Capítulo XXXIII 🔞
Bueno, como podrán ver el emoji del título 👆🏼 se viene una escena para +18, sin embargo, será su decisión o no, querer leer el capítulo. Realmente no es que estará completamente compuesto de eso, sino que será algo breve pero como les hago mención, será su decisión 😌 Así que, sin más que decir, continuemos...
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"La amistad siempre es provechosa; el amor a veces hiere"
Séneca
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Luego de la navidad, pase tres días conviviendo con Cassandra, Sapphire, la señora Dionne y las sobrinas de Demian; ellas mayormente me enseñaron solo una parte de Grecia que fue absolutamente preciosa, yendo de ciudad en ciudad, viendo monumentos, plazas, playas, teatros antiguos y bibliotecas; todo aquello fue absolutamente fantástico porque es como volver a los tiempos de Grecia Antigua para sentir ese ambiente y por supuesto, como la cultura florece con las reliquias que han quedado con el tiempo; eso me provoco una sensación gloriosa porque nunca creí ver aquello, sin embargo, cuando llego el momento de regresar a Atenas las cosas inusualmente cambiaron en un solo parpadeo.
Después del beso inesperado que Demian y yo nos dimos, no pensé que nuestra relación se viera complicada; se ha mantenido callado, pensativo y un poco distante que tengo miedo que haya hecho lo incorrecto con él en ese momento. El impulso llego por si solo, pero la verdad es que me hace sentir confundida cuando creí ver que él también lo disfruto, aunque sea una milésima de segundo, pero empiezo a retractarme de ello.
Solo quedan dos días para volver a Tolo para la fiesta de fin de año y no he recibido más que un "buenos días" de él a no ser que me consulte algo o pregunte por el bebé, de cierta forma debería respetar su espacio, pero actuar de esta forma conmigo ha empezado a que me sienta mal a punto de que por las noches me frustro al creer que he echado todo a perder.
Y esta, es una de esas veces...
Me doy la vuelta en la cama para darme cuenta que me es imposible quedarme dormida, ya llevo un par de horas girando en la cama sin saber que hacer además de contar ovejas, leer y por supuesto, ver alguna película que me ocasione aburrimiento para poder quedarme dormida, sin embargo, parece que está vez he conseguido tener insomnio porque ni siquiera soy capaz de pegar el ojo con rapidez.
Me levanto de la cama y por un momento me acerco a la puerta que da al jardín para darme cuenta como el cielo se encuentra lleno de estrellas que iluminan cada parte azul negra del lugar, la noche es cálida que doy gracias que el vestido que llevo logra que pueda sentirme cómoda y a la vez, que no me dé calor. Necesito conseguir una forma de como dormirme, pero a estas alturas siento que al final terminare por caer con mucho sueño a plena madrugada. A pesar que fue un día lleno de sorpresas, ni con eso pude conseguir tener el cansancio suficiente para quedarme profundamente dormida como otras veces.
Camino hacia la otra puerta para salir de la habitación e ir en dirección a la cocina, necesito un vaso de agua para calmar mi sed, mala suerte que unas pastillas para no dormir no pueda tomarlas ahorita ya que no puedo correr el riesgo de que puedan dañar al bebé. El piso se encuentra frío mientras que la casa está en pleno apogeo de silencio y oscuridad, apenas llego a la cocina cuando me sirvo un vaso de agua helada de una jarra que se encontraba en la nevera, apenas empiezo a tomar agua cuando escucho unos pasos acercarse, cruzo los dedos para que no sea nadie, pero pronto Demian aparece en el portal.
Ambos nos sorprendemos en vernos que a él se le quita el sueño al ver que estoy en la cocina, mientras que yo, intento no seguir observando su pecho descubierto. Quito la mirada y ambos no decimos ni una palabra, simplemente él también ha venido por un vaso de agua, pero por extraño que se diga, siento como me observa; estoy a punto de preguntarle porque me ve tanto cuando me doy cuenta que solo estoy usando un vestido de encaje color negro, en el que se puede ver mi piel expuesta y del cual solo llevo las braguitas puestas luego de que al suponer que me quedaría dormida, me quite el sujetador.
Sorprendida, intento darme la vuelta sigiliosamente. Debí de haberme puesto un albornoz, pero no pensé que Demian aparecería a medianoche, cierro los ojos y maldigo en mi mente sabiendo que le estoy mostrando un espectáculo. Intentaría correr, pero mis pies me impiden que haga dicha cosa, así que será mejor salir de aquel lugar como si nada hubiera pasado.
Mis mejillas arden como también mis orejas, camino hacia la salida de la cocina, pero en el momento en que paso a su lado siento como su mano se posiciona en mi brazo haciendo que me detenga; el corazón me empieza a palpitar cada vez más rápido que no sé si debería quedarme o tomar de una sola vez la idea de salir huyendo. Sin embargo, mis pies se han quedado pegados en el piso que solo me queda cerrar los ojos más cuando siento como Demian se acerca más a mí mientras pasa sus manos desde mis hombros hasta las muñecas de mis manos.
Mi boca se queda entre abierta cuando retira mi cabello de un lado de mi cuello para sentir sus labios tocar ese lugar que provoca que mi piel se erice, de forma inconsciente muevo mi cabeza a un lado dándole la libertad que pueda seguir besando. Me relamo los labios y me los muerdo cuando una de sus manos va directo a mi pierna mientras que la otra toma mi cintura; abro más la boca y empiezo a respirar por ella cuando sube sus labios y termina por agarrar el lóbulo de mi oreja dejando un mordisco que me hace gemir.
Mientras me sigue tentando con besos y mordiscos en mi cuello, mi espalda se apoya en su pecho, mis piernas empiezan a temblar como tengo que hacer puños con mis manos con aquella sensación increíble, no obstante, me siento fuera de serie en aquel momento que sin preguntárselo, me doy la vuelta para vernos cara a cara, a pesar de la diferencia de altura, aún soy capaz de poder ponerme de puntillas, agarrar su rostro y besarlo, pero, en vez de que eso suceda, paso mi mano por su pecho tocando unos pequeños cabellos apenas visibles que se enredan entre mis dedos para luego ir bajando la mano mientras toco su abdomen y termino hasta su ombligo, me muerdo el labio pero siento como uno de sus dedos hace que me lo suelte.
Vuelvo a verlo a los ojos y siento una chispa de deseo en ellos, así que, evocando la tentación y el placer, rozo mis labios contra los suyos mientras mis manos juguetean con su cuerpo, veo que abre un poco la boca para esperar que sea la primera que lo bese, pero eso no sucede, por lo que dejándolo impaciente y tentándolo el tiempo necesario, siento como de forma inesperada, me alza y pronto quedamos contra la pared, enrolló mis piernas en sus caderas y siento como su aliento choca con el mío. Pongo mis manos alrededor de su cuello logrando que pronto sienta la presión de sus labios contra los míos llegar.
El beso se vuelve demasiado apasionado que no quiero que se detenga, sus dientes le dan un mordisco a mi labio inferior hasta volver a tomarlos con tanta fuerza y desesperación como si hace un buen tiempo se hubiera resistido a hacer esto. Alzo mi cabeza hacia arriba para sentir como besa mi barbilla para luego sentir su lengua dejar una lamida en mi cuello hasta empezar a besarlo.
—Demian...
Gimo su nombre y me aprieto más a su cuerpo cuando una de sus manos empieza a tocar mi pecho, percibo el cosquilleo de mis piernas aproximarse en el momento en que empiezo a derretirme ante las majestuosas sensaciones que me hace sentir.
—Por favor... —Le suplico. —Te deseo.
Se detiene logrando que un miedo invada mi cuerpo por haber dicho esas palabras, me asusta pensar que todo ha terminado, pero su reacción me hace cambiar de idea cuando hace que ponga los pies en el piso para tomar mi mano y llevarme a las escaleras e ir al segundo piso.
No tardamos mucho en llegar cuando abre una puerta y sin dudarlo sé que se trata de su habitación, es enorme y espaciosa, añadiendo su olor varonil que se ha esparcido por todo el lugar dejando su marca.
Apenas me queda tiempo de observar cuando al solo cerrar la puerta, se acerca a mí para besarme, lo abrazo e intento acercarlo más a mí, pero mi barriga lo impide, así que simplemente nos acoplamos a lo que podemos. Sus besos bajan a mi clavícula y pronto por encima de la tela de encaje muerde mi pezón izquierdo haciendo que grite su nombre y mis uñas se claven en su espalda. Eso fue tan inesperado y explosivo que sentí la necesidad que lo volviera a hacer.
Se detiene unos minutos mientras acaricia mis pechos por encima del vestido, nunca en mi vida me hubiera imaginado sentirme tan sexy solo con un vestido de encaje que revela mi piel y más con unas braguitas que sinceramente ya me están causando una molestia.
Sus manos agarran los laterales del vestido y empieza a subirlo hasta quitarlo para lanzarlo a un lado de la habitación, quedando casi totalmente desnuda. Con vergüenza, le doy una mirada mientras me observa con tanto cuidado como si pensara que el momento se podría estropear, nuevamente mis mejillas arden como mis orejas también; pero no me alcanza el tiempo de cubrirme mis senos cuando sus manos los cubren y empieza a propiciarles caricias que me hacen temblar.
—Eres hermosa, mierda, toda una diosa. —Maldice.
Ya no es suficiente tener que respirar con la nariz cuando la boca es la siguiente para darme ese aliento de no desmayarme; mis pezones se ponen erectos a punto de que cuando Demian los tocan estoy a punto de correrme al sentirme sensible; sin embargo, cuando su boca toma uno de ellos y empieza a chuparlo de forma lenta, no me queda de otra que juntar y apretar mis piernas al sentir la próxima llegada de un orgasmo.
Muerdo cada vez más duro mi labio inferior mientras una de mis manos entra en su cabello y la otra sujeta su brazo; el momento me parece tan ansioso y placentero que me he cohibido a tocarlo, apenas puedo percibir todas las sensaciones que nuevamente clavo mis uñas en su brazo y dejo ir un gemido cuando su mano ya ha entrado en mis bragas y ha deslizado un dedo dentro de mí.
—Demian... Oh...
Me aferro a su cuerpo, a la sensación de su boca pasar por ambos pechos y por supuesto, al sentir como mi interior empieza a abrirse para él por medio de sus dedos. Cierro los ojos y dejo ir un grito no muy escandaloso cuando mi orgasmo llega; mi cuerpo tiembla que soy incapaz de poder seguirme manteniendo en pie, a lo que él se da cuenta llevándome a su cama.
Al estar acostada, me hundo entre el colchón para luego sentir la suavidad de las sábanas y su olor entre las almohadas; veo cómo se quita su pantalón de pijama y su ropa interior dejando que lo vea desnudo, no puedo quitarle la mirada hasta que se pone encima de mí y siento como acaricia mis piernas logrando que tome mis braguitas para irlas deslizando hasta quitármelas, recorre su mirada a través de todo mi cuerpo hasta que sin aplastarme, se acerca a mí para besarme, está vez con más paciencia y lentitud haciendo que lo abrace.
Separo mis piernas para dejarlas a los lados de su cuerpo pero mis movimientos se hacen torpes en el momento en que sus dientes toman mi pezón derecho para darle un leve apretón hasta que me hace jadear, pero cuando se lo lleva a la boca, soy inconsciente de que ha empezado a entrar en mí, por inercia, levanto mi pelvis intentando facilitarle el trabajo pero por el peso de mi barriga no me permite mantenerla mucho a lo alto pero sí, logra entrar por completo a mí provocando que ponga mis manos en sus caderas intentando que no se mueva.
—Oh mierda... —Maldice nuevamente con un gemido.
Mi respiración se comienza a agitar a punto de que sienta que ya no puedo contener más el aire. Demian se queda quieto un instante, pero no es suficiente cuando empieza a salir, pero a los segundos vuelve a penetrarme haciendo que cierre los ojos ante la espectacular sensación que me está provocando y propiciando. Intento poder sentirlo más de cerca pero un dolor en mi espalda comienza a molestarme haciendo que pierda un segundo la atracción del momento. Demian se da cuenta por lo que se detiene y sale pronto de mí.
—Quédate de lado. —Me ordena a lo que obedezco.
En el momento en que pongo de lado mi cuerpo siento como él es el siguiente en a recostarse, solo con la diferencia que se pone detrás de mí y en mi trasero siento su miembro, me abre las piernas e intentando una nueva posición, siento como vuelve a entrar despacio en mí, buscando la forma en como acoplarnos a los movimientos. Cierro los ojos y nuevamente empieza esa sensación que me nubla todos los pensamientos, Demian agarra mi pecho derecho y empieza a chuparlo, luego su mano aparece comenzando a masturbar mi clítoris.
Otra vez más exploto logrando que me lleve la sorpresa que él empiece a moverse con más agilidad y profundidad en mi interior dejándome sin aire como sintiendo una nueva fricción que empieza a darle una bienvenida a mi tercer orgasmo. Reprimo el grito y logro hundir mi rostro en la almohada cuando Demian deja caer su cabeza en mi espalda para pronunciar mi nombre entre gemidos y jadeos cuando termina por correrse dentro de mí.
Nuestras respiraciones se vuelven pesadas a punto que se nos dificulta respirar al sentir mucho calor; está vez sintiendo como se separa de mi cuerpo, apenas me queda tiempo para moverme un poco cuando mis ojos se sienten pesados y todo mi cuerpo cansando. Ni siquiera soy capaz de darme la vuelta para verlo cuando termino por quedarme dormida sintiendo ese aroma de cuero y canela que logra hacerme sentir segura y conforme.
(...)
—Quiero que vengas para tu octavo mes de embarazo, te haremos una pequeña fiesta para darle pronto la bienvenida al bebé. —Escuchó que dice la señora Dionne.
—Claro que sí, aunque no es necesaria la fiesta, haber pasado la navidad y el año nuevo acá fue maravilloso y me encanta estar aquí en Grecia. —Le dije a ella.
—Lo sé, querida. —Me abraza. —Te dejo a Demian en tus manos, cuídalo. —Asiento.
Los últimos días intente dejar desapercibido aquella noche, estar cerca de Demian, vivir bajo el mismo techo y no poder mantener distancia me provoca varios estragos de recuerdos de los cuales quisiera olvidar, pero ya es imposible aparentar pérdida de memoria ante él que es estúpido a veces no sentir como mi piel se eriza al recordar sus caricias, sus besos y Dios, por favor no imagines el paquete que hay bajo sus pantalones.
Al menos hubo momentos de los que sí pude dejar a un lado mis memorias para disfrutar de los últimos días que pasé en Grecia antes de volver a Croacia; entre ellos el año nuevo y otros días que los pase al lado de Cassandra y Sapphire quienes sin dudarlo me siguieron mostrando parte de Atenas y Tolo.
Sin embargo, hoy que mi vida de nuevo volverá a ser como la de antes ya no sé qué es lo que sucederá, quisiera decir que Demian y yo omitiremos lo de esa noche pero dudo que todos los días se pueda ignorar la idea de que estuvimos juntos; no es me arrepienta o haya sido la peor experiencia de mi vida porque demonios, siendo sincera, cuando estuve con él de nuevo algo en mí se despertó que no quiero emocionarme por estupideces que nunca sucederán cuando eso pudo haber sido algo de una sola noche.
Apenas esa mañana pude reflexionar sobre lo que habíamos hecho, porque además de cruzar los límites, rompimos la barrera de confianza, seguridad y respeto que teníamos entre ambos; a la mañana siguiente nos comportamos nuevamente como dos extraños como si hubieran cometido el pecado más grande de todo el universo, solo que está vez en comparación con la del beso, ni siquiera me dirigió la palabra o al menos de dio una mirada, es como si hubiera intentado ignorar que estuviera en frente de él o a su lado, pero es de reconocer que si lo terminara forzando para que hablara, sólo diría la típica frase de todas aquellas películas románticas en donde un hombre y una mujer sienten que cometieron el peor error de sus vidas luego tener sexo: "no hay nada que hablar".
Ya había sido frustrante el beso para que otra cosa viniera por encima y cargara más el peso de nuestra incomodidad. Quisiera decir que con una conversación se arreglara, pero a veces unas palabras no lo solucionan todo y ese es el problema que me está sucediendo ahorita.
—Cuídate querida, nos vemos en dos meses. —Asiento.
—Cuida de mi nieto, cualquier cosa que necesites nos puedes contactar. —Dice el señor Basil.
—Muchas gracias por todo. —Les dije a ambos despidiéndome.
Demian termina de despedirse de su hermano para luego darles un abrazo a sus padres mientras que ellos también le dicen unas palabras a él. Antes de marcharnos al aeropuerto, Cassandra es la siguiente en despedirse antes de entrar al auto con su esposo y su hijo quienes ya están listos para regresar también a Croacia, ya que, en el viaje, todos nos acompañaremos así que, por lo menos no habrá tanta tensión entre Demian y yo.
Todos nos despedimos para que luego mi jefe y yo, entráramos al auto de su cuñado; será un viaje no demasiado largo así que disfrutare mis últimos momentos acá viendo el paisaje que provee Grecia, extrañare mucho este lugar, pero sé que no estaré lejos de volver a venir.
(...)
Demian deja las maletas a un lado de la puerta de mi habitación mientras empiezo a quitarme los zapatos; el viaje ha sido largo e incómodo al tener que estar sentada por varias horas y no poder pararme nada más para ir al baño que solo fue una distracción para poder caminar antes de sentir los dolores en la espalda; no sé cuánto tiempo me queda para sentirme de la misma forma pero solo cruzo los dedos para que casi los últimos tres meses que me quedan no se vuelvan tediosos.
Antes de que Demian se vaya de mi habitación se queda un instante en ella y es donde empieza la dichosa tensión que hubiera preferido evitarme; pero en vez de eso, está ahí, a un lado de la habitación sintiéndome como me observa y quizás pretendiendo decir unas palabras que corten la mala posición en la que nos encontramos.
Estuve a punto de abrir la boca para preguntarle acerca de lo que quiere, pero él se acercó y se sentó a mi lado en la cama, le di el tiempo suficiente para que encontrara las palabras indicadas para decir algo pero en vez de eso, del bolsillo de su chaqueta saca una caja blanca con un listón dorado, de la que me quede admirándola hasta que la tome de su manos para poder abrirla.
—Feliz navidad y año nuevo. —Dice con unas palabras entrecortadas.
—Pero, yo no tengo nada para ti. —Le digo admirada al ver que me ha entregado un obsequio.
—Claro que sí, llevas a hijo o hija en tu vientre y ese es el mejor regalo que puedes darme. —Responde.
Me hace un gesto para que abra la caja así que, sin más preámbulos, termino por hacerlo dejando ver un hermoso juego de joyería que casi me deja sin aliento, al ser una gargantilla y un par de aretes largos con varias esmeraldas.
—Demian, no puedo aceptarlo... Es demasiado. —Le digo sorprendida.
Puedo ver como él toma la gargantilla y aleja una parte de mi cabello para ponérmela, no sé tarda mucho en hacerlo cuando me toma la mano, hace que me levante de la cama para luego llevarme al espejo largo que hay en la habitación, se queda detrás de mí y hace que me vea, logrando enfocar mis ojos en el objeto.
—No puedo aceptar este obsequio, además, ¿cuándo lo ocuparía? —Le digo al darme la vuelta y verlo a los ojos.
—Tú mejor que nadie sabrá el momento indicado para usarlas. —Dice mientras no deja de verme.
Intento controlar mi cuerpo, pero me es imposible no volver a querer sentir sus labios; fue una mala idea tener que haber incitado al deseo cuando ahora ya no puedo detenerlo.
Cierro los ojos para luego bajar la cabeza, no puedo seguir ignorando lo que sucedió entre nosotros, creería que fuera mejor darnos un tiempo, pero eso sería separarlo del bebé más ahora que se ha dispuesto a pasar tiempo con él o ella. Quisiera decir que todo será fácil, pero creo que se vienen días difíciles.
Agarra mi mejilla y hace que lo vea a los ojos, siento como mis pies tiemblan ante su contacto y de cómo la ansiedad crece al querer sentir nuevamente esas sensaciones que exploro mi cuerpo a punto de perder la razón. Trago hondo, dándome cuenta que ni siquiera se tardó en acercar su rostro al mío para dejar un beso en mis labios que provoco una chispa de placer ante aquel contacto íntimo que no pensé que sucedería de nuevo.
—No quiero perderte, Danika. —Susurra. —Soy consciente de lo que sucedió ese día y más, al saber cómo nuestros cuerpos reaccionaron con nuestro contacto —siento temor de lo que empieza a decir —. No te lo voy a negar, pero yo también te deseo, pero tengo miedo que las cosas se salgan de nuestras manos y terminemos heridos. Prefiero que sigamos siendo amigos que arruinar lo que hemos construido por un simple deseo que puede ser temporal. —Suspiro al entender lo que dice.
¿Qué sucedería si ahora mismo le revelo de forma inesperada que empiezo a sentir algo por él? ¿Me correspondería? ¿Se asustaría? ¿Se alejaría? ¿Terminaría por irse sin decir nada? ¿Cambiará su actitud conmigo? No le veo posibilidades ahora de que algo salga bien cuando empiezo a comprender que ambos estamos confundidos por lo que ha pasado, ¿nos deseamos? Por supuesto, pero ¿nos amamos? Eso no está aclarado. Un deseo como dice él puede ser temporal, es mejor que poco a poco me acostumbre a ir descubriendo que es lo que sentimos uno por el otro antes de arruinar la relación y distanciarnos antes que el bebé nazca.
Será mejor que primero intente averiguar si mi deseo y sentimiento va más allá que una tontería de una adolescente. Perder ahorita a Demian luego de todo lo que he logrado para que esté a mi lado no lo arriesgaría por nada, así que no queda de otra que pretender que las cosas se han quedado allá en Grecia y que ahora al estar acá, volvemos a nuestra vida de antes como la habíamos dejado.
—Me mudaré acá —su aviso me tomo por sorpresa —, quiero estar al lado del bebé y cuidarte en los tres meses y medio que te quedan. —Comenta.
—Bien. —Digo sin negarme.
Me hubiera hecho un favor está vez en quedarse en su casa mientras que me quedo en la finca, pero no puedo negarle algo que él ya ha tomado por decidido, además quién sería yo para apartarlo del bebé cuando ha empezado a querer tener un apego con él o ella.
—Duerme, nos vemos mañana. —Asiento.
Antes que se vaya, le tomo la mano y hago que se acerque a mí, será una tontería lo que le pediré, pero al menos me dará un último respiro.
— ¿Puedes darme un último beso? —Mi corazón empieza a palpitar cada vez más rápido. —Para cerrar lo que sucedió en Grecia. —Le digo antes que crea otra cosa.
Demian deja salir una pequeña sonrisa para asentir; me toma de las mejillas hasta sentir como su aliento roza mis labios; cuando empieza a besarme, me aferro más a ese beso que no sé si será el último que obtenga de él, pero al menos me da la esperanza que también puede ser el inicio de algo.
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Continuará...
Caray que capítulo, pero como hay un dicho que dice: "donde hubo fuego, cenizas quedan" sabemos muy bien que ese deseo que tienen ambos no podrá ser opacado con estar en la Friendzone.
Pero bueno, veremos que sucede en los próximos capítulos, ¿no?
Así que, solo les deseo un feliz fin de semana!
Isabel Moz
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