Capítulo 3
—Te amo, David —susurró mientras acariciaba los labios del sonrojado chico, su corazón comenzaba a acelerarse con cada palabra que Allan decía.
Era una noche hermosa, se encontraban sentados en el verde pasto que rodeaba la gran laguna del pueblo. La laguna era el gran tesoro de Greenholt, y cómo no serlo si brindaba una vista mágica, a medida que el cielo se tornaba de diferentes colores el agua era bañada por los mismos y qué decir de las noches. Aquella noche la vista era maravillosa, el reflejo de la luna, las estrellas y las luces de los edificios que estaban al otro lado iluminaban en medio de la oscuridad del cielo nocturno.
No quiero que esta noche termine...
David sentía que su corazón se iba a salir de su pecho por la emoción. Estaba solo junto al chico de sus sueños y ahora estaba seguro de que sus sentimientos eran correspondidos.
¿Qué pasará esta noche?
Estaban allí, mirando el cielo sin decir una sola palabra, el silencio se apoderó del lugar y Allan se acercó un poco más al tierno chico que se encontraba junto a él.
—Eres muy lindo —dijo mientras acariciaba sus mejillas.
David vio que Allan acercaba su rostro lentamente sin despegar la mirada de sus labios y no pudo evitar cerrar los ojos.
Mi primer beso...
—David... David... David —Su nombre era pronunciado repetidamente a lo lejos, al abrir sus ojos todo se había puesto negro.
—¿Dónde está Allan? —susurró.
—David ¡despierta maldita sea! —Un chico pelinegro estaba moviendo su hombro.
—Señor Pulido, si viene a dormir mejor sálgase de mi clase, me imagino que ya terminó el taller —dijo la señorita Delia, era una joven profesora de matemáticas y se sentía extrañada de que su alumno estrella estuviese durmiendo en clase.
David no entendía qué pasaba, seguía medio dormido.
—¿Señor Pulido se siente bien? —preguntó la profesora, se podía notar preocupación en su tono.
—Lo-lo siento —masculló tímidamente—. "¿En qué momento me quedé dormido?" se preguntó tratando de ignorar las risas de sus compañeros. No sabía qué decir para disimular su vergüenza.
—¡Que no vuelva a pasar! —exclamó finalmente la profesora para luego volver a su escritorio.
David se sentía muy cansado, se había acostado en la madrugada debido a que no había hecho sus trabajos en la tarde por estar tanto tiempo con su amigo.
¿Por qué soñé con Allan? no puede gustarme, es decir, sólo nos hemos visto una vez y nos conocemos hace poco, es imposible...
David no pudo prestar atención a su clase, se sentía extraño ya que llevaba mucho tiempo sin sentir algo especial por otra persona y el hecho de que no dejara de pensar en él y que lo viera hasta en sus sueños, no le ayudaba mucho.
Faltaban unos cuantos minutos para que la campana anunciara la salida a casa, él solo quería salir corriendo para poder hablar con Allan. Todos estaban empacando sus maletas, cuando su celular vibró.
Allan: ¿Puedes salir esta tarde?
David: ¿A dónde?
Allan: Te debo un helado :D
David: Eso quiere decir que ¿pasaste?
Allan: Pues aún no lo sé, pero creo que sí, me fue muy bien.
David: Ya voy a salir, hablamos ahorita :3
Din, dan. Sonó al fin la campana, David terminó de empacar, se despidió de sus compañeros y se dirigió lentamente a la puerta. Cuando iba en la esquina del colegio vio que Helena lo estaba esperando, el viento jugaba con su larga cabellera rubia a tiempo que ondeaba su vestido negro. A medida que se acercaba a ella los latidos de su corazón eran cada vez más fuertes, ella tenía una dura mirada en sus ojos que además estaban clavados en él y eso era realmente aterrador.
Debí comprar una chocolatina... ahora cómo haré para calmarla...
—¿Me ignoras, te disculpas y olvidas que existo? —preguntó Helena, se podían ver llamas saliendo de sus grandes ojos verdes—. Espero que tengas una explicación valida, Pulido.
—¿Pulido? Vamos Lena, sabes que no era mi intención que te sintieras ignorada —Helena debía estar realmente molesta como para llamarlo por su apellido. La última vez que ella lo llamó así fue cuando David había botado accidentalmente un llavero que ella había hecho para él.
—No sé si creerte, como sea ¿cómo te fue ayer con el tal Allan? —La curiosidad que caracterizaba a Helena hacía que se olvidara de cualquier otra cosa, en este caso, de cierto modo, lo había salvado de la furia de su mejor amiga.
—¿Ah? Pues normal, sólo practicamos un rato y ya —respondió tratando de mostrarse tranquilo.
—¿Seguro? Entonces ¿por qué estás tan rojito? —dijo mirándolo con ojos de fujoshi.
—No molestes —replicó él con los nervios a flor de piel. La mirada de Helena, además de hacerlo sentir incómodo, lo asustaba pues no podía imaginar la clase de ideas que vagaban por la mente de su pervertida amiga.
—Te gusta ¿verdad? —Helena no dejaría de insistir hasta que lo aceptara—. Vamos admítelo, David, te conozco perfectamente.
—¿Qué? Deja de inventar cosas, no lo conozco ¿cómo me va a gustar alguien a quien solo he visto una vez? No tiene sentido —respondió apretando sus puños—. Además, Allan no es gay, sería tonto enamorarme de él —Sus propias palabras habían sido como una puñalada en su corazón. Aunque era consciente de que lo más probable era que Allan nunca correspondería a sus sentimientos ya se había hecho ilusiones e incluso soñaba con él.
—¿Cómo lo sabes? ¿No crees que es extraño que fuera a verte ayer? Además, no necesariamente tiene que ser gay, puede ser bisexual —Helena le regaló una sonrisa coqueta llena de picardía.
—Él no fue a verme —respondió—. Sólo fue a que le ayudara a practicar para una entrevista —apretó sus labios, incapaz de mirar a Helena a la cara.
—Ay mi querido, David, eres tan inocente —dijo ella apretando los cachetes del sonrojado chico.
David no dijo nada más, y luego de que ella alejara sus manos de su rostro continuaron juntos caminando a casa. En todo el camino Helena no dejó de decir cosas extrañas acerca de su posible relación con aquel chico, haciéndolo sentir muy incómodo.
Primero pasaron por la casa de Helena, su madre se encontraba sentada junto a la puerta del local, ellos vendían dulces por lo que para Helena el paraíso era su propia casa.
—David, hola, ¿cómo estás mi niño? —Lo saludó la madre de Helena—. ¿Cuándo vas a venir a jugar parqués conmigo un rato? Tú sabes que a Helena no le gusta y lamentablemente no tengo más hijos.
—Pero qué desagradecida eres mamá —se quejó Helena cruzándose de brazos—. Yo juego contigo todos los lunes ¿no es suficiente?
—Juegas de mala gana, niña —contestó su madre con seriedad—. Tus ojos te delatan, además siempre terminas tirando las fichas cuando te gano.
—Oh, Helena no seas tan grosera con tu madre —interrumpió David haciendo un gran esfuerzo por contener su risa, es que si se reía era hombre muerto.
—¿Escuchaste Helena? —dijo la mujer clavando su mirada en su hija—. ¿Cómo es que estando todo el tiempo juntos no se te pega la amabilidad y decencia de tu amigo?
—Mamá, me haces quedar mal —El rostro de Helena parecía un tomate—. Ya vete, David, hablamos luego —agregó entrando a la casa.
—Hasta luego señora —Se despidió agitando su mano de lado a lado—. Trataré de venir más seguido para darle una lección a Helena —gritó asegurándose de que la rubia lo escuchara. Ella le lanzó una mirada asesina antes de cruzar la puerta que separaba el local del resto de la casa.
Al llegar a casa, David encontró a su madre durmiendo en el sofá, se acercó para saludarla con un dulce beso en la frente tratando de no hacer ruido para no despertarla. Caminó hacia el comedor, allí encontró el almuerzo servido. Su madre le había preparado una ensalada César, que era por cierto su favorita, acompañada con un delicioso jugo de mango.
Al terminar de comer se levantó de la mesa y llevó los platos a la cocina para lavarlos. Los ojos le pesaban, se encontraba realmente cansado por la falta de sueño. Cuando terminó de lavar la loza, subió a su cuarto, estando allí tiró sus cosas al piso, se quitó la ropa y se echó sobre su cama.
Necesito dormir.
Agarró su almohada favorita y la puso sobre su rostro, él no podía dormir si no tenía una almohada en la cara. En ese momento recordó lo que había pasado con Allan.
"Eres muy lindo" No dejaba de pensar en esas palabras —¿Se habrá querido burlar de mí? —Se preguntó. Un rato después cerró sus ojos y durmió unas cuantas horas, soñó que se encontraba jugando con Allan y que estaban en cementerio de dragones, a David le gustaba mucho esa zona porque era nevada. En su sueño Allan, quien tenía un caballero de la muerte, lo invitaba a un duelo. David se había negado porque era obvio que iba a perder, pero el castaño le insistía hasta que él terminaba aceptando. En el duelo Allan le lanzaba un hechizo que lo jalaba hacia él, luego lo abrazaba y le decía que lo quería.
De pronto, el sonido y la vibración de su celular lo arrancaron bruscamente de sus sueños. David abrió sus ojos lentamente y agarró el celular de mala gana al ver que aquel aparato había arruinado el sueño en el mejor momento. Su mueca de desagrado de deshizo al ver que era Allan quien le había escrito.
Allan: ¿No has llegado? Ooo ¿me estás ignorando?
Allan: Contesta -_-
Allan: Si no quieres salir sólo dilo .-.
Allan: ok, no te molesto más
David había olvidado cerrar su whatsapp y había dejado en visto todos los mensajes de Allan.
No quiero contestarle, no sé qué decirle.
Apretó la almohada fuertemente contra su rostro.
—A este paso saldré herido, me estoy haciendo falsas ilusiones —susurró dejando escapar un suspiro.
David: Lo siento, dejé el ws abierto y acabo de llegar a casa :3
David: Me alegra que te haya ido bien, y pues no es como que yo haga muchas cosas importantes así que podemos salir cuando tú quieras.
Allan: ¿Qué tal si salimos mañana? Es sábado y podríamos hacer más cosas.
David: Me encantaría ¿a qué hora y en dónde?
Allan: Déjame revisar mi agenda, a diferencia tuya yo soy un hombre ocupado.
David: ¿Ah? No pues discúlpeme señor don importante, dejemos así entonces.
Allan: Qué serio eres .-. sólo bromeaba ¿quieres o no?
David: Pues quiero mi helado, así que está bien.
Allan: ¡Qué rogado eres!
Allan: Como sea, tú vives en un pueblo a un poco más de una hora de aquí ¿vendrás esta vez? Aquí hay más cosas que hacer, podemos ir a un centro comercial, ver películas en mi casa, ir a un parque de diversiones, dime qué quieres...
David: Está bien yo iré, pero tendrás que recogerme en la parada porque no soy muy bueno con las direcciones y no quiero perderme.
David: Y una película estaría bien :3
Allan: Bien, entonces te recojo a las 9 en la parada "los prados".
Allan: ¿Jugamos un rato?
David: Dale, ya entro a Skype
Jugaron toda la tarde y David no podía evitar sentirse ansioso por la "cita" que tendrían.
No te vayas a enamorar, David, no te hagas falsas ilusiones.
No dejaba de repetirse lo peligroso que sería dejar crecer sus sentimientos hacia alguien que posiblemente sólo buscaba una amistad.
—Helena no se ha conectado —dijo David mientras bailaba frente a la casa de subastas de Orgrimmar.
—Ustedes son muy cercanos ¿verdad? —preguntó Allan, su voz se escuchaba realmente hermosa a los oídos de David—. ¿No han pensado en ser pareja o algo así? ¿No te gusta?
—Ella es muy linda —contestó con la voz temblorosa—. P-pero no puedo verla como algo más, ella es mi mejor amiga y tampoco quisiera arruinar nuestra amistad con algún tipo de relación —hizo una breve pausa—. Ya sabes, el amor algún día acaba mientras que la amistad dura siempre.
—Entonces, si te dieran a escoger entre la amistad y el amor ¿te quedarías con la amistad? —inquirió Allan curioso—. Yo me quedaría con las dos.
—Pero no siempre es posible —murmuró David a tiempo que se anotaba, junto con Allan, a la cola de Cuenca de Arathi, un campo de batalla en el que se enfrentaban a la Alianza en un juego de capturar bases—. Así que si me das a escoger entre esas dos me quedo con la amistad, o por lo menos en este momento que soy muy joven y dudo comenzar algo serio.
—Ese es un buen pun... —David escuchó un ruido del lado de su amigo, quien no terminó de dar su opinión—. D-debo irme —murmuró Allan—. Mi madre acaba de llegar y será mejor que no me encuentre en el computador —en su voz se podía percibir una pizca de miedo. Miedo que le producía esa mujer, era como si hubiese visto el mismísimo demonio—. Nos vemos mañana—dijo finalmente.
David cerró la tapa de su computadora y se dirigió a su armario.
¿Qué debería ponerme? Se preguntó.
No quiero que piense que me arreglé para verlo, será mejor que me vista casual.
Tomó unas bermudas de color vino tinto y un camibuso azul claro—. Creo que así está bien —dijo sonriente mientras ponía la ropa sobre su silla.
Después de cepillar sus dientes se fue a la cama, no podía dejar de pensar en Allan, sus ojos, su nariz, su boca —Es perfecto —suspiró, y cuando estaba a punto de quedarse dormido un mensaje en su celular lo hizo saltar del susto.
—Pero ¡quién escribe a esta hora! —replicó. Al ver que era Allan no pudo evitar dejar salir una sonrisa.
Allan: Descansa, te veo mañana no me vayas a plantar :*
—¿Eso es un beso? —Su corazón comenzó a acelerarse—. Tal vez sí le guste después de todo —tomó su almohada apretándola con fuerza y se perdió en medio de sus pensamientos hasta quedar dormido—. Tal vez sí le guste —repitió antes de dormirse profundamente.
https://youtu.be/0uk2AWn01wU
"Cómo disfrutar de un amor al máximo, eso quiere saber todo el mundo. Nadie nos ayuda, juego limpio. Gracias a Dios existen las películas y la tv, es ahí donde saqué mi educación. Créeme esto será genial para tu historia. Yo ya tengo el motivo porque volviste rebelde en tu adolescencia. Tu padre nunca fue a tu presentación de teatro, conmigo encontraremos el motivo porque te sigue molestando. Nos conocemos desde x años, no tienes que decir nada ahora, quería preguntarte si te atreves a dar conmigo el siguiente paso. ¿Quieres drogarte conmigo? Entonces lloverán pétalos de rosa, lo vi en una telenovela."
(Willst du-Alligatoah)
Hola a todos. ¿Cómo están? Gracias a quienes han dado la oportunidad a esta historia. ¿Qué les ha parecido hasta el momento? Parece como que todo va muy rápido, ¿Verdad? <w< o pues comparado con Desde que te soñé, en donde en cincuenta capítulos no había avance entre "la pareja principal" jiji muajaja >:v ok no.
Sobre la canción que dejo hoy: Muchas veces en la televisión y en general con los medios de comunicación y arte visual, vemos realidades que muchas veces se muestran tan seguido que consideramos que son normales. Por ejemplo, las novelas colombianas que en un tiempo mostraban solo violencia y drogas, y entonces en el exterior piensan que Colombia es solo eso. Pero peor aún es cuando vemos que nos implantan ideas sobre muchos aspectos inherentes al ser humano, cuando llegamos a pensar que deberíamos actuar o sentir de alguna forma y más cuando somos pequeños. Por ejemplo yo, en mi infancia tenía una idea retrograda alimentada por lo que consumía de los medios de comunicación y por la religión a la cual pertenecía en el momento.
Pensaba en el amor puro, real e inofensivo que se muestra en películas, por ejemplo. Y esto me llevó a estrellarme estrepitosamente con la realidad, a cometer muchos errores y por ende a sufrir. Yo pienso que debemos evitar tomar influencia de lo que pasan por la televisión, al menos en cuanto a la manera en la que muestran las relaciones entre las personas, con las cosas que veamos debemos ser críticos para así sacar verdaderamente provecho a lo que consumimos. Si nos preguntamos por el sentido de lo que acabamos de ver, ¿qué estaba pensando el director? ¿Qué quería transmitir? Ir más allá de lo que parece obvio y siempre mirar las cosas con un punto reflexivo.
Y pues ya :V eso era lo que quería decir. Gracias por leer y por apoyarme como escritora <3 Un abrazo :3
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