[ 003 ]

—Pues la verdad, —Sanha habló llamando la atención del grupo— no me llama la atención salir con alguien y las mujeres son muy extrañas.

—Pero no solo es tenerla y ya, —Somi habló mientras reía— estamos hablando de que vas a disfrutarla también, sabes a lo que me refiero.

—Aún así, —Sanha se encogió de hombros— llámenme infantil, pero no creo que el sexo sea lo mejor de la vida, y el amor no es lo mío.

— ¿Entonces? —Eun Woo se recargó en el tronco— ¿Nunca vas a casarte y tener una vida familiar?

—Yo digo que Sanha es más de recibir que dar amor, —Moon Bin lo señaló haciendo una mueca— él es como una flor que todos alagan.

—Que descripción más gráfica, —reí para luego beber de la sidra— pero creo que tienes razón.

— ¿Y tú, Umji? —Somi me sonrió, su curiosidad se desbordaba— ¿Tienes a alguien en quien piensas últimamente?

—No, —negué— estoy en modo capullo por ahora. Digamos que no hay nadie que considere afortunado.

— ¿Y qué me dices de Sanha? —Eun Woo señaló al menor con la barbilla.

—Él es mi hámster, —acaricié el cabello de Sanha con ternura— es casi mi hijo, y nada cambiará eso.

—Aparte que horror despertar y que lo primero que veas sea a esta mujer con un panal en la cabeza, —Sanha hizo un ademán sobre su cabeza— su cabello toma una forma muy extraña todas las mañanas.

—¡Ya!, —Umji le dió un golpecito en el brazo— no me peino una vez y te traumas de por vida.

—Bueno, bueno, —Moon Bin habló acomodándose de forma más cómoda sobre su asiento— ¿y el jinete que siempre traes contigo?

— ¿Hansol? —Reí— No, no, él es mi escudero de toda la vida. Me vio desde que era una niñita, es obvio que ni yo, ni él a mi me gusta.

—Total, —Somi rodó los ojos— ¿no tuvieron ganas de hijos nuestros antepasados o qué?, todos los guapos están en Incheon y Busan.

—Dímelo a mi, —revolví mi cabello tratando de peinarlo— en fin, debo volver antes de que sea tarde, saben que nos vemos aquí todos los lunes.

—Claro, —asintieron, Eun Woo agitó su mano despidiéndose— luego nos cuentas como avanzan las cosas con ese Hansol.

—Sí, claro, —reí— van a avanzar las guerras primero que nuestra relación.

Reí mientras seguía despidiéndome, eran pocas las horas que podía estar con ellos, pero no podía estar más que agradecida. Abracé a Sanha para luego dejarle un brazalete de oro como un pequeño regalo, él me dijo que me cuidara y yo también lo hice.

Hansol cabalgaba en silencio, yo pensaba en todo lo que había escuchado de mis amigos esa tarde. Sus sonrisas se almacenaban en mi memoria para recordarlas cuando me sintiera sola y abatida. Un grito desgarrador me sacó repentinamente de mis pensamientos.

—Su alteza, le ruego que se mantenga en silencio, —me indicó alentando los movimientos del corcél— hay una escena frente a nosotros, así que haga lo posible por no llamar la atención.

Asentí. Ese era el peligro de viajar entre el bosque; toparse con escenas desagradables o hasta con manadas de animales salvajes. Una chica estaba en el piso, se tocaba la pierna mientras un hombre le gritaba, mi corazón se estremeció por dicha imágen.

— ¿Por qué tienes que tratarme de este modo? —La chica le reclamaba con lágrimas en sus ojos— Yo soy tu hija también, ¿pero por qué me tratas diferente a mis hermanas?

—Eres inútil para mí, —habló el hombre con furia— ¿de qué me sirve tener una hija hermosa y vírgen si no puede caminar?

Mi corazón se enogió, ella era súmamente hermosa, me dolía verla de esa forma. Bajé del corsel para ir con ella, Hansol hizo lo mismo siguiendo detrás de mí. Me incliné junto a ella revisando si estaba bien para luego dirigirme al hombre.

—Hombre despreciable, —escupí las palablas con fuerza— ¿no tienes valores?, le hablas a ella como si se tratara de una bestia de carga.

— ¿Quién eres tú? —El hombre trató de hacer que me escamara con su puño, pero ni siquiera parpadeé— Tan bonita niña con una boca tan grande, ¿por qué no te metes en tus propios negocios?

—No quiero volver a verte aquí, —le señalé sin apartar mi mirada de él— eres un hombre que no sirve para nada, ¿crees que tienes derecho de hablarle así a tu propia hija?

—Pequeña mocosa...

El hombre detuvo la palma de su mano, estaba a punto de estamparse en mi mejilla, pero la estaca de Hansol sobre su propia frente lo había inmovilizado.

—No se atreva a tocar a mi doncella, si ama realmente su vida —Hansol sonrió.

— ¡No lo mates! —La chica se arrodilló frente a mí— Por favor, él no ha hecho algo que merezca la muerte, ¡se lo ruego!

Le hice una seña a Hansol con la mirada, él obedeció bajando la estaca haciendo que el hombre suspirara de forma sonora. En pocas horas llegamos al palacio, la chica a quien habíamos rescatado aceptó viajar con nosotros luego de que le insistiera tanto.

Su nombre era Yu Na, hija de un herrero y una difunta madre, hermana de dos mujeres insaciables de orgullo y altivez. Hace poco sufrió un accidente, de tal modo que su pie derecho le impedía caminar, es por eso que su padre estaba furioso al no poder venderla a los funcionarios ricos de otros pueblos. Cojeaba al caminar, y eso no era bien visto ante nadie, era inútil para su padre, pero yo quería asegurarme de cuidarla como mi nueva hija.

—Su alteza, —Yu Na hizo una reverencia con dificultad— no quiero ser una carga para usted...

— No lo eres. —Exclamé negando con la cabeza. Ella es realmente linda.

La sirvienta, a quien conocí como Yerin entró a la habitación con un conjunto de toallas y una bata de dormir femenina, sonrió al verme y a la nueva chica que no conocía. Hizo una reverencia para luego dejar las cosas sobre la cama.

—Su alteza me retiro, —habló con una sonrisa— por favor, llámeme si necesita algo.

—Esta bien, Yerin, —asentí— puedes marcharte.


—Pero admite que está buena, —los guardias hablaban entre risas, no era del tipo entrometido, pero el verlos de esa forma me hizo querer saber de qué hablaban— la he visto de cerca, tiene un trasero de ensueño.

Ambos rieron ante los ademanes vulgares que hacían. Caminé hasta ellos sorprendiéndolos, y tenían que estarlo, estaba al mando de los guardias del palacio, verlos así podía costarles el puesto. Sonreí.

— ¿De quién hablaban? —Miré a cada uno por unos segundos— ¡Hablen!

—Perdone, general Min, —el más bajo hizo una reverencia— no preste atención a nuestras palabras.

— ¿Saben que hablar de esa forma de la reina es un pecado que los llevaría a juicio, cierto? —Me alejé lentamente de ellos al ver que asintieron— Voy a darlos de baja por dos días, espero que sea suficiente para que piensen en sus acciones.

Caminé triunfante hasta llegar a los jardínes, el puesto de general superior de guardias me quedaba tan bien como el uniforme que portaba.

No solía pasear por los jardines del palacio, esos lugares se vigilaban poco o nunca, pero esa vez quise recorrer ese laberinto de matorrales. Caminaba con lentitud tratando de relajarme un poco, quería disfrutar mis pocos minutos de relajación. Una ligera melodía siendo recibida por mis oídos me hizo cerrar los ojos deteniendo el paso por completo. Las notas se dispersaban perdiéndose en el aire. Ese no era cualquier instrumento, era un hermoso piano.

—Es muy linda, su majestad, —una voz femenina se escuchó seguida de aplausos— toque otra melodía, por favor.

Y de nuevo sonaron las teclas de aquel piano. Caminé lentamente hasta toparme con la intérprete de aquellas notas.

Su cabello estaba arreglado, algunos mechones caían por los costados de su rostro; sus mejillas regordetas, sus labios finos y rosados, todo de ella se podría considerar glorioso.

Estaba sentada junto a la ventana de la sala, desde donde estaba podía apreciar cada expresión que hacía a la par de sus movimientos en las teclas del piano. Hasta que se detuvo repentinamente. Podía sentir el dolor que transmitía en sus notas.

— ¿Cuál es el nombre de esa melodía, su majestad? —Preguntó la chica aplaudiendo nuevamente.

"Nadie para alguien" —sonrió con melancolía— ¿te gustó?

Asentí sonriente. Tenía que regresar a cenar, así que no tuve más remedio que irme. El concierto privado continuará, pensé sin borrar la tonta sonrisa de mi rostro.

Sentí su mirada en mi espalda, pero no me molesté en voltear. Seguro solo es un tonto sentimiento, me convencí.

——capítulo larguísimo,
¿alguien que shipee el yumji? 💗

arte que se carga ese ship uwu
¡gracias a thatgirlymommy por
el hermoso banner!
donen sus banners porque
yo no sé hacerlos 😔

Por cierto....







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te amo beibi ♡

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