cAPITULO 9

Volvieron a casa, y continuaron grabando, esta vez con una gran comida para todos, lo cual fue bastante afable. Hanbin se percató del cambio en la actitud de Jinhwan, parecía un poco más relajado, más feliz.

Aunque algo en sus instintos le hacía desconfiar, se había dado cuenta que el más alto nunca se acercó a ver cómo estaba Jinhwan, a diferencia del resto, lo cual era bastante extraño dado lo cercanos que solían ser; además su mayor se había puesto nervioso las primeras veces que lo vio, eso pudo notarlo. Pero para entonces parecía todo estar un poco más tranquilo, aún así se prometió mantenerse atento.

Había prometido cuidar a su Hwanie y pensaba mantener esa promesa a como diera lugar.

El buen ambiente pareció seguir aún después de eso, incluso los extraños acceso de enojo de Junhoe habían desaparecido, ya no era grosero con Bobby ni con él, volvía a ser el mismo dongsaeng de siempre.

Solo hubo un momento en que el pique entre ellos dos volvió a aparecer, de forma algo absurda en realidad. Estaban en grabación de nuevo y se habían decidido a hacer varios juegos y concursos aún en casa.

Algo que no esperaba fue el momento en que el juego de medir fuerzas con los brazos apareció. Al inicio no pensó en lo que aquello podía significar, siguieron el juego e incluso bromearon un poco con quién sería el más débil. Claramente fue su Hwanie, él era pequeño, él debía ser protegido, no necesitaba ser fuerte, Hanbin sería fuerte por él.

Entonces Junhoe había tomado el lugar de Jinhwan, no era tal cual el plan del juego pero así fue. Hanbin sintió una extraña opresión en su pecho al notar la mirada que le más bajo le dedicó a su menor, como si estuviera agradecido por salvarlo.

Aún así Hanbin no hizo nada, mantuvo su cara de póker viendo como el más alto derrotaba a todo su equipo. Se sentía confiado, tenía bastante fuerza y había estado trabajando en sus brazos.

Cuando se sentó frente a él, pudo sentir la mirada aguda de Junhoe sobre él, la competitividad de ambos era demasiado evidente. El resto reía y se divertía por aquello, solo Jinhwan pareció notar la tensión real que existía entre ambos mientras se tomaban de la mano.

El duelo fue intenso, algo alejado del punto "divertido" del juego, ambos pusieron toda la fuerza que tenían para poder ganar.

Al final fue Junhoe el vencedor, aunque pudo notarse la diferencia en la fuerza que tuvo que hacer para poder ganar a diferencia de con el resto. Terminó cansado y con la respiración agitada, pero con una sonrisa victoriosa en el rostro.

Aunque Hanbin no tuvo necesidad de sentirse mal, al voltear a ver a Jinhwan encontró en él la misma mirada admirada que le había dedicado a Junhoe, todo gracias al espectáculo que había dado.

Además, con el siguiente juego de barras Hanbin pudo desquitarse, aunque tanto Bobby como Junhoe le dieron batalla, salió ganador. Jinhwan lo alabó y eso fue suficiente para hacerlo feliz también.

Siguieron grabando hasta entrada la noche, después de lo cual tuvieron un tiempo para descansar, el resto del staff se marchó dejando solo algunas cámaras personales y las de los cuartos.

Hanbin seguía con la sensación placentera en su pecho, aun mientras se bañaba y se preparaba para dormir. Había sido un día agotador y para cuando salió ya todo el piso estaba a oscuras, silencioso. Decidió ir rápido a la cocina por un vaso de agua antes de dormir, demasiado cansado como para prepararse algo más.

Bajó sin encender ninguna otra luz, demasiado acostumbrado al lugar como para poder moverse así. Estaba a punto de subir cuando escuchó algunos ruidos que provenían de la sala común.

—Ah, ¿hola? —preguntó a las sombras

Alguien soltó una exclamación ahogada, reconoció que eran dos las personas que estaban allí, y a los pocos minutos una silueta alta se asomó por el pasillo, no le costó mucho trabajo reconocer a Junhoe.

—¡Hyung! Ah, eres tú, ¿qué pasa?

—Solo bajé por un poco de agua, ¿está todo bien?

—Sí, claro, solo estábamos viendo que no quedara nada, y nos entretuvimos platicando.

Había algo raro en su tono asustado, en su explicación demasiado insistente, los instintos de Hanbin eran buenos para leer a sus dongsaengs.

—Está bien. Anda, vayamos a dormir.

Junhoe asintió y se apresuró a su habitación, sin embargo no siguió al menor, por el contrario siguió la misma dirección que tenía y llegó a la sala, donde encendió la luz. Jinhwan estaba justo en el centro de la sala, e hizo un gesto para cubrirse los ojos de la luz repentina.

—¡Ay, mis ojos! —se quejó el mayor con un puchero, lo que hizo reír a Hanbin.

—¿Quién te manda andar como murciélago en la oscuridad? ¿Qué hacían?

Jinhwan se sonrojó antes de contestar, lo cual despertó la atención de Hanbin: el mayor tenía el cabello revuelto, y además de lo sonrojado tenía los labios enrojecidos y húmedos.

—No, no hacíamos nada, venimos a recoger y, nos quedamos platicando —repitió la mentira del otro.

Hanbin se acercó a él, dejando que su mirada lo recorriera por completo, su análisis puso aún más nervioso a Jinhwan.

—Como sea, ¿tú qué hacías aquí? Ya es hora de dormir, no de andar rondando como murciélago, siguiendo tus propias palabras.

Jinhwan intentó escapar, pasando a su lado, Pero Hanbin lo sujetó con cuidado del brazo hasta que se detuvo. Al girar, la poca luz de la ventana dio de lleno sobre su rostro.

—¿Qué haces? —preguntó Jinhwan, pero ya Hanbin estaba pasando la punta de sus dedos por su rostro, allí donde sabía que el maquillaje ocultaba los pocos rastros de los feos moretones.

—Mi Hwani, ¿en verdad estás bien?

No se pudo contener, dejó que su pulgar acariciar sus labios con un suave toque, seguía luchando contra el irrefrenable deseo de besarlo. Jinhwan no dijo nada, se quedó atrapado en los ojos amables del contrario, suspiró aun contra su dedo y asintió.

Todo a su alrededor estaba silencioso, era obvio que no había ningún alma a su alrededor, Hanbin sucumbió entonces y se inclinó sobre Jinhwan, pensó que él lo rechazaría pero, en su lugar, el más bajo cerró los ojos y alzó la cabeza hacia él, con los labios entreabiertos.

No hubo nada que Hanbin pudiera hacer contra aquella invitación, aún así fue cuidadoso, primero tocó solamente los labios suaves de su hyung, algo húmedos; Jinhwan no lo apartó, así que se animó a hacer un poco más de presión a la par que comenzó a mover sus propios labios en un beso suave y tranquilo.

En esa ocasión Jinhwan no lloró, por el contrario se aferró a la ropa del menor con ambos puños, dejando que su cuerpo respondiera solo un poco al beso.

Era muy diferente a cuando Junhoe lo besaba, este beso era tranquilo, suave, y Hanbin no lo sujetaba, si Jinhwan hubiera querido quitarse lo podría haber hecho sin mayor obstáculo. Pero el mayor no se quitó y el beso continuó, sin subir o bajar de intensidad, simplemente ambos disfrutaban del contacto y poco más.

Pasaron así un tiempo indefinible hasta que el menor se alejó un poco, por unos segundos Jinhwan lo siguió, solo unos milímetros antes de detener su movimiento. Abrió los ojos entonces, sorprendido mientras cobraba conciencia de lo que acababa de pasar.

—Bi-Binnie —comenzó, pero Hanbin lo silenció poniendo su dedo índice contra sus labios.

—Espera, no necesito que me digas nada, Hwanie —suspiró.

—Pero, Binnie...

Hanbin negó con la cabeza antes de sonreír al mayor.

—Tranquilo, ya te dije que no necesito que me digas nada, ni siquiera necesito que me correspondas... aunque me encantaría, eso no te lo voy a negar, pero ya tus ojos me dicen que no es el momento.

>Solo quería que supieras cómo me siento, que siempre estaré aquí para tí..

>Te amo Hwanie, y lo que deseo, por sobre todas las cosas, es que tú seas feliz.

No pudo decir nada más, así que Hanbin solo salió de la sala y dejó allí a Jinhwan, el mayor se dejó caer de rodillas al piso, confundido y adolorido.

¿Qué se suponía que haría entonces? Su corazón se había sentido cálidamente feliz ante las palabras de Hanbin, en realidad siempre se había sentido protegido y querido por el líder, por eso cuando le dieron ese puesto, aún cuando Jinhwan era el mayor, él lo aceptó gustoso, sabía que Hanbin lo merecía.

Y ahora estaba allí luego de que él le confesara sus sentimientos. No estaba seguro de poder corresponderlo, porque además allí también estaba Junhoe, posesivo como había descubierto que era, ¿cómo reaccionaría si supiera de los sentimientos de Hanbin? ¿Del beso que se habían dado? El terror volvía al cuerpo de Jinhwan solo de pensarlo.

Estaba en una encrucijada, y no tenía ni idea de cómo salir.

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