Capítulo XLI

"Se quiere más aquello que se ha conseguido con muchas fatigas"

Aristóteles

⁎⁎⁎

[ Demian ]

— ¡Felicidades! ¡Es un niño!

Quede asombrado ante la maravillosa llegada de mi hijo que ni siquiera pude reaccionar ante los primeros segundos en que vi como el doctor lo tomaba entre sus manos y el pequeño empezara a llorar y dejar salir gritos que mostraban primeramente su buena condición al nacer.

El doctor apenas corto el cordón umbilical para que una enfermera apareciera tomando al bebé entre una toalla para empezar a limpiarlo, ver aquel cuerpecito cubierto de sangre y de color rosa provoco que mi piel se erizara, sin decir que, tuve un gran sentido de orgullo y felicidad al ver nacer a mi hijo.

Le doy una mirada a Danika y empiezo a hablarle para que pueda conocerlo, sin embargo, me doy cuenta que no se mueve, se encuentra pálida y su mano empieza a ponerse fría. De la felicidad paso a la preocupación al saber que ella no se encuentra bien, ocasionando que tenga un enorme choque contra la realidad luego que hizo que le prometiera que cuidara de nuestro bebé si algo le llegase a suceder.

—Hay un exceso de sangrado, debemos de detenerlo antes que se convierta en una hemorragia —le doy una mirada rápida al doctor al escucharlo.

—Doctor, ¡¿qué le pasa a mi mujer?! —Ni siquiera fui consciente de lo que dije.

Él no me responde al estar sumergido en su trabajo mientras que las enfermeras lo ayudan a detener la hemorragia que ha comenzado a sufrir Danika, empiezo a tener miedo que ni siquiera sé en qué puedo ayudar, apenas sostengo su mano e intento hacer que reaccione mediante le hablo, pero ella no da una señal de movimiento.

—Señor Thalassinos, tendrá que salir de la sala y esperar... —interrumpo a la enfermera.

— ¡¿Esperar?! ¡No puedo esperar cuando ella no reacciona! —Digo alterado.

—Le pediré de favor que salga, estamos haciendo nuestro trabajo deteniendo el sangrado y usted aquí, no puede hacer nada. —Dice con autoridad la enfermera. —Si no se va, tendrán que sacarlo a la fuerza. —Gruñí molesto al escuchar eso.

Dejo un beso en la cabeza a Danika y me marchó de la sala de partos para empezar a quitarme la bata y el gorro antes de botarlos; al estar en frente de aquella puerta me atemorizo en lo pueda llegar a sucederle a ella, no creí que las posibilidades de un sangrado posparto se llegará a dar pero tampoco fue calculado cuando ella se encontraba bien de salud; suspiro resignado al no poder estar a su lado, por primera vez luego de tanto tiempo de nuevo percibo ese sentimiento violento de miedo, debería estar feliz por la llegada de nuestro hijo y aunque lo esté, otra parte de mí se mantiene en estado de alerta por no saber que pueda ocurrirle a Danika.

Cierro los ojos y me acaricio la cabeza, tengo que ser optimista, ella es fuerte y sobresaldrá de esto. Pude haberle prometido que cuidare de nuestro hijo si le llegase a suceder algo, sin embargo, quiero que ella esté presente cuando lo conozca y que también, lo vea crecer.

Camino en dirección a la sala de espera para que pronto puedan darme alguna noticia de Danika, pero apenas cruzo el umbral cuando me encuentro a mi familia quienes se acercan a mí para darles las buenas nuevas, aunque no todo esté saliendo muy bien como lo esperaba.

— ¿Hijo?

Mi madre es la primera en abrazarme esperando que le diga algo, realmente no me arrepiento de nada en haberlos llamado en el camino para que llegaran pronto al hospital y me acompañaran en esta nueva etapa de mi vida.

—Ya nació. —Todos se emocionan a punto de empezar a recibir abrazos.

— ¿Está bien de salud? —Asiento. — ¿Es niño o niña? —Pregunta mi hermano sin quitar la sonrisa de su rostro.

—Niño. —Anuncie alegre.

— ¡Sí! ¡Tengo un primo! —Salta Phineas de la alegría.

Realmente niño o niña mi familia siempre se hubiera alegrado de lo que fuera mi bebé, ya que lo único que necesitaban ellos es que pronto les diera un nieto, sobrino y primo a fin de que nuevamente reviviera la etapa de ser padre. A pesar que la primera vez todo fue complicado que ni siquiera puedo considerar que me sentí bien en haberme convertido en papá de un bebé que ni siquiera fue mío.

— ¿Señor Thalassinos?

Me doy la vuelta para ver como una enfermera trae a mi hijo en brazos, ni siquiera corrí a tomar al bebé porque algo dentro de mí, me ocasiono temor al saber que ese pequeño y frágil ser humano que está en brazos de aquella mujer, es mi hijo.

Tragué hondo para caminar hasta ella, en donde apenas llegué para darme cuenta como el bebé se encuentra muy envuelto entre aquella frazada blanca, se ve tan sereno que no quiero que la enfermera me lo entregue, ya que siento que puedo molestarlo, pero simplemente el momento llego, cuando me lo entrego en mis brazos, mi hijo se movió un poco intentando abrir sus ojitos, pero con la luz eléctrica que irradia la sala, provoco que los achicará a punto de permanecerlos cerrados.

Respiraba profundo mientras sentía ese nudo en la garganta, no puedo creer que todos estos días haya creído en que no lloraría al tener este momento, pero ahora, que lo estoy viviendo, lo único que quiero es sentarme, arropar a mi hijo y guardar este recuerdo durante el resto de mi vida.

—Dios mío, es hermoso. —Llega mi madre.

Las palabras no salen de mi boca, estoy impactado con el momento que lo único que hago en mecer a mi hijo entre mis brazos para luego acariciar su pequeña mano derecha que se ha quedado fuera de la frazada, sin embargo, cuando acaricio sus deditos gordos y pequeños, termina por sujetar mi dedo índice, logrando que no lo suelte de su agarre.

—Es un bebé muy saludable —escuchó que dice la enfermera.

— ¿A pesar que naciera tres semanas antes? —Le pregunto.

—A veces el parto se adelanta, pero ya en este período el bebé se encuentra totalmente desarrollado y sus pulmones como el corazón trabajan con normalidad. —Dejé ir un suspiro escuchando esa buena noticia.

Al menos puedo respirar con más tranquilidad, saber que mi hijo se encuentra saludable es una buena noticia, si Danika estuviera despierta no tardaría en demostrar su ego y orgullo de madre, más porque aunque nuestro bebé apenas es un recién nacido, no dudo que es la personita más hermosa entre todos lo que estamos acá.

—Se lo dejaré un momento, luego me lo llevaré nuevamente para su revisión. —Muevo la cabeza comprendiendo las palabras de la enfermera.

Me quedo cargando a mi hijo en mis brazos para ver como el pequeño se queda dormido entre tanto murmullo y ruido que hay entre la sala, su rostro aún se encuentra rosa mientras que dejo ir una risa al darme cuenta que nació con mucho cabello el cual lo tiene alborotado.

—Por Zeus, tenemos a un mini Demian —bromea mi hermano.

— ¿Celoso porque nuestro hermano tuvo un niño y tú con tus intentos solo tuviste niñas? —Ruedo los ojos ante las palabras de mi hermana.

—No estoy celoso, yo estoy orgulloso de mis tres mujercitas. —Presumió Lancer.

— ¡Qué maravilla! Vuelvo a ser abuela —mi madre está a punto de llorar.

—Un nuevo Thalassinos en la familia —añade mi abuelo —, no pensé que llegaría a ver este momento. —Es el siguiente en no querer llorar.

—Estoy muy orgulloso de ti, hijo. —Me aprieta el hombro mi padre.

Realmente debería decir que también me siento orgulloso, pero siendo sincero, quien hizo la mayor parte del trabajo fue Danika y para recordar, a ella le implantaron mi esperma por lo que yo no tuve nada que ver en el proceso además de heredarle a mi hijo una parte de genes griegos mientras que la otra mitad serán croatas.

—Se nos olvidó preguntar por Danika. —Dice Cassandra avergonzada.

La sonrisa que mantuve en mi boca pronto fue borrada al recordar que todavía no debo de cantar victoria cuando el estado de Danika empeoro luego de dar a luz a nuestro hijo, más porque hasta este momento no he llegado a tener noticias suyas de las que pude haberme sentido calmado si la enfermera me hubiera dicho que detuvieron la hemorragia a tiempo.

— ¿Demian? —Me llamo mi madre.

—Danika no se encontraba bien luego de que dio a luz —todos quitaron sus caras de alegría para mostrar una que va desde el asombro a la preocupación.

— ¿Qué le sucedió? —Encojo lo hombros al no tener la respuesta certera.

—Solo sé que empezó a perder más sangre y estaban intentando detenerla para que no se convirtiera en hemorragia. —Les explique.

—Dios, esperemos que no sea algo grave. —Asiento a las palabras de mi padre.

Intento que el miedo no se lleve la gran parte de mi buen día, pero no puedo dejar de pensar en Danika, si las cosas hubieran llegado a ser diferentes, no dudo que ahora en vez de tener que estar esperando la respuesta del doctor o de una enfermera, ya estuviera cargando a nuestro bebé en brazos, ya que ella es quien se encontraba más emocionada por este momento.

—Tengo confianza de que ella saldrá bien, es fuerte. —Añade Cassandra.

—Tienes razón, es fuerte y no tengo duda que pronto saldrá de esto. —Apoyo a mi hermana.

Me quedo con mi familia y mi hijo en aquella sala esperando tener noticias de Danika; la experiencia de ser padre en mis primeros minutos se vuelve caótica pero a su vez, extraña, bueno en mi ocasión es así cuando recuerdo que Obelix nunca fue naturalmente mi hijo a pesar de que nunca podría haberlo descubierto de igual forma porque básicamente en la genética de gemelos idénticos, mi ADN con el de Karsten es el mismo, por lo que si algún día me hubiera hecho la prueba de ADN para saber si Obelix era mi hijo, el resultado terminaría siendo positivo.

Antes de poder seguir arrullando a mi hijo, escucho como alguien me llama para levantar la cabeza a punto de pararme de prisa del sofá de la sala para poder ir hasta el doctor quien parece ya traer noticias de Danika. Sin ni una espera más, luego de casi una hora, veo cómo se encuentra tranquilo, pero a pesar que ese solo sea la primera impresión, no quiero adelantarme con lo que pueda decir, pero al menos me da un aire de que siga siendo optimista ante este momento desesperante en que no supe nada de ella.

— ¿Está bien ella? —Me atrevo a preguntarle.

—Sí, señor Thalassinos. Detuvimos la hemorragia a tiempo y ahora ella se encuentra descansando, sin embargo, se mantendrá en observación las próximas veinticuatro horas para ver si el sangrado no vuelve. —Reporta el doctor.

— ¿Qué fue lo que provocó el sangrado? —Preguntó mi madre.

—Al parecer luego del parto hubo un desgarro en el cuello uterino lo que provocó el sangrado excesivo luego que diera a luz al bebé. —Nos explica.

— ¿Puede volver a sangrar? —Ahora pregunta mi padre.

—Sí, frecuentemente en estos casos puede suceder durante un mes, por lo que tendremos que mantenerla en observación para saber si el problema no es una anomalía, si la paciente no lo presenta en ese tiempo, podemos concluir que solo fue una hemorragia uterina temporal. —Menciona el doctor.

— ¿Despertara pronto? —Le pregunto.

—Es probable que por ahora no al estar bajo los efectos de la anestesia y el esfuerzo que dio durante el parto. Pero no hay que descartar que en unas horas pueda ser que reaccione. —Reprimo una mueca de tristeza.

Hubiera deseado que ella estuviera despierta para darle las buenas noticias y mostrarle a nuestro bebé, sin embargo, creo que el pequeño tendrá que esperar a su madre para que llegue a conocerla, mala suerte que Danika no fue la primera en verlo y cargarlo cuando era la primera expectativa e ilusión que tenía en todo este tiempo que estuvo hablando sobre cuando estuviera en labor de parto.

—Muchas gracias, doctor. —Le digo antes que se marche.

—No hay nada que agradecer, me alegro que madre e hijo se encuentren bien, eso es lo importante. —Le da una mirada a mi bebé. —Bueno, me debo de ir, fue un placer darle la bienvenida a este pequeño, nos vemos. —Se despide para luego marcharse.

Suspiro al estar más relajado de saber que Danika se encuentra bien, sabía que sería fuerte y no nos llegaría a abandonar.

—Tienes una mamá muy luchadora, espero que la veas pronto porque no tengo duda que ella pronto se enamorará de ti. —Dejo un beso en la cabeza a mi hijo.

(...)

Me quedo observando desde la ventana que muestra la habitación de los cuneros en donde se encuentra mi hijo dormido como un angelito. Realmente no puedo y ni quiero separarme de él, no sé si es por tener ese sentido paternal muy apegado o es que tengo miedo de que mi felicidad sea arrebatada; realmente no debería estar pensando en estupideces cuando lo importante es poder mantener al bebé y a Danika a salvo, además comparado con la primera vez, está ocasión no habrá huidas, secretos y accidente; algo que debería relajarme, ya que a partir de hoy me comprometo ser el mejor padre para ese pequeño que hace tan solo un par de horas vino al mundo a llenar de alegría mi vida.

—Sabes lo gracioso —me doy la vuelta y veo a mis hermanos —, cada vez que lo veo me recuerda a ti cuando nuestros padres te mostraron ante nosotros —suelto una sonrisa.

Aunque quisiera aprovechar ese elogio de mi hermana, al final me suena un poco irrelevante cuando se supone que hasta en el nacimiento, Karsten y yo nos parecíamos. Sin embargo, debería olvidar por un momento mi mala travesía con mi hermano gemelo, para pensar en el ahora. Y volviendo con el comentario de mi hermana, ¿por qué negar lo que dice? Si en verdad mi hijo se parece a mí, desde la pequeña nariz hasta el color de su cabello. No tengo duda que cuando Danika lo vea se llegará a mortificar porque nuestro bebé se pareció más a su padre que a su madre, sin embargo, algo que el pequeño si heredo de su mamá fueron las largas y rizadas pestañas, algo que me dejo impresionado porque se le ven muy bien.

—Lo increíble es que nació con mucho cabello —comenta Lancer al apoyarse de la pared y ver hacia la ventanilla donde están varios bebés recién nacidos.

— ¿Ya tienes un nombre? Me di cuenta que no se lo dijiste a la enfermera —dice Cassandra quedándose a mi lado.

—Sí, pero quiero elegirlo con Danika, es por eso aún no le he puesto nombre a mi hijo —reintegro la promesa que le hice a ella.

—Por Zeus, Demian, ya eres padre —mi hermana se comienza a poner melancólica.

—Ya, no te pongas a llorar que sabes que no soy bueno consolando —le digo abrazándola.

—Compadécete hermano, mira que creímos que llegarías a los cuarenta y sin hijos —añade Lancer con tono cómico.

Se suponía que llegaría a más de esa edad sin tener hijos, pero con la noticia de que hace tan solo ocho meses me dijeron que una mujer se había implantado mi esperma y que había quedado embarazada, al final mi propósito termino por cambiar de forma inesperada de la que hasta ahora no me arrepiento en no haber apartado a Danika de mi lado.

— ¿Y? ¿Cómo te sientes? —Me pregunta Cassandra retirando unas lágrimas.

—Es inexplicable los sentimientos que estoy teniendo, es mi hijo y... Sigo sin creer que ese pequeño lo sea. —Digo con nostalgia, pero también con felicidad.

Es asombroso saber cómo un bebé puede cambiarte tu vida, ni siquiera me canso de decir la palabra "hijo" porque me siento totalmente orgulloso de saber que soy padre y que ese bebé que está a solo unos metros de mí, ha sido producto mío y de Danika, una hermosa creación que me ha dejado sin aliento cuando lo escuche llorar o cuando tomó mi dedo índice sin llegar a soltarlo como si se estuviera aferrando a mí para no dejarlo.

—Al menos él no podrá robarte este momento que te lo mereces —susurra Lancer.

Cassandra se pone tensa en el momento en que mi hermano mayor suelta el tema que nadie hace referencia desde hace ya diez años, sinceramente quizás Obelix no fue mi hijo, pero aun así lo quise como uno sobre todas las cosas a pesar que mi ex mujer hizo cualquier cosa para separarnos a fin de que jamás me encariñara con él, ya que sabía que el dolor de separarlo de mi vida sería más intenso que descubrir porque me engañaba con mi propio hermano gemelo.

—Lo siento Demian, no debí mencionarlo. —Se disculpa Lancer.

Las personas que le tienen más resentimiento a Karsten suelen ser mi abuelo, mi padre y mi hermano mayor, y no necesariamente por todos los problemas que él les ocasionó a todos ellos, añadiendo los disgustos y enfrentamientos que tuvieron a punto de casi llegar a los golpes, más bien, se trata sobre que el detonante de su molestia por mi hermano gemelo fue la traición que él me hizo luego de haberlo ayudado con tantas cosas por un largo tiempo, como a su vez, de haberlo defendido y de darle ese apoyo entre hermano sin importar lo que dijeran de él. Quizás esa sea la razón por la que fácilmente me manipulo y engaño, porque para aquel entonces no quería aceptar que Karsten no quería cambiar, que sentí culpabilidad porque él pensaba que era mi sombra entre toda nuestra familia y la única forma en la podía tenerme a su lado es haberme usado como un títere mientras tenía el descaro de darme la cara sabiendo que se acostaba con mi mujer.

Esa fue quizás la razón exacta por la que Lancer, mi padre y mi abuelo no toleran recordar la memoria de mi hermano gemelo, por el simple pero doloroso hecho de que haya traicionado a alguien importante de la familia y como regla que nosotros tenemos es que jamás sin importar los problemas o diferencias que tengas con algún miembro de apellido o sangre Thalassinos, no debes de serle desleal.

Una llamada interrumpe el incómodo momento para ver cómo Lancer se disculpa nuevamente para alejarse de nosotros y corresponder aquel comunicado que debe ser de su trabajo, al quedarnos Cassandra y yo a solas, solo terminamos de mantenernos en silencio hasta que siento su mirada en mí y deja ir unas palabras.

— ¿Puedo hacerte un comentario? —Con el tono con que me lo dice sé a qué va. —Te vez más feliz con el nacimiento de este bebé que con el de Obelix. —Resoplé.

—No quiero comparar ambos eventos, pero, quizás sea porque con este bebé construí un apego del que no tuve con Obelix, añadiendo que Danika me permitió estar en el parto cuando Gredel no lo deseo. —Comente.

— ¿Alguna vez dudaste sobre si Obelix era tu hijo? —Respire profundo antes de responder esa pregunta.

—No, pero... Hasta el día de hoy cuando cargué a mi hijo, sentí una gran diferencia —le di una mirada —. Cuando tuve a Obelix en mis brazos fue algo espontáneo, como si estuviera cargando el bebé de alguien más —me sinceré —, pero hoy todo fue diferente, la sensación fue reconfortadora, como si, no hubiera llegado a ver necesidad de que me dijeran que ese pequeño es mi hijo, porque pronto sentí algo en mi interior como sí... Por fin, tuviera paz y supiera que esté momento, solo es mío y no hay nadie que me pueda quitar esa felicidad. —Intenté explicarle lo que sentí en el momento en que tuve a mi hijo en mis brazos.

— ¿Quieres que te diga la verdad, hermano? —Asiento. —Te vez nuevo y diferente, sé que volver a reintegrarte en esto será recordar una parte de tu pasado, pero quiero que sepas que, está vez las cosas serán diferentes y que ese bebé, ni siquiera tendrás porque dudar si es tuyo o de otra persona, porque ya sabes la respuesta. —Ambos reímos.

Sinceramente, no tengo por qué dudar de mi paternidad cuando ese pequeño se parece totalmente a mí, añadiendo que, ya no existen dos Demian, sino que solo uno.

— ¿Te puedo decir también una verdad? —Cassandra me da una mirada divertida esperando a escucharme lo que le diré. —Después de todo este tiempo exigiéndote de que sacaras mi esperma de ese banco de semen, puedo decirte que además de equivocarme, hiciste bien en no haberme obedecido y puedes quedarte tranquila que ya no te culpare de no haberlo hecho. —Cubre su boca para evitar una carcajada.

—De nada y no te preocupes que el resto de lo que quedo, ha sido eliminado y está vez me asegure de eso. —Me guiña el ojo logrando que me quede tranquilo con esa noticia.

(...)

Fue una noche muy larga luego de ver que Danika no despertaría a pesar que la anestesia ya no fuera un impedimento para que abriera los ojos, he comenzado a acostumbrarme a su compañía que no escuchar su voz o ver su sonrisa me ha ocasionado una ansiedad que logra que no pueda dormir tranquilo pensando que en algún momento llegué a despertar; a estas alturas quisiera que ella empezara a reaccionar pero debo de ser paciente luego de saber lo duro que fue el parto y además, de cómo la dejo la pérdida de sangre.

En aquella cama celeste con almohadas blancas, parece ser una hermosa diosa postrada en sus aposentos, sinceramente el apodo le queda muy bien cuando no sólo tiene una belleza externa, sino que también interna que hace que cualquiera desee estar a su lado por su bondad, carisma y sencillez. Lo peor es que hasta haciendo el amor se vuelve dulce y apasionada que repetir ese día ha estado grabado en mi mente desde hace semanas; ya es imposible tener que controlar mis impulsos luego de que regresamos a Grecia y tuve que buscar una forma de omitir lo que sucedió en mi habitación, sin embargo, esa noche aún recuerdo como mi cama quedo oliendo a avena y miel por la crema que se pone de su cuerpo, y el perfume a flores, frambuesa y miel. Tanto olores y esencias me volvieron un loco en el sexo, pero al estar dentro de ella, también me lleve esa sorpresa de sentirme nuevamente perdido entre los brazos de una mujer.

Tocan la puerta y veo como mi padre entra para indicarme que un nuevo ramo floral ha llegado de parte de algún familiar, amigo o conocido; la suerte de que en el baby shower mencione que Danika es alérgica a todo tipo de rosas, llego a prevenir a que nadie llegará con un bouquet de regalo para ella y nuestro bebé, ya que si no hubiera dado aviso, es probable que tuviera que estar regresando todas esas rosas debido a que mayormente las personas es lo que más regalan en cualquier tipo de circunstancia.

Agarro el nuevo ramo de lirios blancos para leer la nota y saber que se trata de un socio de Kavala's Industry quien las manda para Danika para felicitándonos por la llegada de nuestro bebé. Intento dejar las flores en otra mesa donde hay más bouquets y otros ramos, como también, peluches, globos y otros regalos, pero al escuchar un ruido detrás de mí, pronto me giro para ver como ella ha comenzado a despertar, así que dejando las flores en un lugar donde no se lleguen a caer, me acerco a Danika para ver si se encuentra bien.

—Hola —me siento a un lado de la cama mientras tomo su mano.

Hace unas muecas para ir abriendo poco a poco los ojos, mira a su alrededor hasta que su mirada confundida termina por tropezarse con la mía.

—Hola —murmura con una leve sonrisa.

— ¿Cómo estás? —Aparte unos cabellos de su rostro.

—Adolorida. —Menciona cansada.

Bueno, no es de menos que se sienta así cuando apenas ya casi llevará veinticuatro horas de haber estado en trabajo de parto en donde casi estuvo en peligro.

Veo como sus ojos se mueven de un lado a otro como si estuviera buscando algo, pero conociendo esa curiosidad que demuestra con inocencia, sé perfectamente que es lo que está intentando encontrar, así que me levanto para ir en dirección a la puerta, llamar a una enfermera y pedirle si puede traerme a mi hijo, en donde sin dudarlo, va por él en menos de lo que Zeus tira sus rayos.

Agarro al pequeño de nuevo en mis brazos para ver cómo está despierto, ha comenzado a adaptarse a la luz de su alrededor que ahora puede mantener sus ojitos más abiertos que la última vez, añadiendo que, parece estar inquieto como si percibiera que pronto llegará a conocer a su madre. Entro a la habitación y veo como Danika, se levanta a punto de a recostarse entre las almohadas, su rostro lleno de sorpresa y emoción, encoje mi corazón más al ver cómo sus lágrimas empiezan a aparecer.

Espere durante horas ver este momento que tenerlo a la vista es maravilloso, no sólo porque estoy viendo el sentido maternal que ella ha empezado a demostrar, sino que también, porque ella imana ese amor que ha llegado a tener con nuestro bebé desde que empezó a luchar para salir adelante y propiciarle todo aquello que un padre o madre desea que su hijo o hija tenga.

—Dios mío —se cubre la boca —, ¿es un niño o una niña? —Me percato como desea descubrir aquella sorpresa que tuvimos que mantener alejada por nuestra curiosidad al querer saber el género de nuestro bebé.

—Odio decirlo, pero... Siempre tuviste la razón, es un niño. —Sus ojos se iluminan que nuevamente se da aire para no llorar.

Me acerco a ella para sentarme en la cama y así pasarle el bebé a sus brazos. Cuando Danika lo toma, veo como muerde su labio inferior y pronto empieza a llorar de alegría, le da las primeras muestras de afecto a nuestro bebé por medio de caricias y hablarle con mucho cariño ocasionando que se le entrecortaba las palabras. Dejó ir un par de veces varias risas en las que hace mención que lo mucho que se parece a mí, pero a la vez, en lo feliz que se ve, en encontrar esos parecidos en mí.

—Tenemos que escoger un nombre —le digo.

— ¿Aún no lo has hecho? —Dice extrañada.

—No, he querido esperarte hasta que despertaras —rió.

— ¿Te has dado cuenta que has dejado a nuestro hijo sin nombre durante casi un día? —Encojo los hombros.

—Sí, pero ha sido por una buena causa. —Puntualizo al recordarle que si no despertaba no tomaría la decisión de ponerle un nombre a nuestro hijo sin su aprobación. —Sin embargo, tengo un nombre, pero quería saber qué opinas antes de que su partida de nacimiento estuviera hecha —le comento.

—A ver, te escucho —dice con interés.

—Hades Ibai Thalassinos Blažević —nuevamente su rostro se torna asombrado —, es en honor a tu padre y tu madre. —Le digo al saber que he combinado el dios favorito de su padre con otra terminología del apellido de su madre, que suele ser un nombre.

Se queda admirada con la sorpresa del nombre que no sabe que decirme, simplemente, suelta una hermosa sonrisa para luego ver a nuestro bebé que parece que nos está poniendo atención.

—Lo amo... En serio, me encanta.

Me acerco a ella para sentarme en la cama, poner mi brazo alrededor de sus hombros y dejarle un beso en la frente antes de darle una cálida mirada para luego ver a nuestro querido Hades. Que mal susto me lleve durante el parto, pero al menos valió la pena para poder estar con ellos, las dos personas que para mí ahora son más importantes que mi propia vida.

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Continuará...

Por fin llego el momento que tod@s hemos estado esperando... El nacimiento del hijo de Demian y Danika. Sinceramente es uno de mi capítulos favoritos también más porque me dedique en crearlo con mucho cariño.

¿Qué les pareció a ustedes? Y también, ¿les gusta el nombre de Hades? ¿Esperaban otro tipo de nombre? O ¿qué fuera niña? Espero entusiasmada por leer sus comentarios :D

Nada más decirles que nos vemos en el próximo capítulo y por supuesto, veremos que sucederá pronto con nuestros queridos protagonistas porque se vienen muchísimas sorpresas!

Que tengan un buen comienzo de mitad de semana!

Isabel Moz

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