NEUF
Jungkook limpio las pequeñas gotas de sudor que se habían formado en su frente, su respiración era agitada por el brusco movimiento que había realizado. Miro al suelo por última vez y se dio la vuelta escondiendo muy bien el artefacto que por nada del mundo podía perder. O sería su fin.
Las calles por París se encontraban oscuras, los faroles solo iluminaban un poco. Por lo tanto, si una persona decidía seguirte, era muy probable que no te dieras cuenta de ello. Y solo atacaría. Por alguna razón, era el lugar favorito de Jungkook, solía caminar por aquellas calles con toda la tranquilidad y paz del mundo. Siempre portaba un objeto para prevenir un ataque desconocido, pero esta vez se había aliado con otro chico. Por lo que detuvo sus pasos en donde se encontraba un farol, se recargó en dicho material y del bolsillo de su pantalón chándal, sacó un cigarillo. Le hacia bien en aquellas fechas donde el frío era potente, además, siempre solía fumarse uno después de haber trabajado demasiado.
Sus ojos vagaron por todo el establecimiento hasta que se percató de aquella figura masculina, podía reconocerlo con tan solo ver su sombra. Sus músculos se estiraron creando una sonrisa muy en grande, se restableció y caminó hacía él.
— Jeon Jungkook, quien lo diría — Canturreó, el mencionado soltó una risita por lo bajo. El contrario realizó un ademán para que lo siguiera. Obedeció, caminaban un poco distanciados solo por cualquier inconveniente. En esa noche, lo único que podían presenciar era el sonido de ciertos autos pasando por la avenida que estaba a dos calles de ellos, así como el crujido de las pocas piedras bajo sus zapatos.
Entraron a un lugar que a simple vista era abandonado por lo tanto ninguna persona podía interesarse en el, al menos que sean los típicos influencers que buscaban lugares de ese tipo para encontrar "fantasmas". Esa idea le pareció absurda a Jeon por lo que negó divertido. Pero el dueño del establecimiento era más inteligente, cualquier paso en falso y podías caer en su trampa. Así como también había cámaras colocadas en cada rincón.
— Pensé que eras una persona común y corriente — El otro chico arqueó sus cejas, Jeon colocó los ojos en blanco — Sabes a lo que me refiero.
Jungkook terminó su cigarrillo y lo tiró al suelo sin importarle la contaminación, de todas maneras, el lugar en cierto punto era un asco. Pero eso no importaba cuando se hacían otros trabajos.
— Tout commence à tourner un chemin différent après cela — Habló el chico, Jeon sonrió por sus palabras. A pesar de que estaba comenzando los cursos de francés, entendió perfectamente lo que había dicho. Observó al contrario, quien tecleaba en la computadora.
Le había gustado ese lugar abandonado, por dentro estaba lleno de cables, televisiones y ordenadores. Un lugar escondido, donde se realizaban demasiadas acciones. La radio empezó a sonar, una canción que no tenía idea de que trataba. Pero tenía buen ritmo. Parecía ser música clásica, en cierto punto le gustaba pero no eran sus favoritas.
— De último momento. El asesino serial ha regresado a las calles de París. ¿Donde se encuentra la policía? Al parecer tenía conocimiento de que estaba preso... — La canción de categoría clásica fue interrumpida por aquella noticia alarmante. Jungkook prestó atención pero no entendía muy bien la mitad de las palabras de aquellos hombres del noticiero.
— El asesino ha vuelto — Soltó una risita.
— ¿Desde cuando comenzó? — Preguntó Jeon, frunció sus labios y se desplomó en la silla frente al chico.
— Pocos meses, es impresionante las víctimas que ha atacado en ese tiempo.
— ¿Solo mujeres?
— No, en general. Supongo que tendrán que moverse mejor, no encuentran ninguna pista de quién podría ser. Es muy inteligente, se dice que podía saber sobre medicina debido a los cortes que ha hecho y bueno, tú sabes — Se encogió de hombros siguiendo con el trabajo que le había pedido Jungkook. Llegó a pensar que no debía hacerlo porque estaría lastimando a una persona muy querida para él, pero cuando el pelo negro le ofreció cierta propuesta. Aceptó.
Decidió encender la televisión para informarse un poco más sobre lo que pasaba por las calles y así, prevenir. Miro a Jungkook quien le prestaba atención a los noticieros pero fruncía su entre cejo al no entender cien por ciento el idioma. Su mirada bajo a las manos del mencionado, jugaba con un artefacto dentro de los bolsillos de su sudadera. No tenía idea de que podría ser.
— Solo entendí que han sido cinco víctimas.
— Así es, de dice que podrían ser más — Susurró, dio el último click y sonrió. — ¿Por que necesitas información de Amélie?
— Ya te lo he explicado.
— Robarle a su familia será difícil, ¿lo sabes, no? Tienen guardias por todos lados, la seguridad incrementa a cada segundo.
— No robaré de esa manera, solo serán datos de algunas empresas — Chasqueó la lengua observando las hojas impresas que le había extendido. Estaban todas las contraseñas de diferentes sitios que le pertenecían a la familia.
— Pensé que tú podías hackear, ¿por que me pediste ayuda? — Apagó el ordenador y volvió su mirad a Jungkook.
— Tú la conoces más, además, me enteré que también hacías esto. Igual, no te preocupes. Ella nunca se va a enterar de que eres tú, sería una total caos y decepción. No quiero verla triste, ya sabes.
— Eso espero, Jeon. Hicimos un trato.
— Nunca he roto un trato, si digo algo, lo cumplo. Deberías saberlo desde que estábamos en Seúl.
— Hablando de eso, ¿que pasó con Sunhee? — Se cruzó de brazos con curiosidad, solo sabía que Jungkook había escapado de Corea del Sur porque la policía lo buscaba.
— Está donde siempre tuvo que estar. Me arruino la vida en Corea, ahora no puedo volver — Hablo entre dientes con cierta molestia, recordando esos momentos donde estaba estresado. Las imágenes de la chica llegaron a su mente, sonrió, porque había sufrido. Tanto como él.
— ¿Quieres decir que...
— No, no está muerta. La internaron el hospital psiquiátrico.
— Donde tú también tuviste que estar, Jungkook.
— Yo no estoy loco, ella si. Se armó toda una historia de que yo quería matarla, que la torture y demás, cuando no es así. Hice lo posible para que ella esté en con profesionales. La quería, claro, pero a mí también me lastimó.
— Escuché que la determinaron como esquizofrenia — Encendió un cigarillo, Jungkook alzó su mirada y lo miró fijamente.
— Si, así fue. Pero la policía me busca porque al momento de... bueno, irse de este mundo. Escribió una carta a mi nombre.
— Dijiste que ella estaba bien — Se enderezó abriendo muy grande sus preciosos ojos.
— Sorpresa, lo hizo. Ella misma se causó el daño, me obligaron a mirar las fotografías de su cuerpo así como también me acusaron de ser el culpable. Solo por una carta. Fue duro, demasiado. Pero aquí estoy, me libre de ese caso. Según mi madre, fue resuelto.
— ¿Que decía el escrito?
— Al principio decía que me amó mucho pero... que toda la culpa caía en mí. Decía que yo la visitaba por las noches para atormentarla. Mi única defensa era una hoja de papel donde estaba registrado que había ido tan solo una vez a la visitarla y fue en la mañana.
— Aún sigues siendo el sospechoso, supongo.
— Si, mi nombre fue mi escuchado en Seúl. Mis padres hicieron lo posible para borrar todo tipo de imágenes, noticias y demás que estuvieran vagando por internet. Ya sabes que con un poco de dinero, todo se arregla. Querido amigo, cuida a Amélie — Dicho aquello, se levantó del asiento dedicándole una sonrisa muy cínica y salió del establecimiento. Dejando al otro chico solo y con las palabras en la boca.
Aunque las últimas palabras se las tomó como una advertencia. Debía cuidarla de él.
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