Capítulo 26
Si vez la casa de los Joly May notas a primera vista que quienes la habitan son felices. Su fachada mostraba, un porche amplio, con dos sillones, uno matrimonial y otro sencillo. El césped recién cortado, un rosal bastante cuidado. Al entrar, llega un olor a Jazmín y reconocer de donde viene, en todas las ventanas de la casa hay una maceta con una de ellas plantadas.
He tenido la oportunidad de visitar diversos hogares y me he sentido a gusto en algunos. Ninguno de ellos me embargaba el calor de hogar o me recordaba la casa de mi niñez como la casa de Charly.
—¿A dónde iremos?
Su voz suena ansiosa y al ver su redondo rostro capto mucha curiosidad en esa pregunta. No quiero arruinar la sorpresa al decirle, creo que la ambigüedad seria excelente en esta ocasión. Charlotte se aleja de mis brazos y espera una respuesta. Sus labios se curvan en una mueca de disgusto ante mi silencio.
—Tres días, ropa de verano.
Mi respuesta no le agrada, pero no hace comentarios al respecto. Aleja la mano de mi cuello y todo su cuerpo del mío antes de decir.
—Hablaré con papá y él me dirá.
Apunta dos dedos en sus ojos y luego a mí en una actitud amenazante, que resulta divertida. Sacude mis manos ante mis intentos de atraparla al levantarse y sale huyendo, dejando los zapatos en el proceso.
Segundos después asoma la cabeza en la entrada.
—¿Vas a quedarte allí?
—Si entro y me relajo tú lo harás …—sonríe alzando las cejas divertida —te espero aquí
—Me voy a demorar igual...
—Necesito hacer unas llamadas. En una hora me iré con o sin ti —amenazo y en torna los ojos fastidiada —si no lo crees podemos averiguarlo.
Regresa al interior de la casa con los labios apretados y niego divertido. Saco el móvil leyendo los detalles del viaje y varios datos entregados por el jefe de seguridad de la familia. La llegada de Juno me hace guardar el móvil saliendo del porche.
Escoltó a Murray de la casa de Charly. Antes que eso sucedería recibí la noticia que había encontrado algo importante, yo debía venir a casa de Charly y explicarle a sus padre lo del viaje. Acordamos coincidir aquí y aseguró era excelente idea, dado lo que ha encontrado.
—Alguien lo seguía, un Ford Crown Victoria—empieza a decir al llegar frente a mi — Lo descubrimos al escoltar al señor Murray. Lastimosamente fue difícil seguirle el rastro.
Nadie sospecharía de un taxi, no en una ciudad tan congestionada como New York. Juno me hace entrega del arma que guardo en la pretina y escucho lo demás. El vehículo les ayudó a perderse en el tráfico de manera fácil.
—¿Pudieron ver quien conducía?
—Tengo algo mejor —comenta entregándome un trozo de papel —tiene matricula canadiense.
—Yo encargo de esto—digito la matricula en mi móvil y estoy por enviar cuando me interrumpe.
—Eso no será necesario. Joseph Carmichael y William Cohen. Eran quienes conducía —guarda silencio viendo detrás de mí antes de seguir —“Bill y Joe”, dos matones de medio pelo que trabajan para un tal Sennet Cromwell.
—¿Debo conocerlo?
—Es el dueño de la firma de abogados Shearman & Cromwell.
—¿La firma de abogados...? —Juno afirma y yo retiro el aire de mis pulmones.
—¿Matthew?
Doy media vuelta mirando hacia el balcón, ella ha asomado la cabeza y saca dos abrigos. Uno negro y ogro beige, de grosor distinto y para sitios diferentes.
—Ninguno —señalo y junta las cejas —no es necesario. —regreso la vista a Juno quien sonríe —su padre no le ha dicho a donde será.
—Es lista, va a deducirlo —le doy la razón sonriendo y regreso a lo que Juno a descubierto.
—Será mejor si te apresuras. —ordeno.
—Creo que las investigaciones que esta realizando la señorita Joly están mezcladas en esto. Caso concreto los que tienen que ver con esa firma. Bill y Joe, no son los únicos que tienen lazos en común con Cromwell. —señala y mira detrás de mi de nuevo —la señorita Mila Joly, es muy amiga de Mitch Shearman, hijo del socio de Cromwell.
Guardo silencio sin mover un musculo ante la tensión que es todo mi cuerpo al escuchar lo que sigue. Eso y lo leído en mi móvil me permiten hacerme una idea de lo que esta sucediendo.
—Perdón por la interrupción —la voz de Mila me hace volver rápidamente y a Juno alejarse retrocediendo —la tía pensó que seria buena idea que le trajera esto.
Sostiene en sus manos un vaso que tomo con dudas. Agradezco con una leve inclinación de cabeza y alzando la bebida viendo el líquido a través de la luz que refleja la farola, luego a ella.
—¿Cree que está envenenado? —sonríe mirando detrás de ella con nerviosismo.
—Lo hiciste con su prima ¿Por qué no hacerlo conmigo? —señalo.
Retrocede varios pasos aturdida como si hubiera recibido un golpe fuerte.
—Usted no puede estar hablando en serio —arrojo la bebida a un costado de los dos y le pido alejarnos hacia una zona más retirada.
—Le daré la oportunidad de explicarse y por favor…sea breve. —exijo cruzando mis brazos.
Por su rostro pasan muchas emociones, ninguna de ellas de felicidad, aquella que la había perseguido siempre. Señalo la hora y luego la casa indicándole que se apresure. No me importaría entrar y decirle a todos lo que han averiguado mis hombres.
—Matthew Alessandro Frederick D’angelo. El primer nombre por su abuelo paterno, el segundo por el materno. —empieza y no me resulta extraño lo que escucho; no obstante, lo siguiente debo admitir que sí. —Estudió medicina en la universidad de Oxford, usted y su gemelo. Se especializaron en Harvard, en carreras distintas, pero solo usted continuo. En un comienzo se creía que seria usted el sucesor de su padre, pero más adelante desistió de ello y lo cedió a su hermano. Es considerado una excelencia en su campo, pero de temperamento fuerte y exigente. Hay pocas cosas que se saben de su vida privada, de las que se destacan que es buen cocinero y que solo lo hace para usted. Regio en el vestir y en lo laboral…
Yo debería alagarme por lo que escucho, pero causa el efecto contrario. Achina la piel ver tu vida privada ser detallada de una manera tan descabelladamente exacta.
Continua especificando mis gustos en las comidas, preferencias en el vestir y hasta mi música preferida ¿En qué momento salió a la luz tantas cosas? y ¿Por qué era eso importante?
—¿Me faltó algo?
—Los motivos de tanto interés… —respondo —ahora entiendo lo del pañuelo Yo debería caer a tus pies ¿Me equivoco?
—No es tan asi…
¡Claro que lo es! todo esto tendría que ver. Ella vio en ese objeto la manera de llegar a la familia y mis especulaciones viajan un poco más. Atacó a su prima al darse cuenta de mi interés y a mí cuando descubrió el mío.
—¿Cómo fue entonces Mila?
Mi pregunta es más por saber a dónde está dispuesta a llegar con la mentira. Tengo en mi poder parte de la verdad, solo deseo saber que tan estúpida puede llegar a ser.
—Mi padre contó lo que le sucedió a Charlotte y llegó a hablar de Aryana. Sentí curiosidad, busqué y entre más buscaba más me interesaba. Entonces supe que el padre de un compañero de estudios poseía varias demandas contra su hospital y mucho después Charlotte entró a trabajar allí… ¿Qué está haciendo?
La arrastro hacia una zona mas lejana y le indico a mis hombres vigilar la posible salida de alguien de la casa.
—Quiero la verdad. —Exijo —no sus excusas baratas.
—Es la verdad —insiste —le dije que mi prima trabajaba allí, me ufané de ello. Le debía dinero. La deuda quedaría saldada si le averiguaba algunas cosas.
Se sobresalta al atrapar su cuello en mis manos y presiono lentamente. No me molesto en disimular, poco y nada me importa que esté en vía pública y puedan verme. Era una chiquilla estúpida, sin empatía y poco cerebro.
—No me odias por ser mayor y menos lo que sientes por mí es asco. Es mi rechazo lo que detestas. Llegaste aquí creyendo encontrar la solución a tus problemas ¿Qué encontraste Mila? Un hombre que lleva la belleza lejos del físico y que ama a tu prima—presiono con fuerza mi mano en su cuello viendo el color irse de su rostro —¿No puedes respirar? —niega golpeando mis manos intentando liberarse y sonrió —fue exactamente lo que sintió Charly cuando tomó ese medicamento alterado.
—Señor —me pide Juno apoyando una mano en mis hombros —por favor señor. —insiste.
La suelto asqueado por tanta maldad, por la ceguera de sus tíos al no ver la oscuridad en ella. Toce de forma descontrolada varias veces y niego a Felipe que intenta auxiliarla.
—Estará bien en unos segundos —comento en calma —quizás la ausencia de aire en el cerebro sea terapéutica y acabe por solucionar su desorden mental.
—Hijo de puta, rufián —ruge una vez ha encontrado la voz —se lo diré a mis tíos.
—Espero que asi sea o seré yo quien le diga la clase de escoria que han alojado en su casa.
— Jamás volverás acercarte a tu bella obesa…—Felipe la aleja de mi al notar mi interés en acercarme y Juno me impide el paso.
Alguien dentro de la casa o del hospital hizo el cambio, a esa conclusión llegaron las autoridades. En el hospital los registros de videos no hallaron nada. La única que tuvo acceso a las pastillas fue Beatriz y no hay nada en los minutos que duró ella contando cada píldora. Eso dejaba la casa como único lugar y a ella específicamente.
—¿Quieres apostar? —cuestiono sonriendo —¿Tienes algo por decir a la señorita Mila, Juno?
La chica vuelve la mirada a mi escolta quien la sostiene antes de empezar a hablar.
—La deuda que usted menciona, fue adquirida un mes antes del incidente de la señorita Charlotte. —Mila se aleja de Felipe sorprendida yo vuelvo a sonreír. —metanfetaminas, hierva de la felicidad, pcp, peyote, etc.
Eso explica su comportamiento agresivo, el odio y rechazo a su prima. Cuándo inició a tomar esa porquería no se sabe, quizás en Toronto. Escondió esas drogas en la bolsa de su prima o de plano la dejó allí con el fin de dañar.
Apunto más a lo segundo.
—¡Matt! —llama Charlotte — Espero no te hayas ido sin mi o sabes la que te espera…
—¿Aun quieres decirles a tus tíos? —le pregunto alzando una mano a Charly que sale de la casa con un equipaje bastante pequeño —no quiero verte en esta casa al volver Mila o te aseguro lo que tienes en el cuello es una caricia comparado con lo que estoy dispuesto a hacerte si llegas a dañar a Charly.
Salgo a la luz cuando la veo correr hacia mí y a su prima cubrirse el cuello con una bandana. Recoge del césped el vaso que he tirado y entra corriendo al interior del lugar.
—¿Sucedió algo entre ustedes?
Tomo su pequeño equipaje negando, fingiendo distraerme por lo poco que pesa.
—¿Solo ropa interior?
Le dije eran tres días y ropa de verano. Mi experiencia con las mujeres es que suelen llevar cinco maletas sin importar el tiempo que vayas a durar. Una para zapatos, otra para ropa, maquillaje, accesorio y el de mano. Todo debe ir separado o acabaran por dañarse.
—Mamá me ayudó a escoger lo mejor —comenta inocente y entorno los ojos —mi madre da buenos consejos.
—¿Cómo cuáles? —pregunto cerrando el baúl y sonríe.
—Que debo acabar lo que inicié …
Por fortuna nuestros hombres no tienen idea de lo que dice o a que se refiere. Sonrío tomándola de la mano y dirigiéndonos a su casa para despedirnos de sus padres.
—Si necesitas algo lo compraremos al llegar, pero creo que tengo todo lo que necesitaremos.
Al entrar a la casa vemos a sus padres abrazar a Mila y a esta llorar desconsolada. Charly aprieta mis manos nerviosa y retribuyo el gesto.
—Mila ha decidido regresar a casa y retomar sus estudios…
Puedo escuchar como Charly suelta el aire al escuchar aquello y presiono nuestras manos juntas. Lo mejor por el momento era guardar silencio, a ella podría afectarle saber los detalles.
—La volveremos a ver en navidad como siempre —sigue diciendo la señora Jayce mientras que el señor Owen observa a su sobrina imperturbable.
—Se lo prometí al tío Owen hace unas horas — responde.
El intercambio de miradas que se brindan causa intriga. Las pocas veces que lo he visto verla hay solo ternura, la que le dirige hoy está cargada de resentimiento y hasta odio.
—Es lo mejor, lo he hablado con Audrey y Aaliyah —su respuesta es tosca y al mirar hacia nosotros se suaviza al ver a su hija —llegaran tarde a…
—¿A..? —pregunta ansiosa.
—Buen intento cielo. —todos reímos la ver su rostro decepcionado al recibir el abrazo de su padre —diviértete mucho.
La despedida de su prima fue cortes, mientras Charlotte intentó abrazarla ella le interrumpió estirando la mano. Aquel gesto quedó expuesto a la vista de todos y causó en los padres de Charly molestia.
—¿Nos vamos? —le pregunto cuando vuelve a verme tras ser rechazada por su prima y afirma.
¿A dónde? A Piamonte a la boda de Alessandro y el anuncio de su puesto a cargo de la empresa familiar. ¿Qué mejor lugar para anunciar al mundo mi compromiso?
Mil gracias por tanto cariño a esta saga, aun no me la creo.
Son los mejores lectores, un aplauso para ustedes.
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