CAPÍTULO 13

—No hacía falta que fueras grosero. — le digo a mi padre en cuanto Garrett se va, lo miro fijamente con expresión seria.

—¿Te gusta?— me pregunta ignorando mi comentario. Me doy cuenta que no me lo pregunta por celos de padre protector, él nunca ha sido así; sé que hay algo más en el hecho de que le moleste tanto ver que me llevo bien con Garrett.

—Sí, si me gusta— le respondo muy segura.

—No te quiero ver cerca de él ni de nadie de en esa casa vieja en el bosque.

—¿Por qué?— le digo desafiante.

—No es momento para discutir, Jazmine— noto como trata de controlar su voz al darse cuenta de que estoy buscando pelea.

—Necesito un argumento válido del porqué no quieres que tenga nada que ver con ellos. — no dejo escapar el tema fácilmente.

—¿Quieres un argumento claro?— dice sentándose en la silla a un lado de la camilla—, bien, te lo daré— se recuesta un poco hacia adelante, sosteniéndose con sus codos sobre sus rodillas—, encontramos un cuerpo hace unos días, murió en circunstancias muy extrañas y hasta el momento no sabemos siquiera quien es y menos quien lo mató.

—¿Y eso que tiene que ver con Garrett?

—Encontramos su cuerpo cerca de un establo que estaban por derrumbar, a muy pocos kilómetros de la casa donde viven esas personas extrañas— arrugo la frente sin seguir entendiendo qué tenía que ver eso con su preocupación por que no me acerque a Garrett—, no tenemos pruebas, pero sé que ellos tuvieron algo que ver con eso.

—Fred, si ellos lo hubieran hecho, no creo que sean tan estúpidos de dejar el cuerpo donde lo pudieran encontrar, y menos tan cerca de su casa.

—Créeme, a veces las personas que viven en sus circunstancias, pueden ser muy tontos, quizá estaban drogados y por eso no supieron actuar bien ni ocultar sus huellas.

—No puedes acusarlos falsamente, mejor haz tu trabajo como es debido. — sentía de repente que mi sangre empezaba a calentarse de la rabia. Ni siquiera me importó hablarle de esa manera, al parecer a él tampoco le importó.

—Estoy haciendo mi trabajo buscando pistas que puedan incriminarlos, estoy casi seguro de que tienen algo que ver— asiente para luego refregarse la cara con sus manos de manera desesperada—, hace décadas no pasaba algo así en el pueblo, y de repente llegan ellos y ¡qué tenemos! ¡un maldito homicidio!

No le digo nada por un momento y lo dejo pensando, casi puedo escuchar engranes en su cabeza maquinando rápido.

—Como sea, mientras no tengas pruebas, no me parece un argumento válido.

***

Pasé toda la tarde dejando que me realizaran de toda clase de exámenes, y la mañana siguiente me dieron de alta pues según ellos todo estaba bajo control, yo sabía que de alguna manera eso no era cierto.

Hasta el momento en el que llegué casa, no había podido dejar de pensar en la chica que había visto antes de desmayarme; digo, siempre había sabido que algo raro me pasaba, pero esto rayaba en el límite de la rareza.

—¿Están bien las almohadas de esa manera?— dice mi madre acomodando mi cama. Le sonrío, tampoco había ido a trabajar hoy, parece que estaba dispuesta a cumplir su promesa de cuidarme mejor.

—Tranquila, no estoy lesionada ni recién operada. — bromeo.

—Es solo que quiero que te sientas mejor.

—Me siento mejor— trato de tranquilizarla—, gracias.

—Bien, iré a preparar algo de comer. — asiento en respuesta y ella sale de mi habitación.

Me tiro a la cama y tomo mi teléfono, tengo varios mensajes de Mae diciéndome que se sentía vacía y que esta noche se quedaría a dormir conmigo. Tenía también un mensaje de Lee disculpándose por no haber podido pasar a verme, le dije que no había problema y que todo estaba bien. Y por último tenia EL MENSAJE.

Garrett: La escuela no es lo mismo sin ti L.

Sonrío, me lo había escrito hace unos cuantos minutos. Ayer por la noche estuvimos enviándonos mensajes también, y había descubierto que bajo ese aura de chico que serio y reservado que no hablaba con muchas personas en la escuela, se encontraba un chico divertido que le encantaba enviar stickers divertidos y bromear sobre cualquier cosa, sin resultar molesto.

Yo: Mañana estaré de vuelta, lastimosamente. Kill me please.

Le respondo seguido de un sticker de un gatito triste.

En cuanto le envío el mensaje, veo que se pone en línea, lo que me hace sonreír como una tonta.

Garrett: Mejor para mí, así podré verte.

Por cierto, siempre he querido tener un gato L

Yo: qué te impide tenerlo?

Garrett: no duraría ni un día vivo en la casa.

Yo: así que no eres un dueño responsable...

Garrett: el problema no soy yo, son mis hermanos...

Y así continuamos un gran rato, hablando de temas triviales; nunca había durado tanto hablando por chat con alguien, él sabía mantener la conversación interesante.

A pesar que pasé por alto en el chat preguntarle, no pude pasar por alto en mi mente el hecho de que había llamado "hermanos" a las personas que vivían con él.

***

Mae se había retrasado un poco en su llegada pues me dijo que estaba lista para darle a Lee la noticia de que estaba embarazada; le deseé suerte y también le pedí que pasara por comida tailandesa cuando viniera hacia acá.

Decido esperarla en la sala mientras veo una serie. A eso de las 3 de la tarde tocan la puerta principal de la casa. Me pongo nerviosa, pues sé que no es Mae, no creía que viniera tan pronto, a menos que se hubiera acobardado y no le hubiera contado nada a Lee.

Con paso sigiloso me acerco y veo por el ojo de la puerta; sonrió cuando veo a un apuesto chico tras la puerta.

—¿Alguien pidió pizza?— dice en cuanto abro la puerta.

—No, pero ahora me gustaría pedir al repartidor. — le respondo de manera coqueta. Esperaba que funcionara, pues de la manera que me encontraba desarreglada no creía que fuera lo más sexy del mundo en este momento. Había tomado una ducha en la mañana pero dado a que no iba a salir a ningún lado me había colocado un pijama para estar más cómoda en la casa, no tenía una gota de maquillaje y de paso tenía las gafas puestas para ver la televisión.

—Creo que en esta época es ilegal el tráfico de personas, pero haré una excepción por ti. — me sigue el juego Garrett, quien no parece ni impresionarle que me encuentre desarreglada. Tampoco es que iba a salir corriendo a retocarme solo por su llegada, uno, porque estaba en mi casa, y segundo porque ya me había visto hasta con bata de hospital, y aún así me había confesado que le gustaba.

—Huele muy bien esa pizza— le digo complacida, la tomo para llevarla a la cocina y le dejo la puerta abierta para que pueda entrar.

—¿No vas a invitarme a pasar?— me dice en un tono extraño. Me giro y noto que no ha dado un paso dentro de la casa, arrugo la frente pero al ver que habla en serio, me rio un poco.

—Eso sí que es nuevo, no creí que tuviera que aclarar más el hecho de que te estoy dejando entrar a mi casa— bromeo, el me da una mirada extraña y noto que se incomoda un poco, para acabar con su sufrimiento le digo:—, Garrett, eres bienvenido a entrar a mi humilde hogar.

Él trata de reírse, pero fracasa; lo veo poner un pie dentro y luego otro, lo que se me hace extremadamente extraño. Pero decido no darle mucha importancia, pues sigo oliendo el espléndido olor de la pizza y no quiero que se enfríe.

Me dirijo a la cocina y noto que él me sigue. Pero se queda en el marco de la puerta de la cocina, dudo si tener que volver a invitarlo a pasar, pero eso ya sería una estupidez, pues en este punto creo que tendría hasta acceso a entrar a mi habitación si quisiera, lo que escandalizaba a mis hormonas de solo pensarlo.

—¿Te ayudo?— dice viéndome con atención sacar unos platos y unos vasos.

—¿Debo invitarte a pasar también?— digo tratando de sonar burlona, pero noto que eso no le hace ninguna gracia. Lo cual me hace darme una cachetada mental por ser tan estúpida.

—No hace falta. — dice entrando a la habitación rápidamente, para demostrar su punto, pero de pronto lo tengo frente a mí, muy cerca de mí para ser más precisa.

No me toca pero su cuerpo está demasiado cerca del mío, lo cual comienza a estimular mis hormonas. Levanto el rostro para verlo y él me mira profundamente, con el semblante serio, pero no enojado.

—De ahora en adelante no hará falta que me invites a pasar. — quise tomar sus palabras como una broma, pero su expresión me dijo que no lo era.

Trago fuertemente y él se da cuenta de eso, por lo que veo como su mano avanza hacia mi brazo, pero en vez de tocarme, toma los platos que hace un momento había sacado y se da la vuelta para ir a poner trozos de pizza sobre ellos.

Siento que vuelvo a respirar, y logro notar como mi corazón late a muy rápido. Tomo los vasos y saco un poco de soda del refrigerador para luego echarlos en los vasos.

—¿Están tus padres?— me pregunta de repente, cortando el incómodo silencio que se había creado en la habitación.

—No— le respondo en tono cortante, algo en su mirada y en su comentario me hacía desear por primera vez que mis padres estuvieran en casa.

—Bien. — se gira hacia a mí, me había quedado como estatua al lado del refrigerador, viéndolo fijamente, algo en él, en este preciso momento me estaba empezando a causar temor.

—Tengo la impresión de que me quieres matar. — digo tratando de no parecer nerviosa, y también de no creérmelo.

Lo veo tragar y su mirada recorre todo mi rostro y juro que noto como lucha internamente contra él mismo.

—Lo único que tengo ganas de hacer en este momento... es... — no tengo tiempo ni siquiera de dudar, de repente todo lo que siento es como su cuerpo se abalanza contra mí y sus labios fríos se posan sobre los míos, de manera hambrienta y demasiado caliente.

No dudo en responderle el beso de la misma manera, para que sepa que estoy dispuesta a que me tome ahí mismo si es lo que desea. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top