Capítulo 9 ও

Por fin Jimin pudo acudir de nuevo al instituto, gracias a que ya su celo estuvo ayer regulado por los supresores que se había tomado y ya no tenía fiebre ni nada parecido.

De hecho ya su celo se había acabado completamente, aún así él se había tomado antes de salir de casa un supresor para anular su olor hoy, ya que al haber tenido el celo recientemente no quería que su aroma estuviera presente, ya que sabía que al ser el día siguiente de haber terminado su celo, éste estaría más intenso y... se habían metido tantas veces con su olor, que no quería que nadie le oliera de más para evitar burlas.

Algo que era extremadamente cruel, pero que Jimin hacía por culpa de toda la mierda que le habían metido en su cabecita desde que tan sólo era un niño sobre el tema de todos sus supuestos defectos que los demás siempre le recalcaban.

Por otra parte, mencionar que su Omega estaba muy calmado durmiendo dentro de su pecho cuando trasmutó aquella misma madrugada, y entonces su cuerpo ya estaba recuperado.

Ya que gracias a todo el tiempo que había estado en su forma lobuna, le había servido para que su cuerpo humano hubiera descansado lo suficiente...

Aunque había una cosa que le tenía un poco descolocado, y era el hecho de que cuando despertó como humano en medio de la madruga, la ventana de su habitación estaba abierta.

Y eso le hizo pensar que su lobo la abrió, pero... ¿por qué o para qué?

De todas formas no quería rayarse por algo así y decidió no darle gran importancia, quizá su lobo la habría abierto para airear la habitación o algo así siguiendo los pasos de su humano, que era muy escrupuloso con la higiene.

Lo que no sabía Jimin, era que el lobo de Jeon había estado dentro de su habitación y que encima, después de eso el alfa estuvo completamente desnudo en su habitación.

Porque la parte humana de Jimin cuando trasmutaba se apagaba completamente y no notaba nada de lo que su lobo hacía, así que jamás se imaginaría que su crush inalcanzable le había visitado en su forma lobuna dejándose llevar por su instinto.

Al igual que tampoco sabía que Jungkook era su destinado.

Decir que todo había marchado bien durante la mañana en el instituto, eso hasta la hora del descanso.

Y es qué, ahora mismo estaba en problemas por culpa de un alfa matón del club de fútbol, así que corrió por uno de los desiertos pasillos del instituto con su corazón latiendo desbocado.

Era la hora del recreo, sin embargo estaba solo debido a que Taehyung estaba recuperándose porque le habían sacado la muela del juicio esa misma mañana.

Por ello, le había mandado un mensaje diciéndole que no acudiría al instituto por al menos dos días para poder recuperarse de la cirugía bucal, así que se encontraba completamente solo.

Ya que aunque tenía conocidos en su club de ajedrez, no eran tan cercanos a él por su tímidez como para pasar con ellos el descanso, es por ello que prefería estar solo en los recreos, debido a que el club de ajedrez cerraba los miércoles.

Por lo qué cuando Sehun le vio solo, aprovechó la ocasión para molestarle y eso causó que Jimin corriera para liberarse de él.

Pronto el omega jadeó cuando llegó al final del pasillo y no encontró ninguna puerta donde adentrarse para esconderse, había tomado un pasillo sin salida.

Y cuando notó como el alfa llegó al mismo pasillo acorralándole, tragó saliva sonoramente.

Su respiración estaba totalmente acelerada debido a que no estaba acostumbrado a correr, así que abrió su boca para dar grandes bocanadas de aire por todo lo que había huído pero que sin embargo, había sido en vano. Y su corazón latía rápido y sudor se había impregnado en su frente.

Entonces Sehun se acercó a él con parsimonia y una enfermiza sonrisa plasmada en sus labios.

El alfa buscaba venganza, porque por culpa de haber insultado frente a Jeon al gordo omega, el pelinegro le había dado una paliza.

Quería venganza y la conseguiría.

Por la otra parte, Jimin pegó su espalda contra la pared del pasillo que le tenía acorralado y respiró por su nariz en un amago de tranquilizarse.

—Me parece increíble que me den una paliza por decir la verdad. —Comenzó Sehun.—Eres un omega gordo e inútil, no sé porqué Jeon te defendió. —Soltó con veneno a la vez que se tocó como acto reflejo las heridas que Jeon le hizo sobre su rostro.

El de gafas expandió sus ojos con sorpresa, acaso... ¿Jungkook le había defendido el día que le vio pelear? No, eso no podía ser.

No se creería aquello, estaba seguro de que Sehun solamente se había inventado aquello para tener una estúpida excusa para acosarle como solía hacer, porque su baja autoestima no concebiría jamás que alguien como Jungkook le defendiera.

Así que el omega habló con su voz temblando.

—N-no te he hecho nada, p-por favor déjame. —Suplicó el castaño totalmente asustado.

Sin embargo su súplica no fue escuchada por el alfa, que solamente se limitó a tomar bruscamente su brazo derecho para a continuación guiarle en contra de su voluntad hacia algún lugar.

Jimin intentó zafarse del agarre, sin embargo algo le dejó totalmente impresionado.

La dura voz del alfa hizo eco en sus oídos y hubo de cerrar sus ojos tras sus gafas por unos segundos cuando escuchó que usó cruelmente su voz de mando.

Sígueme.

Al instante el castaño sintió su pecho hundirse y su corazón latir rápido, a la vez que sus oídos dolieron más.

Pronto el omega gimoteó ante la voz de mando y sus pies se movieron en contra de su voluntad para seguir al alfa aún así él no quisiera.

Tras unos minutos, llegaron a un recóndito aula vacía y Sehun tironeó de él hasta el punto donde lo empujó contra el suelo haciendo que Jimin cayera sobre su trasero.

Quedándose paralizado cuando se dio cuenta de que allí habían dos alfas y un beta más que parecían haber estado esperando allí.

Por otro lado, Sehun cerró la puerta con llave y la metió en el bolsillo trasero de su pantalón para seguidamente girarse para acercarse a Jimin y mirarle burlón.

Fue ahí cuando sintió sus ojos aguarse a la vez que los cristales de sus gafas se empeñaron debido a sus lágrimas.

No quería llorar.

Pero estaba tan atemorizado que su cuerpo temblaba y ni siquiera podía hablar.

—Ha llegado la hora de la venganza. —Pronunció Sehun divertido.—Y si le dices de esto a alguien, te va a ir muchísimo peor Jimin, nadie me pega y se va de rositas, que se lo hubiera pensado antes el gilipollas de Jeon. —Mencionó entre dientes totalmente enfadado.

El menor se movió algo torpe sobre el suelo, alejándose así con miedo de los cuatro matones.

A lo que el alfa llamado Jay rió con fingida ternura.

—Este omega va a ser perfecto para molestar, no sé cómo no se nos ha ocurrido antes. Y a Jeon que le jodan, ya va siendo hora de que se dé cuenta de que no es el rey del puto instituto. —Mencionó divertido.

Jimin tembló e intentó sacar rápidamente su teléfono de su mochila para intentar pedir ayuda, sin embargo el artefacto fue ágilmente arrebatado de su pequeña mano.

—Ah, ah. —Sehun emitió un sonido de negación.—Nadie te va a salvar gordo. —Informó con burla cruel el líder de ese grupo de bravucones.

A lo que Jimin se hizo más pequeño aún sobre el suelo cuando vio a los cuatro acercarse a él.

—Menudo olor que tienes joder, estás tufando el aula. —Dijo uno de los alfas fingiendo estar asqueado.—¿Manzanilla y naranja? Menuda abominación de la naturaleza. —Dijo para hacer daño al regordete omega, aunque en realidad internamente pensó que ese olor era muy peculiar y especial.

Porque nunca ninguno de los cuatro habían olido una esencia tan extremadamente cautivadora y aunque carente de dulzor, exquisita. Jimin era un omega muy único, demasiado, y es por ello que recibía tanta atención indeseada.

Ya fuera por su peso o por su único a la vez que especial aroma, siempre tenía a alguien queriendo hacerle la vida imposible mediante insultos, humillaciones u otras crueles cosas.

Ya que en esta vida ya estaba más que comprobado que lo diferente resaltaba, y eso molestaba a las personas que cómo no podían alcanzar las bonitas peculiaridades de otras personas, las criticaban y destruían para que aquellas no resaltaran.

Y sí, así es cómo muchas veces las personas se veían violentadas y acosadas por ser diferentes, porque eran especiales y resaltaban, sin embargo los demás se empeñaban en apagar la luz de aquellos que resaltaban de una forma preciosa y única.

Aquellos que resaltaban como Jimin, por ejemplo.

Tras unos segundos, Sehun rió ante lo dicho por su amigo. Mientras que Jimin frunció levemente su ceño, ya que él se había tomado un supresor antes de ir a clase... ¿entonces por qué aquellos le estaban oliendo si supuestamente los supresores inhibían su aroma?

Aquello no podía ser.

—Estoy seguro de que no tienes un olor dulce porque eres un omega recesivo. —Se carcajeó Sehun.—Si es que era una cajita llena de sorpresas, qué mala suerte del que sea tu destinado. —Se burló.

Jimin como acto reflejo ante las crueles palabras, hizo un pequeño puchero con sus pomposos labios y aquello causó que los otros incluso rieran más.

Cosa que le hizo desesperarse, ya que odiaba con todo su corazón que las personas se rieran o burlaran de él. Y esos cuatro estaban haciendo esas dos cosas en su contra.

Y todo fue peor cuando su Omega despertó en su interior, para en seguida comenzar lloriquear en su interior por todo el estrés que en ese mismo momento estaba experimentando su humano.

Jadeó adolorido al notar su Omega rasguñar en su pecho, notaba como el mismo se sentía débil ante las burlas y el cómo estaba desesperado por salir en su forma lobuna para defenderse.

Sin embargo Jimin no quería llegar al punto de trasmutar a su forma animal, porque corría el peligro de que el beta y los tres alfas para defenderse también se transformaran de vuelta para defenderse a sí mismos, y aquello sería muy perjudicial para él y su pequeño lobo.

Así que lo único que pudo hacer cuando vio a uno de ellos acercarse peligrosamente a él, fue cerrar sus ojitos tras sus gafas.

Y entonces aquel chico tocó con burla por encima de su sudadera negra su barriga diciendo en el proceso que era una desagradable bola de grasa.

–P-por favor. —Suplicó Jimin con miedo alejándose para que no volvieran a tocarle.

Y menos que le tocaran las partes de su cuerpo donde estaba más gordito, porque aquello lo odiaba y se sentía extremadamente sensible a la vez que humillado.

No obstante, al momento sintió un crudo jalón de pelo por parte del líder que le hizo jadear.

—Cállate inútil. —Sehun le miró con crueldad y desprecio a la vez que dejó de tomarle del pelo para seguidamente darle un golpe en la nuca.

Provocando que los demás rieran de nuevo y aquello causó que Jimin cerrara sus ojos totalmente agobiado.

Entonces sintió lágrimas recorrer sus abultadas mejillas y su pecho se encogió tanto, que no pudo evitar soltar un lastimero sollozo que luego fue acompañado por más.

A lo que el beta le arrebató las gafas a Jimin causando que el menor sintiera mucho más estrés por no poder ver bien.

Los matones iban a continuar con el maltrato, sin embargo algo les hizo entrar en total alerta.

Madera, cedro y ámbar.

Y acompañado de ese aroma... habían feromonas de Alfa que denotaban preocupación a la vez que amenaza.

Los bravucones se miraron entre ellos con los rostros ahora pálidos y entonces observaron a Jimin.

Ya que el omega aprovechó que los cuatros se habían distraído por un momento, para rápidamente colocarse en posición fetal contra una pared de la clase, para seguidamente abrazarse a sí mismo.

Aquello causó que los corazones de los cuatro se ablandaran un poco y todo fue peor cuando notaron como el omega no podía apenas respirar.

—Hostias, le está dando un ataque de ansiedad. —Dijo el beta tragando saliva con dificultad.

—Dios, le va a dar algo, pero debemos irnos, Jeon está cerca. —Mencionó esta vez Jay viendo lo frágil y atemorizado que el omega rellenito se encontraba.

—Me cago en mi vida, vámonos. —Pronunció cobardemente Sehun a la vez que tiró a un lado de Jimin su teléfono que le había quitado.

Causando que tras tirarlo, al aparato electrónico se le rompiera la pantalla, causando a simultáneamente un ruido que hizo eco en la ahora vacía aula excepto por el atemorizado omega.

Entonces aquel ruido causó que Jimin se hiciera más pequeño sobre sí mismo por el estruendo, ya que aunque no había sido un sonido muy alto, sus oídos aún estaban muy sensibles por la voz de mando que había escuchado minutos atrás. Además de que el no ver bien empeoraba todo, y la verdad es que ni siquiera sabía dónde les habían dejado sus gafas.

Por otro lado, los cuatro bravucones salieron corriendo del aula escabulléndose así de Jeon.

Mientras que el castañito aún en posición fetal sintió más lágrimas desbordar sus ojos, y su cuerpo seguir temblando con vehemencia, su corazón latía rápido y su boca se abría una y otra vez en busca de necesitado aire.

Y es qué, Park era un omega muy susceptible a las burlas, y los cuadros de ansiedad que experimentaba cuando era acosado ya venía de mucho tiempo atrás.

El período de tiempo donde cuando aunque era amigo de Taehyung desde pequeños, el alfa no acudía a su mismo colegio, es por ello que nunca tuvo a nadie que le defendiera hasta que su mejor amigo se enteró de los malos tratos y decidió que irían juntos al instituto para defenderle, y en efecto así lo hizo.

Sin embargo Jimin estaba ya muy maltratado tanto psicológicamente, como físicamente por su trágica niñez llena de acoso escolar, es por ello que ahora era más irascible ante el bullying.

—C-cálmate Minnie. —Se dijo a sí mismo con voz ahogada, pero su cuerpo continuó temblando.

Tragó saliva dificultosamente y entonces apoyó su rostro contra sus rodillas.

Su respiración acelerada causaba que le costara más respirar, aún así intentó tranquilizarse sin éxito.

Pronto sus regordetas manitas se hicieron puños en la tela de sus pantalones y apretó en un amago de tranquilizarse, pero aquello tampoco funcionó.

Tras unos segundos, notó como la puerta se abrió bruscamente y aquello causó que sollozara fuerte estando totalmente atemorizado.

Ya que aparte de que no tenía sus gafas puestas, tenía su rostro escondido entre sus rodillas y temía que algún matón hubiera vuelto para seguir.

Sin embargo, se tranquilizó levemente cuando a sus fosas nasales llegó un exquisito olor a madera, cedro y ámbar. A la vez que feromonas tranquilizantes llegaron a su persona.

Así que Jimin dejó de esconder su cabeza en su rodillas para lentamente alzarla.

Y con un pequeño puchero plasmado en sus labios vio borrosamente al dueño del aroma.

Era un alfa.

Pero no cualquiera.

Era Jeon Jungkook.

¿Cómo creéis que Jungkook calmará a Jimin?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top