Capítulo XLVI
"En el dolor está la escuela de la vida. Con él nos hacemos sabios"
Esquilo
⁎⁎⁎
Quisiera decir que aún me quedan lágrimas por las cuales derramar, pero desde hace un par de horas ya no suelo hacerlo desde que creí que con solo llorar no iba a hacer nada para que mi hijo volviera a mis brazos, en vez de eso, solo he producido compasión entre todos mis seres queridos, añadiendo que mis ojos ya se han irritado y he empezado a tener un fuerte dolor de cabeza.
Desde las cuarenta y ocho horas que Hades lleva desaparecido junto con Rade, varios oficiales han empezado a hacer bien su trabajo cuando yo misma les había advertido de las propias amenazas que mi ex marido me hizo desde hace un par de semana, siendo así que el resultado de ello es que al no creerme que estaba vivo ahora se terminara por dar cuenta que al final él mismo tramo su propia muerte para cobrar venganza conmigo, en donde tomó una buena oportunidad en no sólo acorralarme, sino que también en aprovechar en tomar a Hades cuando se encontraba con mi tía y mi prima.
Sinceramente en ningún momento pensé que él nos había seguido y que casualmente su plan estaba dirigido para ese día, aunque es probable que una parte haya sido improvisada ya que como digo, encontró el momento perfecto para secuestrar a mi hijo en frente de mi rostro, porque sabía muy bien que dentro de la finca de Demian sería imposible pasar entre tanto guardia, cámara y vigilancia que hay en todo el terreno. Ahora siento que yo tengo la culpa en haber llevado a mi hijo a la boca del lobo, sentenciándolo a sufrir con alguien que lo odia y de por sí, que haría cualquier cosa por herirlo con tal de verme sufriendo.
Lo peor de ello es que no he tenido ninguna noticia de Rade acerca de lo que pueda querer a cambio, no tengo duda que lo primero que llegara a reclamar será dinero y Demian ya ha empezado a idearse en ese posible rescate que no le importa cuánto debe de pagar con tal de que ese maldito desgraciado nos devuelva a nuestro hijo, pero conociéndolo mejor que nadie, sé que ese idiota no sólo pensará en dinero sino que también en algo más que nos podrá poner contra la espada y la pared, pero en total, aunque quizás no me vaya a gustar lo que pueda pedir, en fin lo único que me importar es que me devuelva a mi hijo, que es lo más importante y debe de saber muy bien a estas alturas que daría mi vida por Hades.
Luego de volver a responder otras preguntas más que le pueden dar información a los detectives que forman parte de la búsqueda de Hades, me voy directamente a la habitación de mi hijo, necesito un momento de silencio en el que no interfiere el sonido de las pisadas de los oficiales, las palabras de los empleados que trabajan en la finca que están siendo entrevistados e investigados y por supuesto, de los comentarios optimistas que intenta ofrecerme la familia de Demian quienes hace un día llegaron a Croacia.
Por más que lo intente, unas palabras o un consuelo no me servirá ahora porque no quiero imaginarme cosas precipitadas de las que no debería de ocurrir aún, sin embargo, estas dos últimas noches que he pasado en la habitación de mi hijo, solo me he puesto a pensar acerca de qué si ese idiota le ha dado de comer, si le ha cambiado sus pañales, si tiene una buena cama en donde quedarse a dormir... Sinceramente son infinidades de preguntas que llegan a mi cabeza de las cuales hasta el momento no he tenido respuesta de ello, en donde cada hora que pasa, para mí ya es una tortura más al no tener noticias de mi bebé.
Cierro la puerta y apenas al ver la habitación de Hades de nuevo mis ojos se nublan de lágrimas, lo he añorado todas estas horas que a veces quisiera que esto solo fuese una pesadilla, pero dudo que eso pueda suceder porque los sueños a pesar que uno los pueda a veces sentir largos y tan reales, en está ocasión suele ser diferente.
Camino despacio para darme cuenta como en tan solo un par de minutos lo perdí tan fácil que es mi culpa no haber predeterminado que Rade podía tomar ese momento para llevárselo. Me acerco a su cuna y recuerdo muy bien cómo se quedaba dormido como un angelito, de como por las mañanas mueve sus bracitos y piernas mientras intenta tocar el móvil de música que le regalo su padrino y eso sin añadir, como esos hermosos ojitos azules verdosos me daban los primeros buenos días hasta tomarlo de los brazos en donde se apoyaba en mi pecho y descansaba unos minutos más.
Dejo salir un gemido y tomo con fuerza los barrotes de la cuna, empiezo a maldecir mientras que llega nuevamente esa preocupación en la que no tengo idea sobre cómo puede estar pasándola ahora mi hijo en brazos de ese desconocido que no tiene idea del odio que le tiene. Agarro su frazada favorita, esa que le regalo su abuela para enrollarla entre mis brazos y sentarme en la mecedora en donde varias tardes me quedo ahí con él mientras le canto una canción; empiezo a llorar y abrazo aquel pedazo de tela suave que tiene su olor a bebé, siento que me han arrancado una enorme parte de mi corazón en el cual ese dolor no se irá hasta que Hades pueda aparecer sano y salvo.
Siento como alguien me cubre con su cuerpo pero eso no es suficiente para que me detenga a ver de quién se trata, además por qué debería hacerlo si sé que se trata nada más y menos que de Demian, quien es el único que puedo decir que comprende este dolor y angustia por el que estoy pasando; acaricia mi rostro y siento como sus labios dejan un beso en la corona de mi cabeza, para sentir como luego se apoya en mí a fin de darme ese consuelo del que ya estoy cansada de recibir pero que de parte de él, suele ser confortador.
—No sé cuánto más pueda seguir así —le digo sollozando.
—Tenemos que seguir en pie, no podemos rendirnos con facilidad —escucho que susurra.
Quien diría que hace un par de semanas nos encontrábamos peleando y ahora, estamos aquí juntos como si nada hubiera cambiado... Bueno, en realidad sí ha cambiado mucho que ni quiero pensar en esos problemas que nos separaron. En otra ocasión podía haberlo apartado de mí y hacer que tomara distancia, sin embargo, no es momento para discutir y reflejar nuestras diferencias cuando nuestro hijo nos necesita y lo único que podemos hacer ahora es mantenernos juntos para encontrarlo.
— ¿Por qué no me dijiste que Rade te estaba amenazando? —Se separó de mí y me pregunto de forma apropiada y preocupada.
—Porque te conozco y sé que no me ibas a creer si no tenía pruebas que comprobaran que estaba en lo cierto —absorbí mi nariz —, además, pretendía decírtelo, pero luego llego la pelea y los siguientes días no te vi en casa. —Le comento.
Suspira y pronto toma mis manos para dejar un beso en el dorso de ambas; puedo darme cuenta como si hubiéramos resuelto nuestros problemas de una forma madura quizás hasta podíamos haber diseñado un plan para capturar a Rade antes que nos hiciera daño, al arrancarnos de nuestro lado a la persona que más amamos y nos importa más que nuestra propia seguridad; no obstante, las cosas terminaron yéndose de nuestras manos y eso provocó que al no estar unidos, el peso recayera en mí y le haya abierto a Rade las puertas para secuestrar a Hades sin ninguna dificultad.
—No sé qué tanto espera para llamarme de nuevo, necesito tener noticias de Hades antes que me vuelva loca —le digo adolorida pero molesta al mismo tiempo.
—Solo sé que hay que prepararnos para lo que venga antes que de nuevo él nos llegue a sorprender —me avisa.
—Lo siento, yo no quería que esto nos estuviera pasando, que Hades se encontrara lejos de nosotros y que las cosas hayan empeorado más de lo que ya estaban... Es mi culpa, por Dios... —Me toma de las mejillas para que lo vea.
—No, claro que no. Esto no es tu culpa, nadie tiene la culpa —limpia unas lágrimas que empiezan a deslizarse en mi rostro —, todo sucedido de forma precipitada que nadie ni siquiera tú o yo podíamos haber imaginado que él nos daría el golpe más grande de nuestras vidas. —Nos miramos a los ojos.
Trago hondo y siento como casi me agarra hipo al seguir sollozando, Demian acaricia mi pómulo, el cual se encuentra lastimado y mallugado luego del golpe que recibí en el rostro, el cual casi termina por dañarme el ojo si no hubiera sido porque el impacto del objeto no lo llego a alcanzar; siento como su dedo pulgar repasa el morete que me ha quedado haciendo que deje ir un pequeño gruñido al seguirme doliendo, como a su vez, el cual no he cubierto con maquillaje porque con eso que parezco magdalena, pronto las lágrimas dejarían ver de nuevo el golpe.
—Maldito imbécil el que te hizo esto. —Masculló.
Cierro los ojos e inexplicablemente la caricia que me brinda su pulgar es un alivio para el dolor de mi pómulo, tanto así, que no deja de masajearlo hasta que pronto sus labios son los que ocupan su lugar dejando un camino de besos en los que mi piel se eriza; giro mi rostro y pronto la punta de su nariz choca contra la mía, logrando que nos veamos hasta que esa sensación de nuevo aviva mis sentidos y mi mente empieza a darme dos opciones en las que puedo dirigir mi camino de nuevo al rechazo o a la sensación de alcanzar el cielo por un instante.
Sin embargo, apenas nuestros labios se rozan cuando alguien abre la puerta y nos apartamos despacio, ocasionando que nuestros ojos se dirijan a la persona que ha entrado de forma inmediata en la habitación sin pedir permiso.
—Lo siento por molestarlos, pero el detective que lleva el caso desea hablar con ambos. —Nos anuncia Lancer.
—Bien, ahora vamos. —Le responde Demian.
Lancer se marcha para volver a dejarnos a solas, pero esta vez, con la intención de ir a la sala, ambos nos marchamos de la habitación de nuestro hijo mientras que dejo la frazada en la cuna de Hades para luego acompañar a Demian hasta donde se encuentra el detective que sigue dándole continuidad a la búsqueda de mi bebé.
(...)
—Deberías comer algo, Dani —suspiro y aunque la comida se vea buena para mi gusto, no tengo apetito.
Intento comer algo, pero mi estómago no me pide comida, aunque intentará comer a la fuerza, seguiré sin tener apetito. Siendo sincera, lo único que me puede volver a dar motivación para hacer la rutina diaria que hace cualquier persona será hasta el momento en que mi hijo aparezca, o al menos, que el bendito de Rade llame y me diga cuáles son sus intenciones está vez.
Apenas soy capaz de probar un bocado de la comida que ha hecho Cyrene a fin de que Tara y Jelena no me sigan presionando a comer luego de no ver que me alimento y duermo como debe de ser; pero realmente como poder hacerlo si no dejo de pensar en Hades, de cómo deben de estar tratando a mi niño y si por lo menos lo están cuidando o le proporcionan lo necesario.
Acaricio mi cabeza para relajarme porque a estas alturas, estoy demasiado cansada de tener que esperar, porque a pesar que ya haya buscado a Rade entre los lugares que él más frecuentaba, ni siquiera los mismos oficiales han podido obtener algún paradero de él al quedarse en esos sitios o yendo a otros que pueden ser similares.
Estoy a punto de discernir en todo cuando siento que mi celular vibra en el bolsillo de mi pantalón, así que sacándolo y desbloqueándolo, me doy cuenta que es un mensaje de un desconocido, pero antes de poder animarme a levantarme de la silla para enseñárselo pronto a los oficiales, me detengo intentando que tampoco nadie tenga esa expectativa de que ha llegado ese mensaje que me ha vuelto la ilusión.
«Te veo en el parque Bundek City. Nadie debe de seguirte y mucho menos debes de abrir la boca y decirle a Demian o a los oficiales que te he escrito, recuerda que sigo vigilando cada uno de tus movimientos. Y si lo haces o al menos intentas hacerlo, ya sabes lo que puede sucederle a tu querido Hades».
Trago hondo y casi estuve a punto de desmayarme en el momento en que Rade me envía una fotografía de Hades llorando mientras le apunta la frente con un arma de fuego; sus ojitos cristalizados, haciendo un puchero con su boca y con aquellas mejillas y nariz roja logran que se me parta el corazón y el miedo vuelva a revivir en mi cuerpo.
Me levanto para empezar a salir de la cocina cuando Tara y Jelena están a punto de detenerme si no hubiera sido porque Demian se me cruzo haciendo que me mirara extrañado al ver la forma en que empiezo a correr como si hubiera olvidado algo.
— ¿A dónde vas? —Me pregunta.
—Necesito... Tomar aire... Quiero despejar mi mente por un momento —Le comento acariciando mi cabeza.
—Entonces, que Lovro te acompañarme —sugirió.
—No, quiero estar sola... Por favor —le suplico.
—Danika, no puedes estar sola, Rade está allá afuera y... —Veo como Tara le pone la mano en su hombro.
—Yo la acompaño. —Demian hace una mueca sin convencerse aún.
Fuera más fácil las cosas si Rade no las hubiera complicado, pero creo que tengo más oportunidad de desligarme de Tara que de Demian, así que, aunque no lo deseé y ese no haya sido el acuerdo que haya tenido con mi ex marido, por lo menos, debe de saber que por su estúpida idea, nadie pretenderá dejarme sola mientras que él se encuentre prófugo de la propia justicia.
Encojo los hombros y camino en dirección a la entrada principal, da igual quien me acompañe, pero con que no sea Demian y alguien que esté trabajando para su mando o de la policía, todo estará bien.
Tara pronto sale detrás de mí para abrir las puertas de su vehículo, me siento en el lugar del copiloto mientras que ella espera a que me abroche el cinturón para luego empezar a manejar con cuidado; apenas salimos de la finca cuando comienzo a pensar sobre qué ha llegado el momento de enfrentar a Rade cara a cara, no sé qué es lo que me llegará a pedir a cambio por Hades, sin decir que me parece demasiado extraño que me haya mencionado que me esperara en un parque siendo un lugar público cuando podría haber puesto que nos encontráramos en un lugar privado, pero siendo así, al menos tengo oportunidad de salir corriendo por si intenta atacarme o de pedir ayuda.
—Espero que no estés tramando nada, Dani. —Dice Tara con un aire molesto.
—No es eso Tara, simplemente no puedo seguir rodeada de tanto oficial cuando nadie me da noticias de Rade o Hades —discuto el tema como si no fuera suficiente repetirlo.
—Debes de tener paciencia —miro hacia la ventana.
— ¿Paciencia? —Suelto una risa irónica. —No puedo tener paciencia cuando ese maldito secuestro a mi hijo y solo Dios sabe cómo se encuentra Hades ahorita, es solo un bebé de cuatro meses... Qué sabe Rade de cuidados si nunca quiso hijos y cuando los quería término por ser el hijo de alguien más. —Mencioné llena de ira.
Me acaricio las sienes porque con lo poco que he dormido y la poca tolerancia que tengo hace que mis nervios salgan a luz y me vea como una mujer frenética de la que podría cometer cualquier locura con tal de tener nuevamente a su hijo a su lado.
— ¿Dónde quieres que te lleve? —Pregunta Tara yendo hacia la ciudad.
—Al parque Bundek City. —Le comento.
—¿Por qué ahí? —Pregunta con curiosidad.
—Es un lugar abierto, podré caminar y tomar aire, que es lo que necesito por el momento. —Digo sin comprometerme a revelarle el plan por si Rade también ha logrado espiarnos por otros medios menos visuales.
Todo el camino estuvo silencioso, algo que de por sí, me favoreció porque intente analizar todo lo que podría llegar a suceder pero siendo sincera, lo único que he llegado a pensar es que el objetivo de que Rade esté haciendo todo esto no sólo es por venganza sino por dinero, porque sabe muy bien que Demian tiene dinero y daría cualquier cosa por que le devuelvan a su hijo, ya que si él mismo parecía saber cada uno de mis movimientos en la casa, no dudo que estos dos días pudo haberse reído de nuestro sufrimiento, eso sin decir, que debe de saber que Demian además de haber considerado la idea de pagar una suma alta de dinero, ya tiene una maleta llena de dinero por si Rade nos da un límite corto de tiempo para entregar ese dinero.
Pronto llegamos al parque Bundek City en donde empecé a prepararme para ver a Rade, no sé qué cara tendré, pero lo que sé es que no tengo un buen rostro para presentarme cordialmente con mi ex marido luego de haber sido esto la gota que rebalso el vaso después de lo que me hizo pasar y eso sin decir, de lo que me hizo pagar todo este tiempo cuando mientras resolvía sus deudas, él se la vivía de forastero sin tener preocupaciones de tener que solventar sus propios problemas financieros.
—Iré contigo —la detengo antes de que se quite el cinturón.
—Tara, por favor. Necesito un momento a solas, en serio. Ha sido demasiado tener que sentir esa presión de todos, estos dos últimos días —intento convencerla.
—Danika, temo que cualquier cosa pueda sucederte —niego.
—Solo dame unos minutos, ¿sí? —Ella no aprueba mis palabras —Está bien, llámame en quince minutos, si no contesto, ve a buscarme. —Le propongo.
—Es absurdo... —Dice molesta.
—No te lo tomes mal, además Rade no se expondría en un lugar público sabiendo que puedo pedir ayuda o salir corriendo, ¿no lo crees? —Busco la forma de convencerla.
—Sí, quizás en eso tienes razón. —Suspira. —Está bien, pero no te tardes. —Concluye.
Suelto un suspiro de alivio al saber que no me llegará a perseguir, así que saliendo de su auto pronto me encamino hasta donde considero que Rade pueda llegar a encontrarse que es el lago Bundek, así que mientras camino cada vez más rápido pronto llego hasta la zona en donde se encuentra esa atracción del parque, en donde busco a alguien que pueda tener al menos la figura de él, sin embargo, las pocas personas que se encuentran en aquel sitio no parecen ser Rade, así que me aproximo simplemente a las orillas del lago esperando que él mismo aparezca.
Le envió un mensaje a Tara mencionándole donde me encuentro, al menos con eso puede dejarle de sabedora que además de seguir viva, me he quedado en un sitio en donde rápido puede encontrarme.
—Te dije que vinieras sola —pongo mi espalda erguida al escucharlo detrás de mí.
— ¿Piensas que alguien querrá dejarme sola luego de lo que has hecho? —Le digo sin voltearme a verlo.
Sus pasos se aproximan, pero en vez de atacar, se queda a mi lado, de reojo veo como se ha vestido como un turista mientras que una gorra oculta su cabello y unos lentes negros cubren sus ojos.
—Eres un imbécil, ¿qué es lo que planeas al querer secuestrar a mi hijo? —Lo confronto.
—No mucho, realmente solo quiero una cosa —ruedo los ojos.
— ¿Cuánto dinero quieres? —Le digo de inmediato.
—Sigues conociéndome muy bien, ¿no? —Confirma mis sospechas.
—Cualquiera que te conociera sabe lo avaricioso que eres, nunca te sentías satisfecho con lo que tenías, siempre querías más, así que, ¿por qué no aprovecharías la oportunidad de tener dinero fácil a cambio de que me devuelvas a mi hijo? —Menciono a lo que él deja ir una carcajada.
—Tienes razón, la verdad nunca creí que un bebé podría costar mucho dinero —lo asesine con la mirada —y más si se tratará de un Thalassinos —soltó con burla.
— ¿Cuánto dinero quieres, Rade? —Masculle para terminar con esto.
—Diez mil millones —abro los ojos en grande.
— ¿Diez mil millones? —Suelto asombrada.
—Vamos Danika, no deberías ni de sorprenderte. Es poco lo que te estoy pidiendo, además, creo que eso es lo que al menos tiene ese maletín que Demian ha dejado en su oficina, ¿no lo crees? —Trago hondo al saber lo del maletín y donde se encuentra ubicado.
— ¿En serio? ¿Cómo es posible que tengas el descaro de decir que es poco? —Le digo molesta.
—Claro que es poco para lo que gana tu querido jefe en un mes —intento no darle un puño en la cara como lo hice con Stefan.
—¿Por qué no has ido tú a buscar el maletín ya que sabes cuánto dinero hay y dónde se encuentra? —Lo cuestiono a lo que él encoje los hombros.
—¿Crees que me arriesgaría? —Dice riendo. —Podría hacerlo, pero sabes muy bien que tu mocoso, quedaría por ahí perdido y al ser un bebé, tiene la desventaja total y puede morir más rápido, ¿no lo crees? —Se burla de mis palabras.
Cualquiera diría que cómo es posible que no esté perdiendo el control en este instante teniendo a Rade en frente de mí en donde muy bien puedo delatarlo y entregarlo a los oficiales, en donde en vez de eso, estoy manteniendo una conversación muy tranquila con él, pero es por la simple razón que ahora tiene la ventaja de tener a mi bebé en sus manos, en donde también, desconozco el paradero de dónde lo tiene y si no hago lo que dice, no tengo duda que Hades podrá sufrir las consecuencias y eso no me favorece por ahora hasta saber dónde se encuentra; además sacarle información a Rade será difícil preferirá irse a la cárcel antes de decirme donde se encuentra mi hijo.
—Bien, pero con una condición —no dice nada, pero pone un rostro de escucha —, te daré el dinero, pero a cambio, quiero que me digas dónde se encuentra mi hijo. —Saca una risa.
— ¿Cuál es el interés? —Se ríe al ver lo que le pido.
—Porque estoy preocupada por él y supongo que, si quieres que te entregue el dinero, tendrás que darme una dirección, ¿no? —Sonrié.
—Como lo desees. —Cruza los brazos. —Sin embargo, no te la daré hoy, sino que hasta mañana cuando lleves el dinero hasta mí. —Sonríe.
—¿Qué? ¿Es una broma? —Niega. —Entonces no me arriesgaré a darte el dinero si no me das algo a cambio. —Bufa.
—¿No te es suficiente saber que te entregaré a tu mocoso? —Hago las manos unos puños al ver como llama a mi hijo.
—No. No me es suficiente cuando te conozco y sé que puedes darme una sorpresa —refunfuño.
—Entonces, estamos a mano. —Menciona. —Porque quién me dice que no estas grabando está conversación en tu celular para pronto entregárselo a las autoridades para que me busquen o también, que no los has llamado para arrestarme. —Eleva su ceja.
Trago hondo porque en sí, después de haberle puesto el mensaje a Tara, también de una sola vez puse la aplicación de grabación de voz para tener una evidencia de Rade, pero empiezo a darme cuenta que él ya ha descubierto mi plan.
—Debes tener cuidado con lo que haces, ¿no te basto con la fotografía que te envíe? —Aprieto los labios. —O es que quieres que te regrese a un Hades muerto. —Algo dentro de mi cuerpo se remueve lleno de odio y tristeza al saber que estoy contra la espada y la pared. —Entonces, ¿hacemos un trato? —Suspiro.
—No creo tener muchas opciones. —Declaro molesta y decepcionada de mí al no poder hacer más.
—Muy bien, las reglas son simples, la maleta con el dinero, nada de trucos, ni un policía que tenga que rastrear tu paradero y nadie debe de saber de esto, o si no, ya sabes que puedo deshacerme de tu hijo con tanta facilidad, así como implantaron el esperma en ti. —Respire profundo.
—Está bien. —Acepto sus condiciones.
—Bien, quédate pendiente de tu celular, mañana te enviaré la dirección y un taxi pasará por ti para llevarte a mí. —Menciona.
(...)
Sí, quizás no fue sencillo convencer a Demian de que preparara nuevamente la maleta previa llena de dinero para entregársela a Rade por si llegase a llamar, ni siquiera tengo idea de cómo pude inventar una mentira con tanta facilidad que antes de llegársela a creer tan rápido, me cuestionó de cabeza a pies a fin de saber cómo es posible que tenga una cifra en mente de lo que pueda pedir mi ex marido para entregarnos a Hades, la verdad con eso de mencionar que conozco muy bien a Rade y sé que con un millón de kunas no se quedaría tranquilo, lo hizo pensar y sacar la conclusión que tenía razón al saber que no llegaría a pedir un monto pequeño por nuestro querido hijo; así que no dudo en hablar con el banco para que le proporcionará otra parte de ese dinero en menos de diez horas, ya que al principio la maleta solo contenía cinco millones de kunas.
A estas alturas debería pensar que Rade puso muy fácil el intercambio cuando hay algo que me resulta de todo esto muy inquietante y es que él, se le vio tan sereno el día de hoy como si no tuviera miedo de que pudiera tramar algo en contra de sus reglas. Mi sexto sentido no deja de creer que algo no está bien pero que, a su vez, si no hago las cosas como se debe, también pagare las consecuencias.
— ¿Querías hablar conmigo? —Demian entra a la habitación de Hades.
—Sí. —dejé de ver la cuna vacía para darme la vuelta y verlo a los ojos. —Sé que antes que sucediera esto no estábamos bien —veo cómo cambia su rostro al darse cuenta que estoy hablando sobre nuestra problemática relación —y que pensaba irme de acá llevándome a Hades a vivir conmigo a la casa de mis abuelos... En fin, he cambiado de opinión —abre la boca, pero pronto la cierra queriendo escuchar lo que tengo en mente —. Quiero que tú seas quien se encargue de él —enarca la ceja.
— ¿A qué te refieres? —Pregunta desconcertado.
— ¿Recuerdas aún la promesa que te hice que cumplieras antes de dar a luz a nuestro hijo? —Asintió. —Entonces, quiero que la sigas prometiendo. —Esta vez si abre la boca para hablar.
—Danika, ya hablamos de ello... —Lo detengo.
—Demian, ya me prometiste en cuidar a nuestro hijo si el día de mañana me sucediera algo, así que no puedes dar vuelta atrás para retractarte de ello. —Hace una mueca.
Me acerco a él y tomo sus manos, quisiera poder expresarle todas las emociones que estoy viviendo ahora mismo, pero sin dudarlo, no quiero arruinar ese momento de paz que al menos tenemos por ahora.
—Si algún día llega una mujer a enamorarte y a cambiar tu vida, dale la oportunidad de entrar a tu corazón —se asombra con mis palabras —, sé que Karsten y Gredel destruyeron ese sentimiento en ti, pero no quiero que vivas aun atormentándote por ello, así que, al menos déjate amar una vez más y verás que podrás volver a encontrar la felicidad. —Le digo antes de marcharme.
— ¿Por qué me dices esto? —Trago hondo.
—Porque, aunque te amé... —se me atoran las palabras en la garganta —debo de aceptar que tú no eres mío, pero puedes ser de alguien más y que esa persona pueda que te amé más que yo y pueda hacerte sentir vivo. —Mi corazón empieza a latir rápido.
Se queda callado sin responder a todo lo que le digo, simplemente veo su rostro lleno de angustia y dolor, deja de verme a los ojos para comenzar a entender que el tema no le ha causado fatiga sino más bien, ansiedad y preocupación; de nuevo su cuerpo se ha puesto tenso, como a su vez, presiento que no dirá nada al respecto que no sea que tenga que contradecirme ante todo lo que le he dicho.
—Gracias por todo, Demian. —No me dirige la mirada. —Por darme los mejores doce meses a tu lado y... Por darme a Hades como hijo.
Me despido para salir de la habitación de mi hijo para irme a la mía, al estar en ella simplemente, termino por encerrarme con llave y pronto ir hacia el escritorio, donde, de una de las gavetas, saco varias hojas de papel con un lapicero. Apenas soy capaz de contener las lágrimas cuando empiezo a escribir unas palabras que no sé a dónde llevará mi mano escribiéndolas y si todo lo que diré será por medio de mi mente o mi corazón.
«Querido Demian Thalassinos. Mi bipolar preferido...»
(...)
Mi cuerpo sabe que algo no está bien hasta mi propia conciencia me dice que estoy haciendo lo incorrecto, sin embargo, toda madre hace cualquier cosa por su hijo y por supuesto, en mi ocasión, no tengo mucho remedio que seguir las indicaciones de Rade si no quiero que lastime a mi niño. Cierro los ojos para respirar profundamente antes de empezar a bajar las escaleras con mucha lentitud para que nadie me escuche, es muy temprano y todo el mundo se encuentra aún dormido así que es un buen momento para escaparme, no sin antes dejar un par de cartas en la oficina de Demian.
Antes de poder marcharme por completo, mi mirada se dirige a un solo lugar y ese es el portarretratos que ahora se encuentra en una esquina del escritorio de él. No obstante, cuando empiezo a tomarlo, me doy cuenta que ya no se encuentra la fotografía de Gredel con Obelix, más bien, hoy está una que en cualquier otro momento me hubiera hecho sentir especial, tanto, que no dudo que pude haberme creado otra ilusión al ver la fotografía que la señora Dionne nos tomó a Demian y a mí, en nuestro primer día al ser padres. Veo ese resplandor de orgullo, felicidad y amor que hay en mi rostro, pero últimamente, siento que he perdido cada elemento que me ha hecho sentir vulnerable.
Recibo un mensaje y apenas al abrirlo, me doy cuenta que, aunque deseé abrir la boca, estoy sujeta a quedarme callada por el bien de Hades, debido a que Rade nuevamente me envió una fotografía de él, solo con la diferencia de que dentro del mensaje va unas palabras y una dirección que parece haber quedado a medias esperando que no sea así.
«Es hora. Ya sabes, ni una sola palabra porque, aunque quieras escapar de mí, tengo mis ojos en cada uno de tus movimientos».
Dejo el portarretrato en el escritorio, las cartas en medio y pronto salgo de la oficina para ir rápido hacía la entrada principal. Doy unos pasos fuera de la casa de la finca y trato de no pensar en lo peor cuando empiezo a caminar sin ver hacía atrás; me ajusto la mochila y pienso en cada uno de los recuerdos que alborotan cada vez más mi mente y mi corazón, me hago la fuerte e intento no llorar, ha sido suficiente la noche anterior para seguir de pie con el tema.
— ¿Señora Danika? —Me llama el vigilante de la entrada principal de la finca.
—Iré a caminar un momento, ¿puede abrirme la puerta? —Le pregunto.
—Señora Danika, ¿lo sabe el señor Thalassinos? —Suspiro.
—Sí, creo que se le olvidó mencionárselo ayer por la noche —mentí con lo primero que se viniera en la mente.
—Debería llamarlo... —Lo detengo.
— ¡No! No se moleste, él sigue durmiendo, ha sido días largos y... Ya sabe... —intento que razone.
Lo piensa un instante hasta que se da cuenta que tengo razón al no despertar tan temprano a Demian, así que con dudas aún si abrirme el portón de la finca, al final hace lo que le digo, logrando que vea que apenas esto solo es el comienzo de lo que pronto vendrá.
—Gracias. —Le digo al vigilante.
Comienzo a apartarme del territorio de la finca para buscar el taxi que Rade me informó que estaría puntual para llevarme hasta donde se encuentra mi hijo, así que a unos metros que ya empiezan a ser lejanos de la casa y que a su vez, pierdo aquellas cámaras del terreno que puedan estarme filmando; termino por ver un taxi que se encuentra en mi espera, así que sin tener que preguntar, abro la puerta y pronto entro en la parte de atrás en donde sin decirle nada al conductor, empieza a manejar dándome cuenta que pronto nuevamente veré a mi enemigo pero que a su vez, rescatare a mi bebé.
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ÚLTIMOS CAPÍTULOS
Continuará...
Uf, realmente estar en esas situaciones es difícil más cuando se trata de un bebé. Ojalá pronto termine está tortura para Danika y Demian.
El final se va a acercando cada vez más y puedo decir que los últimos capítulos son increíblemente llenos de muchas emociones y decisiones.
Les deseo un feliz fin de semana.
Nos vemos en el próximo capítulo que está vez viene con la sorpresa de que descubriremos los planes de Rade y por supuesto, la razón por la que secuestro a Hades.
Isabel Moz
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