CAPÍTULO 25


Debido a nuestra muy escasa buena comunicación con mi padre, nuestra cena además de ser silenciosa, fue muy incómoda. No puedo recordar la última vez que estuvimos solos mi padre y yo, e incluso dudaba que alguna vez mi madre no hubiera estado con nosotros. No quise preguntarle respecto al cuerpo que habían encontrado en la carretera hoy, sabía que no me iba a dar más detalles y todo lo que debía saber ya me lo había dicho Garrett.

En cuanto termino de comer, salgo disparada a mi habitación, en la que me esperaba el ardiente vampiro que me tenía fascinada. Quería seguir preguntándole todo acerca de él, que me hiciera ver más cosas hermosas como el maravilloso campo que me había enseñado ayer. Pero estaba completamente agotada, sentía que mi cerebro ya no podía procesar más información, este sin duda había sido el más extraño y más largo fin de semana en toda mi corta existencia.

—Jazmine. — escucho que me llama Garrett desde dentro de mi baño.

Arrugo la frente y camino hacia allí. La puerta está entre abierta, por lo que asomo mi cabeza y lo veo sentado a un lado de la tina, la cual estaba llena de agua con burbujas. Le sonrío y me acerco.

—¿Para mí?— pongo una mano en mi pecho y no puedo evitar que mi sonrisa se haga más grande.

—Entra. — me dice también con una sonrisa.

—Entra conmigo. — sugiero, pues no sabía si podía hacerlo. ¿Los vampiros pueden tomar duchas? Me pregunto internamente.

—Lo que usted ordene. — luego de decir eso, su camisa sale volada por arriba de su cabeza. Mi interior se enciende en cuanto veo por primera vez su muy bien trabajado cuerpo desnudo.

Trago fuertemente y hago lo mismo, me quito la blusa frente a él—por segunda vez en el día— y el siguiente en desaparecer es mi sostén. Su mirada pasa de ser llena de deseo a mirarme confuso. Es cuando caigo en cuenta de la marca que tengo en uno de mis pechos.

—¿Por qué no me dijiste?— me recrimina enojado, con el mismo tono de voz que cuando me hizo daño la primera vez que nos besamos—, Jazmine...

—No empieces. — lo interrumpo poniendo tono firme, no quería que arruinara este momento. Soy consciente del riesgo que conllevaba estar con él, pero no por eso me apartaría. Sé que soy lo suficientemente fuerte para que esto funcione, para luchar por lo que mi corazón estaba ordenando a gritos dentro de mí.

—Lo lamento tanto— dice en tono bajo, mirándome avergonzado. Me acerco a él y me pongo de puntas para poder tomar su rostro entre mis manos—, detesto que no podamos ser una pareja normal, no poder darte el placer que quieres sin tener que lastimarte... no era mi intención.

Coloco mis labios sobre los de él en un toque suave, él no se mueve.

—Sé que lo último que quieres es lastimarme— le digo separándome un poco, sin quitar mis manos de él—, y no te culpo, ni siquiera te habías dado cuenta esta vez. No me duele— miento, pues sentía que el aire que ahora daba de lleno en los pequeños puntos, hacía que me quemara levemente—, quiero estar contigo, es lo que más quiero en estos momentos, y no me voy a rendir fácilmente así que necesito que tú tampoco te rindas.

Ahora es él quien me da un beso suave en los labios y asiente, pero su expresión culpable no desparece. Menos cuando procedo a sacarme los pantalones de pijama, dejando a la vista los moretones en mis muslos. Noto como cierra los ojos por un momento y aprieta la mandíbula, pero le doy una mirada de advertencia para que se ahorre sus palabras.

Cuando nos encontramos desnudos, entramos a la tina, yo entre sus piernas con mi espalda contra su frío pecho. No hablamos, solo disfrutamos del momento, disfrutamos el tenernos a ambos tan cerca. No lo llevamos a otro nivel, solo puedo sentir sus leves caricias guiadas desde mis hombros hacia mi cuello, de mi cuello hacia mis mejillas y sus besos tiernos por mi espalda. Lava mi cabello haciendo masajes con sus dedos, casi me quedo dormida. Pero un rato después, salimos para que pueda secarme y ponerme ropa cómoda, para por fin descansar. Cuando volvemos a estar completamente vestidos, caigo rendida en mi cama y obligo a Garrett a acostarse conmigo, me abraza y ésta vez ya no siento tan fríos sus brazos, pues llevo puesto una sudadera gruesa y me acurruco bien entre las sabanas.

Quedo profundamente dormida, al instante en el que Garrett acaricia mi cabello, haciendo que pueda descansar de toda la locura que se estaba desatando a mi alrededor.

***

Es lunes por la mañana, y despierto sola en mi cama. Arrugo la cara, no puede ser que todo haya sido un sueño ¿verdad? Me levanto rápidamente al ver que se me hacía tarde para ir a la escuela. Había dormido tan profundamente, me sentía realmente descansada ahora. Encuentro una nota en mi mesa de noche, lo que me hace darme cuenta de que nada de lo que había vivido en el fin de semana había sido un sueño.

Estaré de regreso el miércoles por la tarde, Rachel vendrá a recogerte para ir a la escuela y arreglé que pudiera pasar por Mae también. Te extrañaré demasiado estos tres días, y estaré pensando en ti cada instante.

Nos vemos pronto. Te quiero.

G.

Siento el aleteo de las mariposas en mi estómago al leer "te quiero". Era algo simple, lo sé; pero es un paso más en lo que estábamos construyendo. Y en mi interior sabía que ese te quiero no era uno simple de amistad, o cuando quieres tanto aquel vestido lindo en descuento. Pero esperaba que me lo dijera en persona también, ese sería el momento en el que todo se haría más real, más intenso, más profundo.

No había podido despedirme, pero sin duda alguna cuando estuviera de regreso le demostraría que lo había extrañado a cada instante, tal y como él había asegurado en su nota.

Me visto rápido y bajo corriendo a la cocina para desayunar algo. Mi madre no volvería sino hasta en la tarde, por lo que simplemente tomo los cereales y me los como rápidamente, en cualquier momento estaría Rachel tocando la puerta para llevarme.

Me hubiera sentido más segura con April, pues a pesar de habernos distanciado, la conocía mejor que a la burlona de Rachel. Sin embargo, si Garrett confiaba en ella, yo tendría que confiar también.

Tomo la nota que está en el desayunador de la cocina, es de mi padre:

Tuve que irme muy temprano al trabajo, dejé dinero donde siempre para que puedas comprarte un desayuno decente, no solo cereales. Nos vemos en la noche.

No le presto mucha importancia, solo termino de comer mis cereales y luego tomo el dinero, justo cuando escucho una bocina tocar fuertemente afuera de la casa. 

Tomo mi mochila y salgo corriendo, cerrando la puerta con llave tras de mí. La ventanilla del conductor del auto de Garrett se baja cuando me acerco y en vez de ver el lindo rostro de Garrett, una Rachel con una sonrisa ladeada en el rostro es la que me espera dentro del auto.

—¿Solicitaste un Uber?— es lo que dice en modo de saludo. No habíamos intercambiado muchas palabras, pero no puedo evitar reírme ante el comentario.

—Hola amiguita. — escucho una voz conocida en el asiento del copiloto, dirijo mi mirada a Mae, quien se ve muy confundida.

—Te toca ir atrás— dice Rachel y escucho como quita el seguro de la puerta de atrás—, date prisa que no quiero empezar con el pie izquierdo mi primer día de trabajo.

Me apresuro a subir al auto y en cuanto cierro la puerta Rachel sale a toda velocidad de la mi vecindario.

—Vas muy rápido. — se queja Mae, poniendo cara de que nauseas.

—Ella está embarazada— acerco mi cabeza entre los asientos de adelante para hablarle a Rachel—, ¿podrías bajar la velocidad, por favor?

—¡Jazmine! No tienes que contarle mis cosas personales a cualquier conductor o conductora de Uber que se ofrezca a llevarnos a la escuela. — me recrimina Mae, agarrándose fuertemente de los costados de su asiento.

Rachel va bajando poco a poco la velocidad, pero no se queda callada.

—Uno, no soy conductora de Uber— levanta un dedo para enumerar—, solo que me pidieron un favor y lo estoy haciendo— levanta otro dedo—, dos, cambiaré mi forma de conducir solo porque me encantan los bebés.

Por una extraña razón, siento un escalofrío en cuanto dice lo último, aún me estaba cuestionando si Rachel era peligrosa o no.

—¿Un favor?— pregunta Mae confundida.

—Garrett me dijo que las vigilara mientras él no estaba. — dice Rachel, como si fuera la cosa más fácil de entender de la vida. Yo lo tenía claro, pero Mae no sabía nada, por lo que ahora estaba más confundida que antes.

Contengo la respiración y Rachel solo suelta una risa.

—¿De qué hablas? No entiendo— empieza a decir Mae, pero justo entramos al estacionamiento de la escuela—, ¿vigilarnos? ¿Por qué?— me voltea a ver con la frente arrugada—, ¿Por qué Garrett quiere vigilarnos, Jazmine?

—Ya llegamos— digo en cuanto Rachel se parquea frente a la entrada de la escuela, me bajo rápidamente del auto y corro hacia la puerta del copiloto para sacar a Mae antes de que Rachel diga otra cosa que la pueda confundir más—, gracias por traernos. — le digo a Rachel en cuanto logro sacar a Mae de un jalón de brazo.

—Estaré cerca, toma mi número de teléfono por si necesitas algo— me entrega una tarjeta—, vendré por ustedes a la hora de salida.

Cierra la puerta y sale casi volando. Caminamos dentro de la escuela y es cuando el cuestionario de parte de Mae empieza.

—¿De que hablaba esa chica? ¿Por qué alguien tan joven carga tarjetas personales con su número telefónico? ¿Por qué Garrett quiere tenernos vigiladas? ¿Garrett salió de la ciudad? — entorno los ojos, empezando a sentir un leve dolor de cabeza—, sé que sabes las respuestas, Jaz, lo noto en tus ojos.

Estoy por contestarle, pero entonces Lee se aparece en el pasillo y se dirige rápidamente hacia nosotras, atrayendo toda la atención de Mae; le agradezco internamente y contesto a su saludo en cuanto llega a nosotras.

—No he acabado contigo. — me advierte Mae, para luego darle un beso en la mejilla a su novio.

—Tengo buenas noticias. — dice Lee emocionado.

—¿Más buenas noticias?— trata de bromear Mae, pero la diversión no llega a sus ojos y a Lee no le causa gracia.

—Aquí no, por favor. — le dice Lee en tono calmado. Mae asiente y suspira pesadamente.

—¿Cuáles son tus buenas noticias?— interrumpo cuando llego a mi casillero.

—Tendré una sección especial en los altavoces de la escuela — dice volviendo a su emoción—, hablaré sobre las noticias importantes de la escuela a la hora del almuerzo, algo como una radio escolar o algo así. Ya que la tecnología se está apoderando del sistema educativo cada vez más, el periódico escolar está perdiendo impacto, así que decidí subir un poco de nivel y hacer que mi voz se escuche, literalmente.

—Eso suena estupendo. — lo felicito.

—Me haces sentir orgullosa, cariño. — dice Mae dándole un beso dulce en los labios.

Por primera vez no siento celos de verlos tan enamorados y felices, pues sabía que yo también tenía lo mismo. Siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo y lo saco, es una llamada de Garrett.

Me apresuro a contestar antes de que toquen el timbre para la primera clase y me siento emocionada al escuchar su voz del otro lado de la línea.

—¿Cómo va todo?— es lo primero que dice. Una sonrisa boba se apodera a de mí y Mae me mira confundida.

—Todo va de maravilla, Rachel nos trajo a la escuela a salvo. — cuando digo eso, el rostro de Mae se ilumina y se da cuenta de con quien estoy hablando.

—¿Es Garrett?— dice y asiento—, quiero hablar con él— trata de quitarme el teléfono pero retrocedo y me río al ver su expresión enojada—, si tu no vas a responderme necesito que él lo haga. — empezamos un forcejeo para ver quién se queda con el teléfono pero evito que lo tome. Frustrada, empieza a gritar las preguntas que me había hecho anteriormente cerca de mi oído para que Garrett pueda escucharlo.

Le hago una seña a Lee para que la detenga y él la toma delicadamente para separarla de mí.

—Tranquila fiera, seguro que Jaz te dará tus respuestas luego. — dice calmándola.

Había olvidado que estábamos en medio del pasillo, pero noto como varias miradas se fijan en el show que Mae había armado. No me importa, pues vuelvo a centrar mi atención a la llamada con Garrett.

—¿Y tú como la estás pasando?— pregunto.

—Estoy por tomar el segundo vuelo del día— responde tranquilamente—, quiero estar de regreso ya.

Quiero escucharlo que diga las palabras que más me habían interesado de su nota de esta mañana, pero me muerdo el labio, no quería que la primera vez que lo escuchara fuera por teléfono.

—¿Vas solo?— no puedo evitar preguntar, por curiosidad.

—April viene conmigo, ella conoce más la zona, se crió cerca de Londres. — responde rápidamente.

Ahora que tenía claro que April no había tenido nada con Garrett en el pasado, tomaba más a la ligera que fueran solos en ese viaje por respuestas.

Estoy por hablar cuando empiezo a escuchar gritos alarmados y todos empiezan a correr hacia el gimnasio de la escuela.

—¿Qué fue eso?— pregunta de inmediato Garrett al escucharlo. Arrugo la frente y sigo a Mae y Lee quienes también se dirigen hacia el gimnasio.

—No los sé. — le respondo, acelerando mi paso.

—No cuelgues. — me ordena Garrett, luego escucho como le dice a April que le llame a Rachel para que venga rápido a mi rescate.

Me abro paso entre la multitud pues quiero ver de qué se trata. En cuanto logro tener visión de lo que está sucediendo, veo como los profesores tratan de evitar que los demás nos acerquemos al centro del gimnasio.

Esperaba ver una pelea de chicos, pero lo que encuentro es peor. Mucho peor.

—Garrett. — digo al teléfono, completamente impactada, sin quitar mi vista de aquella imagen aterradora.

—¿Qué sucede?— dice de inmediato, preocupado.

—Hay un cuerpo con el cuello destrozado a mitad del gimnasio. 

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