PRÓLOGO

Me encuentro en una habitación poco iluminada, rodeada de otros chicos y chicas, que miran a todos lados, completamente asustados. Somos quince en total.

—¿Dónde estoy?— pregunto, pero al instante noto que no es mi voz la que ha salido de mi garganta, es más gruesa que la mía. No me extraña, pues me ha pasado antes. Sueño, miro todo a mí alrededor, pero sé que no es mi cuerpo el que controlo.

—Eso queremos saber— responde una chica a mi lado, en tono asustado.

No puedo ver mi reflejo por ningún lado, pero sé que cada sueño como este, es en un cuerpo diferente.

Observo en silencio las vestimentas de todos a mi alrededor, chicas con faldas con vuelos largas, con sus cabellos recogidos en coletas altas, amarradas con listones grandes. Chicos con pantalones de vestir, de esos que en mis tiempos solo se utilizan para ir a alguna entrevista de trabajo, o para ir un domingo a la iglesia. Puedo deducir que esta vez se trata de los 90's, no estoy del todo segura.

—Pero que tenemos aquí— dice una voz burlona, entrando a la pequeña habitación en la que nos encontramos— Son un material muy bueno, chicas vírgenes y chicos guapos, nos serán de mucha ayuda. Son un tesoro, una buena paga.

La mujer siniestra que está hablando, recorre la mirada por los rostros asustadizos de todos, quizá tengo la misma expresión.

Le doy vueltas a lo que dijo, sé de qué se trata esto, nos han secuestrado, quizá para algún trabajo de prostitución o esclavitud sexual. O pura diversión, sínica diversión.

No puedo estar ahí, no quiero. Por lo que, cuando comienzan a sacarnos uno por uno de la habitación, ideo un plan. No sé cómo está el perímetro afuera, pero decido arriesgarme. Cuando llega mi turno, luego de que el guardia de la puerta me pregunte mi nombre, a lo que respondo "Arthur", miro para todos lados lo más disimulado que puedo, y sin darle más vueltas, decido correr en dirección contraria a la que se encuentra el guardia.

Ni bien he corrido un poco, escucho un arma dispararse. Caigo al suelo, obviamente no siento dolor, pero sé que me han disparado.

Oscuridad absoluta.

***

Despierto completamente agitada, sudando y con falta de aire. Me levanto de mi cama para correr a verme frente al espejo de mi habitación. Me relajo poco a poco al ver mi rostro en el espejo, todo ha sido un mal sueño nuevamente.

No es el primero y sé que no será el último, todos son un escenario diferente, con personas diferentes y en una época diferente. No son frecuentes los sueños, pero siempre me despierto de manera agitada cuando los tengo. Y lo único que tienen en común es que todos terminan en lo mismo, muerte.

Hace un par de años, cuando tuve el primero, le conté a mi madre. Claramente me dijo que simplemente eran pesadillas y que no le diera muchas vueltas al asunto, así que eso trato de hacer, no darle muchas vueltas al asunto. Me resulta difícil, pues algo dentro de mí me dicen que esos sueños tienen más importancia de la que les doy, pero he decidido no preocuparme, y no preocupar a mis padres.

Son las cuatro de la mañana, la escuela es a las ocho. No puedo volver a dormirme, no logro conciliar el sueño nuevamente, así que decido adelantar tarea, lo cual no es para nada lo mío, pero no tengo nada más que hacer a las cuatro de la mañana. 

*** 


Obra original. Queda prohibida su copia y/o adaptación sin mi autorización. Todos los derechos reservados. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top