Capítulo II
"Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama"
Aristóteles
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Ni siquiera sé que fue lo que hice, lo único que pude hacer en todo el día en mi trabajo fue controlar mi alegría, ya que directamente no trabaje de una sola vez como gerente debido a que el señor Josip me entrenara a partir de los siguientes días para que pueda acomodarme y adaptarme a mi nuevo ascenso en la empresa; no es algo que esperaba ni tampoco que pensé que sucediera rápido pero con este suceso, ahora puedo sentirme mucho más tranquila como feliz al saber que mi esfuerzo en todos estos años valió la pena, sin dudarlo también sé que le debo de agradecer tanto al señor Josip como a mi jefe por confiarme esté cargo en donde cada día daré lo mejor de mí para que nadie se arrepienta en ver que fui la mejor opción para ser la nueva gerente de logística.
Quisiera que mi padre pudiera ver esto, como también mis abuelos, eso es lo único que desearía ahora mismo al darme cuenta que uno de mis sueños se ha cumplido, mala suerte que, aunque ellos estén en el otro mundo y solo puedan ver mis logros dónde quieran que estén, imaginando que todos están celebrando conmigo esté muevo comienzo y progreso en mi trabajo.
Agarro mi celular y marco el número de la una de las dos únicas personas que quedan en mi familia, aquella que me ha visto crecer durante estos años, como la que también mi padre confió para cuidarme y ser aquella madre que perdí alguna vez. Me pongo la bocina del celular en la oreja mientras me detengo en la acera de la calle esperando a que conteste mi llamada, me muerdo el labio y siento como mi estómago se revuelve como si tuviera mariposas volando de un lado a otro, hace tiempo que no habló con mi tía, es difícil mantener una llamada con ella cuando su esposo siempre se encuentra extrañamente en la casa cuando le marco, añadiendo que desde que su celular dejó de funcionar, no me queda de otra que hacerle llamadas desde su número fijo en la casa en donde su mantenido y perezoso hijastro es quien me contesta.
Dejo ir un suspiro al ver que entre más timbres pasan, nadie me contesta. La única excusa que tengo en mente es que no haya nadie en casa, pero aunque sea Marinella tuviese que estar presente cuando últimamente es la única con la que más habló y paso tiempo luego que me tuve que distanciar de mi tía gracias a su esposo, quien aunque antes no creía que era posesivo y controlador, después me di cuenta que así era porque no deseaba compartir el amor que mi tía me ofrecía, sin agregar que el hijastro de mi tía me hizo la vida imposible hasta que logró cumplir su deseo en sacarme de la casa de ellos y dejarme ver como una maldita zorra ante los ojos de su padre y mi tía.
Recordar aquellas memorias pasadas solo son un sabor amargo en mi boca, ni siquiera he podido recuperarme del todo cuando tuve que salir de la vida de ellos y en especial de la hermana de mi padre para rehacer y emprender una nuevo comienzo sola, no fue fácil al principio, más cuando apenas me había graduado de preparatoria haciendo que mi experiencia en un trabajo fuera nula, donde los únicos empleos que encontraba por Internet y en los periódicos locales era para repartidora de comida, empleado de marketing digital y mesera; algo que no se me daba muy bien aunque lo hubiera intentado.
La luz de mi camino apareció pronto en la empresa de Kavala's Industry en donde a pesar que el pago era el mínimo, supe arreglármelas para que el padre de Demian se diera cuenta que no sólo era una chiquilla que buscaba trabajo con el fin de ganar dinero, sino más bien, quería que observará mi rendimiento laboral cada día por el cariño que le tome a la compañía. Y si no hubiera sido porque tuve una mente abierta y tome todos y cada uno de los consejos que me daban las personas que llevan tiempo trabajando en esa empresa, nunca me hubiera terminado por superarme, añadiendo que me propuse en llegar un día hasta la cima en donde se encuentran todos los ejecutivos y manos derecha del jefe.
—Hola, ¿quién es? —Escucho una vocecilla dulce.
—Adivina, adivinador... ¿Quién soy yo? —Dije riendo.
— ¡Danika! —Resaltó ella con felicidad.
—Hola preciosa, ¿cómo estás? ¿Qué tal la escuela? —Le pregunto a mi prima Marinella.
—Bien, aunque no sé cómo responder algunas cosas de matemáticas... ¿te he dicho que las odio mucho? —Río al ver que ella no ha cambiado.
—Muchísimas veces. Y, ¿cómo vas con las clases de natación? —Sigo entreteniéndola.
— ¡Súper bien! Dentro de cinco meses habrá una competencia en el centro recreativo de la ciudad, vendrás a verme, ¿verdad? —hago una mueca.
Deseo y quiero ir a ver a mi única prima seguir compitiendo para llegar a las nacionales, pero el problema se encuentra en que siempre su padre o su medio hermano terminan por arruinar todo, hasta gastar la última gota de paciencia que tengo. Sin embargo, dada la casualidad de que no me gusta defraudar a las personas que amo a pesar que tenga que atravesar cualquier tipo de barreras para estar a su lado, nuevamente me arriesgare a ver a mi prima participar en dicha competencia que para ella es importante.
—Claro que sí, además debo de ir a apoyar a mi nadadora preferida para que algún día vaya a las olimpiadas internacionales, ¿no? —Le digo sonriendo.
—Sí, pero eso es difícil, ya sabes que eligen a las mejores para que vayan a representar al país. —Dice desanimada.
No la culparía por sentirse desmotivada en ocasiones luego de que no la eligieran como candidata en formar parte de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero siendo sincera habrá otras oportunidades en las cuales podrá ir y no dudo que por su hábil destreza en el deporte acuático terminara por dar una gran representación no sólo al país, sino que también a la familia.
—Quieres que te cuente un secreto preciosa cisne —le dije de cariño.
—Soy todo oídos, prima —dijo curiosa.
—Nunca en tu vida te rindas, habrá muchas veces que tendrás obstáculos en el camino que te harán caer al suelo, pero solo tú eres quien se levantará y seguirá adelante. —Empecé a decirle como consejo. —Sé perseverante en lo que deseas, mira que los sueños se cumplen cuando tú te esfuerzas en llegar a ellos, ten paciencia ante las adversidades y ama como también disfruta lo que haces, porque ese será el mejor recuerdo que podrás llevarte al final del día. —Le dije intentando animarla.
Me gusta la idea de poder darle apoyo a mi única prima y más hacer que ella ante sus dificultades pueda encontrar una luz en el camino, como también ver un poco el lado bueno o positivo de las circunstancias que atraviesan en sus etapas de la vida, ya que si Marinella no pudo lograr está vez en llegar a competir ante las olimpiadas sé que ese solo será un motivo más para que se esfuerce y sea perseverante en su deporte favorito, sin dudarlo, sé que su sueño se hará realidad y si se compromete a querer cumplirlo, pronto pueda ser que la oportunidad la tenga en sus manos.
—Gracias Danika, tus palabras son las mejores que he podido recibir hasta el momento —dejó salir una pequeña sonrisa.
—Oye, ¿está mi tía en casa? —Le pregunto.
—No, acaba de salir... —su voz se interrumpe para pronto escuchar una protesta.
— ¿Con quién hablas demasiado? —Cierro los ojos y maldigo al escuchar esa voz.
— ¡Es Danika! ¿Puedes devolverme el teléfono? —Parece que Marinella empieza a pelear con su medio hermano.
—Creo que la última vez fue claro mi padre en decirte que no llamaras de nuevo a esta casa, ¿no? —Fruncí la boca al saber quién ha empezado a hablar conmigo.
—No creo tener que obedecerlo en todas sus reglas, porque te recuerdo que tengo una tía y una prima en las que me preocupo y necesito mantener una comunicación con ellas para saber si están bien —digo de forma tosca.
—Pues ellas están bien. —Ruedo los ojos.
—Supongo, ahora puedes... —se corta la llamada.
Quito el parlante del celular de mi oído para ver el dispositivo con la menor sorpresa posible, ya que no es primera vez que Tomislav intenta cortarme la llamada cuando mantengo una conversación con mi tía o mi prima, lo que siempre él ha tratado es hacerme enfurecer, como a su vez, hacerme ver como la mala de la historia ante su padre, lo cual ya es tedioso tener que verle a él y al esposo de mi tía la cara en algunas ocasiones cuando ese hombre no se trata más que de un farsante que temo que algún día pueda hacerles daño a las dos únicas personas que me quedan como familia.
Pensé en volver a llamar a su casa para asegurarme de que Marinella le transmitiera el mensaje a mi tía sobre mi nuevo ascenso en la empresa, pero por el momento será mejor no hacerlo cuando puedo buscarle problemas a mi propia prima y creo que tener una reunión con ella y mi tía es una buena decisión para saber si se encuentran bien física y psicológicamente, aunque con la tonalidad de voz con la que me contesto Marinella me hace pensar que no hay problemas por los cuales angustiarme por ahora.
Vuelvo a caminar en dirección a mi casa, pero antes decido planificar en hacer una gloriosa cena para cuando vuelva Rade, necesito que celebremos este nuevo logro en mi vida como se debe, así que, con los ánimos bien recargados de felicidad y orgullo, paso a comprar una copa de champán al supermercado y por supuesto, algunas verduras que ya no tengo en el almacén mientras ideo algo estupendo para esta noche...
¡Esta será una cena magnifica!
(...)
Enciendo una de las velas que he puesto en el centro de la mesa para luego alejarme de ella y ver con orgullo mi propia creación, hace un par de meses que no hago esté tipo de cenas con Rade que ahora intentar hacerlas me parece un tanto extraño, quisiera decirlo en un buen sentido pero últimamente nuestro matrimonio se ha ido desboronando no sólo con la conducta obsesiva que empieza a tener mi marido cada vez que algo se le mete en la cabeza, eso sin decir, que sigo sin creer que ahora quiera convertirse en padre cuando aún siento que la paternidad no es lo suyo.
Quizás la razón específica por la que no he planeado con suma determinación querer tener hijos sea porque nunca estuvo cerca de mis expectativas de la vida como en alguna meta que me haya propuesto en un corto, medio o largo plazo. La verdad, es que no le veo ningún problema en no querer tener hijos, cada matrimonio o cada persona tiene su diferente pensamiento sobre ello, y no creo que sea la única mujer en excepción que no tenga presente ese sentido de maternidad como cualquier otra mujer tendría; pero siendo sincera a veces puedo creer que es lo mejor, no se puede traer un niño al mundo cuando no te sientes preparado del todo, no quiera decir que habrá un momento en que sí lo pueda estar porque ya conozco la típica frase de: "los bebés no vienen con manuales para poder criarlos" o "no existen manuales en los que mencionen como ser padres perfectos". En realidad, ser padre conlleva una gran responsabilidad tanto emocional, económica y mental, lo cual creo que, en mi caso, todo está desequilibrado.
Pero bueno, no puedo decir que esa sea la razón por la que Rade se ha comportado indiferente conmigo los últimos meses, porque eso ha sido mucho antes de seguir insistiendo que de ser un matrimonio de dos pasemos a ser una familia de tres; sé que algo está interfiriendo en esta relación y no hablo exactamente de una mujer, porque mi instinto no cree que esa sea la razón, sino más bien, hay otro conflicto que desconozco, pero no tardare mucho por saberlo.
Escucho como alguien abre la puerta de la casa, así que dejando a un lado mis pensamientos, paso mis manos sobre mis pantalones con el fin de secarlas para así ir a recibir a Rade; paso del comedor a la sala para ver cómo tira las llaves a un lado, se quita su chaqueta y empieza a decir unas maldiciones, ni siquiera debo de preguntarle cómo ha sido su día porque con solo ver el enojo que refleja su rostro, me hace saber que nada más y menos algo mal ha sucedido en su trabajo y ese es el causante de sus malos humores en este momento.
— ¿Quieres hablar? —Le digo de una sola vez.
Me da una corta y fría mirada que es la respuesta de todos sus problemas, en sí, no creo que sea necesario que lleve consigo sus conflictos laborales a casa cuando podría dejarlos allá afuera, además estoy segura que no quiero ser saco de boxeo o su esponja para absorber sus propias dificultades.
—La cena está preparada, ven a comer —intento ayudar a bajar su mal humor con comida.
—No tengo hambre —dice con una voz amargada.
—Rade, la cena ya está servida... —me interrumpe.
—Entonces, ve a comer tú, pero a mí déjame en paz —dice molesto.
Me froto las sienes e intento mantener la suficiente paciencia que puede quedarme de mi duro día, pero con esa actitud que ha empezado a tomar, creo que esto no podrá terminar bien.
— ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! —Con cada palabra grita más fuerte y le da un golpe a la pared.
—Si sigues así, romperás la pared. —Digo en vez de decir que terminará por romperse los nudillos. — ¿Qué te sucede? Ya sé que puedes haber tenido un pésimo día en el trabajo, pero... —intentó encontrar una excusa pero creo que no la hay.
— ¡Me despidieron del trabajo! —Enarcó la ceja.
— ¿Qué? —Digo asombrada.
—Como escuchas, ¡me despidieron! —Lo miro extrañada.
—Pero, ¿por qué? —Le pido una explicación.
Sé que su empresa está pasando por una mala situación económica y que pronto harían recorte de personal, pero sigo sin creer que Rade sea quien haya sido de los primeros en haber despedido cuando era el contador oficial de la compañía con la cual ha trabajado durante seis años.
—No sé... —dice haciendo ademanes.
— ¿Cómo que no sabes? Tienen que tener una justificación por tu despido... —se dio la vuelta para darme la espalda y empezó a caminar a las escaleras del segundo piso —O será que, ¿tú provocaste algo para que te despidieran? —Deja sus hombros caer.
— ¿Eso piensas de mí? ¿Crees que he hecho algo para que quieran despedirme? —Elevo una ceja al ver que se hace la víctima.
En cualquier circunstancia me hubiera sentido mal en haber ofendido de esa forma a mi marido pero no es en esta ocasión porque conociéndolo, puedo tener la certeza que él mismo se ha buscado su despido, ya que últimamente solo recibía quejas de su jefe, añadiendo que su trabajo de contador ya no lo hacía feliz, como también, había tenido conflictos en su puesto de trabajo de los cuales siempre le preguntaba y él lo evadía, haciendo que tenga la duda que si esos problemas son los que se deben a esta noticia.
—Estoy rendido, Danika. No quiero pelear, iré a dormir. —Se acaricia su cabeza y se va sin decir otra palabra más.
Cansada de todo, vuelvo al comedor en donde me siento en mi lugar para luego darle un soplido a la llama de la vela, veo la cena que con mucha alegría he preparado para darme cuenta como empieza a enfriarse, ni siquiera puedo reprocharle algo porque sería injusto de mi parte como esposa cuando está enfrentando algo muy difícil para decirle con una enorme sonrisa que ahora de ser asistente de logística he pasado a ser gerente de la misma área.
Aunque ahora que lo pienso mejor, que ironía suele ser a veces la vida con todos nosotros... A mi ascienden de puesto mientras que a él lo despiden. ¿Cosas de la vida? ¿Del destino? ¿Del desempeño, amor y pasión que cada quien da en su trabajo? No tengo idea, pero lo único que puedo decir es que está noche no ha resultado nada como lo esperaba, quizás haber aceptado la invitación de mis amigas para celebrar mi ascenso haya sido mejor que pasar así mi día.
(...)
Me levanto de la cama para darme cuenta que es hora de ir a trabajar, no ha sido la mejor noche y tampoco el mejor comienzo de mi mañana, aunque quizás el enojo y mis ganas de asesinar a cierta persona a pleno día pueda desviar esos pensamientos con un poco de carga laboral, además hoy empezare a recibir capacitaciones con el señor Josip, lo cual debería alegrarme o motivarme a seguir con los planes que me he propuesto en las próximas dos semanas antes que tenga de forma definitiva mi nuevo puesto de trabajo; antes de poder dirigirme al cuarto de baño me doy cuenta como Rade aparece en nuestra habitación pero en vez de verlo molesto como el día anterior, ahora trae una sonrisa en su rostro y consigo de ello, un desayuno en la bandeja.
—Buen día, esposa mía. —Intento decir alguna palabra, pero no sale nada de mi boca.
Camina hasta el lado de mi cama para sentarse a un lado y dejar la bandeja de comida en la mesita de noche; me da una mirada de abajo hacia arriba, buscando algún signo de hostilidad de mi parte, pero a estas alturas ya ni siquiera sé cómo debo de reaccionar ante sus extrañas y bipolares emociones que cambian de unas horas de aquí a allá.
—Perdón por lo de anoche, no debí de tratarte de esa manera —se rasca la nuca con vergüenza.
Lo que menos quiero por el momento es pelear y más a plena mañana con un desayuno en cama, no es hora de discutir cuando lo único que necesito es comenzar con el pie derecho esté día para que el resultado de mis acciones sea satisfactorio.
—No importa, olvidemos lo que sucedió ayer. —Encojó los hombros, aunque conociéndome sé que me daría gusto hablar con respecto a su comportamiento.
—Te hice tu desayuno preferido. —Me señaló la comida.
—Muchas gracias, Rade. No debías haberte molestado. —Su mano se estira y alcanza mi rostro para acariciarlo.
A los segundos, toma mi rostro entre sus manos para luego acercarlo hacia el suyo, trago saliva fuertemente cuando sus labios chocan con los míos, Dios mío, están fríos, siento el sabor del tabaco y no tienen esa delicadeza para poder besarme, simplemente de un segundo a otro, ya intenta meter su lengua en mi cavidad bucal sin decir que con solo morder mi labio hace que me aleje al sentir una presión en el estómago como también, una sensación de desagrado e impotencia.
— ¿Qué piensas hacer hoy? —Le pregunto evadiendo el tema del beso.
—Descansar, creo que ayer tuve un día largo... —dice haciendo una mueca.
Bueno, darle un tiempo para que se recomponga no sería malo, pero sería bueno animarlo a que también busque pronto un empleo, con todo lo que debemos pagar últimamente, tenemos que seguir equilibrando los gastos antes que las cuentas puedan acumularse cuando también necesitamos comer y tener un techo dónde vivir.
—Bien, tomate tu tiempo —le digo con la esperanza que no se lo tome con seriedad conociéndolo que a veces no entiende bien mis expresiones.
Se levanta de la cama para poder ir al tocador de la habitación, mientras desayuno unos huevos veo como agarra un papel para luego entregármelo y así tomarlo. No es la gran cosa porque al leerlo me doy cuenta que solo es una pequeña y simple nota que me ha dado, aunque cuando leo con más lentitud en la esquina de la página, me doy cuenta que no se trata más que de una cita de una clínica de fertilidad.
—Pero... —estuve a punto de preguntarle, pero rápido me respondió.
—Mañana tenemos una cita con una especialista de fertilidad, resolveremos pronto este problema. —Sonrié con orgullo antes de entrar al cuarto de baño para dejarme sola.
Me quedo boca abierta y con la comida en mis piernas pensando en lo que acaba de hacer sin consultarme y pedirme mi autorización... Esto no puede ser cierto.
—Mierda. —Es lo único que sale de mi boca antes de dejar caer mi cabeza en el respaldo de la cama.
Y pensaba que esté tema ya había sido estancado y olvidado con su problema de desempleo.
Fue muy pronto para cantar victoria.
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Continuará...
Holi! Solo paso por acá para agradezcerles de corazón por apoyar mi historia, espero que puedan seguir disfrutando de ella! Les deseo un feliz comienzo de semana :)
Isabel Moz
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