soixante-deux.
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Querido pelirrojo:
Todavía no estoy conforme con haber vuelto a París, quería quedarme allí contigo y con tu familia. Sin embargo, llegamos a un trato, así que trataré de no quejarme más.
De todas maneras, hay algo mucho más importante por lo que te escribo: voy a responder aquella carta en la que me confesaste tus más sinceros sentimientos y que yo no descubrí hasta hace poco. Sé que ya no es necesario, que ya sabes perfectamente lo que siento, pero aun así quiero hacerlo, porque en persona, con palabras habladas, no podría decirte ni la mitad de lo que pienso o siento, a diferencia de con palabras escritas, ya que no soy muy buena expresándome en voz alta, a pesar de lo honesta que suelo ser.
¿Cómo empezar?
Te quiero, Georgie, mi estúpido pelirrojo británico. Te quiero más que a nada en este mundo. Te quiero más de lo que he querido a nadie antes. Te quiero tanto que simplemente con una de tus cartas me siento plena, me siento feliz. Te quiero tanto que cada vez que veo tu sonrisa o pienso en ella, sonrío yo también. Te quiero tanto que cada vez que te pienso, mi corazón se acelera sin control. Te quiero tanto que cada vez que me tocas, me siento morir, morir de amor y de dicha. Te quiero tanto como estrellas hay en el firmamento. Te quiero tanto como tus padres se quieren. Te quiero tanto como Bill y Fleur se quieren. Te quiero tanto como Charlie quiere a sus dragones. Te quiero tanto como Fred y tú os queréis por ser gemelos. Te quiero tanto como para soportar la cruel distancia que nos mantiene separados. Te quiero tanto como para luchar contra viento y marea para poder estar contigo.
Recuerdo aquella noche en la que llegué a Hogwarts con mis compañeros de Beauxbatons, recuerdo el nerviosismo y la emoción que sentí, recuerdo las caras embobadas que pusieron los alumnos varones de Hogwarts al ver nuestra actuación, recuerdo el deseo de vivir una aventura cuando Dumbledore habló sobre el Torneo de los Tres Magos, recuerdo lo deliciosa que estaba la comida preparada por los elfos... Lo recuerdo todo de aquella noche. Pero lo que más recuerdo fue la risa enérgica de unos gemelos que estaban sentados en la mesa de al lado. Me giré varias veces, cada vez que los escuchaba reír, y por alguna razón, acababa sonriendo si ni siquiera saber porque ellos lo hacían. Simplemente, sus risas se sentían bien, se sentían animadas, hacían sentir una extraña alegría a mi corazón y por eso sonreía.
Así que, Georgie, esa sonrisa mía que te empezó a gustar aquella noche, me la sacasteis, la mayoría de las veces, Fred y tú.
¿Lo sabes? Rechacé a Freddie una vez antes de que nosotros hablásemos por primera vez. Lo rechacé diciéndole que me gustaba más su gemelo, es decir, tú, aunque fuera mentira entonces. Te aseguro que, en ese momento, jamás imaginé que realmente sería así, que nuestros caminos se cruzarían y nos haríamos amigos, que empezarías a gustarme y que terminaría queriéndote. Jamás imaginé un futuro en el que estuvieras junto a mí, en se momento, pero ahora no hay día en que no te imagine conmigo hasta la vejez, hasta que seamos dos viejecitos que hasta con bastones no seamos capaces de caminar. Sin embargo, no he querido dejarme llevar nunca por ese posible futuro, pues quiero vivir y disfrutar del presente, pues quiero disfrutar de ti, de nosotros, sin tener que preocuparme por nada más.
Lamento muchas veces que no fuéramos al baile de Navidad juntos. Esperé y esperé a que me lo pidieras, pero no lo hiciste y alguien más se te adelantó. Reconozco que me lo pasé increíblemente bien con él, pero sé que me lo habría pasado muchísimo mejor si hubieses sido tú mi pareja, si hubieses tú quien me estuviese esperando a llegar con mi vestido de gala, si hubieses sido tú quien me hubiese guiado durante el baile, si hubieses sido tú quien me hubiese sonreído y dicho lo hermosa que estaba aquella noche... Me lo habría pasado mucho mejor si tú hubieses sido mi pareja, porque no tendría que haber soportado los celos que me invadieron al verte hacer todo aquello que quería que hicieras conmigo con Alicia Spinnet, creo que se llamaba así.
Pero lo pasado, pasado está. No quiero seguir pensando en esas cosas, en lo que podría haber pasado si hubiésemos hecho esto o aquello, pues quizás si lo hubiésemos hecho eso, ahora las cosas podrían ser muy diferentes e incluso podríamos no estar juntos.
Ahora bien, agradezco haberte dado mi dirección cuando nos despedimos, pues me encantó recibir tu primera carta y todas las demás hasta la fecha. Pues me encantó seguir conociéndote aunque fuese a través de un pergamino. Pues me encantó porque así parecía que te tenía cerca. Pues me encantó y me enamoró aún más tu persona. Y debo reconocer, que en algún momento, yo también pensé que «Cléa Weasley» no sonaba del todo mal.
Pero, George, no me creas cuando digo que no me duele la distancia, que es soportable, porque es una de mis mayores mentiras. Duele mucho y te extraño como nada. Pero trato de no darle importancia porque sé que tú estás y siempre estarás en mi corazón.
La verdad es... que puedo soñar una y mil veces contigo, puedo escribirte una y mil cartas, pero nunca será suficiente. Quiero verte, siempre quiero verte, incluso cuando recién nos hemos visto. No me importa si es solo por cinco minutos o si es durante la noche entera. Sólo quiero verte, así de simple. Así de siempre.
Por eso, espero que algún día la distancia se termine y podamos estar juntos siempre. Porque quiero ser la persona que siempre esté a tu lado. La persona que despierte junto a ti. La persona que te dé primero los buenos días. La persona que te robé un beso cada mañana. La persona a la que tú le robes suspiros cada noche. La persona que te dé la bienvenida a casa después de trabajar, pero también la persona a la que a veces tendrás tú que darle la bienvenida. La persona que vivirá una y mil aventuras contigo. La persona que siempre estará ahí para ti en los buenos y malos momentos. La persona que algún día intercambiará votos y anillos contigo delante de un altar. La persona que dará a luz a tus hijos, a nuestros hijos. La persona que estará ahí cuando envejezcas, envejeciendo contigo. Simplemente, quiero ser la persona a la que ames por el resto de tu vida, porque estoy segura de que tú serás la persona a la que amaré por el resto de la mía.
Una vez más, te quiero.
Je t'aime de tout mon cœur et mon âme, Georgie.
Hasta que nos veamos de nuevo, cuídate mucho, por favor.
De la rubia francesa a la que robaste el corazón,
Cléa Lacroix.
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