18: Sintonizados

Alastor llegó temprano la mañana siguiente. Le había costado menos de lo que esperaba convencer al Overlord, la única condición había sido que el locutor le diera la cadena y la hora a la que estarían en el aire.

Llamó a la puerta con calma, iba con su traje de siempre, unos zapatos nuevos y el pelo un poco más rojo que el día anterior. Su castaño iba desapareciendo con lentitud a medida que sus crímenes iban siendo ejecutados.

Claire abrió la puerta, emocionada y con un taco de papeles en las manos que le extendió a Alastor.

-Guión- explicó mientras se lo extendía, sabía que le gustaba ir directo al grano -Y café es en la mesa-

-Está- corrigió -y muchas gracias- tomó el taco de papeles y entró -Would you rather I speak English?- (¿prefieres que hable en inglés?)

-Nah, intento hablar Español megor-

-Mejor- corrigió de nuevo

-Gracias- rió viendo que había caído en su broma.

Tomaron en café con calma y charlaron sobre la programación de canciones que pondrían y el tipo de noticias que emitirían.

Rosie se pasó unas horas después con algo de comida, Claire y Alastor llevaban horas trabajando y discutiendo modificaciones del guión.

-Vaya, eso parece intenso-

Recibió tan sólo un asentimiento por parte de ambos mientras seguían revisando el guión y memorizando la programación.

-...Traje muslos-

Eso atrajo la atención inmediata del de ojos rojos, quién accedió a hacer una pausa a regañadientes.

-Si me paro más de cinco minutos retrasaremos la emisión- replicó comiendo con rapidez.

-Si te atragantas y te ahogas me comeré tu cadáver-

Alastor hizo caso omiso a Rosie y acabó de comer con prisa, apartó el plato y volvió a centrarse en los documentos. Llevaba mucho sin memorizar tanto, casi desde que empezó a trabajar en el mundillo.

Las noticias más importantes como fallecimientos de la aristocracia en ese y otros círculos, la tasa de fallecimiento en aumento, novedades sobre la guerra, etc. Todo se grababa a fuego en su cerebro, que parecía ansioso de agarrar hasta una información tan trivial como el tiempo.

-He puesto preparado algunos carteles- dijo ella mientras ajustaba algunos detalles -Son para buscar personal en caso de que no se presenten-

-No es mala idea- aseguró él.ientras daba vueltas por el estudio -Rosie, ¿Te importaría fumar en la ventana? No me gusta el olor a tabaco-

-Claro querido- accedió, abrió la ventana y le dio una larga calada a la elegante boquilla* del cigarro.

(*Parte alargada metálica o plástica que se usaba en los años 20 para dar un toque elegante y hacer que el cigarro pareciera más largo, es un clásico sin duda)

Pasado un rato, estuvo todo listo, tras un rato de Jazz, empezaron la emision.

-Ladies and gentlemen, welcome again to our humble radio channel, in today's emission we have tons of news!
First of all...- (Damas y caballeros, bienvenidos de nuevo a nuestro humilde canal de radio, en la emisión de hoy tenemos montones de noticias! Primero...)

Si la audiencia estuviera delante, sabía que todos estarían viéndolo con la espectación de un niño pequeño. Habló de lo que todo el mundo quería oír hablar, y en una hora y poco de estar en el aire, ya tenían más de mil oyentes aún si no lo sabían.

-And now, twenty minutes of uninterrupted jazz, stay tuned folks- (Y ahora treinta minutos de jazz ininterrumpido, sigan sintonizados amigos) puso la música y cuando vio que ya no estaba en el aire se echó hacia atrás en la silla, soltando un profundo suspiro.

-That was awesome!- (¡eso fue increíble!) Aseguró Claire entrando a la sala insonorizada, le traía una botella de agua al castaño.

-Gracias- tomó la botella y prácticamente se la bebió de un trago, se moría de sed -bien, cuarenta y cinco minutos entre el jazz y la publicidad, ¿alguna llamada?-

-Cinco de tratos publicitarios y un solicitante, lo tengo en espera-

-De entrada pongamos requisitos sencillos, dile el salario y los conocimientos básicos, si no los tiene dile que como mucho puede estar un tiempo de prácticas-

La pecadora asintió y se fue calmadamente al teléfono, Rosie escuchaba la emisión en el sofá que había en la sala de estar, música jazz salía, melodiosa, desde una vieja radio. Alastor se acercó con una amplia sonrisa en el rostro, más animada que de costumbre.

-A alguien le sienta bien el trabajo- bromeó ella.

-No te haces una idea-

-Entonces, ¿Cómo vas a compaginar la radio con el trabajo en la mansión del Lord?-

-Bueno, él está escuchando la cadena, así que si le gusta, además de un valioso oyente y tal vez patrocinador, tendré a un jefe permisivo-

Charlaron un rato, pasados veinte minutos, se escuchó una grabación de voz publicitaria hacia la tienda de la caníbal, quién quedó boquiabierta.

-Tómalo como un gracias querida-

Rosie agarró a Alastor de los hombros y lo zarandeó con energía mientras apretaba los labios para ahogar un grito de alegría.

Claire tuvo que intervenir antes de que Alastor acabara descuellado.

-Don't you dare thowing up- (no te atrevas a vomitar) amenazó Claire con un dedo acusador señalando a Alastor.

Este tras calmarse un poco asintió y miró a Rosie con desconfianza.

-No-me-vuelvas-a-sacudir-

-¡La emoción Alastor! ¿Sabes cuántos días llevo sin más de dos clientes?-

-Unos cuantos por lo que veo...- Puntuó sacudiéndose el traje.

Tras unos momentos de que Rosie de calmase, Alastor se sintió suficientemente seguro como para no estar al otro lado de la habitación.

-Bueno, ¿Qué pasó con el de la línea?-

-Oh, dijo que no tenía estudios pero que trabajaba en una radio americana en vida, tal vez tengamos suerte-

-Claire, sabes bien que la cantidad de radios en Estados Unidos es tanta que las probabilidades de que ese sea uno de ellos son ínfimas-

-Bueno, lo discubriremos ahora-

-Descubriremos, y ¿Tan rápido acepta venir?-

Tal y como si lo hubieran manifestado, sonaron unos firmes golpes en la puerta.

-Voy yo- se adelantó Alastor, al abrir la puerta, sorprendió al pecador con su amplia y tétrica sonrisa -¡Buenas tardes caballero! ¿Algo que pueda hacer por usted?-

El demonio era un lagarto, una pogona específicamente. Era corpulento, pero parecía sumamente tímido. Abrió la boca para hablar, luego la cerró, indeciso, la abrió nuevamente tras unos instantes.

-Vengo por el puesto de trabajo...tengo experiencia laboral previa, puedo trabajar tanto de día como de noche-

-Combien de langues parles tu?- (¿Cuántos idiomas hablas?)

El súbito cambio de lengua lo desubicó totalmente, de nuevo se tomó unos segundos para pensar su respuesta.

-Je parlerai autant que nécessaire- (Hablaré tantos como sean necesarios)

-Es una buena respuesta- cedió el locutor, suavizando su sonrisa para no matarlo del susto, de momento necesitaban personal -Pasa- cedió haciéndose a un lado.

El lagarto entró y observó todo con curiosidad, Claire los interceptó al poco.

-Al, tenes dos minutos-

-Tienes, y gracias querida, hazme el favor y enséñale esto a nuestro amigo-

Volvió a la zona de grabación, de la que no salió hasta que ya fueron las nueve de la noche.

-And that's all for today, the rest of the night will only be sweet and soft jazz, enjoy and stay tuned folks~- (y eso es todo por hoy, el resto de la noche será solo jazz dulce y suave, disfruten y sigan sintonizados~)

Finalmente se acabó la primera jornada, Alastor estaba agotado, por lo general no solía estar todo el día dando la emisión, solían repartirse entre los compañeros, pero volvería a hacerlo sin pensarlo.

Tardó un rato en salir de la habitación insonorizada, tenía que volver rápido a la mansión del Lord, podría tal vez permitirse un máximo de cinco minutos para hablar con el nuevo, mañana posiblemente ya se lo tomaría con más calma.

-Bueno, ha salido bastante bien hoy- comentó viendo a los presentes, Rosie se había ido a abrir la tienda en cuanto recibió la primera llamada de encargo hacia al menos dos o tres horas.

-¿Mañana misma hora?-

-Sí, y de momento deja que él te ayude con la parte técnica, puedo bien con el guión-

Tras acordar brevemente la disposición exacta, Alastor se retiró. Fue caminando por la calle a paso apresurado, llegado a una calle principal, notó que un coche lo seguía de cerca y resopló. Estaba a punto de sacar un revólver del bolsillo cuando escuchó la voz del Lord.

-¿Quieres volver andando o te llevo?- bromeó, eso sin duda sorprendió al locutor.

-No sabía que venía por estas zonas señor-

Con tan solo una mirada del ave entendió que prefería hablar dentro del coche. Se subió apresuradamente sin rechistar y cerró la puerta, el chófer arrancó en cuanto le dio la orden.

-¿Pensabas mantenerme oculto por mucho tiempo tu talento para la educación?- bromeó, captando la mirada de sorpresa de su mano derecha.

-Bueno, no tenía en mente volver al oficio- confesó.

-Pues menos mal que lo hiciste, es un buen programa...¿Cuanta audiencia?-

-No podemos saberlo aún, en unos meses haremos encuestas para ver la media de audiencia- explicó.

Charlaron animadamente respecto al tema, por el cansancio resultaba ligeramente evidente el que Alastor buscaba la aportación económica del de rango más alto. Al que le pareció algo curioso. "Si sigue así no podrá ocultarme nada por el cansancio" pensó.

-Tal vez os vendría bien una ayuda económica, ¿no crees?-

Alastor pareció aliviarse por ello, aunque pensó "Vaya, es bastante sencillo hacerle pensar que me voy de la lengua".

No tardaron en llegar a la mansión, Alastor se fue directamente a la cama y, antes de caer en un profundo sueño, rió con júbilo por lo cerca que estaba de conseguirlo.

Ya iban dos errores de los que no se percataba.

---

Despertó a la mañana siguiente y se tomó unos instantes para analizar la estancia, su habitación era amplia para una sola persona. Le gustaba que fuera así. Se miró en el espejo de pared que reflejaba su cama. Su posición era casi trambólica, las piernas dobladas y mirando al lado opuesto de su torso, sus brazos parecían los de un títere por la posición casi irracional en la que estaban. Su cabeza finalmente era lo único que iba acordé al torso. Mirando al espejo no evitó reír.

Un diablillo llamó a su puerta, se sorprendió cuando lo vio, en su planta no había casi.

-El señor requiere su presencia para el desayuno.

Explicó brevemente, tras recibir una afirmativa se retiró.

Alastor se apresuró en adecentarse un mínimo, quería dar una buena impresión al ave, quién sabe si era algo importante que necesitaba estar mínimamente arreglado.

A los quince minutos ya subía las escaleras de dos en dos, cuanto menos tardase, mejor. No tardó demasiado en quedar frente a la imponente puerta que daba a la habitación del Lord. Cuando está puerta se abrió tras llamar, no le quedó ninguna duda de a donde iba el dinero que le conseguía. Todo era de oro o tenía este material: los marcos de los cuadros y espejos, la estructura de la cama (con sus infaltables cortinas de terciopelo), una mesita de decoración...¡Hasta el maldito armario tenía oro!

Estaba por apostar mentalmente a cuánto oro tendrían las pinzas de ropa que usaba ese hombre (que sin duda ganaba una fortuna mientras que a él difícilmente le llega para un taxi o un café) cuando este lo guió en silencio a un pequeño comedor. Las sillas, sorprendentemente, no eran de oro, pero la cubertería era de plata.

Se sentaron y esperaron con calma la comida, y otro poco más hasta que estuvieron completamente solos.

-¿Requería mi presencia, señor?-

-En efecto Alastor, verás- comenzó, cortando meticulosamente su comida -la semana que viene tengo una reunión en la que voy a necesitar tu presencia- se llevó un pedazo de carne a la boca, Alastor pensó que como era posible que desayunase solomillo -Será en palacio, es una reunión de Overlords para asuntos de conflictos, economía y demás-

-Con todo el respeto del mundo, señor, ¿Qué se supone que pinte yo allí?- preguntó mientras comía con suma tranquilidad.

-Tus noticias, al parecer, han llamado la atención de un par de Overlords- Dio otro bocado y Alastor bebió un trago de café -y el rey- añadió.

El locutor se atragantó de la sorpresa y aguantó las ganas de toser. ¿Lucifer lo había oído? ¿Aún habiendo asegurado que no volvería ni a hablarle? Eso era raro. Cuando se dio cuenta de la trampa del Overlord, ya había caído. Su expresión de desconcierto había delatado algo que el Overlord no sabía.

-¿Sucede algo con el rey?- preguntó descaradamente.

-...tan sólo me sorprende que alguien tan importante haya escuchado mi programa señor- disimuló -no tenía la concepción de Lucifer como alguien que se pone la radio mientras trabaja o pasa el día-

Eso pareció convencer al ave, y al notarlo, Alastor se alivió internamente.

-Entonces no creo que tengas inconveniente en ir conmigo, ¿cierto? Confío en que tengas personal que te sustituya-

-Por supuesto-

Zanjó, tal vez y solo tal vez estuviera arreglando uno de sus errores sin siquiera saberlo.

Acabaron de comer y en la salida se encontró al encapuchado, que le sonrió con ánimos antes de entrar hacia dónde estaba el de mayor rango.

No le tomó importancia.

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