vamos hazlo por mi
Jason ya no podía más, los nervios lo estaban matando, el sueño lo estaba destrozando y sus pensamientos jugandole una mala pasada.
Seguí en ese maldito hospital, llevaba ya siete horas sin recibir noticias de su amigo, llevaba veintinueve horas sin dormir y el cuchicheo de su familia no le ayudaba nada.
Así era, tanto como Alfred cómo Tim había venido, ellos no conocían tanto a Roy cómo lo hacía Dick o Jason, pero igualmente estaban preocupados, el chico no tenía familia y no podían dejar a Tood solo en esta situación.
Alfred se encontraba vastante afectado, el solía encariñase mucho y rápido de los chicos que pasaban más de dos veces por la mansión, sobre todo si eran tanto para alguno de sus pequeños.
Y con Roy no era diferente, de hecho si, pero era diferente cerca de mejor, pues fue gracias a Roy entre otros por los que Jason ahora era una persona estable, para Alfred, el chico pelirrojo era otro de sus pajarillos, solo que este llevaba un arco en la mano y era mucho más abierto y charlatán que los pelinegros.
Al final un cirujano con su bata bien manchada de sangre, dándole apariencia de película de terror, se acercó a ellos.
-Ha perdido mucha sangre, pero esta estable - Dijo el doctor.
Jason notó cómo su respiración volvía a fluir.
-¿Podemos pasar a verle ?-Preguntó Dick.
-Me temo que no, mientras se encuentre en la unidad de cuidados intensivos, solo podrán entrar familiares - Respondió el médico.
-No tiene familia, es huérfano - Dijo Jason sin cortarse un poco.
-Me temo entonces que no puedo hacer nada por el. - Respondió el Cirujano.
-Vamos no irá a dejarlo solo en esas condiciones, le viene bien un poco de apoyo - Dijo la voz de Bruce, el cual acababa de llegar.
El doctor suspiro y finalmente los dejo entrar de dos en dos, primero entraron Jason y Alfred, mientras Dick buscaba algo para comer y unos buenos cafés y el pequeño Thimoty se acurrucada en los brazos de su padre adoptivo finalmente quedándose dormido.
La habitación del chico pelirrojo estaba bañada por una tenue luz blanca.
Jason se sentó en una de las sillas y observó a su amigo.
Estaba tapado con una fina sábana blanca que llegaba hasta la altura de sus costillas, su rostro estaba más pálido de lo normal y sus labios tenían un tono morado y resco.
El cardiometro llevaba un compás lento y contiguo que resonaba en las blancas paredes de la pequeña habitación.
Levantó la mirada topandose con la de Alfred que se secaba las lágrimas con un pañuelo color carmín.
Le sonrió levemente, estaba feliz de que al menos Roy siguiera con vida. Tomó la mano de el pelirrojo y se estremeció un poco por lo fría que se encontraba.
Finalmente derramó unas cuantas lágrimas de alivio y terminó por quedarse dormido con la cabeza aportada en el colchón.
Continuará.....
Espero que les este gustando, si se que Jason esta un pico llorica, pero piénselo, es su mejor amigo, osea es Roy Harper, quien no lloraría, además esta en sus días el pobre XD. Bueno ya dejo de decir tonterías, espero que les haya gustado, si es así comenten y voten que da ganas de seguir escribiendo. Les quiero mis birds. Bye
Addera.
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