cAPÍTULO 3

Jinhwan estaba recostado en su cama, con las luces apagadas, miraba el techo oscuro sin realmente poder conciliar el sueño.

Llevaba ya casi un mes así, desde que Junhoe había comenzado con esa insistencia de someterlo, tocarlo y besarlo hasta que no se podía reconocer a sí mismo.

Al inicio Jinhwan se resistía, o al menos lo intentaba, temeroso de que alguien más los encontrara y se diera cuenta de lo que ocurría.

Pero una vez solo y en la oscuridad, como en ese momento, Jinhwan no podía negar que le gustaba, tal y como Junhoe había dicho la primera vez, y en más de una ocasión había logrado que se viniera solo con sus besos y unas cuantas caricias.

Pareciera que ninguno de los demás se daba cuenta de que algo ocurría, o al menos eso creía Jinhwan. Aunque sí había algo distintivo en todo aquello y esa era la actitud de Junhoe: cada vez que algunos de los chicos pasaba demasiado tiempo cerca del mayor, sobre todo si era BI, June terminaba de bastante mal humor y se alejaba de todos. Aquello desencadenaba en una nueva sesión de besos y caricias hasta que el menor se calmaba y todo volvía a la normalidad.

Al menos así podía mantener tranquilo a Junhoe y al ambiente en general.

Justo aquella había sido una de esas tardes, habían estado practicando y había un paso en específico que no le terminaba de quedar, a lo que Hanbin se había dedicado especial atención para ayudarle a sacarlo, lo cual significó no solo un montón de repeticiones junto a él, sino que constantemente lo tocaba para indicarle qué partes mover y cuáles no.

Al inicio no se dio cuenta, estaba demasiado concentrado en perfeccionar su baile así que no se percató de la manera en que Junhoe los miraba de manera atenta y ceñuda, ignorando por completo cuando Song o Bobby intentaron hablarle.

Una vez que terminaron la práctica la mayoría fueron a las duchas del edificio para poder arreglarse antes de salir. Jinhwan fue el último en salir ya que quiso hacer el paso una última vez frente al espejo para estar satisfecho.

Cuando llegó a las duchas ya todas estaban todas ocupadas por lo que supuso tendría que esperar, aunque conforme iba caminando una de las puertas se abrió y de pronto se vio jalado dentro. Junhoe cubrió su boca para evitar que gritara por la sorpresa, para su buena fortuna la regadera estaba cerrada y Junhoe también estaba vestido, aunque eso no evitó que lo arrinconara contra la pared húmeda por el vapor.

Jinhwan tembló ante la mirada ardiente y furiosa de Junhoe, aunque se había acostumbrado un poco a sus arrebatos, era muy diferente el tener al resto de los miembros a solo unos centímetros de distancia.

Casi como si leyera sus pensamientos, Junhoe se acercó a él para hablar justo sobre su oído.

—Será mejor que no hagas ruido, mi precioso Jinani, o los demás te escucharán —susurró en su oído.

Asustado, Jinhwan intentó empujarlo por el pecho, alejarlo para salir de ahí, pero de nuevo era poco lo que podía hacer contra la fuerza del más alto.

—¿Qué ocurre? ¿Acaso no quieres que tu Hanbin nos encuentre? —preguntó con acidez.

Jinhwan se quedó inmóvil entonces, sorprendido por sus palabras.

—June-ah, eso no...

Junhoe estampó la mano en la pared, silenciando al más bajo de golpe.

—Hey, ¿todo bien? —preguntó de pronto la voz de Bobby, al otro lado de la misma pared.

El cuerpo de Jinhwan se heló por el miedo, incluso dejó de respirar por temor a hacer ruido.

—Sí, bro, casi me resbalo, pero estoy bien —explicó Junhoe con un grito.

—Bueno, ten cuidado.

Junhoe volvió a clavar en él la misma sonrisa pagada de sí misma que Jinhwan comenzaba a temer, su mirada seguía siendo oscura y peligrosa.

—No quiero que me mientas, hyung, quiero que sean tus acciones las que me demuestren que aún recuerdas que eres mío

—¿De... —Jinhwan tuvo que aclararse la garganta para poder bajar la voz— demostrarte?

Junhoe no contestó con palabras, pero tomó la mano de Jinhwan y la llevó a su propia entrepierna. El más bajo tragó duro ante aquello, por inercia intentó apartar la mano pero el agarre de Junhoe era férreo. De nuevo se acercó para hablar en su oído con esa voz ronca que lograba hacerlo estremecer.

—Anda, mi Jinani. Yo lo he hecho varias veces por ti, es justo que tú hagas lo mismo. Además, si tardas demasiado los chicos podrían salir.

Jinhwan gimió un poco, cerró los ojos y se dejó llevar, comenzando a mover la mano de arriba a abajo por sobre la ropa. Escuchar el gruñido grave que soltó Junhoe contra su oído logró erizar toda su piel y lanzó un cosquilleo a su bajo vientre.

Queriendo oír más, Jinhwan presionó con un poco más de fuerza, podía sentir la respiración agitada de Junhoe calentando su oreja y su cuello.

No pasó mucho antes de que el pelinegro necesitara más, tomó de nuevo la mano de Jinhwan para meterla, esta vez debajo de sus pantalones y su ropa interior. El rubio se quedó algo impresionado, jamás había tocado así a Junhoe, a ningún hombre para ser más precisos, pero ya había pasado ese punto en el que la excitación usurpaba el lugar de la razón, así que siguió con el movimiento de su mano.

Junhoe jadeó, un poco mas fuerte en esa ocasión aunque no lo suficiente para que se escuchara por sobre el agua que caía. La pequeña mano comenzó de nuevo el movimiento de arriba a abajo, un poco lento y torpe en realidad.

—Eso es, mi Jinani, lo haces muy bien —gimió bajo.

Algo en el cerebro de Jinhwan se encendió ante aquel halago, bajó un poco la ropa de Junhoe para poder dejar su sexo libre, aunque al verlo sintió que su confusión crecía así que cerró los ojos antes de tomarlo de nuevo, esa vez pudo rodearlo con toda la mano, abarcando casi la mitad de su largo.

Respiró profundo para recobrar el valor y comenzó a mover su mano de nuevo, arriba y abajo a todo lo largo, sintió incluso algo de humedad en la parte alta. Abrió los ojos entonces pero prefirió levantar la vista, Junhoe mantenía una hambrienta atención en los movimientos de su mano, sus ojos brillaban y su boca estaba entreabierta.

—Aprieta, un poco más fuerte, y más rápido —ordenó Junhoe con la voz aún ronca y entrecortada.

Jinhwan hizo lo que le decía, ganándose más de aquellos graves jadeos que lo estaban volviendo loco, tan loco como al propio Junhoe al parecer. Solo unos instantes más bastaron para que el miembro en su mano comenzara a palpitar, solo dos segundos después el esperma brotó de él.

Para mitigar el grito de su orgasmo, Junhoe mordió con fuerza el cuello de Jinhwan, aunque eso logró que el mayor gimiera. Su mano y parte de sus ropas quedaron manchadas.

Le tomó algunos momentos restaurar su respiración, reacomodó su ropa aún bajo la atenta mirada de Jinhwan. Podía notar el deseo y el ansia en su mirada clara, pero lo ignoró.

—Eres delicioso. Saldré primero y te recomiendo esperar a que el resto se vayan antes de hacerlo tú —tocó la base de su cuello, causando un respingo de dolor.

Así lo hizo, aprovechó para bañarse mientras esperaba que el resto se fueran, y durante todo ese tiempo no había podido dejar de pensar en lo que acababa de hacer. Seguía igual de confuso y pensativo en la noche: por eso en la noche no podía dormir.

Su celular vibró por un mensaje en la mesita de noche y la luz iluminó el techo que observaba. Con cierto desgano se movió para leer el mensaje de su manager.

"Mañana comenzarán las grabaciones de iKON TV, los vemos a las 9:00 a.m., en la agencia."

***

Muajaja, ¿se imaginan qué ocurrirá a continuación? Recuerdan cierto evento dramático que le ocurre a nuestra hada en los primeros capítulos, ¿verdad?

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