~ Día 3: Beso Accidental ~
¡Hola de nuevo, con el tercer escrito de la semana de este reto! 💚💜💛
Nuevamente les agradezco por leer estas pequeñas historias 💛💚💜 su apoyo me ayuda mucho y espero lo estén disfrutando.
🍀 Historia relacionada con la trama original de SNK.
🍀 No hay mención de spoilers, las escenas pueden relacionarse con el periodo de la 3er temporada del anime.
🍀 Historia con contenido yaoi no explicito.
🍀 Créditos respectivos al artista de la imagen utilizada, así como al creador de la obra original y personajes, Hajime Isayama.
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Día 3: Beso accidental
Historia ubicada en los eventos finales de la tercera temporada pt. 1, se orienta a las típicas peleas entre ambos donde el suceso ocurre en uno de sus castigos.
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Era bastante curioso, si no es que hasta gracioso.
Sus encuentros podían ir de las altisonantes palabras burlonas, hasta los golpes con moretones y rajadas donde brotaba sangre sin exceder.
La gente a su alrededor solía hacer bullicio, incluso apostaban entre sí por el triunfador; si querían pasar desapercibidos era imposible.
Pero esa mañana, sin hacer nada, incluso sin verse, fueron castigados.
—¡Limpien los almacenes y establos! —
Las instrucciones fueron claras, pero no había explicación para tal castigo, ambos concordaron, por primera vez, que aquello era injusto y antinatural.
—Con todo respeto, quisiéramos saber el porqué —Jean habló en nombre de los dos, con la pose y respeto hacia su líder, este alzó una ceja —
—El porqué, ¿preguntan? —ambos se miraron confundidos —agradezcan que tomo estas medidas y no su definitiva expulsión —
El hombre se fue más que molesto, dejando a las víctimas con el "que" en la boca, confundidos de tal declaración, y si no hubiera sido porque el mismo oficial volteó a mirarlos desaprobatoriamente, probablemente hubieran dormido de pie con la misma sorpresa en el rostro.
Se movieron de mala gana, levemente asustados por la expresión del adulto, se cuestionaron mentalmente si realmente había sucedido algo entre ellos que desencadenara tremendo castigo, pero entre escobas y cubetas, nada les llegó a la mente.
—Sé honesto Eren —el mencionado interrumpió su barrer del suelo de los establos para verlo —¿hemos peleado últimamente? —ambos quedaron pensativos, cualquiera se estaría burlando —
—Siendo honesto Jean... —hizo una pausa con el ceño confundido, suspiró rendido —no, ni siquiera nos habíamos visto por los entrenamientos —era un punto clave, y eso los dejó peor —
"¿Entonces porqué estamos castigados?"
Ambos suspiraron como si se hubiesen leído la mente, sin respuesta que llegara, decidieron solo terminar el trabajo impuesto a propósito y sin consentimiento.
Hasta que llegó la noche.
Sus mentes habían estado tan ocupadas en terminar que en seguirse preguntando "el porqué", curiosamente, habían hecho un buen equipo, uno se encargaba del establo, el otro de los almecenes, al final, ni siquiera se vieron.
—¿Terminaste? —
Eren hizo acto de presencia con las ropas sucias y el paño en su cabeza desarreglado, a simple vista lucía cansado y claramente molesto, pero el matiz de su voz sonó con preocupación escondida.
—En eso ando —
Jean no estaba mejor tampoco, pero cepillar a los potros era una labor más relajante, escucharlos relinchar mientras cepillaba las hebras de su cabello era un placer un tanto particular, aunque las ropas estaban llenas de paja y suciedad.
Eren descansó cerca de él, tomando la cubeta volteada como un banco provisional mientras suspiraba y lo miraba de reojo cuidando del animal.
—¿Te gustan? —cuestionó, con una sutil sonrisa, no expresando burla como normalmente lo haría —
Jean lo miró levemente confundido y sorprendido, precisamente de que hablara enserio y no fueran sus típicas burlas comparativas.
—Si —respondió en primera, y al seguir confundido, agregó —¿te pico algo para que te volvieras un curioso preguntón? —claramente se burló, pero también sintió curiosidad de su relajada faceta —
Eren emitió algo como un gruñido molesto, Jean pudo jurar verlo erizarse como un gato a la defensiva, apartó la mirada y se cruzó de brazos.
—¡Nada me pico, perdón por ser amable! —se quejó ofendido —¡no he hablado en todo el día con alguien, perdón por dirigirte la palabra! —expresó con un puchero y su mirada molesta —
—Si bueno, puedes hablar con algún caballo —expresó y regresó a su labor de cepillar al animal —
La mente de Eren se iluminó un instante, surcando en su boca la sonrisa burlona y atrevida, y como si fuera un poeta, aclaró su voz para obtener la victoria.
—¿Y qué crees que hacía, querido? —expresó con burla, en un ronroneo de voz con lo último, enfatizando en el subjetivo del animal a su persona —
El cepillo cayó de la mano de Jean en cuanto se levantó de golpe, claramente ofendido, aguantándose las ganas de no golpearlo ante sus carcajadas, fuera del extraño tic de escucharlo decir lo último.
—Muy gracioso Eren —gruñó, regresando a su actividad mientras el otro regulaba su cordura nuevamente —al menos, trata de ser más sutil, cariño —enfatizó con burla lo último en un tono extrañamente meloso y burlón —
Eren recibió el mensaje como Jean quería, dejándolo en completo silencio y sorprendido, diría que hasta aturdido y confundido por la expresión de su rostro, Jean terminó ganando, o tal vez no.
Eren tenía los ojos brillantes y un extraño sonrojo en la parte central de su rostro, bordeando por completo sus mejillas, el apretón en sus labios era evidente de la incomodidad, sino es que vergüenza al bajar el rostro.
Ahora el sorprendido era Jean, quien no tardó en reflejarse de la misma manera, incómodo y avergonzado de ver al castaño y recordar sus propias palabras.
—¡Lo dijiste primero y pensé que... agh! —entró en un desquicie masajeando su frente mientras apartaba el rostro —
—Yo, ah, iré por el alimento —su voz tembló de inseguridad —
Jean no lo miró, y solo escuchándolo supo que habían cruzado un límite extraño, el correr de Eren era de escape, y así como él, Jean también quería huir y meter la cabeza en un balde de agua fría para calmar el calor y la ansiedad.
Quería terminar cuanto antes, solo una última tarea, alimentar al resto de caballos y podría largarse a tomar un buen baño.
Eren regresó con la cubeta llena de granos, y en completo silencio regó el alimento en las canastillas de cada sección, los potrillos relinchaban en agradecimiento, eso logró que Eren se calmara un poco.
Las caballerizas más al fondo eran las más complicadas, fuera de su ubicación, la tierra era resbalosa, pero no importaba eso cuando querías terminar pronto.
—¿Necesitas ayuda? —Jean intervino cuando vió al castaño pelear por llegar al otro lado evitando el charco de tierra mojada —
—No te necesito —expresó fastidiado del vano de sus intentos, quizás, si fuera más alto, como Jean, lo lograría, y eso lo hizo enojar aún mas —
Siempre dicen que a alguien enojado, todo le saldrá mal.
Eren cayó justo en la tierra mojada, con la cubeta volando esparciendo los granos por doquier, los caballos relincharon y él gritó exasperado, molesto de tener que recibir la ayuda de Jean para tratar de levantarse.
—Mueve el pie derecho o te caerás nuevamente —ordenó, sosteniendo con fuerza su brazo, Eren le gruñó en respuesta —¡no seas terco Jaeguer! —refutó fastidiado —
—No, espera, desde aquí puedo lanzar las semillas —y antes de recibir una negación, formó los puños con la comida y las fue lanzando en canastas perfectas —
—¿Es enserio? Perderé el brazo por tu culpa —se quejó tratando de no moverse —
Quizás ninguno de los dos hizo el esfuerzo por moverse para evitar caer, pero la tierra así lo quiso, y con ello, la desgracia sucedió.
—¡Espera, Er- —
Silencio.
Solo el sonido nocturno exterior se escuchó de fondo, ante las miradas perplejas y perfectamente alineadas del verde y amarillo de sus orbes mirándose fijamente, más abiertas que un plato, con la respiración perdida tras la unión de sus bocas.
Un beso accidental en los labios por culpa de la tierra.
Duró segundos que fueron eternos, Eren sobre Jean, sin fuerza que evitara la caída directo a su rostro buscando con que encajar, de manera precipitada y curiosa a la vez, solo porque el destino, tal vez, así lo quiso.
Los caballos relincharon, ellos parpadearon, y se separaron de forma precipitada, con el mismo color rojo en el rostro y el corazón increíblemente desenfrenado.
—Ah, yo, emm, lo siento... —Eren sentía que perdía el aliento de los nervios —
—No, yo, no se que... —Jean sentía morirse sin saber que hacer o decir —
Sentían los labios arder, quemarles pidiendo mas, con la respiración agitada y el corazón latiendo como nunca, una sensación completamente nueva y extraña que los estaba torturando, tan lejos y tan cerca de poder entenderlo.
Su mente en blanco pareció traicionarles a realizar cualquier acción coherente, solo los latidos de su corazón controlaban sus impulsos, y querían tranquilizarlo como fuera, incluso si el fatídico accidente tenía que repetirse.
Ambos se miraron en sincronía, con el brillante reflejo de luz en sus ojos, admirando el rostro avergonzado del otro, conociendo una faceta nueva del otro que, de alguna manera, les terminó encantando admirar.
Jean fue el primero en moverse, arrastrándose por el suelo hacia su presa, movimientos ligeros que no alertaron a Eren, sino que lo esperó con paciencia, dispuesto a recibirlo al acomodarse en la postura perfecta para repetir el acto sin necesidad de estar tirados sobre la tierra.
—¿Estás dispuesto a esto... —sus alientos se mezclaron con la cercanía —cariño? —ambos se tensaron, Jean entrelazó sus manos y Eren sonrió en respuesta—
—Repítelo de nuevo... —Eren posó su otra mano detrás de la nuca de Jean atrayéndolo hacia él —querido... —y bajo el dulce ronroneo de su voz, ambos se sonrieron y culminaron el acto —
Había sido accidental y lo repitieron varias veces a propósito.
Acompañados del mismo brillo en los ojos, con sonrisas de por medio, y esos extraños apodos que se decían en murmullos suaves y melosos que enloquecían sus corazones, una pasión desenfrenada de besos y caricias en el rostro.
Ya no importaba el porqué de ese castigo, solo que gracias a el conocieron nuevas facetas del otro, más que gestos, sino actos de amor genuinos y puros.
Tal vez, el único error accidental en esta historia fue el castigo a dos personas inocentes, una equivocación del alto mando.
Lo que no sabe, es que, tras su error, el corazón de ambos latió al encajar los labios perfectamente en un beso accidental.
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Así termina esta historia trágica y divertida llena de amor, imposible no amarlos ❤️
Este es uno de los capítulos más largos que he escrito, ¿que les ha parecido? Espero verlo en sus comentarios, nuevamente, muchas gracias por sus votos y lecturas 💚💛💜
Este capítulo también va dedicado a mi pequeña: aymiki-chan Pensé que debía aprovechar el título de hoy y volverlo divertido, espero haberlo conseguido ❤️
Y también este capítulo se lo dedicó a: erens1mp
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Que siempre me acompañan y apoyan con sus comentarios ❤️ muchas gracias ✨
Nos vemos mañana.
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