Capítulo 15
Hoy le daban de alta a Charlotte. Seguirá su recuperación en casa, para eso, Won le dio treinta y dos días de incapacidad, con la probabilidad de expandirse si lo requiere. Aún no hay noticias de cómo llegó ese medicamento a su bolsa. El caso fue tomado por la policía quien hasta el momento no ha encontrado mayor cosa.
No supe cuando me acostumbré a ella, pero no podía dar un paso sin tener bajar a verla y preguntar dónde estaba esto o aquello. “Son excusas Matthew, solo quieres verla”. Susurra una voz interior y gruño molesto, por ese pensamiento. Lanzo los documentos al escritorio y observo el caos a mi alrededor.
"¿Qué estaba haciendo?" Pienso al quedar mi mente en blanco.
"¡La demanda Denton!” Recuerdo rápidamente.
Interpuesta por un supuesto nativo americano y digo "supuesto", porque sólo basta verlo para darse cuenta de que no lo es. Sus facciones eran tan latinos como su nombre, José Luis. Son sus apellidos los únicos que lo asociaba a sus posibles orígenes, Denton Paddock.
José Luis Denton Paddock, pedía una millonaria indemnización de parte de Matthew Frederick D'angelo. Tal cual lo leen, no demanda al hospital por lo que sus abogados llamaron mala praxis, sino a mí. Y no es que yo hubiera tratado a ese desdichado, como puede suponerse.
No. Ese infeliz no lo vi o tuve roces con él.
Lo hacía explícitamente por ser representante legal del hospital. Su querella había avanzado de manera extraordinaria; con todo lo absurdo que era su defensa. Los detalles la conozco por terceros, no porque yo la haya visto o quizás si y no lo recuerdo. Lo cierto es que, en aquella época estaba sumergido en el alcohol, la autocompasión y odio.
El padre de Won era dueño de una firma de abogados. Uno de sus compañeros de equipo escuchó el rumor, de esa manera llegó a mi la noticia ¿Lo malo? Yo no tenia idea de lo que estaba sucediendo.
Tuve que bajar a la zona de archivos y solicitar la historia clínica de Denton. Con esos documentos en mis manos, me dispuse a buscar la supuesta demanda.
Sin resultado positivos de momento.
—¿La encontraste? —pregunta Won entrando a mi oficina y niego —sería un verdadero milagro que lo hicieras en medio de ese caos.
Guardo silencio, recogiendo cada una de las carpetas y leyéndola antes de apilar. No recuerdo haber tropezado con esa demanda en particular, no figura en ninguna de las que Charlotte estudió o yo llevé a casa.
—No está. —concluyó una vez que he recogido todo los folios.
—¿Has buscado en el de ella? —sugiere señalando la puerta abierta y niego. —quizás estaba trabajando en ello. Debiste buscar un reemplazo...
—¡No! —me apresuró a decir haciéndolo a un lado y ganándome sus burlas. —me ha costado adaptarme a ella. No estoy dispuesto a pasar por el mismo tormento.
—Un hombre que se acostumbre a una mujer de la manera que tu lo haces con tu asistente, tiene dos opciones. Matrimonio o muerte. —me muestra dos dedos que mueve de manera rítmica y le ignoro.
—No me jodas Won, que no estoy de humor. —escucho su sonrisa mientras me siento en el escritorio de Charlie y lo observo antes de empezar a rebuscar.
Tan distinto al mío, muy a pesar de que ella no ha ido en quince días. Es poseedora del don de ubicar las cosas en sitios obvios, bastante lógicos que te facilitan la búsqueda.
—Si lo estudió y vio que era importante me lo hubiera dado —razonó en voz alta.
—Solo si hubiese tenido la oportunidad...
Mis ojos se detienen en la única hoja en mal lugar encima del escritorio. Sonrío ante los dibujos en forma de corazones de diversos tamaños plasmados en ella. Un corazón con rostro enojado y varios felices a su alrededor, una escoba y un ataúd. Es casi que nuestras discusiones, pero en dibujitos infantiles.
—¿Frederick? —me llama Won y suelto el aire —haré unas llamadas, quizás papá pueda darme el nombre de la firma de los abogados que representa a ese hombre.
—Seguiré buscando aquí. —manifiesto distraído.
Lo escucho alejarse con su risa al hacerlo y no respondo a esas palabras burlas. Es la manera más razonable de lidiar con Won. Es un excelente colega y amigo. No puedo olvidar que fue el que tomó la vocería para hablar con mi padre y hacer aquella carta de renuncia colectiva.
Le debo a Won mi carrera y la reconciliación con mi familia. Si no hubiera insistido en aquellas renuncias, me hubiera consumido en el alcohol.
Abro el primer cajón encontrándome con una solitaria carpeta. Tiene un post it, amarillo y en una caligrafía perfecta la frase "jefe. Tomar como prioridad". No hay notas realizadas por ella o las conclusiones que acostumbra. En búsqueda de ellas me reclino en la silla y empiezo a leer.
Paciente que entró con trauma en pierna y brazo derecho ocasionado por accidente automovilístico. Escrito en lápiz en letra de Charlotte la leyenda "Ver el reporte policial." Rastros de cocaína en sangre y alcohol, a su lado “historial clínico, hospital center. Anexo.
Charly no hizo las conclusiones, pueda que por lo extenso de lo que encontró, pero hizo notas en cada uno de los puntos.
La demanda tenía varios puntos, uno de ellos fue un medicamento que le fue suministrado y al que aseguró ser alérgico. Producto de ello estaba sufriendo de problemas respiratorios, y sujeto a una bala de oxígeno.
El otro punto era la amputación de los dedos corazón y anular de su mano derecha. Esa cirugía fue una de las tantas que el hospital le realizó. Solo llevaba consigo un pase de conducción (Vencido), pero estaba aún dentro del periodo de gracia.
Contrató a otro cirujano que asegura no era necesario esa cirugía. Sin embargo, el nulo flujo de sangre, la infección que trajo y que le fue imposible controlar, decían otra cosa.
El dinero requerido se debía a que no podría conducir (lo que debería ser un alivio para conductores y peatón), era chofer de una empresa de transporte desde hace quince años.
Asi las cosas, el caso se había aclarado con los detalles que tengo ante mí. El hombre llega accidentado, con rastros de heroína suficientes para una sobredosis y alcohol en la sangre. Sin querer dar datos de su familia o a alguien a quien llamar.
Resumen, poco tiempo y una vida que podría perderse.
El cirujano que lo trató se las jugó todas por salvar una vida y el pago que recibía era esto. Inició no pagando la deuda alegando que no dar autorización para ser traído a este hospital, tampoco procedimientos tan costosos.
Leyendo todo el reporte, me encuentro con que una de las bases de la demanda puede tener peso. La del medicamento suministrado. En todo lo demás se rige según las condiciones y urgencia del momento.
Solo eso tiene para joderme la vida y no es me moleste entregarle dinero, el acto abrirá una puerta para que todos quieran hacer lo mismo.
Me dirijo a la última página. Encuentro partes del reporte policial del accidente, busco dentro de los cajones, pero no hay nada.
—Aquí falta documento —comento en voz alta.
Observo la hora de impresión en la única hoja del reporte que encuentro y me sorprende lo que leo. Salgo en búsqueda de los que hay en mi escritorio, tomo uno al azar y tiene una hora parecida. Sigo viendo el resto de las que le anexo historial criminal o reporte policial.
—Charly —susurro sentándome de golpe en la silla con la realidad explotando en mi rostro.
La gran mayoría estaban entre las seis y ocho de mañana, Charlotte llegaba tarde en la Gran mayoría de las veces. Era los constantes pleitos entre los dos, al preguntarle los motivos siempre respondía con algún excusa que me hacía reír y olvidada el motivo de nuestra disputa.
Tengo en mis manos la verdadera razón de sus llegadas tardes. Antes de entrar a trabajar pasaba por las estaciones de policía y solicitaba esos registros. De que método se valía para que se los entregarán, no tenía idea. Había que aceptar no había otra mejor que ella para trabajar a mi lado.
Un toque leve en la puerta me hace responder.
—¡Adelante! —solicito a quien sea está tocando y consciente que la puerta está abierta.
—Me han dicho que te has mudado prácticamente a este lugar.
Sonrió alzando la mirada y topándome con la de mi hermana menor. Con siete meses de embarazo y un matrimonio que se fortalece día tras día. Emma luce más segura, madura y hermosa.
—El embarazo te sienta de maravillas ¿Ya te lo han dicho?
Guardo el documento en mi maletín avanzado hacia ella que me mira sonriente. Alexis es un suertudo por tenerla a su lado y no es porque sea mi hermana.
Aunque sí.
—Todos los días —comenta de buen humor. —¿Cómo puedes trabajar con tanto desorden?
—Jamás lo entenderías. — sonríe viendo todo a su alrededor con horror.
Se le notan las ganas de ayuda y organizar. La tomo de las manos ante el miedo que acabe por materializarse aquel pensamiento. Que llegue a feliz termino ese embarazo es el sueño de todos.
—¿A qué se debe tamaño honor? —pregunto tomando el maletín y saliendo con ella hacia los pasillos.
—¿No puedo visitarte?
—Me encanta verte cielo. —me excuso —pero me gusta más cuando me alertas…
—¿Y perderme la vista de tu oficina? —ante mi risa bufa molesta —parece que pasó un huracán…
—Casi, casi —le digo haciéndole un guiño y mostrando mis dedos pulgar e índice con una leve separación.
Suelto su mano y la abrazo mientras llamo al ascensor. Llevan el control de maternidad en la clínica de Marck. No me extraña o molesta, Alexis y ella están en todo el derecho de escoger donde quieren tener a su bebé.
—La casa fue vendida hace una semana —dice al fin cuando estamos dentro de la caja metálica y la abrazo a un más fuerte.
—¿Te despediste de ella? —afirma en silencio apoyando su mejilla en mi pecho —¿Qué tal te fue?
Es difícil entregar un sitio en que has vivido tantas cosas. Yo tuve que vivirlo solo, Aryana firmó el divorcio y siguió con su vida como si nada, después supe por qué.
—Descubrí que ya no soy la mujer que vivió en ese lugar. Le dije adiós a ella y a todo lo malo.
Me alegra saber que ha madurado tanto para saberlo. Saca algo de su bolsa de manos y lo deja en mis manos con solemnidad. Los últimos exámenes de su control.
Ha aceptado el hospital de su cuñado sea el sitio en que dará a luz, pero insiste en traer cualquier examen que le realicen y que yo le asegure todo está bien. En Algunas ocasiones, debo recurrir otro colega, para darle el parte correcto y dejarla tranquila. Esta vez no será necesario. Son los datos del sexo del bebé, las semanas de gestación y la posible fecha del nacimiento.
—Un niño —resumo y sonríe con satisfacción.
—Uno solo y muy grande.
Sus ojos brillantes y la emoción al decirlo son quizás por la culminación de otro sueño. Se abraza de nuevo a mí dejando escapar una lágrima y me place saber que son de felicidad.
—Alexis y yo hemos pensado mucho. —empieza a decir y alza el rostro hacia mí —nos gustaría que tu fueras el padrino.
—Será un placer...
—Y la persona que lo ayude a venir al mundo. —interrumpe y guardo silencio afirmando —¿Por qué no te sorprendió ninguna? —se queja al notar no hay reacción en mí.
—Tenía planeado eso, con o sin tu aprobación. —explico y su sonrisa se amplía.
Guardamos silencio un instante, viendo nuestros reflejo en el espejo. La madurez que ha adquirido fue dolorosa, pero ha logrado superarlo con valentía.
—Mamá y yo estamos realizando la fiesta del baby shower. —siento que su cuerpo se tensa y la alejo un instante —no van a llegar.
Habla de Mauren y Sasha, las únicas de la familia de su esposo que se niegan a perdonar sus errores. Algunos pueden pensar que la preocupación de que nadie llegue es infantil, es quizás el reflejo de sus miedos en la niñez. El no ser querida, ni aceptada por sus compañeros.
—No puedes darlo por hecho...
—Ya se lo advirtieron a la tía Ivanna y ella mamá. —me interrumpe —Es su sobrino y... Duele mucho que lo rechacen así. —la abrazo una vez más viendo el reflejo de ella a través del espejo del ascensor.
Se aprieta a mí con fuerza, controlando las ganas de llorar y retribuyo ese gesto. Lejos de enojarme por ese rechazo, yo busco el lado bueno. Ella estaba dispuesta a dejar el orgullo a un lado por su esposo e hijos. Eso era rescatable y de admirar teniendo en cuenta lo orgullosa que era.
¿En cuando a Sasha y Mauren? Contaban con motivos para estar dolidas y cada uno manejaba el perdón de manera distinta. Era mejor ser sinceras y permanecer lejos a que se acerquen de manera hipócrita. Se tomaran un poco más de tiempo para perdonar (hablo por Sasha), pero acabará por hacerlo y volverán a ser tan o más unidas que antes.
—No lo veas como un rechazo a tu hijo. —empiezo a decir — el bebé no tiene nada que ver en todo esto. Notaras que al nacer ellas cambiaran. Solo que a algunos les cuesta creer que hayas cambiado. Habrá muchos que esperan caigas en errores viejos, eso no debe importate. A la única persona a quien debes no defraudar nunca es a ti misma.
Me atrevo a aconsejar cuando no tengo experiencia en ese tema, pero es mi hermana y eso me hace querer su bienestar. Alza el rostro y se queda viéndome por largos momentos antes de decir.
—Te amo.
Confiesa y me alejo del beso que pretende darme lo que ocasiona se enoje. Da media vuelta queriendo acercarse los controles y aprovecho para abrazarla fuerte.
—Eres una infiel, apuesto a que le dices lo mismo al anormal de tu esposo.
Mi sorpresivo enojo causa en ella una risa fuerte, las puertas se abren en ese instante. La risa de ella causa la curiosidad de todos, en Alexis y Jason que están sentados a un costado y en Charlotte que es llevada de la mano de su padre.
—jefe —me llama alzando las manos.
—¿Quién es?
—Mi asistente —respondo sonriente viéndola a ella caminar hacia nosotros tras decirle algo a su padre.
—Ya me voy —me dice simplemente y mira a Emma —¿Gemelos?
—Uno solo…
—Uno muy grande —decimos ella y yo al tiempo.
Se que esta de descanso y que no debería tocar tema laboral, pero no me gustaría volver a molestarla. Emma nos deja solos y la tomo de las manos ayudándole a llegar hasta su padre.
—Si necesita algo no dude en llamar o enviar mensaje. —comenta y le Sonrío.
—Ya lo hago.
—No me molesta.
—Lo hará a tu padre.
—Pero no a mí y es lo que cuenta.
Detengo mis pasos al llegar a cerca de su familia y me mira inquieta.
—No vas a perder tu trabajo, ni siquiera habrá alguien haciéndote la incapacidad. —le calmo.
Suelta el aire haciendo la señal de la cruz mientras murmura algo que no alcanzo a escuchar y que tampoco lo hubiera entendido de hacerlo en voz alta. Saludo a su padre a quien sigo sin caerle bien, a su prima igual. Salvo a su madre y a Charlotte, los otros dos parecen solo soportarme.
—¿Recuerdas la demanda Denton Paddock? Se que son muchas, pero…
—La de los dos dedos amputados y los problemas respiratorios —me interrumpe —¿Qué hay con ellos?
—La demanda al parecer va en serio —hace un gesto de sorpresa y afirmo —¿Dónde dejaste los anexos? No los encontré en la carpeta.
—Los dejé allí —comenta confundida —lo juro. —sigue diciendo inquieta y tomo sus manos.
—No pasa nada, yo me ocuparé de todo. —la calmo y niega.
—En la computadora hay una carpeta, se llama Demanda civil. —comenta sonriente y algo orgullosa por mi rostro de sorpresa —están organizadas en orden alfabético. Allí encontrara copias de todo lo que encontré.
—Eres genial Charlotte, no mueras nunca…
—Trataré, señor —responde haciéndome un guiño dando un paso hacia sus padres, se detiene un instante y gira hacia mi —¿Sabe que encontré en ellas señor?
—¿Qué?
—Qué el 67% de esas demandas fueron tomadas por la misma firma de abogados, con juristas distintos.
He dejado de admirar su buen desempeño y empiezo a preocuparme ¿Cuándo hizo ella todo esto? Y ¿Por qué no me di cuenta de lo mucho que trabajaba?
—¿Recuerdas que firma es?
— Shearman & Cromwell de Tampa florida. —responde viéndome un instante —¿Estará bien?
Su preocupación me conmueve y afirmo en silencio. Su padre nos mira inquietos y siento la mirada de Emma fija en nosotros.
—¿Y tú? —mira en dirección a su prima y luego a mi antes de responder.
—Trataré —su voz sale casi inaudible y lo que sigue es aún más bajo —mis papás han decidido que ella se quede un tiempo aquí. —me disgusta esa noticia, aun mas su rostro preocupado — Parece que mis tíos criaron un lobo y ahora que no saben convivir con ella, la dejan en medio de las ovejas.
—Llámame en cuanto necesites algo, no importa la hora —le ruego y asiente dando media vuelta con los hombros caídos —¿Charly? —le llamo y se detiene girando hacia mi —¿Lo harás?
—Lo prometo.
Sonríe o por lo menos intenta hacerlo y eso me alivia un poco. Miro directo al motivo de la aprensión de ella y la encuentro con el mentón en alto observándome enojada.
¿Qué le hizo Charlotte para que se ensañe tanto con ella?
—Matthew —Me llama Won y al girar lo que veo en su rostro no me gusta —tengo el nombre de la firma.
— Shearman & Cromwell de Tampa florida. —respondo volviendo la vista a Charly y su rostro al girar a verme una ultima vez me arruga el corazón.
—Aryana Hughes es uno de sus abogados—vuelvo la vista a él y afirma serio.
—¿Representa a Denton?
—Creo que vas a necesitar a tu hermano en esto —aconseja e suspiro —estas demandas son personales viejo…
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