Chapter Eight
"Chapter Eight: Not in this life"
"Capítulo Ocho: No en está vida"
Caroline
Al llegar al ascensor, un suspiro enorme salió de mí.
No había sido una tarea nada fácil, el haber rechazado a el Sr. Wood. Él era atractivo, no lo podía negar. Al principio cuando depósito un beso en mi mano, confundiéndose de que yo era una secretaria, me enfureció. Pero sentí un deleite al verlo.
Había otra cosa que tenía que aceptar, él era un idiota. Es como cualquier otro, sexo y listo. Pero no me puedo quejar ¿Cierto? Yo misma soy así.
La vida te define. La vida, es una basura, pero aún así tienes que vivir en ella. No puedo arruinar mi trabajo, no puedo tener un simple polvo con un trabajador. Todo lo haría incómodo. Sólo me acuesto una vez con un hombre. Pero tampoco lo vuelvo a ver en mi vida. Y no haré una excepción con Wood.
Apuesto a que nunca ha sido rechazado por una mujer, por la cara de sorpresa que tenía, apostaría todo lo que tengo, a que es verdad.
Es un follador sin sentido. Otro más. No debería ponerle tanta atención.
" - ¿Por qué lo haces? - me preguntó, mientras me miraba a mis ojos. Por un momento, todos los muros que había formado caerían, pero no fue así.
- Por la misma razón que tú - le contesté fría "
El recuerdo de un rato invadió mi mente.
¿Lo haría por la misma razón que yo?
Me quedé pasmada en medio de el elevador.
¡Tengo que dejar de pensar en el!
Sólo era un hombre más en la tierra.
El elevador se abrió y comencé a caminar hacia la salida, para encontrar a mi hermano ya dentro del auto negro en la parte trasera.
Me subí al carro al lado de él, el chofer comenzó a conducir hacia el restaurante de inmediato.
- ¿Porqué la tardanza? - dijo pícaro.
- ¿Qué estas insinuado? - le pregunté seria, no quería escuchar estupideces.
- Sin rodeos, ¿Uh? - sonrió. Me crucé de brazos y me limité a mirarlo, en la espera de una respuesta.
- ¿Y bien? - lo apresuré al ver que no iba a hablar.
- Quiero que tengas una relación - dijo sin jugar. Me reí, pero el no se inmutó.
- ¿Es enserio? - le pregunté.
- Tienes que olvidarlo, ser feliz - un suspiró salió de mi parte.
- ¿A qué viene todo esto? - le pregunté cansada.
- Creó que James sería un buen prospecto - dijo Liam alzando sus hombros. Esta vez me reí duro. Él se limitó a verme enojado.
- Creeme, él - dije haciendo énfasis - no es el tipo de hombre que quieres para mi, hermano -
- ¿Porqué no? Es uno de los mejores abogados, además no puedes negar que es apuesto - levanté una ceja - Claro, hablando masculinamente. No soy gay - dijo serio. Ambos reímos segundos después.
- Se que no lo eres - dije tranquila - Pero, aún así, el señor Wood, no es el tipo de hombre que debería tener una relación conmigo.
Al menos no una duradera, pensé.
- Y entonces, ¿Cuando tendré sobrinos? - presunto impaciente.
- Cuando yo tenga sobrinos - le solté rápidamente con una sonrisa.
- Estoy trabajando en eso - dijo rascándose la nuca.
- Yo igual - dije con inocencia.
- Habló en serio. Yo, si estoy trabajando en ello - dijo desesperado.
- Pero... - hablé para que continuará.
- Pero - se tomó la cabeza, para soltar un suspiró - Sin ofender al sexo femenino, las mujeres que encuentro o son muy tontas o muy interesadas.
Me alce de hombros.
- Es el mundo real - respondí simple.
- Me niego a aceptar el mundo real - me contradijo testarudo - Quiero una mujer inteligente, que se valga por ella misma - se pasó las manos por el rostro - ¿Es tan difícil de pedir? - preguntó desesperado, le di unas palmadas suaves en el hombro.
- Llegamos, señores Stone - dijo el chofer.
Bajamos, gracias a que ya tenían la puerta abierta para nosotros.
- Gracias, Luke - dijimos Liam y yo al mismo tiempo luego de bajar.
- De nada - contestó amable - ¿Están seguros de que quieren comer aquí? Yo los puedo llevar a otro lado inmediatamente.
- No te preocupes - le dije sonriendo - Nosotros te llamamos cuando acabemos
- Los esperaré aquí afuera.
Liam me sonrió, le regresé la sonrisa y juntos entramos a McDonalds.
La gente nos miraba raro. Tal vez la forma en que vestíamos o como nos veíamos. Mi hermano era atractivo.
Me senté en una mesa y Liam se fue a pedir la orden.
Nunca nos gustó el alardear. Siempre hemos sido simple. Nos gusta comer en lugares de comida rápida, nos gusta ir al parque. En algunas ocasiones compramos ropa en las Thrift Shops. Sólo usamos trajes caros, por que nuestro padre nos obliga.
"Se tienen que ver decentes dentro de mi bufete"
Papá nunca ha sido malo. Sólo que le gusta la perfección.
- Listo - llegó mi hermano con la comida. Se sentó en frente mío.
Y dio una enorme mordida a su hamburguesa.
Me lo quedé viendo por unos segundos.
- ¿Qué pasa? - me preguntó después de tragar el bocado.
- Papá habló ayer - dije sería. Abriendo mi comida.
- Si, acerca del nuevo abogado - dijo obvio.
- Me habló a mí de nuevo - él me miró confundido.
- Y ¿Qué te dijo? -
- Qué al menos uno de nosotros tenía que formar una familia. Que alguien debía continuar con el apellido Stone
- Obviamente, hay mucha más presión sobre mí - dijo, tomando de su bebida.
- Eres varón. Se supone que tu tienes que tener una familia primero.
- No es así de sencillo. Casi siempre estamos en el trabajo, además lo de salir con alguien del trabajo, no parece la mejor idea.
- Estoy de acuerdo contigo, pero ya sabes como es papá. Quiero nietos. Ya - el negó repetidamente.
- No lo se, Caroline - se veía desesperado - Ya no se que hacer.
- Sólo olvidemos por un momento - el asintió.
- Habrá un evento pronto, con Los Green. Ya sabes que se esta pensando unir los dos bufetes.
- No me parece la idea. Siempre hemos sido el mejor bufete, no creó que necesitemos de alguien más.
- Sólo es para ser más poderosos. Dos cabezas piensan mejor que una - dijo sonriendo — Además él, ya no esta ahí — dijo cambiando su semblante.
- Tu y yo. Nosotros somos dos cabezas. Papá se retirará en unos meses. Nosotros nos quedáremos a cargo.
Decidí ignorar su comentario acerca de que él ya no estaba dentro del bufete. Lo mejor sería ignorarlo.
- Tú te quedarás a cargo. Yo seré tu mano derecha - me guiñó un ojo - Nunca me ha gustado ese de ser el jefe.
Me reí.
- ¿Sabes algo? - me preguntó.
- ¿Qué?
- Me estoy imaginando, el apellido Wood contigo - él rió - Sra. Wood
Le aventé una papá frita a la cara. Los dos reímos.
- Ni muerta - le dije desafiante.
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