad.

Pero por más que corría, Niki no lograba alcanzarlo, corría y corría pero no parecía acercarse ni un metro.

-Hyung- solo eso se escuchó de aquel Sunoo que veía en medio de esa total obscuridad.

¿Estoy muerto?

¿Estás muerto?







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Cami~

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