Capítulo XVII
"El que ha superado sus miedos será verdaderamente libre"
Aristóteles
⁎⁎⁎
— ¡Auxilio! ¡Alguien ayúdeme!
No dejo de gritar a todo pulmón que alguien venga a ayudarme, sin embargo, las palabras son cortas y la ayuda muy lenta en el momento en que Tomislav agarra mi cabello y me da un fuerte golpe en la cabeza con la pared haciendo que la vista se me nuble; me aleja de la pared para luego empujarme hacia la puerta de uno de los baños en donde caigo en el suelo, pero no es suficiente cuando vuelve a tomarme y me da otro empujón hacia la línea de los lavamanos logrando que me golpeé el vientre.
—Cállate. —Trago hondo. —Deja de provocarme, Danika.
—O ¿qué maldito idiota? Tienes miedo a que te descubran. —Jala de mi cabello haciendo que dejé ir un grito.
Sin esperarlo, siento como termina de nuevo por agarrarme para luego tirarme cerca de la puerta de entrada y salida del baño, en donde termino por golpearme la espalda, los dolores empiezan a aparecer, no obstante, cuando se empieza a acercar de nuevo a mí, alguien abre la puerta de inmediato, acercándose un par de mujeres en bikini quienes se asombran al ver a Tomislav en el baño, ellas se dan cuenta que estoy en el suelo, así que intentan levantarme, pero sin esperarlo, huyo de aquel lugar.
Siento como mis pies flaquean, sin añadir que corro para escapar de Tomislav, buscó a uno de los guardias que mantienen en vigilancia el lugar pero dada la casualidad, ninguno aparece; escucho como alguien grita mi nombre, así que apresuro mi paso para salir de aquel lugar y aproximarme a una zona pública, pero para mi desgracia cuando veo hacia atrás para ver la distancia que él se encuentra de mí, termino por resbalarme con un charco de agua logrando que caiga al suelo y eso le dé la ventaja de alcanzarme.
Me levanto rápido, pero es inútil cuando al momento de correr, él me vuelve a tomar del brazo y agarrar nuevamente una parte de mi cabello haciendo que mi cabeza se alce y empiece a ver el cielo.
—Espérate, que esto no queda así... —Murmura muy bajo.
—Volveré a gritar si no me sueltas. —Le dijo entre dientes.
—Veremos quien saldrá más afectado, tú o el bebé. —Dice amenazante.
Siento como me abalanza logrando ver que la piscina que tenemos a un lado está vacía y es profunda, es probable que si me llega a tirar hacia ese lugar, pueda romperme el brazo o una pierna pero no me quiero imaginar lo que puede sucederle al bebé; forcejeo para que intente liberarme pero lo que provoca es que ambos podamos caer y termine con el mismo fin, así que ya no estoy segura de que hacer, porque pegarle en su entrepierna no funcionara a no ser que le dé una patada trasera que será inútil.
—Sígueme y quédate calladita, así no te haré daño —dice en voz baja.
—Imbécil, eres un maldito imbécil. —Gruño, pero él vuelve a jalar más de mi cabello.
—Bien, si no quieres por las buenas... —Me balancea cerca de la piscina vacía.
Está vez intento no soltarme de sus brazos cuando intenta empujarme, pero es imposible no resbalarme, aunque en el instante que estoy a punto de caer, alguien lo aparta de mí y me toma con rapidez para que no caiga en la piscina.
—Mierda, ¿estás bien?
Nunca en mis benditos años que llevo trabajando en Kavala's Industry hubiera imaginado decir que me alegra tanto ver a mi jefe.
Me agarro de Demian y me acorralo en su cuerpo hasta que él en forma de protección, me termina por abrazar, logrando que sienta que ya no hay nada que me pueda volver a causar daño en ese momento.
— ¿Qué intentaba hacerle a ella? —La voz de Demian se volvió más ronca de lo normal.
Mire de reojo a Tomislav y él se quedó petrificado; a la par de Demian es solo más que un muñequito de boxeo, eso sin decir, que mi jefe le lleva la ventaja al ser musculoso y fornido, es como si estuviéramos hablando de un dios contra un mortal sin aprendizaje en las peleas.
Como todo un cobarde, Tomislav se aleja corriendo, dejándonos a los dos solos en aquella zona que está muy apartada del público, añadiendo que no tengo idea de cómo vine a parar a este lugar en donde era probable que con el ruido del gimnasio y la lejanía que se encuentra de las personas, casi nadie llegará a ayudarme.
— ¿Qué haces aquí? —Le digo extrañada de verlo aquí.
—Un gracias estaría bien primero, ¿no te parece? —Ruedo los ojos con su respuesta irónica —Dios mío, Danika. ¿Quién es ese idiota? ¡Mira cómo te dejo! —Toca a un lado de mi frente haciendo que dejé ir un gruñido hasta que al ver la punta de sus dedos me doy cuenta que estoy sangrando.
—Que te parece si nos vamos primero de este lugar, por favor. —Le suplico a lo que él acepta rápido.
Empezamos a caminar hacia la salida del centro de natación mientras buscamos su auto en el estacionamiento, pero al escuchar el sonido de un celular, nos detuvimos haciendo que él lo sacara de los bolsillos de su pantalón para dármelo, dándome cuenta que no se trata más que mi celular, el cual no entiendo cómo es que él lo tiene en sus manos cuando lo llevaba en mi cartera.
— ¿Cómo...? —Le dije antes de contestar la llamada.
—Lo dejaste en el asiento del auto y Lovro me lo entrego al escucharlo sonar cuando llego a la finca. —Me explica.
Oh Dios, ¿qué hubiera sido de mí si Demian no hubiera llegado? Al menos ya no tengo que pensar en eso.
Antes de contestar la llamada hizo que entrara al auto, así que subiéndome en este mientras me pongo el auricular del dispositivo en la oreja al responder la llamada, escucho la voz masculina de un hombre que pronto pregunta si soy Danika Blažević de Ivanović.
—Sí, soy yo. —Respondo.
—Soy el detective Škara, hace un par de semanas reporto la desaparición de su esposo Rade Ivanović, ¿verdad? —Dice la persona de la otra línea.
—Eh... Sí. —Me toco la cabeza mientras que Demian empieza a manejar. — ¿Tiene noticias de él? —Pregunto.
—No sé cómo se lo llegué a tomar, señorita Ivanović... —Suspiro.
—Es mejor que me lo revelé —intento no angustiarme con la noticia.
—El día de ayer se hizo un operativo cerca de uno de los acantilados de Zadar y se encontraron unos cuerpos de algunas personas en un estado de calcinación... —Me agarre fuerte del asiento.
— ¿Qué trata de decirme? —Dije con la voz entrecortada.
—Necesitamos que venga a la morgue a reconocer el cuerpo de su esposo para verificar si dicho cuerpo puede ser de él, ya que hay uno que tiene la descripción que nos dio. —Explica.
La noticia es tan fuerte que la sangre se me congela, las manos empiezan a temblarme y siento como los mareos se profundizan más al punto de sentirme muy débil; cierro los ojos y me aprieto el vientre en el momento en que siento un fuerte dolor, el dispositivo se resbala de mis manos terminando por caer en mis pies, Demian me llama pero no le puedo responder hasta que dejando salir otro gemido hace que me dé cuenta que algo no está bien, más cuando abro los ojos y levantándome la blusa larga me doy cuenta que uno de mis muslos se encuentra manchado de sangre.
—Demian... —Lo nombro asustada.
—Oh cielos.
El miedo crece a cada segundo y más cuando los dolores se vuelven más fuertes; Demian quien también se preocupa con la situación, maneja rápido por las calles buscando un hospital cercano; intento mantener mis ojos abiertos, pero estos pesan, mi cuerpo se vuelve frágil y mis dedos empiezan a llenarse de sangre mientras que con una mano intento aliviar el dolor en el vientre.
Por favor no, no mi bebé.
Mis ojos se llenan de lágrimas pero el impacto de la noticia y los golpes que recibí de Tomislav me provocan una fragilidad en el cuerpo que no puedo controlar; me doy apoyo de forma mental diciendo que todo estará bien, que debo de ser fuerte y valiente por el bebé y por supuesto, prometiéndole que esté tipo de situaciones ya no volverán a suceder; me a recuesto en el asiento esperando que lleguemos pronto a un hospital hasta que el auto deja de moverse y escucho como abren y cierran una puerta; sin pensarlo a los segundos, nuevamente abren mi puerta, en donde Demian me quita el cinturón y pronto me toma de los brazos y piernas para dejarme en una silla de ruedas que es llevada por unas enfermeras, solo es ese momento en que pienso, que nunca había atravesado un momento que me provocará tanto pánico al punto de pensar en lo peor.
Con mis manos hago unos puños hasta que entramos a una sala y con palabras que son fáciles que se las lleve el viento, le digo a todo el equipo de médicos y enfermeras que salven a mi bebé, logrando decir esas últimas palabras hasta que todo se pone oscuro.
(...)
Abro los ojos y siento como todo da vueltas provocándome un pequeño dolor de cabeza, veo un techo y unas paredes color blanco, añadiendo de una pequeña máquina que me brinda suero en mi mano, cuando mi conciencia empieza a aparecer, me doy cuenta que estoy en un hospital, intento recordar todo y es cuando la piel se me eriza al saber que empecé a desangrar luego de recibir la noticia de Rade.
Me levanto de la cama y acarició mi vientre esperando que al bebé no le haya sucedido nada, estoy a punto de buscar respuestas a mis dudas hasta que alguien abre la puerta de la habitación, dándome cuenta que no se trata más que Demian quien la cierra de inmediato para luego ir hacía mí, en donde intenta que me acueste en la cama, pero se lo impido al querer saber lo que sucedió después de que me desmayara.
—Dime que no lo perdí. —Suelto de inmediato.
Él deja ir un suspiro mientras me da una mirada que no sé descifrarla cuando está entre miedo, compasión y tristeza; presenciar su silencio no hace más que crearme más dudas en la mente, sin añadir que no hace más que verme.
— ¡Demian! —Repito su nombre para que reaccione.
—No, no lo perdiste. Está contigo —dice despacio —. Tienes suerte, mucha suerte, no sé cómo diablos el bebé ha podido aguantar todo tu estrés, ni siquiera saben los doctores cómo es que aún puede seguir vivo. —Abro los ojos en grande.
Me dejo caer en la cama mientras que él acomoda las almohadas en mi cabeza y espalda para que pueda sentirme bien; pongo las manos en mi vientre sintiéndome agradecida porque aún sigo embarazada luego del enorme susto que me he llevado, la verdad es que no me esperaba que esto sucediera, como también, que la noticia de Rade terminaría siendo el detonante para que terminara por casi tener un aborto espontáneo.
Demian se queda a mi lado hasta que un doctor entra a la habitación con unos papeles en mano, la verdad, es que no estoy preparada para escuchar más noticias, eso sin decir que lo único que quiero es irme a casa para cuidar mejor mi embarazo.
—Señorita Blažević, soy el doctor Darko Novak. —Me alza la mano para que la tome, lo cual tomo sin dudarlo. —Creo que su pareja ya le comentó la suerte que tuvo con el bebé, ¿no?
—No somos pareja. —Decimos Demian y yo al unísono.
—Oh bueno, en ese caso... —El doctor se pone incómodo.
—Pero sí, ya me lo comento. —Respaldo su comentario.
—Si el señor no hubiera manejado rápido o se supiera varias calles que desvían el tráfico, no tengo duda que el bebé ya no estuviera con usted. —Dijo de forma compasiva.
Le doy una mirada a Demian quien mantiene los brazos cruzados y respira con tranquilidad mientras escucha las palabras del doctor.
— ¿Cómo está el bebé? —Le pregunto.
—Logramos introducir a tiempo al feto en su saco gestacional —menciona —, sin embargo, usted muestra altos niveles de estrés lo cual puede provocar que de nuevo suceda la circunstancia —eso me pone intranquila —así que, le pediré que los siguientes días, tenga mucho descanso, nada de cargar cosas pesadas y le recetare ciertos antibióticos que le ayudaran a fortalecer al feto. —Explica.
Ay mi Dios, espero que no se ponga peor la cosa y más teniendo esa esperanza de que Demian no se ponga como un hombre sobreprotector, creyendo que también, no sea capaz de quitarme mi trabajo porque es el único recurso que tengo por ahora para ir pagando mis deudas.
—Cualquier síntoma o problema puede mencionárselo a su obstetra, ya que será necesario que lleve con cuidado esté embarazo para que no se vuelva de alto riesgo. —Asiento.
—Muchas gracias. —Le digo al doctor.
—A la orden, además, le doy el alta para que pueda regresar a casa si lo desea. —Algo bueno entre tanta cosa mala.
—Por favor. —Él asiente para luego marcharse.
Demian camina detrás de él probablemente para hacerle algunas preguntas, así que quedándome en la habitación sola, me imagino en lo que hubiera sucedido si las cosas no hubieran resultado bien; la verdad es que ha sido un milagro que no haya tenido un aborto, con solo nombrar esa palabra en mi mente, la piel se me eriza, sinceramente, este día termino por ser el peor de todos, aunque aún no ha terminado cuando necesito saber más del paradero de Rade, pero primero tengo que cuidar al bebé, segundo desnivelar mi estrés y luego encargarme de ese asunto.
(...)
Me a recuesto en mi cama mientras veo la oscuridad de la noche en frente de mí, por lo menos la angustia ha pasado y lo único que necesito es relajarme antes de que las cosas vuelvan a su curso con sus problemas. Por lo menos Demian ha sabido ser discreto en todo y se me hace bien que no haya preguntado nada en el camino a pesar que se haya mostrado pensativo; la verdad es que no tengo palabras de cómo agradecerle, ya me ha salvado dos veces en un día, solo espero que la tercera no llegue, de modo que ha sido suficiente tener que aceptar la ironía de la felicidad que tuve unos minutos en mi cuerpo al saber que él estuvo en ambos momentos para auxiliarme.
Abren la puerta de la habitación para ver como él entra con una taza de té en sus manos, la lleva con cuidado sin intentar que está se salpique y derrame el líquido caliente en sus manos; al llegar a mí, me la entrega mientras que me acomodo entre todas las almohadas que tengo en mi espalda para luego sentarse en la cama.
Ver esa postura de él y darme cuenta que se ha quedado en la finca es porque quiere hablar conmigo, lo cual empezaré a plantearme las preguntas que hará y el tipo de respuesta que le daré con el fin de que tampoco se entrometa mucho en mi vida privada para que no me llegue a juzgar por los actos que ha conocido y mirado hoy.
—Siempre te he dejado ver que tu vida privada no me interesa, pero llegando al punto de que el bebé estuviera en riesgo no me queda de otra que preguntarte —me da una mirada seria.
— ¿Qué paso con eso de investigar mi vida privada? —Le digo a lo que él suspira.
—Me gusta resolver más los asuntos por medio oral que escrito —responde.
—Bien, ¿qué quieres preguntarme? —Dejo la taza a un lado luego de darle un sorbo al té.
— ¿Quién era ese hombre que te estuvo molestando? —Evado su mirada.
Ay... La verdad es que no me debería de sorprender que él pregunte por Tomislav luego de haber admirado la violencia y agresión con la que me ataco, sin embargo, creí que no iba a ser los suficiente capaz para preguntar eso cuando pensé que había investigado todos mis antecedentes familiares, añadiendo, que imagine que lo de Rade le iba a interesar más.
—El hijastro de mi tía. —Respondí con sinceridad.
— ¿Qué tienes con él? —Volvió a cuestionarme.
—Nunca hemos tenido una buena relación... —Dijo calentado mis manos mientras agarro la taza.
— ¿Por qué? —Sigue preguntando.
Realmente no me gusta comentar nada sobre mi pasado con Tomislav cuando lo único que quiero olvidar es el incidente que tuve con él que fue la bomba para que su padre me echara de su casa sin poder llevarme todas mis cosas; ni siquiera quiero hablar de ello, pero si no le doy una respuesta a Demian, pronto descubrirá la verdad.
—Me provocaba muchos problemas cuando vivía en la casa de su padre con mi tía. Siempre fue problemático y se libraba de los castigos de su padre echándome la culpa de sus acciones y como todo santo, su progenitor le creía mientras que a mí, me veía como la malvada de la historia. —Le dije.
—Pero no entiendo la actitud que tomó contigo, ¿paso algo entre ustedes? —Rodé los ojos.
—No Demian, si tienes la idea que tuve alguna relación amorosa con él, nunca la tuve. Y para más información me da asco y es un inútil, vive a costillas de su padre y siempre ha tenido envidia de las personas que él mismo ve que se superan. —Le explique.
Demian parece evaluar cada una de mis respuestas que se detiene un momento de seguir preguntando para analizar si le estoy diciendo la verdad, pero siendo sincera, todo lo que le he dicho no es una mentira; son varias las razones por las que odio al medio hermano de mi prima agregando que no puedo tolerarlo porque casi me termina por desgraciar la vida.
— ¿Es la razón por la que no querías irte a vivir con ellos? —Suspiro al ver que prosigue.
—Mi tía y mi prima son mi única familia, aunque creo que eso ya lo debes de saber. —Le digo recordando cuando me dio un expediente de mi situación económica. —Las amo, pero no puedo vivir bajo el mismo techo de dos personas con las cuales nunca me lleve bien, el esposo de mi tía nunca me quiso como parte de su familia y su hijo, no es de menos. —Murmuré.
La verdad es que la relación con esa familia era muy tóxica, todos los días solo eran peleas, regaños y castigos, y quienes se los llevaba era yo mientras que mi tía no hacía mucho por mí, es probable que mi padre jamás le hubiera perdonado la traición de dejarme en la calle cuando debía de haberme apoyado para salir adelante, pero su primer y único novio que terminó por convertirse en su esposo, le lavó la mente y luego con el embarazo le nublo los ojos a ella, creyendo que Marinella necesitaba de sus dos padres juntos para tener una familia unida, pero con esas decisiones tontas de mi tía ya no me quise meter, simplemente decidí que me valdría yo sola, para eso Dios me había dado dos manos, un cerebro, inteligencia y personalidad para salir adelante.
—Pero ¿qué hacías en ese lugar? Y ¿con él? —Lo miré.
—Mi prima tenía una competencia de natación, fui a verla porque meses atrás le prometí que iría, pero de un momento a otro, un niño abrió una bolsa de frituras con olor a barbacoa y bueno, me dieron náuseas así que tuve que buscar los baños más cercanos para ir a vomitar, aunque no tengo idea porque termine en unos tan lejanos y sin personas a su alrededor. —Dije avergonzada de no haber buscado otro tipo de baños. —Así que Tomislav me persiguió y me... —Me mordí el labio.
— ¿Qué? —Demian espero a que continuará.
Trague hondo y no supe cómo explicarle las intenciones que él tenía en hacerme en el baño, no es vergonzoso, pero recordarlo me provoca cierto temor en imaginar que cualquier cosa pudiera haber pasado si esas chicas no hubieran entrado al baño de forma inesperada.
—Danika... —Demian empezó a perder la paciencia.
Las manos me empezaron a temblar a punto de que, si él no las hubiera tomado, la taza se hubiera caído a punto de que el té terminara por quemar mis piernas.
— ¡Por Zeus! Sabes que lo que te hizo no es normal, ¿no? —Asiento. —Entonces, como mujer valiente que eres, debes de decirlo sin tener vergüenza. —Los ojos se me llenaron de lágrimas y por un momento pensé que escuchar aquellas palabras de mi boca no le van a gustar para nada.
El corazón me palpita rápido y de nuevo apareció esa idea de saber si alguien como él quien no me conoce perfectamente me llegaría a creer, ya había pasado por esta situación y quede como una ridícula ante las autoridades, simplemente decir la verdad no era suficiente, pero él había visto los hechos, así que no creo que él se pusiera en mi contra o terminara por juzgarme al pensar que soy una resbalosa con los hombres.
—Danika... —Se sorprendió al ver que una lágrima baja por mi mejilla.
—Él... —Las palabras se me quedan atoradas. —Intento violarme.
Sus ojos casi se salen de su rostro al escuchar aquellas palabras, me muerdo el labio y mi cuerpo por si solo empieza a temblar, las lágrimas no se detienen y tengo que dejar la taza en la mesita de noche antes que se caiga de mis manos; Demian se queda anonadado y petrificado por la noticia, casi asimilando como el día que se enteró sobre el embarazo.
—Hijo de... —Se contuvo a terminar la oración.
—Pero eso no es todo... —Él de nuevo me miro.
— ¿Te tocó? —Niego.
—No, pero supo que estaba embarazada. —Le confieso.
—Y, ¿aun así...? —Asiento.
Demian se levanta de la cama y empieza a moverse de un lado hacia el otro por toda la habitación como si fuera un león enjaulado, dice varias maldiciones en griego que varias o mejor dicho todas les puedo entender luego de que su padre nos propiciara clases de griego gratuitas en la empresa; nunca había visto así a mi jefe, ni siquiera luego de enterarse de que había estado esperando un hijo de él, pero está nueva reacción ha sido peor que la anterior, está es más hostil y llena de ira.
—Tienes que denunciarlo —soltó.
—Lo sé... —Hago una mueca.
— ¿No me digas que lo dejaras libre? Puede hacerle lo mismo a otra mujer e incluso, lo puede hacer con tu prima —resalta lo cual me atemoriza pensar en ello.
—No... ¡Claro que no! Solo que esté día ha sido suficiente para mí, solo quiero descansar, cuidar al bebé y evitar más estrés. —Él se calma al ver mi situación.
—Bien, pero esto no se quedará así, mañana pondremos una denuncia, te hizo daño y puso en peligro la vida del bebé. —Suspiro.
Dios, Demian me exprime como una naranja hasta sacarme la última gota, aunque no puedo negarme que tiene razón, es mejor hacer rápido esa denuncia sobre todas las cosas, a veces Tomislav es demasiado vengativo y no me quiero imaginar que pueda tocar a mi prima con el fin de satisfacer sus deseos.
—Y ¿qué hay de la llamada? —Bufe al ver que llega el siguiente tema.
—Cuando Rade se fue de mi casa no lo volví a ver, así que días después puse un reporte de desaparición de él porque necesitaba encontrarlo para que diera la cara y se encargara de las deudas y problemas que me entrometió con el banco. —Demian se quedó callado esperando que continuará. —Pero hoy me llamo un detective y quiere que vaya a la morgue para identificar un cuerpo que tiene sus características. —Demian se queda callado.
Bueno, quizás mañana pueda matar a dos pájaros de un tiro, primero la denuncia y luego verificar el cuerpo de Rade, a pesar de ello, tengo que estar suficientemente preparada física y emocionalmente para descubrir la verdad, a pesar que ya ni sé si es bueno que mi ex marido esté vivo o no luego de todo lo que me hizo.
—Mierda, ¿es qué te gustaban los idiotas? —enarco la ceja.
— ¿Debo contestarte eso? —Le tiro una pregunta.
—No, mejor no. No me interesa. —Dice indiferente. —Solo descansa, me quedaré en la finca por si llega a sucederte algo de nuevo, esperando que no sea así. —Menciona.
—Está bien. —Digo sin ánimos.
No pedí guardián, pero ya que, la ventaja es que al menos las preguntas terminaron y se ha marchado para dejarme sola, sin embargo, mañana será un día largo esperando que ya no haya más problemas porque sorpresas es probable que encuentre. Bendita suerte que tengo en tener más conflictos que soluciones.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Continuará...
PD. Les deseo a las lectoras un feliz día de la mujer!
Isabel Moz
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top