22: adaptarse

El día en que ella tomó posesión del territorio, todo parecía que sería mejor, y algunos aún pensaban que así era...

Pero Alastor tenía cada día más ganas de arrancarle la cabeza.

De vez en cuando tenía sus ataques de ira y se iba lejos para desahogarse gritando y rompiendo todo a su alrededor...o todo lo que podía romper, incluyendo huesos ajenos, y entre estos el cráneo era el más frecuente.

Habían cambiado muchas cosas, algunas eran respecto a Alastor, otras eran más generales. Por ejemplo:

Ahora todos llevaban ropa limpia y nueva...aunque muchas veces no se la quedaban y solo eran maniquíes por un día, esto era debido a otro cambio: ahora el territorio tenía tratos comerciales más fluidos orientados a la moda y ropa en general.

Portnoyr era una fanática del trabajo y de la costura, creaba todo tipo de trajes, vestidos y conjuntos para todo el mundo. "Es un amor" pensarían muchos, pero a Alastor le hacía absolutamente nada de gracia tener que llevar falda, corset o vestido puntualmente y tener que hacer una nota respecto a los pros y contras que habia tenido con la ropa a lo largo del día.

Al principio todos se reían los unos de los otros por verse tan ridículos, las mujeres en trajes holgados o ceñidos, los hombres en vestidos aparatosos y/o extravagantes. Pero al final se hizo algo común y ya casi nadie le daba importancia.

-Así podéis empatizar los unos con los otros- se excusaba la de pelo blanco.

Aunque especifícame cuando dijo eso había asignado la ropa interior, y supo dos cosas: sus hombres nunca estuvieron tan incómodos y adoloridos, y sus mujeres nunca estuvieron tan cómodas.

-Ahora sabéis lo que es que la tela se meta donde no tiene- reprochó a los más desobedientes y maleducados.

Alastor ese día estuvo a punto de matarla, esta vez de verdad.

De hecho, estuvo a punto de matarla en dos ocasiones, la ya mencionada y aquella vez que lo llevó a una reunión en vestido y tacones.

-Preciosa- rió el monarca con burla esa tarde, de algún modo no había resultado tan molesto como si lo hubiera dicho alguien más.

Quitando los cambios de política y demás modificaciones triviales, destacaba la producción del territorio y su ociosidad. Por una parte había muchos trabajadores haciendo sus tareas y demás, por otra, trabajaban suficiente gente y suficiente tiempo como para tener bastante más tiempo libre del que jamás habían tenido.

Y ahora yendo con Alastor, había tenido algún avance en el tema de materialización de sombras. Al parecer había varios libros de historia del infierno entre los que el ave le había dejado en herencia. No muchos hablaban de sombras, pero cuando les dedicaban a estas un capítulo o dos le daban suficiente información a Alastor para orientarse por donde ir.

-Souk- llamó una tarde mientras ojeaba un libro -Explícame el coste de energía- pidió, la sombra pareció desanimarse.

-Urg, esperaba que lo descubrieras a las malas...en fin, el coste de energía es la cantidad de energía que pierde tu cuerpo al ejecutar ciertos hechizos- explicó.

-¿Qué tipo de energía?-

-Cualquier tipo: térmica, motriz, vital...todas las energías que puedas tener en tu cuerpo-

-Ponme un ejemplo de fallo común al respecto-

Eso pareció incordiar más a la sombra.

-Le quitas lo divertido...bien, por ejemplo hay un hechizo bastante complejo para invocar tentáculos, la mayoría ha puerto por consumir demasiada energía vital...y unos pocos han sobrevivido usando otro tipo de energía, pero a todos les deja secuelas-

-¿Tentáculos?-

-Sí, tentáculos, como los de un pulpo pero sin ventosas-

-¿Por qué querría alguien invocar tentáculos?-

-Porque miden tanto como tres casas apiladas...más o menos, depende del potencial de la persona y de la cantidad de energía...además obedecen tus órdenes mejor que cualquier otro hechizo-

-¿Cuál es la máxima altura?-

-No hay máximo, tampoco mínimo, hay lo que pueda haber por las circunstancias y por los deseos del invocador-

Y así Alastor estuvo buscando hasta debajo de las rocas como liberar energía vital sin llegar a morir...otra vez...y de forma aún más estúpida que la anterior...

Aunque realmente energía vital tenía poca, entre la emisora, su trabajo regular de mano derecha, sus entrenamientos casi rutinarios y los pedidos de la Overlord tenía el tiempo mínimo para "hacer vida".

-Es horrible-

Se quejó una tarde que había conseguido tiempo para invitar s Rosie al café que le quedó pendiente.

-Me doy cuenta, nunca te vi con tantas ojeras...¿Te has planteado restar un poco de tiempo en la radio o en entrenar?-

-Nunca- se negó Alastor, dando un trago largo de su tercera taza de café solo de ese día.

-Entonces mucho no puedo hacer por tí, querido- se lamentó encogiéndose de hombros.

-Lo sé...ya encontraré alguna forma más adelante, tranquila...¿Y tú qué tienes que contarme?- quiso cambiar de tema.

-Oh, bueno, el negocio va mucho mejor desde que me anuncias en la radio y la Overlord de la zona me financia- aseguró sonriendo -¡y hasta tengo un pedido del rey!- sonó entusiasmada por eso.

El rey. Lucifer era sin duda un personaje interesante...y complejo, la lógica que usaba escapaba a menudo a la mente de Alastor. ¿Qué motivo tenía para hablarle? ¿Por qué hablar de algo como las sombras como si hablase del tiempo frente a un grupo de Overlords sin prestarles atención? ¡No tenía lógica!

-Es raro- dijo finalmente.

-¿El qué?-

-El rey, no tiene sentido su indiscreción respecto a la vida-

-Y tampoco que monte fiestas cada vez que su mujer se va- puntuó con cierta burla mientras sacaba la extensión para su cigarro y la acoplaba a este -Al, querido, a estas alturas ya solo se me ocurre una respuesta para el comportamiento del rey: está al límite-

-¿En qué sentido?-

-A veces no entiendo como puedes ser tan inocente en estos asuntos- rió suavemente y encendió el cigarro, le dio una calada antes de continuar -Se ve a kilómetros que está metido en un matrimonio infeliz-

Soltó el humo mientras Alastor procesaba las palabras de su amiga.

-¿Solo porque monta fiestas cuando ella no está? Tal vez solo es estricta y quiere divertirse- Puntuó

-Alastor- dio dos toquecitos en la mesa para hacer énfasis en lo que iba a decir -hay muchos más rumores que por lo general, de gente que dice acostarse con él- explicó

-Rumores son rumores, sabes de sobra como es la gente Rosie-

Entonces la mujer sonrió con cierto misterio, eso confundió a Alastor, no solía formar ese tipo de expresiones que tenían un toque retorcido.

-¿Sabes cómo podemos salir de dudas?-

Y entonces fue cuando le dio mala espina.

-No estoy seguro de querer saberlo...-

-Ve a una de sus fiestas- propuso, ignorando el comentario de su amigo.

-¿Para qué? Si es una fiesta llena de ricachones y nobles, en el hipotético caso de que tengas razón, ¿Qué conseguiría aclarar yendo?-

-¿Estás de broma?- preguntó, incrédula, dio otra calada y soltó el aire, pensando si era o no una broma -...Al, en cada reunión a la que puedo ir él siempre te está mirando, es discreto...o lo intenta...pero es muy evidente-

El locutor se echó a reír por lo absurdo que le sonaba.

-Sí claro, ¿entonces tu plan infalible es que vaya y me acueste con el rey? Querida, no soy gay-

-Y sin embargo nunca me has hablado de ninguna relación amorosa con mujeres-

-...bien, hubo una o dos- confesó con cierta pesadez, no muy orgulloso de ello -a una la devoré, la otra...bueno, la maté por accidente...era una buena persona supongo, pero no creo que...- se detuvo al ver la forma en que la miraba la contraria -que no soy gay- insistió algo irritado.

-Sí sí...Alastor, el mundo está cambiando, la guerra va a acabar en nada y la gente empieza a "innovar"-

-Eso no cambia que no sea gay-

-No serás gay, pero tampoco te atrae ninguna mujer-

-Pues igual no me gusta nada y ya está- replicó -¿Por qué siquiera estamos hablando de esta chorrada? Podemos discutir asuntos más interesantes que "¿Será Alastor gay?"-

La costurera rió suavemente y negó.

-Ok, dejamos el tema de momento...pero conste que en algún momento retomaremos- bromeó.

La tarde transcurrió tranquila a parte de eso, no volvieron a tocar el tema.

Alastor volvió algo tarde a la mansión, un minuto o dos sobre el toque de queda, el café había pasado con el rato a un whisky, un par de cervezas...y así volvía él dando tumbos por los pasillos. Se acercó a la ventana del pasillo y vio, por un reflejo del jardín, que la luz de la planta superior seguía encendida.

-¿Qué hace despierta a estas horas?- murmuró ya subiendo las escaleras.

Notó un suave escozor en la cabeza pero no le dio importancia. Tampoco pensó mucho realmente cuando llamó a su puerta.

Le dio por pensar en la conversación con Rosie.

"No soy gay" pensó para sus adentros cuando la mujer abrió la puerta.

Y no recuerda más que la imagen de ella en la puerta con una copa de vino medio acabada en la mano. Tal vez fuera mejor así.

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