Capítulo XLII
"El primer vaso corresponde a la sed. El segundo, a la alegría. El tercero, al placer. El cuarto, a la insensatez"
Lucio Apuleyo
⁎⁎⁎
No puedo creerlo... ¡Soy mamá!
La nueva experiencia me ha traído buenos momentos pero a la vez, estresantes al ser madre primeriza y más con el proceso de aprender todas las necesidades como cuidados que debe de tener un bebé, sin embargo, agradezco que mi hijo no me dé problemas desde una corta edad cuando parece el ser más tranquilo y dormilón de todo el planeta, ya que con eso que he tenido que aprenderme los horarios en que Hades come, duerme y se le debe de cambiar el pañal se ha vuelto mi nueva rutina, en donde los tiempos en que él tiene sus siestas, me sirven para darme un respiro y poder ofrecerme un tiempo para mí.
La verdad, la responsabilidad no sólo ha caído en mí, sino que también en Demian quien tampoco parece querer despegarse de nuestro hijo, debido a que siempre intenta hacer su trabajo lo más pronto posible para así pasar tiempo con Hades, los cuales resulta favorable porque me da un tiempo libre para que pueda descansar, ya que, a pesar que nuestro bebé no haga la mayor cosa todo el día, nos mantenemos pendientes en todo, desde que pueda dormir bien hasta darle sus baños con mucho cuidado.
Hace tres semanas nuestro pequeño Hades llegó a nuestras vidas y sin dudarlo ha sido el mejor regalo que he podido tener en todo este tiempo que sigo sin poder creer que hace un año seguía pensando que lo mío no era ser madre o tener hijos, pero quien me viera hoy, cargando un bebé en mis brazos y cuidándolo más que mi propia vida; sinceramente ser madre me ha cambiado el panorama de todo mi mundo, ahora entiendo porque mis amigas decían que un hijo te cambia la vida y que sobre ello, comienza una nueva aventura que no sólo traerá bonitos recuerdos sino que también en educar a esa personita para que se vuelva una persona de bien.
— ¿Qué tanto miras? —Le digo a él al sentir su mirada.
—Nada. —Veo como saca una sonrisa, pero pronto sus ojos pasan a su laptop.
Si, como no. No soy ciega para no darme cuenta como a cada cierto tiempo se nos queda mirando a Hades y a mí, sin embargo, con el pasar de estos días me he dado cuenta como he dejado de sentirme avergonzada en frente de él cuando debo de darle de amamantar a mi bebé, realmente sé que no estoy haciendo nada malo, pero siendo sincera a pesar que mi embarazo ya haya terminado puedo sentir como mis hormonas se siguen alborotando por él.
Dejo de darle de comer a Hades para ajustar mi sujetador y playera en su lugar, mientras pongo a mi hijo en su asiento columpio. Es un día bonito para seguir en primavera, a pesar de estar a poco para entrar a verano, el clima se vuelve un poco más caluroso, aunque gracias a Dios, el viento no falta y tampoco estar en el jardín que hace que el ambiente se vuelva más fresco.
— ¿Puedes cuidar de Hades un momento? —Demian levanta su cabeza.
—Claro, no debes ni siquiera preguntar. —Asiento mientras me dirijo a la piscina.
Empiezo a desabotonarme los botones de mi camisa larga para entrar a la piscina, sin embargo, me pongo de espaldas para que Demian no llegue a verme, realmente aún no me siento cómoda con mi cuerpo luego de que estos últimos días sigo viendo como mi estómago sigue flácido a pesar que he comenzado a tener una dieta nutritiva y de ejercicio, ya que al menos quiero intentar reconstruir una parte de mi cuerpo luego de lo que me dejo el embarazo.
Voy hasta la piscina y empiezo a nadar mientras mi cuerpo me da las gracias que pueda refrescarme un momento luego de sentir como empezaba a sudar por el calor.
— ¿Te llamó Alen? —Pregunta Demian mientras que se quita los lentes de sol.
—Sí, en la noche ya estará con Nikola en Grecia. —Le mencioné.
—Muy bien. —Vuelve a su trabajo.
Mañana es el bautizo de Hades, por lo que Alen y Nikola vendrán al país, realmente al principio solo mi mejor amigo iba a ser el padrino de mi hijo, sin embargo, Demian propuso que Nikola también participara y fuese también el padrino luego de todo lo que hizo por nosotros durante las citas de las ecografías y a la vez, por ser un buen amigo.
Lo bueno de todo esto, es que la familia de Demian es abierta a los temas del LGBTQ+, por lo que resulto sencillo que aprobarán que los padrinos de mi hijo serían dos homosexuales; además no le veo nada de malo porque Alen y Nikola lo sean cuando han sido las principales personas que estuvieron pendientes durante todo el proceso de mi embarazo.
—Fuera gracioso seguir viendo como hace burbujas con su saliva, pero no quiero que se atragante con ella.
Suelto una risa cuando veo a Demian levantarse de su asiento para tomar un pañuelo y empezar a limpiar la boca de Hades, quien ya había empezado a jugar con su propia saliva haciendo burbujas. Sin embargo, al pequeño pareció no gustarle que lo interrumpieran logrando que empezara a llorar, así que su padre tuvo que desabrochar el cinturón de la silla columpio para tomarlo en sus brazos y empezarle a darle mimos mientras lo distraía señalándole algunos objetos.
Ver a Demian cargar a un bebé es sinceramente otra de las mejores imágenes que he visto de él, aunque puedo considerar que está se lleva el primer lugar, debido a que nuestro querido Hades se parece totalmente a él, dejando a un lado que lo único que heredo físicamente de mí fueron esas pestañas que ha enamorado a su abuela, tías y primas; hasta me impresiona cómo es que haya nacido con tanto cabello cuando muchos bebés nacen sin eso, pero al parecer mi hijo tuvo la suerte de no nacer calvo.
—He empezado a creer que estás escondiendo tu cuerpo —murmura sacándome de mis pensamientos.
— ¿Qué? —Lo miro extrañada.
—Sí —le haces muecas a Hades para que ría —, no deberías avergonzarte de tu cuerpo, es normal que se esté reconstruyendo luego de que tuvieras a nuestro hijo —suspiro.
No creí que le importaría tanto cuando se encuentra demasiado sumergido en sus propios asuntos y de cuidar a Hades en sus tiempos libres, sin embargo, su pregunta me dejo un poco desconcertada que tuve que evitar demostrar mi impresión sobre su comentario a fin de que no se diera cuenta que es el principal motivo por el que desde que llegamos del hospital para quedarnos en su casa en Atenas, he estado usando ropa muy grande y cubierta con la finalidad de ocultar aquellas imperfecciones que tiene mi cuerpo y más mi estómago.
—Claro que no —resopla.
—Claro que sí —me contradice —, eres hermosa y no tienes que cubrirte siempre de mí cuando... —suspira.
Me acerco a la orilla de la piscina para darle una mirada, realmente siempre he odiado que las personas no terminen las oraciones de sus palabras cuando me queda esa curiosidad sobre lo que pudo haber dicho.
— ¿Cuándo...? —Veo cómo se pone tenso al intentar que continué hablando.
—Solo deberías tener en cuenta que eres hermosa —deja a Hades en su asiento columpio —, sé que a las mujeres se les hace difícil aceptar que su cuerpo ha cambiado luego de tener un bebé, pero con el paso de los días verás que te volverás a sentir cómoda.
Mmm, que fácil es decirlo cuando eres hombre, no has tenido un bebé y todos los días te ves muy bien a punto de seguir siendo la atracción de cualquier persona que encuentres en la calle, mientras tanto yo, tengo que seguirme refugiando entre mis ropas largas y anchas esperando que mi cuerpo de nuevo se intente normalizar un poco porque es de reconocer que este no volverá a ser como antes, pero al menos debo de buscar la forma de recuperarlo un poco.
—Te he visto un poco tenso en los últimos días, ¿ha pasado algo en el trabajo que te preocupa? —Niega rápido a mi pregunta.
—No, es solo que tener que manejarla desde lo lejos es un poco complicada cuando ya estás acostumbrado a tener todo lo necesario allá —comenta mientras vemos a Hades hacer unos gorjeos.
—Podemos irnos luego del bautizo —le sugiero.
—No —me regala una dulce mirada —, me siento cómodo estar aquí contigo y con Hades, quiero disfrutar estos dos meses más que estaremos acá antes de volver a Croacia y tener que fingir que no compartimos un hijo en común. —Lo dice con un tono de decepción.
Sinceramente a él le ha dejado de importar si sus empleados pronto sepan de la relación que tenemos, pero el problema es que mientras que sugiere discutir el tema para no seguir negando el único propósito que nos une, siempre termino por acobardarme al imaginarme lo que los demás puedan pensar sobre ello, no lo hago por mí, sino que por mi hijo que no quiero que lo señalen como un bebé bastardo del que será humillado porque todos pensaran que su madre atrapo a su jefe multimillonario, acostándose con él y quedándose a propósito embarazada de él para darle una buena vida y manutención a su hijo, sin añadir que todos pensaran que mi gerencia me la gane con una buena recarga de sexo en el trabajo en vez de mi esfuerzo.
Su celular empieza a sonar para darse la vuelta y verificar quien lo está llamando, así que dejando ir un suspiro, me da la impresión que es una llamada importante del trabajo.
—Es de la oficina, creo que es tu turno de cuidar a nuestro hijo —agarra su celular para marcharse.
—Claro —voy de camino a los escalones de la piscina para salir de ella.
Demian agarra una toalla y antes de entrar a la casa para contestar la llamada del supervisor que se está encargando de Kavala's Industry, veo como extiende la toalla blanca para ponérmela encima, en donde termino por cubrirme rápido al darme cuenta que se fijó en mi cuerpo.
—Recuerda eres hermosa, ¿sí? —toma mi barbilla para que alce la cabeza y lo vea a los ojos.
Sintiendo ese magnetismo que ambos tenemos y se nos dificulta dejar desapercibido, termino por asentir y ver como saca una sonrisa hasta acercarme a él para darme un abrazo y un beso en mi sien sin importar que se esté mojando con mi cabello que no deja de gotear agua.
Se marcha para responder la llamada y hacer su trabajo restante en la oficina, así que quedándome nuevamente sola con mi hijo, simplemente voy hacia él para tomarlo en brazos y empezar a hablarle mientras que no deja de verme con curiosidad, hasta que un extraño olor me hace saber que es hora de cambiar pañales.
(...)
Escucho como alguien abre la puerta y veo como Demian entra a mi habitación, se acerca a mí y acaricia la cabellera castaña de Hades para luego dejar un beso encima de su cabeza antes de dejarlo en su cuna. El pequeño se ha quedado totalmente dormido luego de haberle dado de comer, en donde para variar me estoy dando cuenta que mi querido hijo es un glotón y parece que le gusta que lo arrullen y le canten una canción antes de quedarse dormido como un angelito.
Lo dejo en su cuna de madera oscura que sus abuelos le han regalado para luego ver como Demian toma su pequeña sábana y la deja hasta su pecho, en donde nuestro bebé ya se encuentra absorbido en su propio sueño infantil. Pongo mi mano en mi mejilla al sentir ternura en ver todos los días esta escena que me llena de una conmovedora alegría, sigo sin creer que esa criaturita de largas pestañas, nariz fina y cabello castaño sea mi bebé y que su padre sea nada más y menos que Demian Thalassinos uno de los hombres más hablados entre Grecia y Croacia.
Demian acaricia su mejilla con su pulgar varias veces y repentinamente, Hades saca una sonrisita en la que me cubro pronto mi boca para no soltar un enorme grito de emoción, aún recuerdo como uno de los libros de maternidad que leí menciona que esto suele ser uno de los primeros reflejos de un recién nacido y dada la casualidad, Hades acaba de hacer la sonrisa angelical.
—Vamos afuera, dejémoslo dormir. —Musita Demian dejando su mano en mi espalda baja.
Asiento, pero antes de marcharnos de la habitación, pongo un walkie talkie encendido cerca de una mesita que está al lado de la cuna de Hades para luego llevarme el otro conmigo para así saber si el pequeño no se llega a despertar.
Nos dirigimos a la sala, pero antes de sentarnos en los sofás, veo como trae una botella de vino, en donde llena dos copas y me entrega una.
— ¿Por quién brindaremos? —Le pregunte riendo.
—Por nuestro hijo, porque nos ha cambiado la vida a ambos —sonríe.
—Entonces, por Hades Thalassinos —pongo la copa en frente de él.
—Por Hades Thalassinos —chocó su copa contra la mía.
Por primera vez en todo este tiempo, pruebo uno de los vinos de su empresa, realmente la sensación que provoca el vino en mi boca es exquisito, tanto, que ni siquiera es necesario hacer una mala cara al ser amargo por el tiempo que lleva fermentándose, más bien, le da un buen toque dulce que provoca que hasta me relama los labios al probarlo.
Nos sentamos en diferentes sofás para luego dejar la copa en la mesa de madera que se encuentra en la sala, miro a todo mí alrededor hasta que mis ojos se encuentran con los suyos al sentir como no quita su mirada de mí.
— ¿Mañana será una fiesta grande o solo entre familia? —Le pregunto por la recepción que han apartado sus padres luego del bautizo de nuestro hijo.
—Solo entre familia —responde —, ¿por? —Encojo los hombros —Te abrumaste la última vez que estuviste rodeada de tanta persona —hago una mueca.
—Aquel momento sé que fui la protagonista del baby shower pero hoy Hades lo será por su bautizo, y temo que se ponga un poco huraño, incómodo o inquieto por estar de brazo en brazo —le comento insegura.
Aunque realmente ese no es el problema, porque lo único que me hace dudar de todo esto es que estaré nuevamente conviviendo con toda su familia y escuchar a sus tías, primas y sobrinas decir que ahora estaré presente en cada uno de sus eventos o fiestas familiares me abruma un poco porque no estoy preparada para seguir formando parte de la vida de los Thalassinos cuando el único propósito por el que estoy acá es por Hades, porque no le negaré su derecho a formar parte de una familia y que pueda disfrutar de ella.
Ya me es difícil aceptar que nunca formare parte de ella cuando Demian se sigue empeñado a no querer un romance con una mujer y aunque me gustaría darle a Hades unos padres que estuvieran juntos, creo que eso tampoco sucederá a pesar que lo vi como una posibilidad, pero mi jefe parece ser que siempre será mi jefe y que además de ello, no podremos tener algo más que una amistad cuando no se deja querer y darle una oportunidad al amor de nuevo.
— ¿Qué tanto piensas? —Me regala una mirada llena de curiosidad.
«Qué deseo con todo mi corazón que formes parte de mi vida, pero no como mi jefe o solo el padre de mi hijo» Sería absurdo decirle aquello cuando terminaría por negarse y alejarse de mí.
—En nada —intenté sonreír, pero creo que no logre mostrar esa verdad.
— ¿Puedo preguntarte algo? —Asiento para que prosiga. — ¿Así te veías a esta edad? —Dejé salir una risa.
—Te refieres a, ¿vivir con mi jefe, tener un hijo de él y convivir con su familia? —Oculta su risa ante mis palabras. —No, no me lo hubiera imaginado, añadiendo que, tampoco tenía en mente haber sufrido un desembolso de parte de Rade, que me quitaran mi hogar y herencia de mis abuelos, y tener que haber luchado contra la demanda que le puse a Tomislav. —Deja de reír para escucharme. —Y ¿tú?
— ¡Uf! Vamos a ver —toma un poco más de vino —, usaron mi esperma, me alíe a una de mis mejores empleadas y convivo con ella porque tenemos un bebé en común —observo como se encuentra relajado —añadiendo que, la lleve a vivir a mi mejor viñedo, le conté mi secreto más profundo y la traje a conocer a mi familia, algo que dudo que hubiera hecho, pero siendo tú, lo dejo pasar. —Me da un guiñó.
Y bueno, se nos olvidó la estúpida atracción que tenemos, los besos inesperados que han llegado a aparecer y el desliz de la noche apasionada que tuvimos. No sé si el vino ha empezado a subirse a mi cabeza o es que mis hormonas han empezado a alarmarse con su mirada, es más probable que sea la segunda opción, pero tengo miedo que ese deseo vuelva a recaer en nosotros y aunque estoy segura que no me arrepentiría de nada de lo que llegase a suceder, creo que tampoco es el momento adecuado cuando apenas acabo de tener un bebé.
Veo como se levanta y deja la copa de vino en la mesa, se acerca al equipo de sonido y pone un tipo de música suave y lenta que permite que el ambiente se vuelva demasiado romántico para mí.
—Vamos —me pone la mano en frente.
—Pero... —niega y mueve la mano para que me levante.
Agarro su mano y me lleva hasta una parte de la sala para que tengamos espacio para bailar, apenas me acerca a su cuerpo cuando el mío se pone tenso, estar descalza, con un vestido azul de tirantes que no es nada atractivo y con el cabello despeinado, me hace sentir lo menos bonita hasta el momento, pero cuando una de sus manos se pone en mi espalda y agarra la otra para sostenerla, es el instante en que empecemos a bailar.
Nos movemos lentamente y paso a paso, la cercanía que tenemos me hace sentir nostálgica, pero a la vez, emocionada. Puedo sentir su aroma, el olor de la crema de afeitar y también el vino; mi piel se eriza e intento evitar ver sus hermosos ojos que son mi perdición, me siento inquieta internamente por lo que hacemos porque soy capaz de ver las cosas como son, porque Demian me gusta y me gusta tanto que me duele obviar ese sentimiento para hacerme pasar por alguien fría que no puede sentir algo por él.
Sin esperarlo, entrelazo mis brazos en su nuca mientras que él enrolla los suyos en mis caderas, nuestros cuerpos se llegan a apegar más a punto que el espacio se va reduciendo de poco a poco, siento mis mejillas y orejas arder a punto de sentir como sus labios dejan un beso en mi frente.
— ¿No te arrepientes de nada? —Lo escucho susurrarme cerca de mi oreja.
— ¿De qué? —Apenas puedo hablar.
—Que nos hayamos conocido de esta forma y que ahora tengas que estar comprometida a cuidar y educar a un hijo que no esperabas que fuera de tu jefe —suspiré.
—Todo lo que hayamos hecho sea o no que tenga que ver con nuestro hijo, hace que no me arrepienta de haberte conocido de esta forma —mi cuerpo tiembla al revelarle aquello.
Su mano acaricia mi mejilla hasta sentir como su pulgar toca mi labio inferior, su contacto comienza a dar frutos permitiendo que cierre los ojos e intente controlar todo impulso que pueda unirnos.
—Y ¿tú? ¿Te arrepientes? —Le susurro entre cortado.
—No... De nada, ni siquiera de hacer esto...
El beso que empezó a darme, apenas es el mínimo antídoto que aviva mi cuerpo, apenas su boca se acercó a la mía cuando sentí como reaccionaba de repente para devolverle la acción, me sujete más de su cuello para no caer mareada ante la insinuación que hubo entre sus palabras, apenas soy capaz de poder entender lo que está sucediendo pero los pensamientos se me desvían cada vez que el beso se vuelve profundo e insistente, tanto que al ir bajando su mano hasta mi trasero, me provoca que gima entre sus labios y a la vez, haya arrastrado un poco mi cuerpo hacía él ocasionando que volviera a apretar uno de los cachetes de mi trasero.
No sé en qué momento, ambos terminamos cayendo en el sofá, logrando que Demian me siga besando y mordisqueando los labios provocando que todavía me sea imposible poder reaccionar ante semejantes placeres que me proporciona; clavo mis uñas en su espalda y percibo como empieza a desabotonar los primeros botones que el vestido tiene en frente, deja el trabajo incompleto y puedo sentir como su otra mano, acaricia mis piernas hasta que sus dedos chocan con mi braga, juega y me provoca con el elástico mientras que levanto mi pelvis y esta toca con su cinturón.
Murmuro una maldición y siento como su boca baja de mi barbilla a mi cuello hasta que su lengua termina por acariciar encima de mis pechos terminando por calentarme más. Mi respiración se vuelve agitada y pesada, son segundos los que puedo controlar mis ojos para que se mantengan abiertos antes de cerrarse por una nueva sensación que me provoca.
Sin embargo, antes de poder continuar, tomo la iniciativa de por una vez tomar el mando de la situación; me levanto de forma desprevenida y cuando él se queda asombrado de haberlo apartado de mí, simplemente le doy un empujón que lo hace caer rápido al respaldo del sofá, me pongo encima de él y empieza de nuevo esa batalla entre nuestras bocas. Nuevamente entra su mano en mi vestido y cuando acaricia mi trasero sin pensarlo empiezo a tentarlo, beso sus mejillas, su barbilla, su garganta y por último su clavícula, mordisqueo su piel a punto de escuchar sus jadeos cerca de mi rostro, hago unos movimientos como si estuviera bailando encima de él, pero unos quejidos pronto llegan a mi oído haciéndome reír.
En vez de poder quitar con paciencia cada botón de su camisa, termino por jalarla hasta ver como unos botones salen disparados, acaricio su pecho con mis pequeñas manos hasta que me detengo un momento para gemir cuando su mano se ha metido entre mis bragas sintiendo como su mano caliente acobija mi piel fría.
—Demian... Sigue... —abro la boca para poder inhalar aire.
—No sabes lo impaciente que me vuelvo en no poder tocarte, eres un arte, una belleza sin igual, no sabes todo lo que quisiera hacerte en este momento —besa mis hombros.
Su mano aprieta mi pecho logrando que mi cuerpo choque con el suyo, si seguimos así, sé que no habrá vuelta atrás... Volvemos a besarnos y puedo sentir como no se apresura a cumplir mi fantasía, más bien, se toma el tiempo para embriagarme de sensaciones mientras que parece disfrutar lo que me hace sentir.
Me lanza al sofá y nuevamente queda encima de mí, siento como agarra mi braga y empieza a bajarla hasta ya no tenerla. Se desata el cinturón y le hago fácil la entrada abriendo las piernas a pesar que lo vea vulgar. Me besa y puedo sentir como se empieza a acomodar en mí para darme esa bienvenida que he necesitado durante más de tres meses.
—Demian... yo te a...
Un grito desesperante hace que corte la oración y él se quite de encima de mí, dejamos de estar en esa nube de placer para recaer a la realidad en la que vivimos para darnos cuenta lo que estuvimos a punto de hacer de nuevo. Quito los pensamientos lujuriosos de mi cabeza, para levantarme, arreglar mi vestido, tomar mis bragas y salir corriendo a la habitación mientras intento ponérmelas, esperando que no le haya sucedido nada a Hades.
Veo a mi pequeño hijo cubierto de lágrimas en sus mejillas para así tomarlo en mis brazos mientras intento calmarlo. Ambos mantenemos contacto visual mientras que le canto una canción y me muevo de un lado a otro intentando que se vuelva a quedar dormido, lo cual es sencillo porque a los minutos termina por cerrar sus ojitos hasta comenzar a volver a soñar. Lo dejo en su cuna y lo vigilo un rato por si vuelve a levantarse, sin embargo, al no hacerlo, enciendo el móvil de bebé para que pueda verse las figuritas resplandecer y luego sonar para transmitir una canción de cuna; con eso, salgo de la habitación tranquila luego del susto que me lleve.
Pero para mi suerte al volver a la sala, Demian ya no se encuentra en ella. En vez de eso ha apagado el equipo de sonido y se ha llevado las copas y botella de vino; al menos ambos reflexionaremos sobre lo que hemos hecho a pesar que yo no quiera eso sino más bien terminar lo que comenzamos, pero quizás el llanto de Hades fue un motivo para que nos detuviéramos para no cometer un error.
Además, no creo que sea buen momento para tener relaciones sexuales cuando apenas hace unas semanas tuve un bebé y tuve un sangrado posparto, así que, sería mejor esperar unos dos meses más antes que me reintegre a ello sin saber si volverá a suceder. Aunque es probable que sí pero no me quiero dar esas esperanzas.
(...)
— ¿Todo bien?
¿Todo bien? Como poder estar bien y fingir que no sucedió nada anoche, quizás durante la misa para el bautizo de Hades pude haberlo olvidado al estar pendiente de la ceremonia y todos sus pasos, más cuando Alen y Nikola se llevaron a mi hijo para que el sacerdote mojara su cabeza y empezara a bendecirlo con el primer sacramento. Eso fue demasiado sencillo, pero ahora al estar en la recepción, se me ha hecho demasiado complicado omitirlo y más cuando nuestros cuerpos tuvieron que rozarse varias veces durante la toma de fotografías.
—Sí, ¿por qué? —Ignoro y alejo esos pensamientos.
—Has estado muy pensativa. —Musita cerca de mi oreja.
Y bien que se le ha dado el momento para comentarlo cuando Hades se encuentra en los brazos de sus abuelos mientras que Demian y yo nos hemos quedado solos y juntos.
—Bueno, te seré sincera y directa. —Veo el impacto que le ocasionaron mis palabras. —No dejo de pensar en lo que hicimos anoche. —Esta vez no evado la mirada para ver su reacción.
—Lo sé, tampoco he podido dejar de pensarlo —suspira —, pero ha surgido porque sabes que ambos tenemos una atracción y es inevitable ignorarla cuando convivimos día y noche bajo el mismo techo —comenta.
—Entonces, ¿qué piensas que debemos de hacer? —Quiero escuchar alguna solución, aunque sé que no la habrá.
—No sé... —Aprieta sus labios y baja la mirada. —Solo... Sé que te deseo y... —Puedo ver como es incapaz de explicar lo que siente. —... Es que ya te dije que no quiero que ambos salgamos heridos, pero me es difícil tener que apartarme de ti. —La frase termina por causarme confusión.
¿Qué quiere decirme con eso? ¿Qué solo me desea o que le gusto? Dios, es complicado poder entenderlo cuando él mismo intenta ocultar sus sentimientos para que no los pueda tomar como una iniciativa de que algo ya está surgiendo entre nosotros y no exactamente solo sea por la atracción que hay en ambos o la compañía que nos hacemos. Lo peor de esto es que ayer me di cuenta que el deseo y el placer solo son el anexo de lo que en verdad quiero de él pero hasta el momento, será difícil que lo obtenga porque si es incapaz de justificar lo que está sintiendo por mí, no me quiero imaginar el instante en que deba revelarme sus sentimientos.
—Ayer antes de que te penetrara... —Engrandecí los ojos al escuchar el comienzo de su oración.
— ¿No te da vergüenza decirlo? —Siento mis mejillas y orejas arder.
—Es la realidad, Danika. Ni modo que jugáramos —aprieto los labios.
No Danika... No seas sucia... No piense ni digas lo que tienes en mente en este momento... ¡No pienses en eso!
— ¿Qué estás pensando que ahora estás roja como un tomate? —Me reprendió.
— ¿Qué ibas a decir en verdad? —Aclare mi garganta para no escucharme entrecortado.
—Ayer me ibas a decir algo, pero te quedaste a medias cuando escuchamos el llanto de Hades —enarqué la ceja al no recordar —, algo como "yo te..." —mi corazón se detuvo ese instante —Sabes, me da miedo pensar que ahora que has palidecido te puedes desmayar con facilidad.
Inhala, exhala... Inhala, exhala... Inhala, exhala... Creo que le agradeceré a mi propio hijo por haber interrumpido ese momento, ¿qué hubiera pensado Demian si terminara por haber escuchado esa frase que el día de hoy lo pone inquieto, molesto y a la defensiva? Hasta me da un dolor de cabeza pensar sobre qué hubiera pasado si le hubiera revelado mis sentimientos por él y luego me pidiera explicaciones de las que capaz se no tengo duda que se hubiera puesto incómodo o agresivo... Dios mío, es probable que todo hubiera terminado siendo un desastre.
Y lo digo, porque un «te amo» no demuestra que él lo terminara por aceptar, abrirme sus brazos y repetir lo mismo. En vez de eso, pudo haber terminado en un rechazo y sin dudarlo en un distanciamiento que mi corazón no hubiera podido con ello.
—Era que... Quería decirte que no podíamos continuar... Acabo de tener a Hades y no es bueno tener sexo a semanas de concebir un bebé —puse esa excusa.
— ¿En serio? Yo te vi que deseabas que te... —lo detuve antes que continuará.
—Sí, pero a último momento reaccioné y no sabía cómo decírtelo por si te ofendías o creías que era porque me sigo avergonzado de mi cuerpo —seguí miento.
Me miró por un instante como si intentara descifrar que estoy diciendo la verdad, pero al verme controlada y seria con el asunto pareció darle esa afirmación que necesitaba escuchar para tener más tranquilidad.
—Si tienes razón, lo lamento... No lo pensé por el deseo. —Se rasca el cuello.
Encojo los hombros e intento no darle importancia al asunto, al final lo importante es que nadie haya salido herido... Por el momento.
—Es hora de comer. —Nos anuncia la señora Dionne para que nos acerquemos a la mesa.
—Vamos, tenemos un discurso de agradecimiento que dar. —Dijo Demian empujándome con cuidado luego de poner su mano en mi espalda baja.
Bendito Demian, si supiera que su contacto me provoca arder en llamas. Quisiera quitarlo de mí, pero al saber que pronto no nos besaremos o tendremos ese tacto físico en los próximos días, no queda de otra que aguantarme a ese pequeño momento.
Te odio bipolar.
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Continuará...
No debería hacerles mención de ello porque tendría que ser como sorpresa pero sabiendo lo intenso que será el próximo capítulo, les recomiendo que se preparen psicológicamente porque si ya le tomaron mucho cariño a ambos protagonistas, pues, lo que se viene estará súper fuerte. Así que, si son personas (como yo) que les gusta tener al lado kleneex, un bote de helado o yogurt (cualquier aperitivo que balanceé su estado de ánimo), tener música a fondo y estar en su cama; pues ese será un buen momento para que puedan mantenerse firmes.
Por tanto, el día de mañana les espera un largoooo capítulo, en donde habrán muchas emociones por delante.
Espero de corazón que hayan disfrutado el capítulo y por supuesto, agradecerles su apoyo, sus grandiosos comentarios de los que me encanta leer y lo más importante, por leer mi historia.
Nos vemos en el próximo capítulo!
Isabel Moz
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