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Querido George:

¡Très bien! Acertaste, esa es la foto que he enmarcado. La tengo puesta en mi mesilla de noche y cada vez que me despierto me hace sonreír como una idiota al verla. Me encanta.

Le he preguntado a Flora si te podías quedar en el apartamento cuando vengas en mi cumpleaños y aunque parecía que no le hacía mucha gracia, al final ha accedido. Aunque debo reconocer que me ha sorprendido que no quisiese en un principio. Quizás no le gusta la idea de que un chico se quede en su casa o yo que sé. Pero es cierto que desde que yo estoy aquí, ella no ha traído a ningún chico, pese a que le dije que a mí no me importaba. Es su casa, puede hacer lo que quiera, como si quiere tener sexo aunque yo esté. Sólo tendría que hacer un hechizo silenciador para no escucharlos y ya está.

Bueno, dejo de escribir que estoy en la oficina de la revista y ya me están reclamando para solucionar alguna cosa para el próximo ejemplar.

Un beso,

Cléa Lacroix.