Capítulo XLV

"Hacer mal por voluntad es peor que hacerlo por la fuerza"

Aristóteles

⁎⁎⁎

Esto es una mierda, nunca me había sentido tan atemorizada en toda mi vida, esto supera toda la perspectiva que pude haber tenido en el transcurso de mi vida cuando hacía referencia que nada ni nadie me llegaría a asustar como nunca luego de que Tomislav estuviera a punto de violarme, pero está vez, las cosas suelen ser diferentes, al menos esa ocasión pude levantarme de ese golpe y seguir caminando para normalizar nuevamente mi vida, pero en está vez, no comprendo qué me ha sucedido, es decir, no me reconozco, ni siquiera soy capaz de poder tener un minuto de paz cuando mi mente divaga varias veces sobre lo que pueda ocurrirme cuando me encuentre sola o cuando Hades no se encuentre conmigo... Esto es más que una pesadilla, y no veo que termine nunca.

Me acaricio mis ojos y empiezo a recordar cuando fue la última vez que pude conciliar el sueño, pero pronto me doy cuenta que hace dos semanas y media es que no he podido dormir bien cuando los mensajes o llamadas de Rade se han vuelto más constantes que no lo he podido detener y lo peor de ello, es que aunque ya haya ido a pedir una investigación por mi supuesto ex marido muerto, los oficiales de por sí casi se ríen en mi cara al enterarse que estaba intentando decirles que buscaran a un hombre que lleva un año de fallecido y que por obvias razones fue cremado en donde no hay nada que investigar a profundidad.

Realmente no sé porque tengo la mala suerte de que ningún oficial me llegue a creer cuando me encuentro en problemas; sin embargo, ese no ha sido mi molestia, más bien, lo que agravo mi enojo es que todas las llamadas que Rade me ha hecho han sido de teléfonos públicos de los que se han encontrado en distintas zonas del país que no pueden localizar o determinar un punto exacto en donde pueda estar mi acosador, añadiendo que las notas que me ha enviado por mensajería no pueden predecir tampoco quien es la persona que las envía cuando las huellas que han llegado a presentarse en el sobre no son más que las del cartero y de los empleados que trabajan en la empresa de correos del país.

De por sí, nunca me había llegado a ver tan estancada en lo que corresponde a una búsqueda por mi cuenta, más con eso de que Rade últimamente sabe cada uno de mis pasos; con ese detalle que cada día me deja en claro con sus llamadas o mensajes, hizo volverme como una estérica al buscar cámaras por toda la casa desde adentro hasta afuera, en donde no sé si él tiene a alguien que se encuentra vigilándome o es que en serio, ha considerado poner pequeñas cámaras en lugares poco visibles para mis ojos pero me suena patético por una parte cuando no tengo idea de cómo se llegaría a meter a la casa de Demian cuando hay vigilancia por cada punto de terreno y del viñedo.

Lo que aumenta la gravedad del asunto es que apenas el día de ayer me entere por Alen que ya todos saben que Demian y yo tenemos una peculiar relación que todos desconocían y pensaban, que sería la última persona pulcra que no dejaría que su jefe metiera las manos debajo de su falda; realmente si Vladimir no hubiera sido capaz de meterse entre las conversaciones del departamento de contabilidad nadie de mis amigos se hubiera enterado que ya está el rumor de que seduje a mi jefe y que de ello tuvimos un hijo, como a su vez, a través de ello, surgió mi ascenso al ser gerente.

Ya no sé qué es lo que más puede preocuparme entre todos los asuntos que me están pasando, porque ahora además de tener que vivir bajo el miedo por Rade, me señalaran como la zorra de la compañía que no espero a que su luto terminara para meterme con el jefe multimillonario para que le diera una buena vida.

Ni siquiera puedo hacer nada al respecto cuando Demian no ha aparecido en la casa desde que tuvimos nuestra última discusión, lo único que sé es que cuando quiere saber sobre Hades, se comunica con Cyrene para que pueda enfocarlo en su celular por medio de una videollamada o sino, termina de buscar a nuestro hijo por las noches cuando sabe que ya no me encuentro en su habitación; aunque eso es raro que suceda desde la última vez que Rade me describió a detalle dónde y cómo estaba dormido mi hijo. Además, tengo el presentimiento de que Demian no me llegará a creer hasta que le dé una evidencia de que Rade esté vivo, y como conozco muy bien a mi ex marido, sé que no llamará cuando Demian se encuentre en casa, como también, no enviará mensajes; por tanto, el padre de mi hijo solo pensará que todo es obra de un acosador o enemigo que tenga

—Señorita Danika... —doy un enorme salto —, lo siento no era mi intención asustarla...

Negué ante las palabras de Cyrene, sinceramente hasta el menor ruido posible termina por asustarme hoy en estos días que quisiera decir que mi estado de alerta aún no ha colapsado, pero en sí, me estaría engañando cuando ni siquiera puedo mantenerme atenta con unos simples pasos que no logren ocasionarme miedo.

— ¿Sucede algo Cyrene? —Le pregunto mientras observo como Hades se encuentra en su corral jugando con unos cubos de algodón los cuales lanza y vuelve a tomar hasta intentar metérselos en la boca.

—Tiene visita —me levanto alterada por si es Rade el que ha decidido presentarse en esta casa... Aunque no debería creer eso cuando no sería capaz, o ¿sí?

A estas alturas debería pensar cualquier tipo de posibilidad, pero no me quiero seguir enredando entre el miedo y la paranoia que empiezo a crear con estos eventos.

— ¿Quién es? —Le pregunto preocupada.

—Es una mujer llamada Ruza Blažević quien viene con su hija Marinella. —Suspiro y vuelvo a respirar con tranquilidad.

—Gracias, ¿puedes quedarte un rato con Hades? —Ella asiente.

—Será un gusto cuidar a este pequeñín, ¿no es así "H"? —Cyrene toma en sus brazos a Hades quien suelta una risa que me hace sentir segura que he dejado a mi hijo en buenas manos.

Voy directo a la entrada principal en donde me encontraré con mi tía y mi prima luego de escuchar que Cyrene dio órdenes para que dejaran entrar a mi familia a la finca; no tengo idea como descubrieron que estaba viviendo acá, aunque últimamente con eso de que todo el mundo se está enterando de mi relación con Demian, ya no me impresiona que las personas empiecen a averiguar sobre mí. Me quedo en la puerta esperando a las únicas dos personas que he perdido su comunicación hace ya ocho meses para ver como un Uber las deja cerca de la entrada, pronto veo como mi tía se baja del vehículo junto con Marinella quien se ha quedado asombrada con todo lo que está observando a su alrededor, sin embargo, cuando me ve, no tarda mucho tiempo en correr hasta mí y gritar mi nombre para recibirla con un gran abrazo del cual me llena de mucha alegría verla.

— ¡Danika! —Correspondo pronto su abrazo.

— ¿Cómo estás cisne? Me da gusto poder verte acá —acaricio su cabello mientras le regalo una sonrisa.

—Hola Dani. —Miro a mi tía y suelto un suspiro al ver la vergüenza con la que me habla.

—Hola tía. —La saludo.

Si mis abuelos estuvieran vivos no sé cuál hubiera sido su reacción al enterarse cómo mi tía y yo nos llegamos a separar por un hombre que me despreciaba y no quería que formará parte de su familia. Sinceramente, sé que tenemos mucho por lo que hablar para solucionar esa diferencia que hemos llegado a tener durante todos estos años en los que nunca me llegó a creer lo que Tomislav había sido capaz de hacerme, eso sin decir, de la abofeteada que me dio al pensar que estaba arruinando el futuro de mi prima cuando lo único que estaba intentando era salvarla a fin de que no sufriera el mismo daño por el que pasamos Vesna y yo.

—Vamos, entren. —Las invito a la casa.

Apenas entran cuando escucho unas palabras de sorpresa de mi prima, realmente me recuerda mucho a mí en el momento en que Demian decidió que me viniera a vivir a esta casa; al pensar eso, me suena como si ya hubieran pasado años pero la verdad, es que apenas solo ha pasado un año desde que le afirme estar esperando un bebé de su sangre y por supuesto, en estar pasando por todas las desagracias que me dejo Rade que eso solo fue la punta del iceberg, porque ahora parece que mi ex marido resucito entre los muertos por lo que mi odio hacia él ha regresado.

—Que bonita es tu casa, prima —dice Marinella al entrar al salón.

Hago una mueca porque siendo sincera, esta no es mi casa y por supuesto, el dueño no se encuentra en ella, por lo que me da un poco de paz porque en este instante no puedo fingir o mentir de que tengo una buena relación con el padre de mi hijo luego de conocer que no soy más que otra mujer aprovechada que ha entrado en su vida y simplemente está aquí en cuestión de su bebé.

— ¡Enhorabuena! ¡Felicidades por el nacimiento de tu hijo! —Comenta mi tía con un tono alegre.

—Gracias. —Le dijo con una sonrisa sincera.

— ¿Así que se llama Hades Ibai? ¿No? —Elevé mi ceja.

—Sí, ¿cómo lo sabes? —Le pregunto asombrada.

—Bueno, creí que me informarías sobre que ya habías dado a luz, pero creo que las noticias se precipitaron un poco. —Abro los ojos en grande.

¿Noticias? ¿Qué noticias? Por el amor de Dios, que no sea lo que estoy pensando. Les doy una señal a mi tía y a mi prima para que me esperen un rato; así que directamente voy hacía la entrada de la casa en donde se encuentra el periódico local enrollado como un tubo y en una bolsa de plástico, así que agarrándolo y extendiéndolo, pronto busco la sesión de farándula alguna noticia sobre Demian pero no hay nada, así que no me queda de otra que ir en la sesión de economía y negocios en donde pronto en una esquina veo lo que menos me ha resultado gracioso enterarme, porque veo que alguien hizo una publicación felicitando a Demian sobre su primogénito y heredero de Kavala's Industry.

Maldigo muy bajo para que nadie me escuche.

«¿Cómo es posible que todo el mundo excepto yo se esté enterando de que la noticia de que Demian ya tiene un hijo empiece a ser divulgada nacionalmente?» Eso sin decir que mientras leo puedo ver como tienen la información principal e importante, en donde no sólo sale el nombre de nuestro hijo, sino que también la edad, el lugar donde nació y por supuesto, la madre del bebé.

Me rasco el cuello al sentirme abrumada por esta noticia que acaba de caerme de golpe, sinceramente no creí que las personas fueran demasiado chismosas para querer meterse en la vida personal de los demás sin su consentimiento, lo que me hace preguntar es si Demian ya sabe de esto y si es así, si ha hecho algo por ello porque no quiero que luego las personas me señalen por meterme con mi jefe y haber concebido un hijo de él solo para vivir como una diosa.

Dejé el periódico a un lado para volver a la sala; luego comentare este asunto con Demian ya que dudo que ahora mismo me conteste, aunque sería bueno que me presentara a la empresa y así solucionáramos todo este mal entendido en donde no dudo que ahorita debo de ser la primicia entre toda Kavala's Industry.

— ¿Sucede algo? —Mi tía me pregunta preocupada.

—No, sólo fui a resolver un asunto —digo de forma evasiva.

—Danika, hemos traído un regalo para mi primito —Marinella saca del bolso de mi tía un regalo.

—Oh... No debían de haberse molestado... —Mi tía me detiene.

—No es una molestia, la verdad, Marinella está entusiasmada de conocer a Hades —menciona mi tía.

—Oh vamos mamá, tú también quieres conocerlo, o ¿no? —Mi prima empuja a su madre con su cadera.

Suelto una sonrisa y las invito a sentarse mientras voy por Hades, sinceramente creo que sería imposible tenerle un rencor a mi tía en este instante cuando lo único que quiero es que haya paz entre ambas, como también, que mi prima y mi hijo puedan convivir con una familia unida en donde no se dejen llevar por el enojo o la venganza por cosas del pasado.

Encuentro a Cyrene jugando con Hades quien toma uno de los cubos de su mano para verlo mientras sus ojos van desde su nana hasta el juguete; pero apenas me ve, saca una sonrisa en el que termina por lanzar el cubo y poner sus manos en el suelo como si se sostuviera antes de terminar por caerse.

— ¿Todo bien? —Le pregunto a Cyrene.

—Cómo no estarlo. Si Hades alegra mis días cada vez más —Cyrene pasa su mano en la cabeza de mi hijo para peinar su cabello.

—Me lo llevaré un momento para mostrárselo a mi tía y mi prima —le comento.

—Claro, si necesita de mí. Puede avisarme, estaré en la cocina —asiento al ver como toma a Hades y luego me lo entrega.

Siento como Hades se acurruca en mi hombro, en donde no dudo que dentro de un par de minutos más pueda ser que termine por tomarse su siesta matutina, así que mientras me lo llevo a la sala, empiezo a idearme que más tarde de nuevo su padre y yo tendremos una larga conversación en la que espero que solucionemos todo malentendido que está viniendo de forma inesperada, en donde sé qué no sólo a mí, sino que también a él, lo perjudicara en estos rumores falsos que han empezado a hacer de nosotros.

Entro a la sala y veo como Marinella deja de ver hacia el suelo para alzar su mirada en donde pronto sus ojos brillan al ver a su nuevo sobrino —sé que suena extraño, pero en jerarquía familiar es así como funcionan estos roles—; mi tía quien no se esperaba la forma en como la recibiría y también que fuera capaz de enseñarle a mi hijo, por lo que observo como se levanta del sofá mientras me doy cuenta como ha empezado a ponerse melancólica ante el momento, tanto así, que siento que está a punto de llorar.

—Tía, prima... Les presento a mi hijo, Hades.

Hades deja de ver detrás de mi hombro para escuchar como lo nombro hasta que mira hacia el frente en donde encuentra a dos nuevas personas que no dudo que querrán formar parte de su vida; Marinella se acerca a mí y veo la intención que tiene, así que entregándoselo a ella mientras nos sentamos en el sofá, dejo que mi prima tome a mi bebé en sus brazos logrando que se impresione al ver que el pequeño no hace ni un berrinche para querer volver a mí.

—Mamá mira, es todo un amor —Marinella lo abraza con cuidado como si intentara no dañarlo.

Dejo ir una sonrisa al ver ese momento tan importante en mi vida, eso sin decir que mientras que mi prima lo observa, Hades solo deja ir unos soniditos como si intentase hablar, pero simplemente, sé queda ahí, mirándonos a todas sabiendo que nuevamente es el centro de atención.

— ¿No quieres cargarlo? —Le pregunto a mi tía.

—Yo... Es que... —Intenta reprimir esa vergüenza que siente por dentro.

—Vamos tía, todo quedo en el pasado, es momento de ver hacia el futuro. ¿No crees que eso quisiera mi padre y mis abuelos? —Ella se queda desconcertada con mis palabras.

Marinella quien sabe mejor de lo que hablo, se levanta y pronto le lleva a Hades a su madre, el bebé quien parece haberse acostumbrado a la forma de como mi prima lo comenzaba a mimar y elogiar, hubo un momento en que quiso volver a sus brazos, pero cuando mi tía lo empezó a cargar, nuevamente cambio su parecer.

Mi tía se quedó observándolo con tanto orgullo como si se pareciera a mí, aunque sabemos que eso sería poco visible cuando ha heredado casi todo de su padre; en ese instante mi tía lo abraza y escucho como empieza a sollozar, algo en mí, se reconforta en donde después de mucho tiempo, puedo ver que ya no estará más esa barrera en la que ambas no podíamos cruzar.

—Si tu padre estuviera aquí, no sabes la felicidad que le traería verte siendo ya una mujer realizada —suelto una pequeña sonrisa.

Sinceramente, no tengo porque suponerlo, donde quiera que esté mi padre, mi madre y mis abuelos sé que ellos están orgullosos de la persona en que me he convertido, añadiendo que, siempre sus recuerdos me acompañan, por lo que no debo de sentirme sola porque sé que ellos están ahí conmigo y por supuesto, hoy con Hades.

—Se parece mucho a tu novio —comenta Marinella.

— ¿Qué? —Digo extrañada.

—Sí, Hades se parece a tu novio —señala una fotografía de Demian.

—Ah, sí... Hades se parece mucho a su padre —respondo, aunque luego me retrato en no haber dicho que Demian no es mi novio.

Unos minutos más Hades y Marinella se quedan en la sala conmigo y mi tía en donde al abrir su regalo me doy cuenta que no se trata más de un conjunto de ropa que no dudo que a mi hijo se le verá muy bien; nos quedamos hablando por un largo tiempo, hasta que mi prima se va con Cyrene y Hades a comer helado, en donde mi tía y yo nos quedamos solas en la sala.

—Sé que debes de estar confundida, pero... —Ella me detiene.

— ¿De qué? ¿Qué el padre de tu hijo no sea Rade y más bien es tu jefe? ¿Qué vives acá en vez de la casa de mis padres? ¿Qué no me quisiste decir la verdad porque temías a que no te llegara a creer después de lo que te he hecho? —Pregunta.

—Más bien son los rumores que supongo que todos han comenzado a hacer, Demian y yo no tuvimos relaciones sexuales, mejor dicho, nada consensual. —Empiezo explicándole.

No sé si fue porque no dejé que hablara o es que le intereso escuchar mi explicación, pero en ningún momento omití el hecho de relatarle como inició esta historia en donde Hades fue el producto de ella; la verdad es que todo lo que digo suele ser muy fuera de la realidad porque sigo creyendo que nadie creerá esa idea de que en sí, mi plan era hacerme una inseminación artificial conyugal con el esperma de Rade, en donde al final, termino por una inseminación artificial por medio del esperma de un donador del cual salió siendo Demian; ni siquiera tengo una explicación clara para ese asunto, lo único que puedo decir, es que por algo, no sé dio el IAC, de lo cual tampoco tengo idea de qué forma me favoreció más porque Demian y Rade han comenzado a desviar mi vida que siento que estaré a punto de salirme del borde de la carretera en algún momento por cargarme de disgustos y problemas.

—Mira Dani, no es necesario que me cuentes toda la historia, sé que tú no has hecho algo fuera de las normas y te lo digo porque te conozco, pero también lo sé porque mi hermano te crió con valores —me a recuesto en el sofá al escucharla.

—Lo sé, pero no quiero que tengas dudas sobre ello —ella se traslada al sofá en donde me encuentro.

—No deberías preocuparte por lo que otros piensen de ti, si no te quieren creer con la verdad, pues pronto abrirán los ojos y se darán cuenta de ello —me toma de las manos —, fue lo que lastimosamente a mí me sucedió, te dije cosas horribles que no dudo que mi hermano me hubiera culpado toda la eternidad en decírtelas. No sé cómo no fui capaz de creerte y ver el tipo de hombre que era Tomislav... Lo que te hice no tiene perdón —suspiré.

—No creas que lo hice para arruinar a tu familia, sólo... Hay veces que me preocupas demasiado... De mi familia solo eres tú y Marinella, y bueno, Hades que ahora es mi hijo, pero concluyendo con ambas, no toleraría que les sucediera algo —le soy sincera.

—Lo sé, lo sé —me abraza.

Aquel abrazo para mí, significo tanto porque hace mucho tiempo que no recibo de parte de ella un afecto lleno de amor y honestidad; vivir separada de ella fue difícil porque me críe a su lado junto con mis abuelos, ni siquiera puedo describir con palabras lo que sentí aquel día en que el mismo Franjo empezó a separar nuestra relación porque no deseaba que terminara apegándome a ella a punto de considerarla como una madre.

—Perdóname Danika, perdóname por todo. Por no creerte, por dejarte sola, por no apoyarte, por no estar en los tiempos difíciles y porque te abandoné cuando más me necesitabas —escuché como empezó a sollozar.

Me refugie en sus brazos mientras que recordaba mi infancia, aún puedo imaginarme aquellos días en los que ella tuvo que tomar el rol de mi padre para empezar a leerme cuentos, llevarme a la escuela, quedarse conmigo en las clases de gimnasia y por supuesto, en darme las buenas noches en las que siempre espere que todo fuera más que una simple pesadilla en donde pronto mi padre llegaría a aparecer en mi habitación y volveríamos a tener nuestra vida.

—Lo extraño —dije con lágrimas en los ojos.

—Yo también —se separa de mí —, pero no sabes lo mucho que me recuerdas a él, tú padre siempre supo que serías alguien importante en esta vida y él siempre quiso que lo supieras sobre todas las cosas —limpió mis lágrimas.

—También te extrañe —ambas dejamos salir unas risas después de ese melancólico momento —, y te perdono. —Ella sonrió hasta volverme a abrazar.

(...)

Inhalo profundamente aire para luego soltarlo en un largo suspiro al tener en frente a Kavala's Industry, no creí que tuviera que volver en un mal momento en el que ya no seré observada de la misma forma por los demás empleados, pero a estas alturas, ya ni siquiera me importa lo que los demás piensen de mí, porque, así como muchos han dejado desapercibido todos aquellos comentarios que han hablado mal de ellos, quién dice que no puedo hacer lo mismo.

Empiezo a entrar a la empresa pero cuando doy los primeros pasos y me encuentro con algunos empleados, pronto percibo como terminan por quedarse petrificados, como también, en quedarse en su lugar observándome de pies a cabeza como si eso sirviera para evaluarme por mis propios actos que creen que he cometido; algunos ya han empezado a murmurar que no se esperaron tan siquiera en que cruzara por la puerta del ascensor para hacer sus primeros comentarios; esto será más difícil y eso que, solo es el comienzo, pero no dudo que quizás en un par de semanas empiecen a olvidarlo, porque tengo en mente reintegrarme la próxima semana, al menos para liberar cierto estrés de tener que estar bajo la presión y control de Rade.

Cuando las puertas están a punto de cerrarse, de nuevo estás, se terminan abriendo, logrando que cierre los ojos y maldiga en mi mente al ver como entra la persona menos esperada; creo que últimamente tengo mala suerte que no sé qué día deberé buscar una herradura o trébol de cuatro hojas para que no me estén sucediendo este tipo de circunstancias en las que no cabe duda, que no tengo nada de paciencia para afrontarlas.

— ¿Así que volviste? —Entra al ascensor y aprieta un botón. — ¿Qué tal tu mounstrito? ¿Nació bien? O no, espera... Es cierto —chaquea sus dedos —, si él nació en cuna de oro o es que se lo metiste al pobre de nuestro jefe para que se encargara del engendro de otro —Se burló.

—Te diré una cosa Stefan —le doy una mirada —, no metas a mi hijo en esto, porque esta vez, soy capaz de hasta cortarte la lengua... —lo amenazo.

— ¿En serio? ¡Ah! Es cierto, como no te atreverías a amenazarme si ahora eres la nueva zorra de Demian —achico los ojos al imaginarme donde va está conversación —, obviamente no te despedirá, más bien, quizás te ascienda nuevamente, porque nadie duda que te ganaste un lugar entre los demás gerentes por abrir las piernas...

Ni siquiera vi venir el momento en que hice la mano un puño y le di un golpe en la cara a Stefan, quien termino por chocar contra la pared de metal del ascensor y caer al suelo; pude ver como su nariz comenzó a desangrar a punto que fue imposible detener todo el líquido que empezaba a salirse y manchar su traje.

Las puertas del ascensor de abrieron y antes que la secretaria de Demian se diera cuenta de lo que había pasado, presione rápido el botón en donde las puertas se cerraron y llevaría a Stefan al piso de logística.

Me acerque a la secretaria con la esperanza de que ella tampoco empezara con sus insinuaciones porque está vez creo que no sería bueno usar mi puño el cual empieza a dolerme junto con los nudillos.

—Jasenka, ¿se encuentra... el jefe? —Me retracto en decir el nombre de Demian.

—Está en una junta con sus socios, apenas acaba de entrar, Dani. —Suspiro.

Esperarlo sería demasiado cuando este tipo de juntas suelen ser más largas en comparación con las de la junta directiva; la verdad es que no tengo muchos recursos de cómo llamar su atención a no ser que lo haga por el celular que no dudo que es el único medio por el que pueda ver el mensaje e ir a su oficina, pero tengo que sonar convincente antes que lo ignore y no venga acá.

— ¿Crees que puedo pasar a su oficina? Es que dejo unos papeles para mí en su escritorio y prefiero entrar al menos con tu consentimiento —le señalé la puerta.

—Claro, si dejo algo para ti, puedes pasar a traerlo... —dice sin excusas —Danika... —Me llama antes de entrar. —Es cierto que él y tú... —Ruedo los ojos.

—No creas todos los inventos que han hecho de mí —le digo antes de que piense otras cosas que no son —pero sí, si tengo un hijo de él. —Ella asintió.

Realmente ya es muy tarde para ocultar la verdad sobre que mi hijo, es el primogénito de mi jefe; además para que negarlo si en total, Hades se parece absolutamente en todo a Demian, por lo que sería estúpido decir lo contrario.

Apenas entro a la oficina de Demian y siento ese típico aire varonil que lo distingue, la última vez que estuve acá no la recuerdo, quizás fue para entregarle algún que otro documento de mi trabajo o simplemente para reportarle algo del área de logística, pero no tengo duda que no olvidaré el momento en que su hermana estaba sentada en las sillas en frente de su escritorio, mientras que él veía a la ventana y decía tantas maldiciones que me paralizaron al enterarme que ya sabía que alguien había implantado su esperma en una mujer desconocida.

Este lugar está marcado de recuerdos que serán imposibles de olvidar, eso sin decir, que es primera vez que me atrevo a observarla por completo sin tener que estar presionada a que él venga y me encuentre curioseando con la mirada, su propio territorio. Dejo ir un suspiro y veo como en frente se encuentra el bendito portarretrato del que todos hablan, me parece increíble que lo haya dejado ahí como si nada, si el mismo Vladimir mencionaba que lo mantenía oculto, en donde no es de dudar que tenía razón porque las veces que estuve acá jamás lo llegue a ver hasta el día de hoy.

De nuevo el dolor en mi corazón llega porque sé que trata de una fotografía de una mujer, la cual sin dudarlo sé que es Gredel la que se encuentra ahí; desde el día que vi también su fotografía con Obelix muchas cosas divagaron en mi mente que para ser sincera, solo ocasionaron un tormento en mi vida, a estas alturas ya ni debería preocuparme de saber que puede tratarse de un retrato de ella, pero siempre está esa sensación de curiosidad que me invita a ver qué tipo de fotografía tiene de Gredel.

Miro a la puerta y me doy cuenta que nadie viene por ahora, así que me acerco al escritorio y antes de tomar el portarretratos intento calmarme ya que he empezado a temblar del miedo, no entiendo cómo es que puedo ser todavía tan masoquista pero quizás sea porque aún no puedo creer que esa sea la ex esposa de Demian y que, sin dudarlo, esa misma mujer fue la que daño su confianza y amor.

Sin embargo, en el momento en que tomo la fotografía para poder verla algo nuevo termina por impresionarme, a punto que casi dejo que el portarretratos termine en el suelo por la sorpresa que tuve.

—Dios...

En mis manos no tengo exactamente una fotografía de Gredel, más bien, es una mía... Una que ni yo misma había llegado a saber de su existencia porque parece que me la tomaron en un momento en que me encontraba distraída, no tengo ni siquiera porque recordar cuándo o dónde fue, porque con solo ver el vestido y el paisaje, lo supe. Es el día que me hicieron el baby shower allá en Grecia, puedo ver como con mi barriga de ocho meses la sostengo como si estuviera a punto de caerse, tengo una espectacular mirada llena de amor que aún puedo recordar que ese momento estuve hablando con mi hijo mientras reía al haberme escapado un rato de la fiesta para tomar aire hasta que Demian llego... Dios, ¿cómo es posible que...?

Mi celular me interrumpe en ese momento para darme cuenta que nuevamente es un número desconocido, fastidiada porque sé de quién se trata, dejo el portarretrato en su lugar para así contestar la llamada.

— ¿Qué quieres? ¿No te basta con interrumpir mi tranquilidad todos los días? —Dije hastiada de tener que estar en esta situación.

— ¡Danika! ¡Danika! —La sangre se me congela al escuchar a mi tía gritar con angustia.

— ¡Uf! Que fácil me dejaste la tarea, Danika. ¿Crees que tu querido hijo quiera pasar unos días con quién hubiera sido su padre? —El miedo se apodera de mí que salgo de la oficina de Demian para empezar a correr por los pasillos de la empresa para ir hasta mi auto.

— ¡¿Qué has hecho?! —Le pregunto con un nudo en la garganta.

—Fue fácil enviarle un mensaje a tu tía haciéndome pasar por ti, cayo muy pronto en la trampa que al principio pensé que dudaría y no llevaría a Hades hasta mí. —Siento una angustia dentro de mi cuerpo al escuchar eso.

— ¿Dónde los tienes, Rade? —Le pregunte.

—Búscalas por tu cuenta. —Dice riendo.

—Danika, estamos en la casa de mis abuelos... —La voz de Marinella termina por ser callada.

—Estúpida niña. —Gruñe Rade. —Bueno, ahora que sabes dónde estamos, ¿qué piensas hacer Danika? Porque Hades comienza a estar muy inquieto, ¿no bebé? —Termino por llegar al estacionamiento.

—Por favor, Rade... No le hagas nada a Hades, te lo suplico —le digo sin aliento.

— ¿Por qué no debería? En verdad, sería algo fácil y rápido, ya sabes... Lo digo porque es un bebé y no le tengo nada de afecto y compasión —susurra —, en cinco minutos te quiero acá. —Cuelga.

Tanto es el miedo que ni siquiera puedo encontrar las llaves de mi cartera, apenas entro el auto y lo enciendo cuando empiezo a manejar sin ver las señales de alto que me pueda encontrar o los semáforos en rojo que he tenido que atravesarme; no sé cuantos minutos son los que me llevo en dirigirme a la casa de mis abuelos pero nada más mi cabeza no deja de plantearse todo tipo de imágenes en las que Hades pueda estar en peligro, intento llamar a Demian pero es imposible que me conteste cuando la llamada termina en buzón de voz, así que no me queda de otra que tener que llamar a los oficiales en donde con voz entrecortada, apenas soy capaz de informarles lo que está sucediendo y a la vez, la dirección a la que deben de ir.

No puedo creer que Rade haya tomado la delantera de la situación con apenas haberle dejado encargado a mi tía a Hades mientras me dirigía a la empresa, pensé que ella se había quedado esperándome en la casa de Demian, ya que cuando volviera, la llevaría a la casa de mis abuelos junto con Marinella para ayudarle a planear su traspaso en esa casa luego de que Franjo tuviera que hipotecar la suya para pagarme lo de la demanda de Tomislav. Sin embargo, no vi venir el momento, en que Rade supiera que mi tía se había quedado con Hades, qué no tenía mi número celular y que fuese la carnada perfecta para poner a mi familia en riesgo y consiguiera tener a Hades en sus manos.

Apenas llego a la calle donde se encuentra la casa de mis abuelos cuando ni me termino de estacionar bien para entrar a la casa de golpe, no obstante, lo último que veo es como Rade se encuentra a cinco metros de distancia de mí con Hades en sus brazos, de cómo mi tía y mi prima se encuentran amarradas de pies, manos y boca, y como un fuerte golpe en mi rostro es lo que me hace ver pronto en negro.

(...)

El olor a alcohol me hace reaccionar rápido, un dolor de cabeza me hace gemir y como todo me da vueltas apenas me levanto; gruño del dolor y pronto empiezo a ver a mi alrededor, varios policías se encuentran en los alrededores de la casa de mis abuelos, de cómo mi tía y mi prima se encuentran abrazadas mientras que yo estoy dentro de una ambulancia; pronto el recuerdo de lo último que me sucedió vuelve en sí en mi cabeza, en donde ni siquiera espero que los paramédicos me detengan o que al menos, me sigan preguntando de mi condición de salud, cuando termino por saltar de la camilla e ir directamente adentro de la casa.

Los oficiales se apartan cuando me ven llegar de forma inesperada; miro a mi alrededor y no encuentro a quien estoy buscando, pero sencillamente entre más observo en todo mi entorno solo encuentro una casa desahuciada.

El pánico entra en mi cuerpo y empiezo a gritar el nombre de Rade entre todas las habitaciones buscándolo como si en verdad todavía estuviera ahí, voy de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo sin encontrármelo; el corazón se me detiene y las lágrimas se aproximan a mis ojos hasta que veo a alguien cruzar en la entrada de mi antiguo hogar para darme cuenta que es Demian, quien al verme no deja de tener ese rostro lleno de preocupación y por si fuera poco, es la señal o respuesta de la pregunta que hace tan solo unos segundos aún cabía la posibilidad de que mi hijo estuviera acá.

—No... No... —Corre hasta mí y termina por abrazarme. —No... Hades... No él...

Demian y yo terminamos en el suelo mientras que sus brazos alrededor de mi cuerpo son lo único que me detienen para no salir corriendo e ir a buscar a Rade; las lágrimas brotan y brotan de mis ojos que ahora el dolor se hace del tamaño de un enorme agujero y más al saber que ese hombre, acaba de secuestrar a mi hijo.

—Lo encontraremos, te lo prometo, no descansaré hasta que nuestro hijo esté otra vez con nosotros.

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ÚLTIMOS CAPÍTULOS

Continuará...

Holi, regrese después de una semana, y con un capítulo que trae más sorpresas de las esperadas y más, con la llegada de Rade quien acaba de secuestrar a Hades.

Ahora, ¿qué creen que sucederá en estos últimos capítulos?

Espero que hayan disfrutado de este capítulo! Les deseo un buen fin de semana!

Isabel Moz

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