Capítulo XXVI

"Las palabras son una medicina para el alma que sufre"

Esquilo de Eleusis

⁎⁎⁎

El impacto de mi declaración fue tan grande que toda la sala se quedó en silencio, aunque el rostro de mis amigas, el de mi tía y más el de Demian fueron los que más se quedaron asombrados con aquella revelación que todos desconocían; realmente nunca pensé que tendría que decir aquello, más al tener que recordar cada segundo lleno de temor que tuve que vivir cuando Tomislav no me dejaba salir de mi habitación y cada momento me daba una bofetada para callar mis gritos.

— ¿Sería amable de contar los sucesos? —Jugué con mis dedos.

Por primera vez me doy cuenta de las cosas sin haberlo imaginado... Las últimas semanas no he estado nerviosa o presionada por el caso, más bien, ha sido por la tensión y el estrés de tener que relatar lo sucedido con Tomislav, eso es lo que ha hecho que no tenga paz, debido a que es algo que me jure guardármelo, no por vergüenza, sino porque a quien le contara, ¿qué pensaría de mí? ¿Me creería? ¿Me daría la espalda? Una vez intente que me creyeran y pensaron que solo era más que una chica con sus berrinches llamando la atención de un chico que la rechazo.

—Tenía diecisiete años, en unas semanas cumpliría dieciocho. Luego de llegar del instituto me quedaba sola con Tomislav, ya que mi tía y su esposo trabajaban todo el día y llegaban hasta la noche. —Le di una mirada a ella. —Un día, ellos llegarían más tarde de lo común, así que, a las cuatro de la tarde, él entro a mi habitación, era habitual que lo hiciera y tuviera que sacarlo de ella para que me dejara en paz. Pero esa vez todo fue diferente. —Me mordí el labio al sentir como este temblaba.

— ¿Puede ser un poco más específica en eso? —Pregunto mi abogado.

—Parecía tenerlo todo planeado, es a lo que me refiero. Él cerró la habitación con llave y la escondió en su bolsillo, se fue acercando a mí mientras que me decía que ese día sería suya, tuve miedo, tanto que, intente esconderme en el baño, pero me sujeto y me tiro a la cama. —Tome aire para sentirme capaz de hablar. —Forcejeamos varias veces, intente huir, pero tenía la llave de mi habitación, me la había robado y se me hizo difícil poder quitársela. Por un momento pensé que las cosas no podían empeorar, pero, paso... —Sentí un nudo en la garganta. —Empezó a desgarrar mi ropa, me abofeteo varias veces para no gritar y... —mi piel se erizo —varias veces acercaba su miembro a mis partes.

— ¡Eres una estúpida perra mentirosa! —Tomislav se levantó de su asiento gritándome. — ¡Tú querías eso! ¡Lo pedías! ¡Lo deseabas! —Me señalaba con rabia.

— ¡Orden en la sala! ¡Calme a su cliente abogado Pavić! —Le dijo el juez al abogado de Tomislav.

Veo como Tomislav termina por obedecer no sólo las palabras del juez, sino que también las que le dice su abogado muy cerca de su oreja para que nadie los escuche. Termina por controlarse, pero no del todo; su mirada es amenazante tanto que por unos minutos me hace temer por mi vida, sin embargo, no es el momento para pensar en ello, más porque debo de seguir siendo fuerte.

—Y ¿qué sucedió después, señorita Blažević? —Me pregunto mi abogado.

—Se masturbo al ver el miedo que me estaba ocasionando, como también, los golpes que me proporcionaba; y luego me volvió a agredir durante varios minutos como si eso le provocara placer, ni siquiera puedo describir el temor que sentí cuando estaba en ropa interior, había sujetado mis manos detrás de mi espalda con una de sus manos mientras que con la otra me tocaba. Varias veces intenté huir, pero sentí que era insuficiente con mi fuerza. —Pestañeé repetidas veces para no llorar.

Recordé muy bien la sensación de miedo, cuando sus dedos empezaron a entrar en mis bragas y como apretaba los ojos con fuerza intentando ignorar lo que podría suceder. Por primera vez en mi vida, me había sentido vulnerable y frágil.

— ¿Y luego? —Suspiré.

—Simplemente, no sé si fue cosa del destino o suerte mía, un amigo de él apareció tocando la puerta de su casa, él me cubrió la boca para que no gritara y pidiera auxilio, sin embargo, su amigo insistió hasta que no le quedo de otra que irlo a ver. —Apreté mis manos. —Me encerró en mi habitación mientras atendía a su visita, pero me vestí rápido y hui de la casa rompiendo una de las ventanas del baño, era el único rincón donde podía irme. —Termine por contar la historia.

— ¿Por qué no le pidió ayuda a su amigo? —Pregunto el abogado.

—Los amigos de él no eran buena influencia, así que no podía confiar de que su amigo podía salvarme. —Explique.

— ¿Qué hay de la denuncia que hizo? —Hice una mueca.

—Fui a la estación policial a hacer una denuncia, sin embargo, no había pruebas ni testigos de lo que decía, solo tenía el rostro rojo por las bofetadas y eso era insuficiente para demostrar que él intento violarme. —Comente. —La denuncia fue escrita pero nunca lo investigaron, ya que los policías creyeron que era una niña que solo quería meter en problemas a un chico, así que no creyeron en mi historia. —Encogí los hombros.

—Eso es todo, señoría. —Termino mi abogado.

(...)

Salgo de la sala para empezar a caminar rápido, necesito salir de aquí para darme un buen respiro, ya no sé si sentirme mal porque tendré que esperar un mes más para la continuación del juicio luego que el juez no pudiera determinar nada aún o sentirme feliz porque tengo tiempo para buscar nuevamente a las testigos quienes me pueden ayudar con el caso. No quisiera darme esperanzas en ello, pero al menos debería intentarlo nuevamente al estar en la cuerda floja con saber que mi versión de los hechos y la tragedia pasada que tuve con Tomislav no fueron suficientes para convencer al juez del todo.

Salgo del Tribunal de Justicia para irme a casa, ha sido un día tedioso que solo quiero olvidarlo mientras me doy un momento de reposo de cuerpo y mente, siendo sincera, no me esperaba que las cosas terminasen así por ahora, pero al menos puedo tener la ventaja de que el juez pueda analizar toda la situación en las próximas semanas antes que dé su veredicto.

—Danika. —Me doy la vuelta.

Mi tía se encuentra detrás de mí con un rostro que no sé cómo descifrarlo, ya que está entre lo molesto, triste y decepcionado, una combinación muy mala para el momento porque no quiero tener más discusiones con ella, ya que solo basta con saber que su esposo y su hijastro nos han separado, de igual forma, han provocado que me alejen de mi prima quien no debería estar involucrada en ello.

Pienso en decir una palabra cuando sin haberlo previsto, recibo una bofetada que me hace girar mi rostro, abro los ojos sorprendida y la boca se me queda abierta al ver lo que me ha hecho. En todo este tiempo, a pesar que hemos tenido diferentes opiniones y pensamientos nunca imagine que ella sería capaz de golpearme, podía esperármelo de cualquier persona, pero menos de ella quien es mi familia, quien la he querido también como una madre y quien me vio crecer a su lado.

— ¡¿Qué haces?! ¡No vez que nos meterás en problemas! ¡No puedes tocar ni hablar con los testigos y demandantes! —Llega Franjo a apartarla.

—Nunca pensé que serías capaz de hacerle esto a tu familia, Danika. —Dice ella con lágrimas en los ojos. —Si Tomislav va a la cárcel arruinaras la reputación de Marinella, ¡¿eso es lo que quieres?! ¡Maldito sea el día que te permití vivir con nosotros!

Mi abogado y mis amigas pronto llegan para apartarme de mi tía que sigue gritándome porquerías fuera del Tribunal de Justicia. Todos empieza a hablarme, pero mis oídos se han desconectado al punto que solo parezco un zombi que se deja llevar por los demás hasta que entro al auto donde Lovro ya me está esperando. No le respondo a nadie y no hago más que quedarme sentada en el auto en espera que regrese a casa, no esperaba que mi tía me abofeteara o tan siquiera, se atreviera a echarme la culpa de esto.

Lovro condujo, pero no exactamente directo a casa sino más bien termino por tomar otra ruta en la que termino por estacionarse en una zona que se encontraba sola y silenciosa, estuve a punto de preguntarle lo que sucedía, pero un nuevo auto se estacionó detrás de nosotros, logrando que no pudiera ver quien es ya que tiene los vidrios polarizados.

—El señor Thalassinos la espera, señorita Danika. —Menciona Lovro.

Le agradezco a él su aviso para bajarme del auto e ir hacia donde se encuentra el vehículo de Demian, abro la puerta del copiloto y pronto no tardo en subirme, cierro la puerta hasta quedar a su lado. Espera que Lovro se marche para quedarnos en ese lugar, pocos son los autos que transitan en este sitio, sin decir que, al ser carretera no hay personas que caminen por los alrededores, ni que tampoco haya locales o casas cercanas.

— ¿Qué fue eso? —Dice sin quitar la mirada del parabrisas.

— ¿A qué te refieres? —Le pregunto.

—Dijiste que nunca habías tenido nada con él —protesta.

Abro la boca asombrada para girar mi rostro para buscar su mirada la cual no coincide con la mía, aprieta con fuerza el timón del auto mientras su rostro empieza a endurecerse más. Su tono de voz y frialdad provoca que mi piel se erice, añadiendo que no estoy en condiciones emocionales y físicas para seguir con el mismo asunto.

—Nunca tuve nada con Tomislav. —Le dije con seguridad.

— ¡Pues eso no parece! ¡Se puede ver que él está enamorado de ti! —Se enfurece más.

— ¡No está enamorado de mí! Tiene una obsesión conmigo que es algo diferente —Le explico.

Se queda callado mientras musita una larga oración de maldiciones en griego que me parecieron demasiadas en la lista que no tarde en diferenciar el nivel de bajo a alto con las que mencionaba su odio hacia lo que había escuchado.

— ¿Es cierto? —Pregunta.

— ¿El qué? —Le pido que sea más específico.

— ¿Qué quiso violarte? —Ahora soy yo la que maldigo y me siento indignada.

Abro la puerta de su vehículo para salir un momento para darme aire, si no lo hago es probable que explote como una bomba; estoy cansada de escuchar esa estúpida pregunta, tanto que, no tengo idea porque los hombres que me rodean no creen que me haya pasado eso, no sé si es porque me ven como una mujer altamente segura de sus decisiones y su vida o porque no me ven llorar y lamentarme de mi pasado. Es más probable que sea la segunda opción, algo que me molesta porque a pesar que fue traumante lo pude superar gracias a la asistencia psicológica gratuita que tuve en la universidad, ya que, sin eso, es probable que no hubiera podido continuar de forma estable mi vida.

— ¿Qué haces? ¿Dónde vas? —Demian se sale de su auto.

Con unas irresistibles ganas de llorar me aparto de él porque nunca pensé que él sería capaz de dudar de mis palabras cuando lo que he revelado ha sido real, algo que no hubiera querido que nadie supiera por el mismo motivo de siempre, sobre sí creerme o no.

—Te estoy hablando, no me ignores. —Él me toma del brazo.

Su rostro deja de permanecer endurecido cuando lo cambia por uno lleno de preocupación y sorpresa, pero es de menos cuando empieza a verme llorar como también quebrarme en un mal momento. La única vez que permití que me viera así fue cuando me quitaron la casa de mis abuelos, por lo contrario, siempre ha llegado a ver otras facetas de mí menos está de sufrimiento y dolor.

—Danika... —Lo empujo.

— ¡Te odio! —Digo sollozando. — ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio! —Lo golpeo en su pecho.

Fue absurdo darle golpes en su pecho cuando al final tomó mis manos y me empujó hacia su cuerpo mientras me ponía a llorar en medio de una carretera desolada en donde daba gracias que nadie estuviera pasando por el momento en este lugar sino vería el espectáculo que estoy mostrando. Mi frente queda en su pecho y empiezo a sollozar fuerte logrando que mis lágrimas corran en mis mejillas sin detenerse; siento como sus brazos rodean mi cuerpo como si lo estuviera protegiendo, acaricia mi cabello con una de sus manos y de un momento a otro, deja un beso en frente, otro en mi mejilla y por último, uno en la punta de mi nariz.

—Maldito bastardo. Lo pagara muy caro. —Comenta con ira.

Me sigue contemplando mientras que intento relajarme ante aquel momento, ya ni siquiera sé si fue bueno contar lo de casi mi violación por parte de Tomislav cuando eso solo ha creado dudas y preocupaciones en este instante de mi vida. Lo único que necesitaba era un empujón para que el juez observara la clase de persona que es el hijastro de mi tía, pero me doy cuenta que eso no sirvió de mucho.

—Perdóname, no debí preguntar eso. —Deja sus manos en mis mejillas mientras sus pulgares limpian mis lágrimas.

—No estaba mintiendo, Demian. Ese desgraciado casi me... me... —cerré los ojos y volví a romper en llanto.

—Shhh, no lo menciones. Es suficiente. —Vuelve a abrazarme fuerte, pero con cuidado como si estuviera protegiéndome.

Recordarlo ha sido duro, aún puedo sentir como mi cuerpo tiembla al pensar en los sucesos, como me empezó a arrancar la ropa, de las veces que sentí su miembro rozar mi trasero como en mis partes y de la agonía que sentí segundo a segundo cada vez que pasaba sus manos en mi cuerpo. No hubo penetración, pero me sentí sucia por días que ni siquiera podía verme en el espejo sintiendo que había perdido una parte de mi dignidad o valor de mujer por él.

—Prometo que no dejaré que ese maldito se salga con la suya. —Susurro cerca de mi oído esa promesa. —Dios, Danika. ¿Por qué no me lo dijiste?

¿Por qué? Sencillo. Solo tenemos cinco meses de conocernos muy bien para haberle revelado algo tan íntimo que no sabría si me creería o juzgaría como otras personas.

—Quiero ir a casa. —Le dije absorbiendo mi nariz.

—Claro, vámonos. —Se separó de mí para luego llevarme a su auto.

Nunca en mi vida me había sentido tan frágil como una flor, podría haber puesto de excusa que es el embarazo, pero sinceramente, este dolor lo he traído por años que es segunda vez que lo revelo, la primera fue con una psicóloga quien me ayudo a enfrentar ese trauma duro de mi camino a fin de dejarlo en el pasado y seguir con mi vida. Quizás siempre pueda verme como alguien fuerte y valiente pero también tengo mis temores, aquellos que se convierten a veces en mis pesadillas y monstruos.

Demian ya no mencionó nada acerca del caso, simplemente dejó que descansara poniendo el calentador del auto y poniendo música Blues que permitieron que mi cuerpo se relajara para quitar el mal trago de momento que pasamos juntos en la calle. Manejó muy lento que el camino se me hizo largo, pero al llegar a la finca, estacionó el auto cerca de la entrada de la casa, se bajó de esté y me ayudo a salir para que ambos entráramos a la casa.

Me rasque los ojos al sentir como estos me ardían al haber llorado, mi cabeza está a punto de explotar con tanta emoción vivida en el día que lo único que deseo es vaciarla como cuando se deja ir el agua en el inodoro.

—Le diré a Cyrene que te prepare un té, descansa un rato mientras te preparo un baño de agua caliente en la bañera. —Me comunica mientras aparta mi cabello del rostro para acariciar mi mejilla con sus nudillos.

Dejándome mimar un poco, solo asiento mientras cruzando cada parte de la casa para ir a las escaleras y así ir a mi habitación. Todo lo que él dice se escucha estupendo que realmente me alegra un poquito el alma.

—Demian.

Demian y yo nos detenemos al escuchar una nueva voz en la casa, así que ambos girando el rostro hacia la sala principal, nos encontramos con una mujer que está en el portal quien se asombra al vernos juntos mientras mi jefe se ha dedicado a llevarme a empujones sin que me distraiga en otra cosa, tomándome de la cintura y de una mano.

— ¿Mamá? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en Tolo? —Demian le pregunta a ella.

Ay no, por favor no. ¿Por qué mi vida está llena de sorpresas? Y más, que estás aparezcan en mal momento. En realidad, no estoy en condiciones para conocer a la madre de Demian y con el humor que tengo, nadie puede llegar a salvarme de ello.

—Sí, pero, ¿es que ya no puedo visitar a mi hijo? —Dice ella desanimada al ver la reacción de Demian.

—Mamá apenas hace unas semanas nos vimos y nos veremos en dos semanas para navidad, no entiendo por qué estás aquí. —Replica él.

Peleas entre madre e hijo no son lo mío, además es algo privado que prefiero mejor no escucharlo antes que crean que estoy aquí para escuchar su discusión. Por lo que será mejor que vuelva a mi habitación, aunque el baño caliente termine por preparármelo.

—No me presentaras a tu... ¿amiga? —Le doy una pronta mirada a Demian.

—Mamá, ella es Danika Blažević. Danika te presento a mi madre, Dionne Thalassinos —nos presenta Demian.

—Buenas tardes señora Thalassinos, es un gusto poder conocerla —le digo con una de mis mejores sonrisas a pesar que me encuentre mal.

—Mucho gusto, señorita Blažević. —Agarra mi mano.

—Solo Danika, perdone por presentarme de esta forma inesperada en su hogar —Le menciono por no decir que me veo mal con esta fachada de tristeza que tengo.

—Claro que no, te vez hermosa —dice ella con una hermosa sonrisa —. Veo que estás embarazada, ¿cuántos meses tienes? —Ella eleva su ceja con curiosidad.

—Mamá, ese no es tu asunto. Mejor hablemos en privado, solo que antes déjame llevar a Danika a su habitación —comenta Demian.

— ¿Vive aquí? —Demian abre sus ojos al escuchar su propia equivocación en decir que me llevará a mi habitación.

—Temporalmente. —Intenté no achicar los ojos con su respuesta.

—Bien, espero que nos acompañes pronto, Danika. Ha sido un placer conocerte. —Dice ella de forma amable.

—El placer es mío en haberla conocido, señora Thalassinos. —Respondo mientras Demian me lleva a mi habitación.

Ambos entramos a mi habitación mientras que veo a Demian muy preocupado, su rostro dice más que aquellas palabras que no ha mencionado; por lo visto, no esperaba que su madre se presentará en su finca, sin decir que tampoco ella se esperaba que una mujer estuviera acompañando a su hijo, porque a pesar que hemos evadido varias veces el asunto de que no somos una pareja, hasta entonces veo que nadie se cree ese dichoso cuento, pero la razón más certera es porque estoy embarazada y por supuesto, cualquiera creería que al vernos juntos somos esos padres que están en espera de su hijo o hija.

Me quito los zapatos y los dejo a un lado mientras que me voy acercando a él que no deja de moverse de un lado a otro mientras sigue pensando en una buena explicación que le tendrá que dar a su madre, porque aunque aún no lo crea, no tengo que suponer que cualquier mamá buscaría conocer quién es la mujer que ha traído su hijo a su casa, en donde al no conocerla o saber que se trata de una amiga íntima de él, tratará de resolver sus propias dudas por medio de preguntas infinitas hasta obtener la verdad.

—Hey —lo detengo luego de sentir como me ha mareado al verlo moverse en círculos —, solo dile la verdad. —Abre los ojos enormemente mostrándome su iris azul verdosa.

— ¿La verdad? ¿Qué por equivocación en tu inseminación artificial te pusieron mi esperma en vez de la de tu difunto marido? ¿Qué estás esperando un bebé mío? ¿Qué vives aquí porque tu ex marido te estafo y te dejó en la calle llena de deudas? —Hago una mueca al escuchar las razones de su preocupación.

—Bueno, no esa verdad. —Le dije calmándolo al poner mis manos en sus brazos. —Sabes muy bien que somos amigos y mantendré mi palabra en no decir nada.

Demian deja ir un suspiro mientras niega con su cabeza, pensé que diciéndole aquello podría calmarlo, pero veo que no eran las palabras exactas que él debería haber escuchado, apenas me da una mirada para luego tomar mis manos y darles unas leves caricias hasta soltarlas.

—Te prepararé el baño caliente —lo detengo al tomarlo del brazo.

—No, lo haré yo. Es mejor que vayas a atender a tu madre, no la hagas esperar. —Él asiente.

—Es mejor que te presentes un momento en la sala, no quiero que ella termine por crear sospechas de que te estás escondiendo de ella o que escondemos algo. De todas formas, tarde o temprano buscará la forma de conocerte. —Dejé ir una risa. — ¿De qué te ríes?

—Empiezo a creer que tu madre es insistente como tú... ¿Estaré equivocada? —Ahora él deja ir una corta risa.

—No, no estás equivocada.

Le doy una mirada para luego ver como levanta la mano para quitar un mechón de mi cabello de mi rostro para dejarlo detrás de mi oreja, sin pensarlo, sus nudillos terminan por acariciar mi mejilla para luego dejar una sonrisa.

—Bien, nos vemos dentro de un rato, ¿sí? —Asiento.

Al marcharse, decido ir pronto al cuarto de baño, es mejor no hacer esperar más a la madre de Demian cuando puede llegar a crear varias teorías sobre mi presencia en esta casa. Así que el baño caliente tendrá que esperar para darme uno en la ducha con más rapidez que es probable que unos quince minutos me haya tardado. Luego de ello, me puse una ropa cómoda para así bajar al primer piso de la casa, teniendo que ir exactamente a la sala en donde me encuentro a la madre de Demian conversando con él de forma pacífica.

Realmente desde la distancia en que la puedo ver, me doy cuenta el amor que le tiene a su hijo, varias veces ella le pasa la mano por su rostro, le da un abrazo o le deja besos en su mejilla; Demian no rechaza su afecto simplemente veo que las muestras de cariño constantes no son de él, pero siendo su madre, deja que le siga mostrando ese amor que le tiene. Esta vez no puedo decir que él se parece a la señora Dionne, ya que, en realidad, Demian se parece más a su padre, pero si hablamos de su hermana, si se parece a ella.

Dejo de verlos a ambos para caminar directo a la sala, la señora Thalassinos es la primera en verme para demostrar una enorme sonrisa que, sin dudarlo, me relaja; ya que no creo que ella esté actuando y mostrando una faceta diferente; así que terminando por acércame a ellos me siento en otro sillón para poder entrar en la conversación con ellos.

—Lo siento por interrumpir su conversación —comienzo a decir.

—Oh no querida, si conoces a mi hijo sabes muy bien lo difícil que es tener que hablar con Demian sobre su vida —él pone los ojos en blanco.

—Créame que sí. Es hacerle una pregunta para saber que cuenta cada una de las palabras para responderla y no dar más detalles. —Ahora Demian me da una mirada.

—Exacto, ni siquiera yo que soy su madre, habla libremente conmigo. —Protesta la señora Dionne.

—Mamá. —Dice Demian entre dientes.

La señora Thalassinos y yo dejamos ir una risa al ver como Demian se pone incomodo sobre estar hablando sobre él mismo; ella se acomoda en el sillón para luego darme una mirada muy lenta que no dudo que está evaluándome para saber qué clase de persona soy, como también, si su hijo está rodeado de buenas personas.

—Y ¿desde hace cuánto tiempo se conocen? —Pregunta.

—Hace unos meses —responde Demian.

— ¿Meses? —La señora Dionne le da una mirada a él.

—Sí, mamá. ¿Cuál es el problema? —Dice él molesto.

—Es que parecen conocerse desde hace más tiempo —dice alegre.

— ¿Qué? —Demian no se esperó ese comentario.

—Sí, pero, porque mejor no me invitas a tomar una taza de café y seguimos hablando. —La señora Thalassinos empujo a su hijo para que fuera a la cocina.

—Le puedo decir a Cyrene... —Ella lo interrumpió.

—No, hazlo por tu cuenta, mientras tanto, Danika y yo hablaremos un poco. —Demian se asusta al escuchar eso.

Le doy una mirada aprobadora para que pueda relajarse y dejar de pensar que algo malo sucederá, la verdad es que Demian parece ser ahora quien oculta algo con cualquier reacción que no sólo su rostro demuestra sino que también la tensión que muestra su cuerpo en el momento en que su madre hace mención sobre que conversaremos mientras que él hace un café; a estas alturas deberíamos estar actuando de forma contraria, pero siendo sincera, no sé si el baño de ducha fría o el cansancio de mi cuerpo es lo que ha logrado que mantenga una actitud despreocupante.

Demian se marcha a la cocina, pero sin quitarnos la mirada; su madre quien se encuentra tranquila y a la vez sonriente, solo deja ir un suspiro mientras apartar unos cabellos de su rostro para darme una mirada; la verdad es que quizás hable muy rápido en decir que me encuentro despreocupada, porque ahora que nos encontramos solas, siento como la incomodidad está a punto de aparecer y lograra que me ponga intranquila en frente de ella.

—No sé porque Demian está muy inquieto. Eso me da una sospecha que algo está ocurriendo y no me quiere decir la verdad —siento como la respiración se me va en ese momento.

—No creo que él sea capaz de ocultarle cosas, ya que estamos hablando que usted es su madre —le comento.

—Eso quisiera. Realmente él nunca ha sido muy abierto conmigo, ha sido más con mi esposo que con el resto de la familia —dice un poco triste.

—Quizás es porque tiene una conexión muy especial con su padre —le mencioné —, lo mismo me sucedía con mi padre, mis abuelos envidiaban la cercanía que tenía con él porque sentía que era la persona con la que más podía contar y confiar mientras que a ellos les guardaba ciertos secretos. —Ambas reímos.

—Sí, es posible que sea eso. —Mira por un momento el suelo. —Sucede que hace tiempo que él ya no es el mismo, no sé, antes era más abierto, quizás no me comentaba todo lo de su vida como lo ha hecho con su padre, pero al menos sabía que siempre lo apoyaría en todo. —Comenta.

No me impresionaría que Demian fuese distante cuándo, cómo y con quién quisiera; antes era difícil mantener una comunicación con él cuando creía que me había embarazo de él solo por dinero o para tener alguna relación que lo sujetara a él. Sin embargo, poco a poco se ha ido abriendo conmigo en cualquier tipo de asuntos desde aquellos que van con respecto a su vida personal como también, los que están fuera de ella.

— ¿Lo mismo le sucedía con su madre? —Me pregunta.

Hago una mueca y pronto soy yo quien termina por evadir la mirada para ponerla en otro punto que no sea en sus ojos color verde, realmente el tema de mi madre es algo que no lo comparto con cualquier persona ni tampoco me emociono mucho de hablar de ella; además que podría decir de ella si nunca la conocí y ella tampoco nunca me conoció además de verme crecer en su vientre. Sé muy bien que suena cruel, pero es la realidad, mi papá fue quien se encargó de mí desde que nací, solo conocí a mi madre mediante historias y fotografías lo cual es poco real, pero al menos, se algo de ella.

—Hubiera querido descubrirlo —encogí los hombros —, mi madre murió después de darme a luz. —Digo con un nudo en el estómago.

—Oh, lo lamento Danika. No era mi intención... —La interrumpo.

—No se preocupe, son cosas que suceden en la vida. —Intento aliviar la preocupación por tocar ese tema.

Veo como ella se siente mal en haber tocado un punto muy profundo en mi vida, sinceramente podía haberme imaginado que algún momento llegaría a aparecer el tema, pero no lo vi venir luego de hablar de relaciones entre padres e hijos; aun así, aunque la muerte de mi madre me siga doliendo, no es una excusa para seguir triste, porque al menos aprendí a conocerla con las palabras de mi padre y por supuesto, con algunas cualidades que mis abuelos y mi papá me hacían saber que herede de ella.

—Al parecer, ser mamá no es algo fácil —comente a lo que ella cambia su rostro por uno más compasivo.

—No, aunque aprendes mucho de ello. —Dice con más ánimo. —Aunque al parecer, tú pronto empezaras a descubrirlo. —Se queda observando mi vientre.

—Sí, la verdad es que me siento nerviosa con solo pensarlo —me acaricié mi pequeño vientre, que ya no suele ser tan pequeño en sí.

— ¿Cuántos meses tienes de embarazo? —Pregunta.

—En una semana serán cinco. —Le comento.

— ¿Puedo?

No sé si sea una buena idea, pero tampoco me quiero ver como huraña al no querer que me toque el vientre, pero una parte de mí me dice que apruebe mi consentimiento para que conozca a su nieto o nieta, de todas formas, aunque nunca lo llegué a saber, también es parte de su familia y claro, de su sangre.

—Sí. —Le digo con una sonrisa.

Ella se levanta del sofá para luego sentarse a mi lado, ella con un poco de temor y desconfianza no pone rápido su mano sobre mi vientre, tarda más en pensar en la acción que al realizarla; así que dándole la confianza para que pueda hacerlo, agarro su muñeca para luego dejar que sus dedos terminen por rozar la tela de mi blusa hasta dejar que toda la palma de la mano caiga sobre mi vientre abultado.

Fue extraño ver cómo su piel se erizaba para luego darme una pequeña mirada en donde pude ver ese brillo muy reconocible en sus ojos, no es primera vez que lo he visto, ya que Cyrene fue la primera en haber mostrado una reacción muy sensible al mostrárselo en mi tercer mes de embarazo, lo que era antes mi pequeña barriga; pero ahora es diferente porque ha crecido más y sin dudarlo, la señora Dionne no sólo mostro un rostro sorprendido sino que también sus ojos se llenaron de lágrimas al pasar suavemente de un lado a otro su mano mientras acariciaba con cuidado y ternura mi vientre.

Antes de que pudiera seguir, aparto de inmediato su mano y se alejó un poco de mí al escuchar unos pasos que ambas supimos de quien se trataba, así que en el momento en que Demian cruzo el portal con una bandeja llena de tazas y con el ceño fruncido al haberlo mandado a hacer las bebidas, termino por llegar para dejarlas en la mesita de vidrio antes que la bandeja se pudiera resbalar de sus manos.

—Así que, ¿de qué hablaban? —Dijo él esperando una respuesta inmediata luego que se sentara en el sofá y descubriera que su madre se encuentra a mi lado.

—Que eres un mal hijo porque ya no te comportas igual con tu madre —comenté luego de agarrar una taza de té al ver que Demian no me preparo café.

—Mmm, si siguen criticándome mejor me voy. —Dijo irritado.

—Es tu culpa por no ponerle atención a tu madre, así que Danika como buena persona me ha ofrecido darme un paseo por Zagreb, ¿no es así? —Abro la boca admirada.

Demian me da una mirada esperando que me niegue a aceptar la oferta de su madre, sin embargo, siento como la señora Thalassinos no deja de verme como que si insistiera a que no me negará a pesar que su hijo no estuviera de acuerdo con ello; sin embargo, mañana debo de ir a la panadería por lo cual sería una buena justificación para no poder salir con ella.

—Es que mañana debo de ir a trabajar, tengo un pequeño negocio que he comenzado a emprenderlo y no puedo faltar —le digo a ella.

—Entonces, mañana invítame a conocerlo, me agrada poder conocer a las amigas cercanas de mi querido hijo —Demian parece tomar suficiente aire para no descontrolarse.

—Si usted lo desea... —Ella sonríe al ver mi aprobación.

—Claro que sí, será un gusto poder pasar un día entero contigo. —Demian termina por dejar caer su cuerpo en el sofá mientras deja ir un gruñido.

Dios, si Demian no estuviera sentado, el pobre se hubiera desmayado, al menos sé que se le ocurrirá un plan o una estrategia para que su madre no descubra la verdad, no obstante, eso no quiere decir que le dejé a él todo el trabajo, sino más bien, también debo de estar preparada para cualquier cosa que pueda llegara pasar.

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Continuará...

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