Capítulo XXXIV

"Los ríos más profundos corren con menos ruido"

Curcio

⁎⁎⁎

—No te atreverías a comerte cuatro pedazos —lo reto.

— ¿Ah no? —Eleva una ceja con risa.

—No. —Dije riendo mientras muerdo un pedazo de pizza.

— ¿Por qué? —Agarra un nuevo pedazo de pizza de la caja.

—Número uno, te mantienes en forma —le recordé —; número dos, estoy segura que mañana es probable que pases todo el día en el gimnasio o corriendo por la finca para quitarte de encima la grasa que estás ganando —pone los ojos en blanco —y número tres, nunca te he visto comer comida chatarra y si más lo recuerdo, intentabas convencerme para no comprar una pizza como cena. —Rió mientras tragaba la comida.

— ¿Qué te esperabas? —Dijo luego de estirar los pies para su comodidad. —Te propuse que podía hacer la cena, pero tú querías pizza, y siendo sincero, no quiero que nuestra hija se disponga a escuchar las discusiones de sus padres antes de que nazca —solté una carcajada irónica.

— ¿Seguro que crees que sea niña? —Quise ver su expresión.

—Cien por ciento seguro —dijo con mucha seguridad.

— ¿Qué tal si es un niño? —Me acomode en el respaldo del sofá.

—Sabes que supiéramos la respuesta si no fueras muy testaruda en querer que sea una sorpresa. —Protesto.

—Lo sé, pero como su madre creo que será niño. —Intente convencerlo, pero también es muy testarudo para aceptar mis palabras.

Llevamos como dos horas hablando, comiendo, poniéndonos retos y haciéndonos bromas que no tengo duda que, si él intentara que nos diéramos una oportunidad, está sería una cita perfecta, pero para mí mala suerte no es así; ya que a pesar que después de nuestro último beso fue como haber cerrado una promesa que es demasiado frágil para no romper, empiezo a creer que algún momento de nuevo podemos caer en la tentación.

Sin embargo, también está la parte de que si no es él, soy yo quien parece ignorar lo que sucedió en Atenas, a punto de decir que "lo que sucedió en Grecia, se queda en Grecia"; por lo que ya no se ha tocado el tema y mucho menos hemos tratado de romper la cercanía que tenemos porque parecemos dos par de amigos que parecen haber entrado a la Friendzone después de ser rechazados por la persona que les gusta.

No obstante, por una parte, podría darle la razón a Demian si ambos no estuviéramos tan confundidos. Sé que lo que sucedió hace dos semanas fue caótico que sería imposible olvidarlo como si tuviera una pérdida de memoria, pero en sí, tiene razón; a veces es mejor intentar se amigos que enamorarte de esa persona, porque no sabes cuán dañada podrá terminar la relación a punto que hasta el lazo de amistad termine, además, por acuerdo mutuo creo que nos saldría mejor ser ese tipo de padres que se llevan bien a pesar que estén separados y todo para darle un buen hogar a nuestro futuro bebé. Sé que no es la mejor decisión que hemos tomado, pero, al menos me da tiempo para pensar y reflexionar sobre lo que quiero para mí y qué será lo mejor para el bebé.

Podría tener como conclusión que Demian también se siente confundido, y ¿cómo no debería estarlo? Si llevaba nueve años sin estar con una mujer y por supuesto, que a esta la terminara besando y teniendo sexo; ya le era difícil tener que acoplarse a la idea de que tendré un bebé de su sangre para ahora tener que experimentar de nuevo lo que es tener a una mujer en su cama, no es que fuese fácil solucionar las cosas o tener la respuesta en la mano, simplemente, Demian ya tenía un propósito en su vida y que todo su panorama haya cambiado luego de haberse adaptado a ser un hombre viudo y con la idea de haber pensado que tenía un hijo que al final no fue suyo, es lo que ha provocado que ahora tenga que ir a pasos lentos pero significativos lo que de nuevo es volver a sentir y vivir.

—Sabes que ni siquiera podemos preparar la habitación porque tenemos que ser cuidadosos con los detalles neutros —me reprende.

—Ya te dije que será un niño —lo desafíe.

— ¿Por qué quieres un niño? —Pregunta.

—Y tú, ¿por qué quieres una niña? —Ambos nos miramos al mismo tiempo.

Creo que ese tema ha sido uno de los más controversiales entre nosotros, hasta el momento, no dejamos de decirnos el uno al otro sobre el sexo del bebé, como entre ello, todo lo que le respecta con sus cosas, su ropa y aunque quizás también su futuro a pesar que está un poco fuera de serie por el momento porque una vez que nazca mi hijo o hija, tengo por seguro que haré todo lo posible para estar dentro de su vida antes que se vuelva un adolescente y me quiera apartar de sus propios asuntos personales.

—La verdad, no importa. Sea niño o niña, será nuestro bebé y eso no cambiará nada entre el amor que le tendremos y los valores que le fomentaremos. —Al fin, estamos de acuerdo en algo.

Podría decir que Demian no es de las personas que les gusta seguir discutiendo y dándole vueltas al mismo asunto, más cuando sabe que no daré a torcer mi brazo para darle la razón; por lo menos eso es lo bueno con él, ya que a pesar que tengamos diferencias, por el momento no hemos tenido un problema mayor en el que nos distanciemos como al principio que nos conocimos y ambos nos cayó como balde de agua fría la noticia que el bebé que espero es su hijo o hija.

—Lo que, si me pregunto, es sí, ¿ya tienes algún nombre? —Dice antes de beber vino.

—No, aun no. Y ¿tú? —Niega.

—Deberíamos proponer algunos, aunque no sé si querrás que tenga un nombre croata o griego —buena pregunta.

—Creo que prefiero uno griego, quizás llame la atención de sus compañeros de la escuela cuando lo nombren entre la lista de alumnos —ambos reímos.

—Realmente el nombre Danika no es tan usado en Croacia —menciona.

—Te diría lo mismo, pero solo estuve un par de semanas en Grecia, aunque nunca escuche que nombrara a alguien llamado Demian que no fueses tú —me burle.

—Sabes, hablando de nombres, ¿por qué tu panadería se llama Ibaiceta? —Pregunta con interés.

Algo que escucho comúnmente todos los días, bueno, no necesariamente todos, pero si con bastante regularidad cuando el nombre realmente es un apellido vasco.

—Es un apellido vasco. La monja que encontró a mi madre era española entonces le puso ese apellido. —Demian enarca su ceja.

— ¿Cómo que encontró a tu madre? —Intenta comprender mis palabras.

—Mi madre era huérfana. La encontraron debajo de un puente y fue llevada a un orfanato. Nunca la adoptaron no porque nadie quisiera, sino más bien, ella sentía la necesidad de que otros niños fueran adoptados antes que ella —le comente.

— ¿Por eso no tienes muchos parientes? —Hago una mueca.

—Sí —respondo.

— ¿Por qué no la adoptaron? —Me rasque la nariz.

—Porque apenas Croacia se estaba recuperando después de la Segunda Guerra Mundial y para aquel entonces, la prioridad de las personas no era adoptar niños, sino que volver a sacar adelante el país. —Él se asombró con la historia.

Realmente mi mamá nunca estuvo sola a pesar que se crió en un orfanato, ya que tuvo muchos amigos que, aunque varios se iban, otros llegaban. No tengo idea de la fortaleza que tuvo mientras pasaba cada año en ese lugar, ni siquiera se me cruza en la cabeza como ella prefería ayudar a sus amigos a ser adoptados antes que ella fuese la adoptada, realmente mi padre me mencionaba que ella sentía que era necesario ayudar a otros antes que ella, que ese era su propósito y que algún día a ella le tocaría tener la oportunidad de tener una familia.

—Así que, tienes un apellido vasco. —Solté una leve sonrisa.

—Sí, aunque con eso de que me case con Rade solo quedo el de mi padre y el de él. Aunque ya sabes que ahora soy viuda. —Hace una mueca. —Pero volviendo al tema, ¿a qué se debe la pregunta de la panadería? —Cambie de tema.

—Bueno, quizás olvide comentártelo, pero, te he estado ayudando a que tu negocio crezca, aunque sea un poquito —enarqué la ceja —. Pero calma, no es como tú crees —me detiene para no responder si es porque ha aportado dinero —, más bien, he intentado hacerle publicidad a tu panadería para que varias personas vayan a ella. —Me quede con la boca abierta.

Eso fue inesperado, no pensé que él me haya ayudado para que cada día la panadería pueda ir creciendo poco a poco, ahora entiendo porque a veces los clientes mencionaban que el lugar había sido recomendado pensando que habían sido entre otros comensales, pero ahora que veo mejor las cosas, me doy cuenta que, aunque Demian sabe que no me hubiera gustado que me ayudara de forma monetaria, si me dio una mano de otra forma que quizás no sabré agradecérselo.

—Que curioso saber estas cosas —le digo antes de tomar otro trozo de pizza —, pero debo de agradecértelo, a pesar que el negocio acaba de empezar, cada día va creciendo gracias a ese pequeño aporte que has dado. —Le fui sincera.

Encoge los hombros mientras mueve su copa de vino hasta volver a tomar un poco, realmente me sorprende que Demian no sea un hombre de cervezas o de otro tipo de bebida, realmente su preferencia siempre será el vino sin tomar en exceso, pero si con prudencia, quizás sea por la costumbre de vivir rodeado de grandes hectáreas de vinos o simplemente, es su bebida favorita como el café que lo toma en el trabajo. Aunque, no dejo de pensar que pudo haber una pequeña influencia por el alcoholismo que tuvo su hermano y por eso se ha puesto un límite con dicha bebida.

—Siempre me he preguntado si tiene un dios griego favorito —abrió la boca, pero lo pensó muy bien antes de responder.

—Sí lo tengo, pero quiero ver si adivinas —elevé una ceja —pero no me vayas a decir Dionisio que solo por tener cultivos de viñedo no quiera decir que sea mi favorito —cerré la boca porque tenía esa idea.

—Están entre los doce dioses del Olimpo —asiente —, supongo que debe ser hombre, ¿no? —Vuelve a mover la cabeza afirmando mi duda —Tengo la idea de que no es Zeus, ¿estaré en lo correcto? —Rueda los ojos con risa.

— ¿Irás descartando de esa forma todos los dioses que tienes en mente? —Pregunta al burlarse de mi método de saber rápido la respuesta.

—Seguiremos así, si no me das una respuesta. —Parece pensarlo.

—Comienza con "H". —Cruzo los brazos mientras ríe.

¿En serio? A este paso terminaremos llegando a la madrugada, aunque obviamente de los doce dioses del Olimpo que quedan porque su nombre comienza con la inicial "H", solo quedan cuatro, así que por lo menos me he librado de más la mitad, pero aun así está un poco difícil.

— ¿No pudo ser uno con otra inicial? —Encogió los hombros.

—Vamos, inténtalo —a recuesto unos minutos mi cabeza en el asiento del sofá para pensarlo bien.

—Lo diré, pero a ver si tengo suerte porque era el dios preferido de mi padre. —Lo miro.

—Escucho —dijo atento.

— ¿Hades? —Escuche su gruñido de derrota. — ¿Es ese? —Asiente. — ¡Adivine! —Aplaudí como una pequeña niña.

—Eso fue por suerte. —Me reclama.

—Por eso te dije que a ver si respondía con suerte. —Hago un gesto de forma presumida.

No hubiera pensado que mi padre y Demian coincidían con el mismo dios griego, al menos no fue necesario mencionar a Hefestos, Hermes y Heracles quienes son los principales de toda la mitología griega, de todas formas, creería que Hades a pesar que es categorizado como el villano entre todos los dioses griego—el cual no es así—, al final tengo la tendencia de pensar que fue el menos tuvo relaciones sexuales con medio Olimpo y por supuesto con media tierra de mortales, añadiendo que, es él que cumplía mejor sus obligaciones o su papel en el inframundo, como también, cumplía con su trabajo a pesar que casi le causa la muerte a muchos mortales luego de haberse comprometido con Perséfone.

— ¿Alguna vez Zeus fue romántico? Porque con la reputación que tiene se gana la medalla de oro siendo el mejor infiel de toda la época antigua y actual —Demian suelta una carcajada.

—Bueno, hay una historia que podemos decir que es de mis favoritas, tomando en cuenta que es la más sincera que se sabe de él. —Lo escuchó con atención.

—Entonces, ¿qué esperas a contarla? —Suspira cuando lo empujo con mi hombro.

"El gran rey de los ciclos, el muy poderoso Zeus estaba realmente enamorado y buscaba en todo momento la ocasión de encontrarse con su amada Sémele, esa tarde como prueba de su afecto, le juró amor eterno en un paraje del río Estigia y realizó con sus perfumadas aguas una significativa y mágica ceremonia. Escribió en la arena de la playa una declaración en la que decía que a partir de ese momento no existiría ninguna otra mujer para él y que siempre satisfacería todos sus deseos y cubrió de lirios la sentencia, como símbolo de amor para su dorada princesa".

— ¿Sería verdad o es que su labia logró conquistar a Sémele? —Le pregunte.

—En la historia se sabe que él la amo, sin embargo, Hera supo de su romance, como también del embarazo, así que engaño con facilidad a Sémele haciendo que esta se destruyera por sí sola con un rayo de Zeus y lo único que quedo de ella fue un embrión —me asombre —de ese fruto de amor de Zeus y Sémele nació Dionisio. —Ahora quede más impactada.

—Eso fue inesperado. —Soltó una risa al ver mi rostro sorprendido.

—Sí, aunque en otra teoría de la historia Perséfone era su madre, pero en sí, la historia concuerda más con Sémele. —Especifico la raíz de la historia.

Se puede decir que la mitología griega es uno de mis temas favoritos en la literatura antigua, pero escucharla de un propio griego que sabe mejor su propia cultura y cualquier tipo de reseña histórica lo hace sentir mejor.

— ¿Cómo conquisto a Zeus? —Le pregunte.

—Se dice que Sémele era muy entregada a él, siempre que estaban juntos, ella lo esperaba a él desnuda, se cubría de flores, se perfumaba con perfume de jazmín y siempre se adornaba con diademas de esmeralda. —Respondió.

Increíblemente, aunque el romance estuviera un poco sumergido en la historia, veo que la conclusión siempre da para el sexo, aun así, pudo haber otro tipo de esperanza por la cual Zeus se enamoró de Sémele, ya que conquistar el corazón del dios del Olimpo tuvo que haber sido un gran reto entre las otras diosas que había, añadiendo de criaturas mágicas como las ninfas y sin dudarlo, de las mortales.

Podríamos decir que la esperanza de conquistar a un hombre mujeriego y frío de sentimientos es probable, ya que aunque Zeus sea parte de una historia de mitología griega en la que se desconoce realmente de su existencia al ser un dios, cabe de recalcar que siempre existe las posibilidades de hacer que cualquier hombre pueda terminar amando a una mujer sin importar sus antecedentes de romances tóxicos o relaciones casuales que haya tenido durante mucho tiempo; sin embargo en esta ocasión Demian es diferente, ya que aunque se muestre amable y respetuoso, también solo ha estado con una mujer en toda su vida que no tengo duda de que sea así y no me haya mentido.

Antes de poder seguir conversando, escuchamos como su celular que está encima de la mesa de madera empieza a sonar, así que Demian quien no desatiende llamadas que para él suele ser importantes, no tarda en observar la pantalla del dispositivo para levantarse del suelo y pronto responder, a lo que mientras habla se aleja un poco de mí, como a su vez, no deja de verme como si pretendiera descubrir que si soy capaz de escuchar las palabras que le dirá al emisor de la llamada.

Cuando se marcha para quedarse en el portal, solo escucho sus murmullos, así que, dejando de ponerle atención, empiezo a pellizcar la pizza quitándole varias aceitunas, peperoni y trozos de carne. Realmente tengo la curiosidad de saber quién le puede estar llamando ahora mismo, ya que dudaría que fuese algún tipo de noticia de su trabajo cuando es sábado por la noche y reconozco que sus empleados no harán más que dormir o irse de fiesta antes que llegue el lunes nuevamente.

Me chupo los dedos luego de ver como corta la llamada para acercarse a mí, la llamada parece haberle acogido muy bien porque trae una enorme sonrisa que no cualquier cosa podría habérsela quitado, así que sentándose a mi lado parece que tiene como misión, llegar a compartirla conmigo ya que en otra ocasión pudo haberse reservado la emoción para disfrutarla con alguien más.

—Adivina. —Empieza a decir.

—Veo que te gustan las adivinanzas —se ríe al ver que soy mala en eso.

—Encontraron a Vesna Galić —di un pequeño salto al escuchar el nombre de mi futura testigo para el caso.

— ¿Qué? ¿Dónde? —Le pedí respuesta inmediata.

Con los últimos días ya empezaba a perder la esperanza de que encontraran a la chica que al parecer Tomislav también le hizo daño como me lo mencionó Marinella, realmente creí que sería imposible que apareciera cuando el investigador privado de Demian no daba noticias o no se obtenía una nueva actualización, realmente solo quedan dos días más para que se reintegre nuevamente la demanda y podamos conocer el veredicto del juez.

—Está en Omiš. El investigador se le dificulto encontrarla debido a que se cambió su nombre por Kata Kralj. —Mencionó.

—Dios, tenemos que ir mañana a Omiš para saber si puede ayudarme al ser mi testigo —digo ansiosa.

—Partiremos temprano, creo que sería bueno que intentes hablar con ella de forma tranquila sin darle muchos detalles de su pasado, porque Ante me ha mencionado que tiene un historial de histeria que está tratando de conllevarlo, ya que si no me equivoco pudo haber sido por lo que le hizo Tomislav —me explicó.

— ¿Crees que ella quiera participar? Algunos testigos por miedo no lo hacen y no tengo duda que Tomislav la pudo haber amenazado para callar. —Digo con miedo a que toda esta investigación haya fallado al final.

—No te quiero ilusionar, pero tampoco arrebatarte tus esperanzas, de alguna u otra forma sé que podrás convencerla. —Me dio apoyo mientras pensaba en todas las posibilidades que puede haber mañana.

Sinceramente no quisiera preocuparme a que ella se niegue a participar, pero solo ella puede ser la única que me abra la puerta para solucionar todos los problemas que me ha dado Tomislav en todo este tiempo, a fin de que empiece a pagar sus propias consecuencias y entre ellas, el daño que le hizo a esa chica y por supuesto a mí.

—Gracias por el apoyo Demian. —Le digo con una sonrisa y un beso en su mejilla.

Mierda, como poder tolerar no dárselo en los labios.

(...)

Llevamos cuatro horas de viaje desde Zagreb hasta Omiš, mi mala suerte es que en todo el camino me he sentido nerviosa y tensa por lo que pueda llegar a suceder, porque la situación no se volverá nada fácil cuando le tenga que recordar a ella lo que sucedió hace dos años en la casa de mi tía y de Franjo, no tengo idea de la razón por la que Tomislav fue capaz de dañarla y más, en haber dejado a mi prima encerrada en su habitación dejando que escuchara todo lo que pasaba en el cuarto de al lado.

Sinceramente hubiera querido evitarle ese recuerdo a Marinella y sin dudarlo, el sufrimiento por el que paso Vesna. Por una parte, me siento culpable de no haber proseguido con mi primera denuncia, pero por otra, me hierve la sangre en saber que para aquel entonces nadie creyó en totalidad mi versión logrando que Tomislav quedará libre; no sé si algún momento él fue capaz de dañar física y psicológicamente a otras chicas, pero con sólo pensarlo, la piel se me eriza y no tengo duda que siento un hueco en el estómago al pensar que esas mujeres no tuvieron la misma suerte que yo en poder haber escapado.

Demian termina por entrar a un callejón en donde hay pequeñas casas, Omiš la considero también como una ciudad preciosa de Croacia, es pequeña, pero tiene una gran gama de turismo por su playa, ríos, acantilados y bosques, los cuales sin dudarlo son increíbles y más al ver el pueblo en una gran altura. Realmente está muy separada de la ciudad y sin dudarlo es tranquila, algo que cualquier persona preferiría si desea pasar un tiempo relajado y sin tanta molestia o ruido proveniente de las calles repletas de autos y personas.

Apenas Demian estaciona el auto cuando nos quedamos en frente de la casa en donde se supone que reside Vesna, espero que se encuentre en ella sino nos tocará esperar, lo cual no creo que sea agradable cuando no soy fanática de quedarme sentada por mucho tiempo. Tomo una enorme bocanada de aire para darme el suficiente valor y valentía de caminar hasta aquel lugar en donde no sé qué tipo de persona me encontraré luego de explicarle los motivos de mi visita, esperando que no me encuentre con una reacción de crisis nerviosa.

—Bien, aquí vamos. —Digo antes de abrir la puerta del auto.

—Suerte diosa. —Demian deja un beso en mi frente.

—Gracias. —Le sonrío antes de emprender camino.

Salgo del auto para empezar a caminar en dirección de la casa en donde ni siquiera me tardo cinco minutos en llegar, apenas toco la puerta de madera para escuchar unos pasos, pero al ver por la ventana, alguien deja de asomarse a esta para ver ese típico movimiento de las cortinas. Juego con mis dedos y empiezo a tener esa sensación de miedo por si no me quiere abrir o al final se niega a hablar conmigo, la verdad es que debería comprenderla porque siendo mujer, esto no es nada fácil y mucho menos tener que compartir su historia con alguien cercano a Tomislav.

Escucho el crujido de la puerta para luego ver cómo alguien la abre dejándome ver solo un tercio de su rostro que intenta esconder entre la madera de la puerta.

— ¿Qué desea? —Pregunta de forma hostil.

— ¿Vesna Galić? —Ella se sorprende e intenta empujar la puerta para cerrarla, pero tomo impulso rápido para que no lo haga.

— ¡Fuera de aquí! —Grita.

—Por favor, sólo deme un momento para explicarle mi visita —digo antes que cierre la puerta en mi cara.

—Quien me reconozca con ese nombre no es bienvenido en mi casa. —Sigue empujando la puerta.

—Por favor, sólo escúcheme. —Le suplico.

Sin embargo, su fuerza es mayor cuando termina por dar un enorme empujón a la puerta hasta que termina por cerrarla en mi cara logrando que me sostenga de la pared para no caer; escucho como alguien abre una puerta logrando que mire hacia atrás y vea a Demian salir de su auto, pero lo detengo rápido para que no se acerque, ya que no sabemos si Vesna le tiene pánico o repulsión el género masculino.

Demian disgustado, vuelve a entrar al auto para no interrumpir el plan que tengo. La verdad es que no estoy lo suficientemente capacitada para hablar de forma tranquila y más con un embarazo de seis meses en donde ya entrare al último ciclo en donde volveré a tener mis cambios de ánimo.

—Lo siento, debí de avisarle que llegaría... —empiezo a disculparme por la visita inesperada —pero necesito su ayuda, sólo usted podrá salvarme de un rollo en que me he metido y estoy en la cuerda floja si alguien no me apoya con mi testimonio. —Ella no abrió la puerta, pero sé que está ahí. —Deme solo un momento de su tiempo y si quiere después puede volverme a echar de su hogar. —No vi respuestas.

Espere diez minutos aproximadamente, parada en frente de la puerta esperando una respuesta, pero no la hubo, estuve a punto de desistir si no hubiera sido porque insistí o, mejor dicho, suplique casi de rodillas que intentara escucharme; cuando estuve a punto de irme para dar por hecho que ella no me diría ni una sola palabra, la puerta se abrió y la mitad de su cuerpo salió logrando que por fin ambas, nos diéramos una mirada.

—Sé quién eres —susurró —, eres Danika Blažević. —Hizo una pausa. —Tomislav siempre hablaba de ti.

Eso fue un buen comienzo, al menos para reconocer que Marinella no estaba equivocada en haber reconocido a la mujer que su medio hermano había violado.

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Continuará...

Yeih, en el próximo capítulo llega la continuación del caso, veremos si Vesna decide ser la testigo de nuestra prota, también cómo le irá a Danika en está segunda parte de su demanda y por supuesto, qué sentencia toma el juez con los actos cometidos por Tomislav.

¿Están emocionados/as? ¡Porque yo sí!

Así que esperenlo en el próximo capítulo!

Isabel Moz

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