cAPITULO 11

Jinhwan había estado sumido en una horrible pesadilla hasta que los golpes en su puerta lo despertaron de sobresalto.

—Hyung, ¿estás despierto?

Jinhwan tardó solo unos instantes en despertar, en cuanto intentó hacer el primer movimiento el dolor lo atenazó desde la cadera por toda su columna, trayendo todos los recuerdos del horror vivido.

Tuvo que cubrirse la boca con ambas manos para evitar gritar, tanto por el sufrimiento como por el miedo.

"Es tu culpa... ¿Quieres que los otros vean qué eres en realidad?" resonó la voz grave de Junhoe en su mente.

Las lágrimas volvieron a inundar sus ojos, ya de por sí irritados por todo el llanto de la noche anterior.

—¿Hyung? —los golpes en la puerta se repitieron, junto a la voz de Donghyuk.

—¿Qu-qué, pasa? —preguntó con la voz entrecortada.

—¡No me digas que lo olvidaste, hyung! Prometiste ayudarme con los pasos de la coreo, no me salen bien los de la segunda estrofa.

Jinhwan casi lo podía imaginar haciendo un puchero con los labios en aquel momento.

—No-o es un buen momento, Hyuikie, es-stoy algo, adolorido.

Un sollozo estuvo a punto de escaparse al final de sus palabras, pero Donghyuk no pareció darse cuenta de nada.

—Por favor, falta poco para el comeback, y si no lo hago bien, BI hyung me regañara.

Jinhwan respiró profundo, Donghyuk no tenía porqué pagar la culpa de nada, además era su función como el mayor ayudar a sus dongsaengs.

—De acuerdo, solo dame un momento ¿sí?

—¡Sí! Muchas gracias, mientras iré a preparar algo para desayunar —lo escuchó alejarse con su típica energía.

Jinhwan suspiró con fuerza, dejando caer los brazos a los lados. Lo único que quería hacer era volver a hacerse bola debajo de las cobijas y dormir durante un muuuuy largo tiempo, pero sabía que no podía ni debía hacerlo, los chicos contaban con él.

Incluso sentarse en la cama fue una tortura, más aún al ver las manchas, ya para ese momento de un café rojizo entre sus piernas. Jinhwan se levantó de golpe, ignorando el dolor de su cuerpo pues el psicológico era aún más fuerte, arrancó las sábanas para arrojarlas con furia al cesto de basura.

Una vez pasado el momento de adrenalina, el dolor le hizo caer de rodillas, de nuevo llorando. Con movimientos temblorosos se movió hasta su armario, en uno de los cajones guardaban un frasco de pastillas para el dolor muscular, para cuando entrenaba demasiado.

Abrió el frasco y dejó que las pastillas blancas cayeran sobre su palma hasta llenarla, incluso algunas cayeron al piso. Se quedó mirando su mano llena, la imagen borrosa a causa de las lágrimas que se negaban a dejar de salir.

De pronto sonaron nuevos golpes en la puerta, lo cual le hizo brincar, tirando otras tantas pastillas.

—¿Jinani hyung? ¿Está todo bien? Escuché un grito —dijo Song del otro lado.

—-Sí-í, está bien, solo me-e pegué, en el pie

—¿Estás bien, necesitas ayuda?

—¡No! No entres, estoy, no me he cambiado. Pero no te preocupes, estoy bien.

—De acuerdo —aceptó el menor, no muy convencido.

Jinhwan se desplomó por segunda vez en el suelo, y aprovechó para recoger la mayoría de pastillas blancas que habían caído al suelo, dejó solo tres en su mano, tomó las dos primeras, una por una sin agua ni nada; luego de pensarlo un poco se comió también la tercera, el dolor era demasiado y si tenía que moverse con Donghyuk, necesitaría ayuda.

Tuvieron que pasar varios minutos antes de que las pastillas comenzarán a hacer efecto, la niebla en su mente logró eclipsar lo suficiente el dolor como para que pudiera moverse. Con cuidado salió de su habitación para ir al baño, se dio una ducha muy larga, en la que se talló la piel con tanta insistencia que, al salir, estaba todo enrojecido.

Hizo lo posible por no ver su cuerpo en el espejo completo, solo se acercó al pequeño que estaba frente al lavabo para poder maquillar las marcas debajo de sus ojos enrojecidos, esperaba no verse tan mal como se sentía.

Ya para cuando salió, su cabeza flotaba a causa de las pastillas, fue al comedor con el resto, saludó aparentando normalidad aunque tuvo que sentarse con mucho cuidado para no causarse más dolor.

Song le pasó un gran plato de arroz con huevo encima.

—Toma hyung, sin cebolla para ti —le dijo con una gran sonrisa.

Jinhwan le agradeció y tomó sus palillos, el platillo olía delicioso como casi todo lo que preparaba Song.

—Sí, dado que anoche nos dejaste plantados —bromeó Bobby a su lado.

"Anoche."

Jinhwan estaba a punto de dar el primer bocado cuando aquella palabra de Bobby, dicha sin ninguna malicia, trajeron a su mente todo lo que había ocurrido. Unas náuseas horribles le acometieron y tuvo que pararse de forma rápida para ir al baño a vomitar, incluso terminó derribando la silla.

Logró llegar a la taza para sacar toda aquella amarga sustancia amarillenta. Algunos de los miembros lo habían seguido y para cuando las arcadas pasaron, Bobby ya estaba a su lado con una toalla húmeda para ayudarle a limpiarse.

—¿Estás bien, hyung?

—Sí, sí, lo siento, debe ser solo el estrés.

Detrás de todos los rostros que le miraban preocupados, pudo ver el de Junhoe, lo cual lo hizo bajar de inmediato la mirada.

—¿Aún quieres ir a entrenar? Si prefieres quedarte a descansar lo entenderé, Jay hyung.

—No, no, estoy bien Donghyuk, no necesitas preocuparte, ninguno. Solo me lavaré los dientes y nos iremos.

—¿Te irás sin comer nada?

—En serio no puedo Songie, lo siento.

—Bueno, te pondré algo para que te lleves, a ver si tu estómago se asienta más tarde.

—Sí, está bien, gracias. Ahora déjenme lavarme los dientes, vayan a terminar de desayunar.

Aún a regañadientes, el resto se fueron para dejarlo solo en el baño, lo cual Jinhwan agradeció. Se sostuvo con cierta fuerza del lavabo para no derrumbarse, tanto física como emocionalmente. Le preocupaba haber vomitado las pastillas, así que tomó otras dos antes de lavarse los dientes.

Cuando volvió a la cocina ya todos habían terminado, sonrió ante las miradas preocupadas para tranquilizarlos.

—¿Estás listo, Hyukie?

El nombrado asintió y ambos salieron, no sin que antes Jinhwan recibiera un toper con la comida que Song le había preparado. Tenían una sala de prácticas en el sótano del edificio, así que solo tuvieron que utilizar el elevador para llegar hasta allí; normalmente Jinhwan hubiera insistido en utilizar las escaleras, más si era de bajada, pero en aquel momento no estaba del todo seguro de poder soportarlo.

Llegaron a la sala, era un poco más pequeña que las de la compañía, pero tenía los espejos y el sistema de sonido así que era más que suficiente. Estuvieron practicando un buen rato, al menos Donghyuk, Jinhwan no se movió demasiado para su buena fortuna, solo le mostraba una vez el paso y luego era el menor quien lo repetía hasta que le salía correctamente.

Al menos hasta la parte del coro, en el cual tenían que dar una serie de saltitos remarcados con la pierna derecha, al terminar bajaban con las piernas abiertas para subir la mano por uno de sus muslos. No era complicado, pero debía verse enérgico y Donghyuk no lograba hilar todo el movimiento como uno solo.

—Espera, mira, debes continuar el paso justo donde termina el paso anterior, para que se vea fluido, así.

Y comenzó a hacer el paso con la fuerza indicada, sin embargo justo en el momento de abrir las piernas y bajar, el dolor atroz regresó, como si un rayo lo estuviera partiendo por la mitad. Jinhwan cayó por completo al suelo con un grito agonizante.

—¡Hyung! —Donghyuk se apresuró a su lado, aterrado por lo que veía.

Jinhwan se aferró a su brazo mientras el dolor lo laceraba por dentro, ni siquiera podía respirar más allá de los lloriqueos que se escapaban de su pecho. Donghyuk no tenía ni idea de qué hacer, pensó en llamar a alguien pero Jinhwan no lo soltaba, y aunque le estaba enterrando las uñas en el brazo ni siquiera pareció darse cuenta de ello.

—Jinhwan, ¿qué ocurre? Hyung, por favor, ¿qué pasa? ¿Por qué...?

El dolor fue remitiendo muy lentamente, Jinhwan ni siquiera se percató de que Donghyuk había cortado su frase a la mitad y miraba sus piernas con horror, solo se concentró en volver a respirar conforme el dolor se lo permitía.

Cuando se recuperó un poco soltó a Donghyuk.

—Lo, siento —jadeó casi sin aliento.

—Resiste hyung, iré por ayuda, llamaré a alguien —Donghyuk intentó levantarse por Jinhwan volvió a detenerlo del brazo.

—No-o, no, espera.

—Jinhwan, ¡estás sangrando! Debemos llevarte al hospital.

El mayor abrió mucho los ojos entonces, con terror se dio cuenta que se había puesto un pants color gris claro, y para entonces ya podía sentir la humedad entre sus piernas, lo levantó un poco y pudo ver la creciente mancha roja allí.

—No, espera no, no llames a nadie, por favor.

—¡Pero hyung! ¿Qué diablos ocurre?

Donghyuk estaba tan asustado que estaba a punto de llorar. Aún sin soltarlo, Jinhwan se mordió los labios con nerviosismo, movió los ojos a los lados intentando buscar algo que decir.

—Por favor, Hyukie. Esto, esto solo es, es porque no he comido suficiente fibra ¿sabes? Y si los otros se enteran, será muy bochornoso —improvisó, fingiendo una sonrisa apenada.

—Pe-ero, hyung, esto parece grave...

Aun no podía ponerse en pie, pero Jinhwan se incorporó solo un poco para darle unas palmaditas en el hombro.

—Lamento haberte asustado, pero estoy bien, te lo aseguro. Por favor, no le digas a los demás de esto.

Donghyuk aún no parecía muy seguro, pero asintió y se sentó de nuevo junto a él. Jinhwan se veía pálido y sudoroso, sus ojos brillaban a causa de las lágrimas contenidas.

—¿En serio, estarás bien?

—Mira, te prometo que le hablaré al médico de la empresa, lo haré de forma privada, así podré recibir el tratamiento sin tener que pasar vergüenza.

—De acuerdo, pero si sigues mal te llevaré al doctor aunque sea a rastras

Por algunos momentos Jinhwan solo lo miró con una ceja levantada.

—No puedes hacerlo, te recuerdo que soy tres años mayor que tú, ¡debes respetarme!

—Lo siento, hyung, pero mi preocupación por ti es mayor a mi preocupación de ti —y sonrió.

Jinhwan sonrió también, aquello hizo que una pequeña parte del dolor en su pecho se deshiciera, una muy pequeña en realidad, pero ya era algo.

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