~ Día 1: Colegio ~

¡Bienvenidos al primer escrito de este nuevo reto!

Gracias por darle una oportunidad a mi trabajo al compartirles una serie de drabbles, oneshots e historias cortas de estos dos 💚💛.

🍀 Historia AU o de un mundo alterno.
🍀 Historia narrada en 3ra persona.
🍀 Historia con contenido yaoi no explicito.
🍀 Créditos respectivos al artista de la imagen, así como al creador de los personajes, Hajime Isayama.

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Día 1: Colegio/Escuela Secundaria

Historia basada en un AU de la vida real, teniendo a Eren como protagonista, el escenario es la vida escolar de una escuela secundaria donde se desarrolla la pareja.

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La rutina siempre era la misma.

Eren contaba sus días con el pasar de las hojas del calendario, sin ninguna novedad que le permitiera ese cambio.

Hasta el día que, pensando en nada, se le hizo tarde, arruinando por completo esa rutina.

Carla, su madre, le hizo entrar en razón al apurarlo como nunca, saliendo a tropezones de su hogar en una carrera por no llegar después que el profesor.

"Romper la rutina está bien, a veces, trae cosas buenas."

Eren no supo si lo dicho por su madre fue un chiste o un albur de su comienzo desastroso de día, quiso tomarlo con calma, pero mirar al profesor de lejos lo hizo correr como nunca, aventando a uno que otro compañero del pasillo.

—Vaya día... — se dijo una vez se tiró sobre la banca derrotado, con el corazón latiendo a mil —

Y el día apenas comenzaba.

Eren solo esperaba que nada fuera de lo común arruinara el resto de su rutina, porque fuera de lo que la gente pensara, a Eren no le molestaba, en particular, la rutina que seguía en la escuela por una razón.

La entrada del profesor, en sí, fue extraña, sin regaños ni quejas, pidió silencio y comprensión al presentar al alumno transferido de salón.

Eren quedó congelado.

—Jean Krischtein, es su nuevo compañero —el salón inclinó la cabeza en saludo y aceptación —por favor, toma asiento en la penúltima fila del lado izquierdo —

Eren se tensó de inmediato, ese lugar vacío, ese pupitre mencionado, era justo el que estaba a sus espaldas, muy cerca de la ventana.

Su corazón quería explotar.

La clase jamás le había abrumado tanto como ese día, ya que podía escuchar, perfectamente, cómo detrás suyo, eran colocados los bolígrafos con cautela en la mesa, cómo interpretaba el arrastre de las manos ajenas en las hojas de papel escribiendo lo dicho por el educador, su sola presencia respirando detrás suyo.

Una tras otra clase, fueron un infierno para un Eren abrumado por la presencia del nuevo alumno.

No es que fuera nuevo, en realidad era muy conocido, sino es que era el más popular en su nivel, simplemente había sido trasferido a otro salón por intrigantes cuestiones.

La rutina de Eren cambió drásticamente, tal como su madre le dijo.

Ya no tendría la necesidad de ir a "comprar el almuerzo", y no porque no le gustara el que le preparaba su madre, es solo que, si asistía a tal hora, Jean estaría ahí comprando el suyo.

Pero ahora estaba ahí.

Ya no tendría que pedir permiso para ir al sanitario justo a las 12, porque a esa hora, el grupo de Jean salía directo a las canchas para la clase de deportes.

Ahora tendrían el mismo horario.

Ya no tendría que asistir a las aburridas reuniones del consejo estudiantil vespertinas, para escucharlo hablar como un líder.

Ahora podría escucharlo al participar o exponer en clase.

Solo había un detalle en todos sus problemas supuestamente arreglados.

Eren no tenía el coraje de hablarle.

"¿Cómo dirigirse a una persona que, probablemente, te consideraría un acosador?"

Eren se sentía patético.

La vida escolar no tenía nada de interesante para él, al menos, no en la escuela secundaria, que era más un combate contigo mismo, que aprender lecciones nuevas.

Y así como las chicas del instituto llegaban a mirarlo sospechosamente, murmurando entre ellas, incómodo por cierto, Eren y el resto también sufrían esos cambios físicos y de personalidad, ni hablar de los gustos.

—Es un proyecto sencillo, será por parejas según la fila que les toque, uno delante del otro —

Uno par, el otro non.

Eren era Non.

Y Jean, era su par.

—Pónganse de acuerdo con su compañero de equipo, finalizamos la clase de hoy —

"No, el infierno apenas comienza"

Eren se quedó estático, sentando como un muñeco mientras todos salieron, increíblemente, ninguno de los dos lo hizo.

Llámalo destino o mala suerte, la oportunidad estaba presente, pero los nervios eran su enemigo en ese momento.

—Eren, ¿cierto? —

Por primera vez, escuchó su nombre salir de esa voz, su cuerpo se erizó y no supo si fue de emoción o ansiedad, y así como la garganta lo traicionó cerrándose, solo asintió repetidamente confirmando.

—Un gusto, soy Jean —Eren fue demasiado cobarde para voltear a verlo —decidí anotar algunas ideas que nos pueden funcionar, revísalas y comenzamos a trabajar lo antes posible —

El pequeño papel sobresalía de la estrecha mano ajena, Eren lo miraba fijo, parecieron segundos eternos hasta que decidió tomarlo con prisa y ansioso, Jean no dijo nada.

Cada idea era fabulosa, quedó asombrado con el ingenio del ojimiel de planificar algo que nunca se le hubiera ocurrido, claro, por eso era tan popular.

Eren imaginó la manera en que podrían explicar semejantes temas, el recurso didáctico y la discusión del mismo, ideas alucinantes se le ocurrieron en su cabeza, como un infante planificando el mejor de sus juegos.

Y estuvo a punto de decirlas.

De escupir las ideas al aire esperando que alguna le gustase a Jean y comenzaran.

Que, de alguna manera, esa fuera la clave para conocerse mejor.

Pero el suave, y casi inaudible ronquido, se oyó en el vacío salón que solo permitía la entrada del viento como único sonido.

Eren volvió a congelarse.

El castaño de cabellos claros de color trigo descansaba los brazos sobre el pupitre en una pose que le permitiese colocarlos como si fuesen una almohada improvisada, en uno su cabeza descansaba, el otro estaba sobre la mesa.

Los lentos suspiros de su descanso evidenciaban el cansancio de días sin dormir, posiblemente ser el líder del consejo estudiantil era la causa, quizás había algo más.

—Hey Jean... —la mano de Eren tocó el brazo sobre la mesa —me gustaría conocerte más —aseguró con una sutil sonrisa oculta —

El viento entró por las ventanas haciendo bailar las cortinas en sondeos suaves, haciendo bailar los cabellos castaños de ambos, claro y fuerte, era testigo de su primer encuentro.

—Claro, porque no... —

El murmullo fue suave, casi como un balbuceo inaudible que Eren, claramente, escuchó, quedando paralizado, cuál si hubiese cometido un crimen y hubiera sido descubierto.

"¿¡El estaba, no, todo este tiempo él estaba..!?"

Si no fue el rostro, al menos las mejillas le ardían como fuego vivo, sentía morirse por el atrevimiento de tocarlo y ser honesto, peor aún, recibir una respuesta positiva de la nada, no sabía si sentirse feliz o avergonzado.

El culpable seguía tranquilamente recostado, quizás ni siquiera dormía, y solo se burlaba de la actitud nerviosa del castaño, Eren ni siquiera huyó, se quiso quedar ahí pese a la vergüenza en todo su rostro.

El viento volvió a soplar entrando por las grandes ventanas, meneando sus cabellos a un suave compás, la brisa pareció llegar con la calma, y con una extraña fortaleza para Eren, que lo llenó de valentía.

Su mano tocó la contraria y la tomó por sorpresa, tal como sospechaba, el otro no estaba realmente dormido, solo somnoliento, así que la tensión con su toque la vió y sé sintió satisfecho.

La pequeña risa se hizo presente, no era burlona pero sonaba nerviosa y divertida, Eren se enamoró de la pequeña melodía al escucharla.

—Hey... —Eren se tensó al volverlo a escuchar —¡Feliz cumpleaños Eren! —comentó sin mirarlo, pero sus palabras dictaban una verdad dulce —

Eren se percató entonces del día, de la razón por lo que los comentarios de su madre esa mañana fueron extraños.

Eren no divisó su calendario ese día, en específico, el día 30 de Marzo, día de su cumpleaños.

Regresó a su realidad al sentir cómo sus dedos se entrelazaban con los contrarios, sus manos encajaban perfectamente entre sí, como si hubieran estado hechas así a propósito.

—Jean... —el sonrojo volvió a aparecer, y Eren realizó mucho esfuerzo en resistir las ganas de llorar —gracias... —

Jean realmente dormía, pero el contacto de sus manos evidenciaba más de lo que se podía pensar, Eren lo miró dormir tranquilo, sin importarle qué hoy cumpliera otro año más de existencia, posiblemente algún Dios escuchó su plegaria y le envió el mejor regalo.

Era el inicio de su relación, una demasiada particular a decir verdad.

Eren agradecería a su madre por ese consejo y después comería el pastel que la vió preparando por la mañana, contándole que esa rutina finalmente se habían roto con algo bueno.

El colegio ya tendría algo divertido tal vez.

La rutina de una escuela secundaria seguía siendo la misma, conocerte a ti mismo y entablar nuevas relaciones.

Y la suya con Jean apenas comenzaría después de esa tarde en que ambos rompieron sus verdaderas cadenas de personalidad.

Y eso estaba bien para ambos.

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Primer escrito de este reto ❤️ espero les haya gustado.

¡Feliz cumpleaños Eren! 🍀💚✨💛

Agradezco que le hayan dado una oportunidad a este libro, gracias por sus lecturas, justas, votos y comentarios, eso me ayuda mucho.

Esta historia va ampliamente dedicada a mi pequeña: aymiki-chan . Te metí en el mundo de esta pareja ❤️ y ahora eres mi cómplice en ello ✨ te quiero mucho 💕

Nos vemos mañana con el próximo capítulo.

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